Parte 13

Sangre recorría su brazo, desde una herida causada en el hombro hasta la punta de sus dedos. Sus piernas dolían de tanto correr y sus manos estaban cansadas de sostener la escopeta aguantando el retroceso de cada baña que salía de la boca del arma. Con uno de sus potentes disparos voló en pedazos a las maquinas que aun lo seguían. Luego de eso, nada. Solo escuchaba su pesada respiración y los latidos de su corazón rebotando en su mente. No había nada más a la vista que la naturaleza del desierto.

¡Bien hecho, Shelly! – escuchó a sus espaldas una de las voces de sus amigos, la del motociclista, sorprendido por la mujer de cabello morado y exhausto manteniendo su sonrisa triunfante – No hay duda de que eres una de mis luchadoras favoritas.

Rieron. No porque la situación les daba gracia, sino porque tan grande les era el alivio de seguir vivos que solo supieron responder con la risa. La morena no reía, tampoco respondía a los halagos. Sentía como si todo su mundo se moviera y su cuerpo quisiera abandonar todo. Mareada, con vista borrosa, levantó su mano observando aquel líquido rojo que brotaba de sus heridas de batalla.

¿Shelly, sucede algo? – volvió a hablar el de pelo azabache siendo lo último que escuchó antes de que colapsara siendo atrapada por el hombre fornido con chaqueta de cuero. Junto a El Primo hicieron todo lo que podían con lo que conocían pero ella ya no estaba consciente.

Shelly había olvidado por completo como eran las peleas fuera de los eventos. Olvidó que la velocidad de regeneración no era la misma.

Mientras intentaban apartarla de la vista de otros, una bandida de pelo oscuro junto al rudo mexicano los observaban ocultos sintiendo cerca su victoria al tenerlos más vulnerables con la luchadora desmayada.

Para suerte de los tres brawlers que se adentraban a la arboleda, ningún robot estaba siguiéndolos. No tuvieron que pelear hasta el cansancio al aprovechar que las maquinas habían seguido al grupo del minero y al del mexicano enmascarado.
Solo ellos tres. La princesa rubia del paraguas avanzaba temerosa, no por ella, sino por lo que podría haberles pasado a sus amigos. Varios pasos delante de ella estaba el hombre de piel oscura con gafas caminando al ritmo del arquero de pelo largo.

Todo ya esta perdido ¿Estas ciego? Millones de esas cosas invadieron nuestro hogar. Deberíamos aprovechar que estamos libres y huir. – intentó convencer al de piel más clara sin levantar su tono de voz, lo que menos quería era que la rubia se entrometiera.

Me niego a abandonar a mi pueblo. Si es necesaria nuestra ayuda tenemos que estar allí para ellos. Aquel lugar es nuestro hogar. ¿No pelearías por él? – volteó a mirar al de lentes que rompió el contacto visual al instante intimidado por el gran hombre.

¡Claro que pelearía! Otra cosa es que vayamos allá como vacas al matadero. Sabes que es imposible por como estamos. – por más que hablara, Bo no parecía querer cambiar de opinión y ni se molestaba en ver cual opción era la mejor. Odiaba cuando el nativo se ponía así.

¡Ni pienses en abandonar a nuestros amigos! – la rubia empujó a Brock quedándose delante de él – Te guste o no, estamos juntos en esto y solo juntos saldremos de esta. Y si no es así, yo misma te haré respawnear ¿Entendido?

Era una de las pocas veces que la princesa se mostraba furiosa para él pero no le temía. Estaba por protestar hasta que un grito de cierto pelirrojo llamó la atención de los tres.

Ese debe de ser Colt. – habló Bo y tanto él como Piper se pusieron en marcha yendo hacía donde creían que era la fuente del grito. El de piel oscura los siguió por sentir que parte de toda la responsabilidad caía en él.

Con pasos erráticos caminó mientras miraba sonriente como todo a su alrededor se movía de forma graciosa y aparecían cosas que no estaban en su realidad. No estaba consciente de lo que hacía. Anteriormente, junto a Crow habían salido en busca de comida dejando al esqueleto en el campamento, lo que había encontrado lo comió egoístamente a espaldas del mitad cuervo. Ahora estaba así, sin idea de donde estaba o adonde iba pero al ver al mariachi no dudo en ir hacia él.

Lentamente se acercó para abrazar al más pequeño en altura por la espalda. Al instante, Poco intentó separarse de él avergonzado. Colt lo dejó ir soltando una pequeña risa, lo escuchaba doble y no sabía porque hasta que se le dio por mirarlo. Alrededor de su cuenca tenía pintado unos “pétalos” morados al igual que una mitad del corazón que decoraba su frente. El sombrero estaba descuidado. Aun así, Colt no entendía la mirada de odio del otro pero cuando vio al brawler que amaba detrás del otro mariachi, sus manos atadas a la espalda y sentado contra un árbol todo se aclaró.

¡Ay, no otra vez! ¡Espera! ¡Ayuda! – quiso correr pero por el efecto de aquellas bayas extrañas que había comido su cuerpo no reaccionó por lo que recibió el guitarrazo que terminó por desmayarlo.

A este paso tendré que comprarme una guitarra nueva… – el mariachi mira al sheriff desmayado con asco. Su otro yo no se molestaba por ocultar su miedo, no le daba lastima, estaba ahí para terminar lo que habían comenzado.

Cuando Colt volvió a abrir los ojos se sentía mucho mejor a excepción de su rostro que aun ardía. Estaba aun avergonzado por haber confundido a su Poco con el otro por segunda vez pero al ver que estaba junto al mariachi se lleno de confianza. Y si lo que planeaba funcionaba, valdría la pena molestarlo.

Hey, ¿Te hicieron daño? – preguntó buscando comenzar una conversación.

Claro que me hizo daño. Me resistí pero no pude hacer mucho. Esperaba que tu y Crow hicieran algo… pero aquí estas. – por más que su molestia era obvia, el pelirrojo no lo toma en serio.

Ooow, ¿Estas molesto porque no te abrace a ti? No te avergüences en admitirlo. – se gana la mirada de ambos guitarristas pero sus ojos solo seguían observando coquetamente al mexicano que consideraba suyo.

Colt, nos están secuestrando ¿Por qué estaría celoso de eso justo en este momento? – mira a otro lado avergonzado por la actitud de su supuesto novio frente a su otro yo que aun los vigilaba.

Oh, honey. Tranquilo, tu príncipe azul ya esta aquí. ¿Quiere que te proteja de los malos con mis besos y abrazos? – apoya su cabeza en el hombro del mexicano poniéndolo más nervioso y avergonzado que antes.

Colt, no empieces con tus joterías. No en público por lo menos. – lo malo de sus manos atadas era que no podía alejar al pelirrojo. No se quejaba del tacto pero era incómodo en ese momento.

Solo somos tu, yo …y tu ¿Te molesta? – pregunta al otro mexicano que los estaba mirándolos, haciendo que volteara a otro lado – ¿Qué tal ahora? – seguir fingiendo e intentar desatar a alguno de los dos le era complicado pero debía intentarlo.

El otro Poco presente hace su mayor esfuerzo para no escuchar las cursilerías de los dos brawlers a su espalda pero sin dejar de vigilarlos por completo. El sheriff de pelo azabache aparece después de tanto tiempo esperándolo dándole una sensación de alivio que desaparece al no ver al mitad cuervo con él.

¿No lo encontraste?

Creí que lo tenía pero terminó huyendo. Esquivó todos mis ataques como si fueran nada. – le respondió el rockstar sin creerse lo que decía por más que lo vivió.

Se supone que tendríamos que volver con tres de ellos. Puede que no este lejos. – nota raspones y heridas menores en su compañero pero le resta importancia, tarde o temprano se curaría solo, no gastaría su curación si no valía la pena. Intentaba pensar en lugares donde Crow pudiera ir pero las palabras de sus otros yo eran como un taladro que intentaba romper su cráneo. La mirada de confusión y sonrojada del sheriff a su lado explicaba toda la situación – ¡Ya basta! – se acercó molesto a la parejita.

Colt lo mira molesto mientras apartaba sus labios del mariachi que ahora buscaba tenerlo cerca por más que le apenaba admitirlo. Por su parte, el pelirrojo no había logrado liberarse pero si aflojar las cuerdas que lo ataban.

¿Puedo pasar mis últimos momentos con él de la forma que quiero?

¡No! ¡Vuelve a molestar y yo mismo los eliminaré en segundos! – Colt que esta a al lado del mariachi de sombrero descuidado contiene una risa haciendo que su compañero se enojara aun más.

¿Estas seguro de eso? Tardamos demasiado en romper una caja de fuerza y sería incomodo esperar a que nos eliminaras. – Poco se une a la conversación más confiado al tener a Colt como apoyo.

Yeah, mejor déjale eso a mi. – dirige su mirada al otro yo – Por cierto, ese traje no me queda nada mal. – admira el traje de rockstar que llevaba el otro sheriff.

Thank you, eres el primero que se da cuenta. – al sentir la mirada de su compañero sobre él deja de halagarse y posar para volver a su expresión seria.

Deja de perder el tiempo. Debemos de llevarlos al Jefe Robot.

¿Están confiando en ese robot loco? – habló el pelirrojo y los otros dos brawlers se detuvieron al escuchar algo de su interés – Deben de ser realmente unos idiotas como para no ver sus verdaderas intenciones.

Bueno, no es mucho lo que podíamos hacer cuando nos crearon. Era aceptar o que te destruyeran. – contesta el de pelo azabache.

Si se unen a nosotros seguro que saldremos vencedores. Solo tenemos que ayudarnos mutuamente y ganaremos. Volverán a su lugar y nosotros a nuestros hogares. ¿No les parece una mejor idea? – uno de los brawlers lo miro convencido mientras el otro se mostraba indiferente.

¿Y si nada sale como planean? – el de sombrero descuidado hace dudar a su compañero al verlo convencido por las palabras del brawler pelirrojo – ¿Qué es exactamente lo que les asegura la victoria? ¿Crees que te aceptarán como uno de ellos luego de lo que ha pasado?

Sonríe al notar que había puesto en duda al Colt de pelo negro. Sus dos brawlers prisioneros ahora temían por lo que les esperaba con el gran robot.
Cuando estaba por seguir con su trabajo su compañero lo interrumpe.

Prefiero intentar y luchar ahora. Después de todo ¿No nos harán luchar contra ellos por entretenimiento? Nos están dando una mejor oportunidad y pienso aprovecharla. – recibiendo la mirada de decepción de su amigo se agacha a la altura de la pareja para desatarlos.

Pero antes de poder hacer algo una onda musical lo sacude y aturde causándole poco daño a los tres. Sentía que su cuerpo estaba a punto de convertirse en elixir, no había logrado regenerarse lo suficiente luego de ser atacado por Crow, estaba en desventaja por más que consideraba que Poco fuera más débil que él.

¡Tendría que haber venido por mi cuenta! ¡Sabía que ibas a terminar traicionándonos! – gritó el mariachi con guitarra en mano suprimiendo aquel sentimiento que le repetía una y otra vez que no atacara a la persona que tanto quería.

¡Poco, tranquilízate! S-solo piénsalo por un rato.

Dirán cualquier cosa para salvarse y no tengo tiempo para escuchar sus estupideces.

Pero me escucharías a mi ¿no? – llevó su mano hacia su cinturón buscando sus armas, apresurándose cuando Poco notó lo que estaba haciendo. Aunque logró tomar sus pistolas había sido atacado ya dos veces por las ondas musicales del esqueleto, no sabía si era capaz de soportar ser dañado otra vez. – Agh, no sabía que te habías dejado manipular por aquellas chatarras. ¿Ahora vas a matarme?

Desde que habían comenzado a discutir, no tan lejos y poco visible para los otros brawlers, Crow observaba todo esperando el momento indicado para atacar. Temía dañar al rockstar que parecía estar del lado de ellos ahora pero si no actuaba el mariachi ganaría al ser el que más ventajas tenía.

Si no eres capaz de hacer nada bien, lo haré. – avanzó unos pasos obligándolo a retroceder. Pareciera como si Colt ya hubiera aceptado su derrota. A punto de rozar sus dedos con las cuerdas escuchó el grito de un ave demasiado cerca de él que le hizo voltear asustado. Una figura oscura se elevó al cielo y unas dagas en cada mano reflejaron la luz del sol. Lo ultimo que pudo ver antes de ser reducido a elixir fue la mirada asesina del brawler que le faltó por encontrar.

No tardó demasiado, una burbuja de energía que indicaba la reaparición de un brawler apareció en el pueblo invadido por robots, reventó mostrando al esqueleto como nuevo. Ganó unas risas robóticas de los que pasaban por ahí. Era el único que había fallado. Todo su odio se concentró en el mitad cuervo que lo había matado fácilmente por la espalda justo cuando estaba por terminar con su misión. Se prometió a si mismo vengarse de esos cuatro brawlers que le habían arruinado el día.

Por otra parte, Colt y Poco ya desatados por el sheriff de pelo azabache le agradecían a Crow por salvarlos. El mitad cuervo recibió todos los halagos orgulloso. El pequeño mariachi al recordar que varios de ellos estaban heridos decidió utilizar su súper curando las heridas de todos.
El movimiento de unos arbustos alteró a todos haciendo que tomaran sus armas. Lo primero que se asomó fue un paraguas rosado que ocultaba un francotirador, luego, se mostró una mujer rubia que los miró contenta, salió de su escondite de un salto y corrió hacía ellos para abrazarlos.

¡Colt, Poco, Crow! ¡Están vivos! – su risa alegre fue detenida al ver a la copia del sheriff allí. Su paraguas, las flechas y los misiles fueros apuntados rápidamente a aquel brawler.

¡No me disparen! – gritó el pelirrojo poniéndose entre el otro sheriff y los otros tres brawlers – ¡Esta con nosotros!

Entonces no tienen alguna especie de control mental… – habla Brock divertido – ¿Eso quiere decir que ahora es un amigo? – baja su lanzamisiles confiando en ambos Colt.

No siento que me estén controlando mentalmente… creo – con voz temblorosa responde el de pelo azabache intimidado por los tres recién llegados.

Por más que digan que confían en ti, te estaré vigilando. – Bo mira fijamente al sheriff de blanco y rojo buscando algo que le diera sus razones para desconfiar.

Si esta de nuestro lado – Piper apoya su paraguas en uno de sus hombros – quizás otros piensen como él. No nos vendrían mal ayuda en este momento. Podrías estar de infiltrado. – tantas opciones estaban confundiendo a la copia de Colt.

Para eso hay un problema… Poco… el otro Poco ya lo sabe y dudo que vaya a quedarse callado luego de lo que pasó. – con su mirada señala el charco de elixir en el que Crow estaba parado alegremente – No pensé que fuera a llegar a eso.

Pero sabes donde estarán tus compañeros, ¿no?

Si, varios de nosotros habían salido a terminar con cada uno de ustedes. – mientras el narcisista azabache hablaba, Piper busca a Shelly con la mirada preocupándose al no verla allí – Quizás si habló con algunos de ellos logre convencerlos.

Me parece lo correcto, mientras, nosotros deberíamos de ir a buscar a los demás. Quien sabe lo que deben de estar pasando… – pone una de sus manos en la mejilla apenada por su amiga de mechones morados de la que no sabía nada hasta el momento. Para cuando todos los demás brawlers comenzaron a caminar hacía una dirección, ella hizo lo mismo. Por lo menos tenía asegurado que iba a romper varias de esas maquinas para desquitarse.

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