Parte 11
En medio de la fría noche, levantado por sus propios nervios y sin querer despertar a nadie, el mariachi se alejó del grupo para poder tranquilizar sus pensamientos. Aún era temprano por lo que nadie más estaba allí acompañándolo, sus amigos seguían durmiendo. Al no tener nada más que hacer, comenzó a caminar por la mina observando las brillantes gemas dispersas en todos lados.
No pasó mucho tiempo hasta que el pelirrojo despertó. Al notar que faltaba su adorado mexicano casi grita pero al verlo paseando por la mina, no tan lejos de donde se encontraba, dio un suspiro aliviado. Como aún no amanecía, se preocupó por verse bien para su confesión. Sin tener algún peine o espejo tuvo que improvisar, aunque no quedara de la misma forma, usaría su mano para peinarse y una de las gemas sería su espejo.
Cuando estaba a punto de terminar de arreglarse, a espaldas del pelirrojo, Shelly se acercaba sigilosamente como si estuviera a punto de cazar a su presa, al ver el momento perfecto, saltó hacia el sheriff que estaba distraído y apenas lo tocó hizo que gritara y volteara con sus pistolas en mano.
La morena reía a todo pulmón y al recordar que los demás dormían se obligó a callarse tapando su boca con ambas manos.
– ¡No es gracioso! ¡Casi te mato! – sentía su cara roja de vergüenza, sus mejillas ardían y su amiga no dejaba de reír.
– ¡Si vieras tu cara no dirías lo mismo! – sonríe de ternura al ver el sonrojo en la cara del pelirrojo – ¡Ahora si que eres un tomate andante! –
– A ja ja, que gracioso, ahora ¿Me dejas peinarme tranquilo? – voltea a mirarse en su espejo improvisado.
– Tan malhumorado desde temprano ¿Sucede algo? – apoya su espalda en la pared al lado de la gema mirando al pelirrojo de brazos cruzados y una pequeña sonrisa.
– ¿Ya te has olvidado? Hoy se lo digo – no pudo contenerse y sus mejillas volvieron a tomar un tono rojizo. A la pelimorada le gustaba como se veía por sus expresiones que la llenaban de ternura.
– Ah, cierto. Casi lo olvido. – se para firme y se acerca al sheriff para ayudarlo con su pelo. Colt no se queja de la cercanía – ¿Ya lo has planeado? –
– No. – dice con nervios – Improvisaré, saldrá bien. –
– Sé que lo hará. – mira con orgullo como había arreglado bien el peinado de su amigo. – ¿Estas listo? –
– Realmente no lo sé, ¿Algún consejo? – mantiene su mirada en la morena esperando a que dijera algo pero no obtenía respuesta – ¿Ninguno? ¡Eres mayor que yo por tres años, creí que tendrías más experiencias! – dice más nervioso que antes.
– Lo siento, no es el caso, Colt. – al ver a su amigo ser consumido por los nervios, quiso calmarlo – Parece un buen momento. Todos están durmiendo. Él esta solo. Tu estas guapo como siempre. – acomoda uno de los mechones rebeldes del pelirrojo – No creo que esta vez te interrumpan. Si yo fuera tu aprovecharía este momento. – toma las manos de Colt entre las suyas en un intento de darle confianza – Si algo pasa sabes que yo estoy contigo. Siempre. – sus labios forman una amarga sonrisa al ver alegre y decidido a su amigo. No le terminaba de agradar la situacion pero no negaría la felicidad de él por la suya.
– Gracias, Shell. – abraza a la pelimorada y esta le corresponde sintiendo su cara arder por la cercanía – Eres de buena ayuda. Sin ti probablemente hubiera sido un idiota y lo hubiera dejado pasar. – de a poco, se separa de su amiga y vuelve a peinarse con la mano – De todas formas, Poco no va a salvarse de esta. – sonríe y busca la mirada de aprobación de la morena – Bien, aquí voy. – Shelly asiente en su dirección y el pelirrojo camina hacia el solitario esqueleto.
Ella se mantuvo en su lugar observando como el pelirrojo se alejaba cada vez más. Realmente lo amaba, quería estar a su lado y que pudiera ser vista de otra forma, algo más que una amiga. Quizás tendría eso que tanto deseaba si es que hubiera seguido lo que Piper le había dicho, y lo hubiera hecho de no ser por lo vulnerable que se volvía cerca de él. No podía negar cuando Colt se le acercaba con cara suplicante a pedirle ayuda para poder conquistar al sanador de su grupo. Aun así no se arrepentía de lo que había hecho. Su amistad no cambiaba y su forma de quererlo aun seguía allí. Para darle su completa privacidad a su amigo, dejó de mirarlo y se sentó contra la pared a limpiar su escopeta con un pañuelo que había encontrado en su bolsillo.
Mientras, el pelirrojo avanzaba observando como el esqueleto miraba fascinado las brillantes gemas. Esa imagen le hizo recordar al guitarrazo que recibió pero ahora estaba seguro que hablaría con el Poco que conocía.
– Hey, ¿Están interesantes las gemas? – el mariachi voltea a verlo con una pequeña gema en mano. Colt hace con su mano una pistola y apunta al otro brawler – ¿Tengo que arrestarte? –
– No, no estaba pensando en llevármela. – riendo nerviosamente, se acerca al lugar de donde había sacado la gemita y la deja para apartarse de las paredes rocosas mirando inocentemente al sheriff.
– Poco… – nota que el mexicano tenía una mano cerrada. Se acerca a él y le extiende la mano pidiéndoselo, Poco a regañadientes deja la gema en la palma del pelirrojo y se cruza de brazos molesto. – Ja, pensaba que habías dejado esta mala costumbre, enano. – El de menor altura mira al más alto avergonzado por el apodo pero sintiéndose culpable.
– Lo siento, son demasiado lindas. Prometo que no me llevaré ninguna. – dijo preocupado esperando que el sheriff no hablara en serio, años antes se había metido en problemas solo por dejarse llevar por la avaricia.
– Si quieres alguna puedo conseguirte algo mucho mejor. ¿Sabías que Dynamike y Piper trabajan juntos y venden gemas de distintas formas en collares, pulseras y mas? – dice alegre y logra animar al esqueleto.
– ¿¡En serio!? ¿A cuanto? – mira emocionado al pelirrojo mientras este dejaba la piedra en un pequeño espacio entre las rocas.
– Creo que a unas 75 monedas. – el elevado precio rompe la felicidad de Poco.
– No tengo tantas… gaste todas esta semana. – Se queja el mariachi arrepintiéndose de haber gastado su monedas. – Tendría que haberlas ahorrado. –
– ¿Acaso no me escuchaste? Tu solo pídemelo. Será un regalo de mi parte, el mejor de todos. –
– ¿No es demasiado? Ni los dos juntos llegamos a esa cantidad de monedas. –
– Don’t worry, my sweet little friend. Puedo conseguirlo, tu solamente pídemelo. – repite para asegurarle al mariachi que estaba hablando en serio. Por más que Poco no fuera capaz de sonrojarse, sabía que se hubiera sonrojado al escuchar al sheriff hablar en inglés. Adoraba su pronunciación.
– Desde ya te lo agradezco. – se rasca la nuca algo apenado por tener que hacer que su amigo gastara en él. – De alguna forma te lo devolveré, lo juro. –
– No es necesario que me devuelvas las monedas. Con que pases tiempo conmigo me es suficiente. Tenerte a mi lado es lo que más deseo en estos días. – lentamente, Colt buscaba tener el momento perfecto. Avanzó unos pasos hacia el mariachi queriendo cortar toda esa distancia que lo separaba del esqueleto. El de ojos oscuros retrocedió un paso al sentir nervios. – Creo que de todo lo que esta pasando eres lo único bueno. Por más que sufra cuando prefieres pasar tiempo con otros en vez de conmigo. –
– Me gusta pasar tiempo contigo, Colt. Por más que me la pase con Crow para conocerlo no te dejo completamente de lado. – le sonrió al más alto pero cuando sus miradas se encontraron Colt rompió el contacto visual ligeramente molesto por la mención del otro brawler.
– Me gustaría ser mucho más importante que tu amigo. – suspiro cansado y avanzó haciendo que el mexicano se sintiera mal por haberle bajado los ánimos. Estaba a solo unas pocas palabras de por fin decirlo, no quería dejar que los nervios arruinaran todo por lo que se dio un corto tiempo para relajarse. – This is not going to stay this way. – dijó con seriedad y caminó decidido acortando aun más la distancia entre ellos. Poco retrocedió hasta que su espalda chocó contra la pared de la mina, nunca antes había visto a Colt de esa forma. El pelirrojo apoyo una mano al lado de él acorralándolo manteniéndose cerca del de menor estatura sin invadir completamente el espacio del otro y sin dejar de mirarlo anhelosamente. Al ver que el pequeño sanador no se quejaba de la cercanía siguió con lo que tenía en mente. – I love you. –no quiso alargar más el momento al notarlo incomodo por lo que fue directo al grano.
El mariachi no supo como reaccionar ante lo que pasaba. Que el pelirrojo aun lo mirara esperando una respuesta lo volvía más nervioso. En su mente todo era bastante confuso y lo inesperado que le pareció había causado que todas sus emociones fueran un torbellino y no lo dejaran pensar con claridad.
– Debes de estar bromeando. – dijo en voz baja confundido y apartando su mirada del sheriff – No vas en serio – le sonrió pero en el tono de su voz se lo notó levemente molesto.
Unos ruidos que resonaban en el túnel cercano a ellos los interrumpió. Escucharon unos pasos dirigiéndose hacia ellos y luego Spike pasó detrás de Colt corriendo desesperado. Apenas volteó a ver al esqueleto fue empujado justo el momento antes de que un laser pasara delante de sus ojos.
Por donde había llegado el cactus ahora una gran cantidad de robots entraban y se dirigían hacia ellos. Los robots más pequeños se adelantaron, Colt retrocedió buscando torpemente sus armas. Por su suerte, Poco logra eliminar a los tres que estaban por atacar al francotirador dándole tiempo para levantarse y sacar las pistolas del cinturon.
– ¿¡Como se te ocurre traer un tema como este justo ahora!? – le grito mientras se desquitaba atacando a los robots que se acercaban heridos por el pelirrojo.
– ¡Sorry, I fucking love you, dammit! – le respondió también gritando sin tomarse el tiempo de hablar en español al ver uno de los pequeños robots acercarse velozmente y darle una descarga eléctrica. Lo destruyó apenas pudo recargar.
– ¡Deja de decir eso! ¡Me desconcentras! – Esquiva los ataques de un robot francotirador. Colt apenas lo nota, tira de Poco para dejarlo detrás suyo y eliminar una fila de robots con su super.
Por el grito de ambos y todo el ruido causado los robots, Shelly se da cuenta del ataque y rápidamente busca despertar a los otros brawlers que aun dormían despreocupadamente a excepción de los que se habían levantado al ser fácilmente despertados por los disparos y ondas sonoras.
– ¡No voy a parar hasta que me des alguna respuesta! – dispara desesperado pero ninguna bala salía de sus armas. Antes de que un robot boxeador lo alcanzara las flechas explosivas de Bo lo destrozan dándole tiempo a recargar. Al ver que más brawlers se unían logra calmarse.
– ¡No sé que decirte! – Dynamike, Carl, Rico y Piper se encargan de los robots que venía, dejando que Poco descansara. – ¡No me esperaba nada de esto, Colt! Te quiero pero ya no sé si es o no como un amigo. –
– ¿Eso es un si? – Colt miró sonriente a su amigo teniendo esperanzas mientras que el mariachi no sabía que más hacer.
– ¡Si no pelean – como muchas veces, la morena aparece para salvarlos alejando una gran cantidad de robots con su super, luego toma a ambos chicos de los brazos y los arrastra al fondo del grupo de brawlers – salgan del camino! –
– ¡Si! ¡Dejen este trabajo a los profesionales! – grita Penny uniéndose a la pelea junto a Nita, Jessie y Leon. Riendo y celebrando temprano su victoria, la pequeña pirata dispara a los grupos de robots haciendo bastante daño y destruyendo a todos los pequeños. Con la ayuda de sus amigos no tardaban mucho tiempo en acabar con grupos enteros.
– Déjame pensarlo – el mexicano le responde al pelirrojo mientras miraba asombrado como todos los demás brawlers acababan con los robots sin muchos problemas al atacar en área y el túnel ser estrecho teniéndolos acumulados.
No escucharon ni vieron a nadie más entrar a la mina. Todos se tomaron un descanso para recuperarse excepto la pequeña pirata que emocionada seguía disparando a las piezas metálicas tiradas en el piso como celebración sin darse cuenta que atemorizaba a Barley, Rico, Darryl y Carl.
– ¡Yeah! ¡Tomen eso malditos robots! ¡Tendrán que pensarlo dos veces antes de meterse con esta pirata! – al darse cuenta de las cuatro miradas voltea a verlos y sin dejarles de sonreír vuelve a disparar al metal tirado a sus pies.
– ¡Penny, basta! – llega Nita molesta – ¡Guárdame algo a mi! – igual de molesta, festeja junto a la pirata atacando lo que quedaba de los robots. Los cuatro brawlers metálicos se alejan de las pequeñas sintiéndose atacados cada vez que las chicas golpeaban las piezas.
Abrazando al mitad cuervo, Spike observa a las brawlers que lo defendieron divirtiéndose. Volver a estar con los que conocía le hacía sentir más seguro, tenía ganas de tirarse y dormir, inconscientemente puso todo su peso encima del antropomórfico quien lo atrapó antes de que cayera. El cactus volvió a sonreír con recordar que su amigo estaba allí. De un salto logró estar casi a la altura de Crow como para abrazarlo.
– Yo también te extrañe. – rodeo al cactus con un brazo aguantando el dolor por las espinas que se habían clavado en él.
– ¡Abrazo en equipo! – el sepultero se acercó y abrazó a ambos cubriéndose de las espinas con el cuervo. Apenas escuchó a Crow gritar fue empujado bruscamente – Ups, olvide que no te gustan los abrazos. – mira burlón a Crow que intentaba no moverse en un intento de no clavar más las espinas en su cuerpo.
– Me gustaría si no doliera cada uno que me dan. – comenzó a sacar las espinas como podía intentando no insultar delante del alegre cactus que no dejaba de mirarlos con una sonrisa cansada.
– ¿Osea que no estas molesto por mi abrazo? – observa sorprendido al brawler antropomórfico que le devuelve la mirada, molesto por lo de recién, y negando con la cabeza – ¡Fiuf! Y yo que pensaba que ibas a matarme apenas me vieras. –
– Hay algunas cosas que no valen la pena. – vio a Mortis sonreír hasta que entendió lo que Crow dijo. Spike reía y el mitad cuervo intentaba no hacerlo por más gracioso y satisfactorio le fuera ver al sepultero ofendido. Paseando su mirada por el lugar, vio a Poco junto a Colt, preocupado por ambos pero más por el de menor altura fue con ellos.
– Aaay, el amor es así. –Mortis siguió mirando al cuervo hasta que sintió la mirada molesta del cactus detrás suyo. – No me mires de esa forma ¿Acaso no tengo razón? – Spike se queda en silencio, como siempre – Me estas asustando. – mira fijamente al cactus intentando intimidarlo sin éxito.
Su duelo de miradas es interrumpido por un fuerte temblor que sacude toda la mina. Observaron a todos los lados cuando se detuvo buscando lo que había causado el temblor. Otra vez fueron sacudidos, pequeñas mientras comenzaban a caer alarmando a todos.
– ¡Vamos a morir! – grita Nita paranoica mientras se acercaba a Penny, Leon y Jessie usándolos como escudo de las piedras.
– Tranquila, esta mina ha pasado por mucho. ¡Esos temblores no son nada! – dice Dynamike intentando calmar al resto.
– Bueno, en realidad, según mis cálculos- – Carl habló y al instante fue interrumpió por una roca enorme que cayó delante suyo y le arrebató un gritito agudo del susto.
– ¡Tus cálculos dicen que yo me voy! – Penny no duda ni un segundo más en correr junto a Jessie, Leon y Nita a la salida más cercana.
El grupo de robots piensa en lo mismo. Barley es el primero en salir huyendo, Dynamike lo persigue y Darryl los alcanza rodando. El ultimo de ellos, Rico, se detiene al ver que el pequeño robot no se había movido de donde estaba antes. Las enormes rocas con gemas que caían comenzaban a bloquearle el paso y por su altura no era capaz de saltarlas. Rápidamente, Rico se acercó al menor y antes de que las rocas terminaran por encerrarlo, lo alzó.
– ¿¡Qué haces!? Bájame, pedazo de hojalata. ¡Puedo caminar solo! – pero Rico no lo estaba escuchando y siguió corriendo en la misma dirección que el barril, el bartender y el amante de las explosiones. Para cuando se reunieron, la entrada de túnel fue cubierta por piedras separándolos de los otros brawlers. Por suerte, los ojos de Carl estaban hechos para iluminar el camino mucho más que los otros robots.
Del otro lado aun quedaban brawlers buscando una salida que no estuviera bloqueada. La pelimorada buscaba desesperadamente a sus amigos entre los pocos que quedaban allí. Aun así, entre tanto desorden no podía distinguirlos fácilmente.
– ¡Shelly, tenemos que salir de aquí antes que se nos caiga todo encima! ¡Vámonos ya! – dice Bull acercándose junto a El Primo hacia Shelly.
– No veo a Colt, tampoco a Poco. ¡No puedo irme si ellos quedan aquí! – Shelly seguía buscando a sus amigos y antes de que se adentrara más en la mina Bull la tomo de la mano obligándola a quedarse.
– ¡Vas a hacer que te maten y si te matan reaparecerás en el pueblo donde están todas esas cosas metálicas! ¡Mientras yo este aquí no te dejare arriesgarte por nada! –
– No te preocupes, vi a Colt y a Poco huir acompañados de Crow. – Tranquiliza El Primo a la luchadora – Ahora ¡Vámonos! – toma a Shelly fuertemente y al mismo tiempo que Bull utiliza su super para llegar a la única salida que les quedaba, El Primo salta en la misma dirección.
Una vez fuera del peligro, a punto de salir de la mina, Shelly mira a su alrededor. El mexicano enmascarado le da una sonrisa preparando sus puños, del otro lado, Bull apoyaba la escopeta en su hombro sin atreverse a mirarla. Por lo menos no había terminado sola y sabía que nadie quedó atrapado. Al estar a solo centímetros de la salir del lugar, Shelly tomo su escopeta con ambas manos, había guardado su super ataque que recargó en la pelea y algo le decía que apenas pusieran un pie fuera se meterían en otra guerra con los insistentes robots que estaban esperándolos.
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