[ Próximamente ]

—¡¿Puedes parar?!—Le grito a la chica que lloraba en el rincón de la librería, logrando que se sobresalte y me mire.

—¿Puedes verme?—Pregunta sorprendida.

—¡No sólo puedo verte! ¡Puedo sentir lo que sientes! ¡Recordar a quien recuerdas! ¡Extrañar a quien extrañas!—Me llevo una mano a la cabeza y suspiro para tranquilizarme—Y si sé algo sobre Allison Argent es que no es la damisela en apuros que espera a que la rescaten.

—Ya no pueden rescatarme.

—¿Eso crees?—La desafío yo y ella levanta una ceja con curiosidad a lo que sonrío—Vamos, tus amigos deben extrañarte.

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