Me siento en la cama de Liam mientras él está fuera de la habitación charlando creo que con su madre, quien seguramente debe estarle preguntando quien soy y que hace llegando conmigo a estas horas. Al menos uso ropa como pijama y así pensará que venimos de alguna fiesta en vez de desde mi casa luego de que Liam casi mata a mi padre y éste casi a mí... Aunque realmente no creo que pueda llegar a pensar aquello.

Repaso todo lo sucedido en mi mente y recuerdo las palabras de mi padre como si las acabara de decir... Si me concentro incluso puedo llegar a oírlas y eso me causa escalofríos.

—¿De qué sirve compartirme recuerdos con tu padre?—Le pregunto a Allison a quien no veo pero sé que está aquí ya que mi mente se ve inundada de recuerdos de su padre de un segundo para el otro.

Allison aparece sentada a mi lado y me dedica una sonrisa de pena que dura sólo unos segundos para luego secarme una lagrima (Aunque en realidad debo ser yo la que lo hace, dirigida por ella).

—Pensé que te ayudaría.—Se hunde en hombros y yo la miro con una ceja levantada para luego sorber mis mocos.

—Allison ¿Por qué en este momento me ayudaría recordar lo buen padre que fue Chris?—Pregunto sin comprenderlo incluso con algo de enojo—No me sirve que me refriegues lo feliz que fuiste en vida, mi padre acaba de intentar matarme llamándome demonio, estoy mal y quiero estar sola ¿Entiendes?—Susurro con enojo y al final cierro los ojos durante unos segundos, cuando vuelvo a abrirlos, Allison ya no está en el cuarto, pero los recuerdos de Chris perduran en mi cabeza y apenas ahora recuerdo que puedo hablar con ella sin necesidad de palabras.

Una lagrima vuelve a recorrer mi mejilla pero yo la quito rápidamente.

—Bien, creo que convencí a mamá de que...—Liam entra sonriente al cuarto pero su expresión cambia radicalmente a pena y se acerca a mí—¿Quieres que duerma abajo? 

—Liam es tu cama. —Respondo aún con el enojo perdurando en mí—En cualquier caso, yo debería dormir abajo.  —Él comienza acariciar mi hombro mientras se arrodilla frente a mí.

—Mirame. —Pide y yo obedezco, enfoco sus orbes azules con mis ojos cristalizados, él me abraza y yo suelto unos pequeños sollozos—Riley está bien, llorar es lo mejor que puedes hacer ahora. —Habla con sinceridad y yo niego con la cabeza mientras me separo de su abrazo.

—Estoy cansada de llorar, ya me hartó hacerlo.  —Digo con enojo—No puedo vivir llorando por todo, esperando que venga el príncipe y me rescate ¿Comprendes?—Pregunto para luego lamer mis labios—No quiero ser la damisela en apuros.—Liam va a hablar pero yo lo interrumpo—Odio ser la damisela en apuros. —Digo con seriedad.

Un silencio se crea entre nosotros en el que no dejamos de mirarnos a los ojos.

—No eres una damisela en apuros.—Me asegura Liam y yo suelto una risita—No, no lo eres.—Insiste—Una damisela en apuros no hubiera luchado contra Theo como tú lo hiciste, ni protegido a Abby como lo hiciste aquella vez, además ¿Tú crees que los chicos aceptarían una damisela en apuros en la manada?—Sus palabras logran que un brillo de ilusión aparezca en mis ojos—Riley, yo iba a matar a tu padre y una damisela en apuros sólo se hubiera quedando ahí, gritando histerica. —Confiesa corriéndome un mechón de cabello de la frente—Eres valiente Riley Woods, toda una luchadora.

Mi corazón se acelera frente a aquellas palabras y no necesito buscar ningún tipo de señal en él para saber que lo escucho, sus palabras lograron que todas mis emociones quedaran opacadas por un cosquilleo en todo mi cuerpo. 

—Aunque... ¿Tampoco esta mal que tenga un príncipe que me rescate verdad?—Pregunto en un susurro y él sonríe y niega.

—Creo que él estaría muy triste de saber que ya no tiene doncella a la que cuidar.

—Muy triste de saber que no tiene a su doncella.—Lo corrijo enfatizando el "su".

La sonrisa de Liam se borra pero una expresión que no puedo definir ocupa su cara, entonces comienza a acercarse a mí lentamente, logrando que mi piel se ponga de gallina al sentir el aire que exhala chocar contra mí. Noto que su respiración está alterada y entonces sin poder retenerme pongo una mano sobre su pecho, acto por el que él se ve confundido.

Sus latidos son muy rápidos.

Él pone su mano sobre la mía y entrelaza sus dedos con los míos mientras vuelve a mirarme a la cara, me resisto a cerrar mis ojos durante unos segundos ya que me niego a desconectarme de aquellos hermosos orbes azules pero al final lo termino haciendo, sintiendo sus labios comenzar a rosar los míos.

Dios que sólo pase ya.

—Mierda.—Murmuro al escuchar el sonido del celular de Liam y él esconde su cabeza en mi cuello.

Liam suspira para separarse de mí y atender, yo decido tragarme todo lo que siento y simplemente acostarme.

—Son los chicos, tienen proble...

—Anda. —Lo interrumpo y esbozo una sonrisa mientras asiento.

Él sonríe con pocas ganas y se pone su chaqueta para darme un rápido beso en la mejilla antes de salir dejándome sola en su cuarto. Y sorprendentemente, con su aroma impregnado en todas partes y la calidad su cama, puedo dormir tranquilamente.

Tal vez sea de tonta decirlo pero... 

Sintiéndome segura.