XV. Phil Loves Nikki.
—Entonces... —La pelinegra le miró brevemente, con una pequeña sonrisa que trató disimular— ¿Vas a ir?
Paige se mantuvo pensativa por unos momentos, en los cuales Nicole se preguntó si había hecho algo mal. Natalya estaba alejada hablando con Cesaro después de un día complicado colocando su negocio, mientras Nicole y Paige habían pasado la mayor parte de ese día hablando y haciendo estupideces. Dentro de unos días era la fiesta de Halloween de Colt y quería saber si ella asistiría.
Tal vez no era buena idea, al fin y al cabo Brianna y ella todavía estaban enojadas y sabía que ella no se tomaría bien el hecho de que su hermana llevara a la responsable de su pelea a casa, pero en estos momentos no estaba en sus cuatros sentidos. Solo estaba concentrada en ella.
—No lo sé. —dijo levemente la inglesa, metiendo sus manos dentro de sus bolsillos— Creo que a tu hermana no le gustó que estuviera ahí la última vez y no quiero causarte problemas...
—No dejes que Brie te intimide, ella es así con todo el mundo.
—No me intimida, solo no quiero darte problemas.
Nicole sonrió ante el comentario.
— ¿Vas a ir?
—Pues si eso quieres, rompecorazones, iré. Solo por ti, nena.
Nicole no supo como reaccionar ante la afirmación, así que solo mantuvo esa sonrisa de estúpida que tenía siempre que estaba con ella. Ya ni siquiera sabía como reaccionar al respecto de todo lo que sentía con ella.
—Bien, pues... te veo allá.
—Eh, espera... —La inglesa tomó su mano, haciendo que ella se detuviera. Paige dibujó una sonrisa en sus labios, para después proseguir con lo que decía— ¿Serás mi pareja, no?
Nicole quiso que la tierra se la tragara en ese mismo instante, debido a que sintió como sus mejillas se calentaban ante el sonrojo que empezaba a invadirle. La castaña asintió nerviosamente.
—Claro, claro que sí...
Paige le regaló una pequeña sonrisa antes de soltar su brazo, permitiendo que ella continuara con su camino.
—Así que... ¿la invitaste? —Oyó que Colt le preguntaba atrás de ella. La castaña asintió, mientras seguía vertiendo ponche en una de las jarras que su cuñado guardaba exclusivamente para sus fiestas— Uhm... interesante.
—Dijiste eso con un tono bastante extraño, no debería hacerte mentes con respecto a esto, ¿sabes? —Comentó la mujer, con una sonrisa.
—Uh, claro. Y yo no me follo a tu hermana. —comentó— No te hagas la políticamente correcta conmigo, tetas. Tú y yo sabemos lo que te traes con esa tipa.
—Yo no tengo nada en mente, pervertido. —Ironizó ella, sabiendo que su cuñado debía estar rodando los ojos por su comentario— Ella es solo mi amiga.
—Patrañas.
—Uh, no te soporto, Colt.
—Tú sabes que me amas.
Colt besó brevemente su mejilla, para después salir de la cocina oyendo la risa de su cuñada. No sabía si él la hacía perder por completo la cabeza o, por el contrario, la hacía colocar los pies sobre la tierra. Para eso estaban los amigos, a fin de cuentas.
Oyó como unos pasos iban con dirección hacia la cocina, y no tardó de pensar que esa no podía ser alguien más que Brianna. Se tensó por un momento, la relación con su gemela seguía tensa y era casi imposible para el trío convivir entre ellos sin que alguna discusión saliera a la luz. Lo más incómodo para Nicole, era ver a su hermana y a su cuñado pelear. Colt y Brianna eran completamente diferentes y siempre tenían malentendidos, pero sentía que, por su culpa, ahora esos dos estaban en una trifulca interminable sobre quien tenía la razón.
—Oh, no sabía que estabas aquí... —oyó decir a su gemela, a sus espaldas— yo solo venía a ver como estaba la comida que tengo en el horno, pero creo que podría revisar después.
—No somos enemigas mortales en medio de una treta, Brie. Puedes pasar a la cocina cuantas veces quieras, es tu casa. Además, ya iba a terminar con los platos. —dijo la castaña, para acto seguido, cerrar el grifo y darse vuelta, queriendo salir de la cocina.
Brie le miró con sus ojos castaños, y una pequeña sonrisa se pintó en su delgado rostro; Nicole le siguió el paso, devolviéndole la minúscula sonrisita amable que ella le estaba ofreciendo. Nicole siguió su camino hacia las afueras de la cocina, rozando leve y momentáneamente el hombro con su hermana.
Y ninguna dijo palabra alguna mientras eso ocurría. Probablemente su reconciliación sería más difícil de conseguir de lo que todos en la casa estaban esperando.
—Entonces... ¿eres una abeja? —Nicole aguantó una risita, mientras Colt miraba con algo de confusión a su amigo de cabello castaño.
—Sí. ¿Por qué? ¿Algún problema con mi disfraz?
—Sí, luces como un completo imbécil.
Nicole no pudo más, y una carcajada salió de sus labios. Después de unos segundos, la castaña caminó hacia su falso novio, para apretarlo fuertemente entre sus brazos y decir: —No te metas con él, tal vez sea una abeja, pero es la abeja más linda del mundo.
—Esa es mi chica. —dijo el castaño, besando la frente de su dizque pareja.
—Ustedes dos son adorables, es una lástima que hayan nacido con el arcoíris nadándole entre las venas.
—Deberías dejar de decir tantas idioteces, Colt.
—No creo que pueda cumplir ese sueño tuyo, mi querido amigo, según mi psicólogo debo ser yo mismo sin importar lo que digan los demás y toda esa basura.
Finn rodó los ojos. Colt era un completo personaje humorístico escapado de alguna comedia ridícula de la época moderna. Ese era uno de los motivos por los cuales era tan querido y respetado, aunque fuera por ser franco, audaz e inclusive inocente, todo al mismo tiempo.
— ¿Qué se supone qué eres tú, Nikki? Cuando me abrazaste, una de tus alas se metió en mi ojo. —preguntó Finn, mirando a la mencionada.
—Soy un ángel. —respondió ella, abriendo sus brazos y mostrándole el disfraz al castaño. Finn le miró de arriba abajo, para después sonreír.
—Esto luce adorable en una niña de cinco años. —dijo el irlandés.
—Pero tú luces como toda una prostituta... —dijo Colt. Nicole miró al hombre, con el ceño fruncido. Colt tragó saliva y tratando de solucionar lo que había dicho, agregó— Pero una prostituta cara, ya sabes, de esas que pagan los ricos y toda esa gentuza.
Nicole soltó una pequeña risa, para acto seguido, golpear el hombro de su cuñado suavemente. La casa empezaba a llenarse lentamente de invitados, y los niños no paraban de tocar la puerta para pedir dulces. Eran las diez de la noche cuando la fiesta estaba en su auge y Nicole empezaba a sentirse incómoda.
Paige no había llegado, y sin importar cuantas veces ella y Finn se besaran, los hombres le seguían cayendo encima como una avalancha. Además, que las fiestas nunca habían sido su fuerte, al igual que Brie, prefería estar leyendo en la sala de su casa con una canción de fondo.
—Así que... ¿estás con Finn, no es así? Pensé que era gay. —Le dijo aquel sujeto lleno de tatuajes que llevaba acosándola desde hace más de dos horas.
—Pues déjame decirte que sí, somos pareja. Y puedo prometerte por lo más sagrado que no tiene una pizca de homosexual. —dijo ella, con una sonrisita cínica que hizo que el otro individuo le devolviera una sonrisa atrevida y divertida.
—Sinceramente, no creo que sea el hombre para ti. Tal vez deberías intentarlo conmigo, lindura, probablemente no te decepcione.
—Ya sabes lo que dicen sobre los fanfarrones; mucha habladuría, poca acción.
— ¿Qué tal si mejor me dejas enseñarte cuánta acción podría darte?
Una mano se posó sobre el pecho de sujeto lleno de tatuajes, alejándolo de ella rápidamente. Nicole sonrió al notar que la mano le pertenecía al irlandés que fingía ser su novio, el cual miraba con cólera al sujeto.
—Aléjate de mi chica, Phil. —Espetó Finn, haciendo que el tal Phil alzara sus manos en son de paz.
—Lo siento, hermano. —dijo con un tono divertido y poco sincero el tatuado, guiñándole el ojo por última vez a la castaña, para después irse a otro lugar de la fiesta.
Finn volteó a mirar a la angelical castaña, la cual le brindó una mueca divertida. Finn soltó una risa, liberando un poco su tensión, para después acercarse a Nicole.
— ¿Estás segura de qué eres lesbiana? Desde lejos podía parecer que estabas a punto de caer en su juego.
—Admito que me encantó su actitud. Te aseguro de que si tuviera una vagina, no hubiese dudado en los mas mínimo en serte infiel.
Finn se recostó de la pared en la que ella se encontraba recostada, y mientras una canción de MØ sonaba de fondo, los dos castaños dejaron que un profundo suspiro saliera de sus labios.
— ¿Cuándo será qué tengamos algo sincero y real, Nicole? ¿Cuándo toda esta farsa acabará?
—Puede acabar cuando nosotros queramos que acabe, Finn, pero no sé si estemos listos.
— ¿Listos para qué? ¿Para tener una relación que no esté basada en una mentira? ¿Para vivir en serio lo qué es el amor? ¿Hay qué estar listo para eso?
Nicole alzó los brazos, sin saber muy bien que decir.
—Hay gente que no está lista para la realidad.
El timbre de la puerta sonó y Nicole dejó atrás a su irlandés para caminar hacia la puerta que llevaba toda la noche sonando. Tomó el tazón lleno de dulces que estaba en una mesa al lado de la casa, para después abrir la puerta.
Aunque lo que estaba detrás de la puerta, no eran niños necesariamente.
Una risa salió de los labios de Nicole al ver a la inglesa en ese ajustado traje de látex de color rojo que hacía énfasis con su claro tono de piel.
—Esto debe ser una mala broma. —murmuró la castaña de disfraz de ángel.
—No es una mala broma. A mí me parece muy graciosa. —dijo la pelinegra, la cual estaba disfrazada de demonio— ¿Cómo está, mi hermoso ángel? —preguntó la inglesa, acercándose más a Nicole.
—De maravilla ahora que has llegado. —respondió Nicole, sonriendo como una adolescente tonta enamorada.
—Te ves hermosa. —dijo Paige, mirándole con algo de picardía.
Paige miró hacia los lados, al igual que detrás de Nicole, para después acercarse rápidamente a ella y besar velozmente sus labios. Nicole soltó una risita, para después darse la vuelta y entrar con Paige a la fiesta.
La diversión acaba de empezar.
okey, yo se que yo debería de subir por acá los viernes, pero tengo malas noticias. Actualmente no tengo internet en casa, y probablemente el internet vuelva a mi hogar pronto... en diciembre o cuando la gente de internet sirva para algo mas que robar. so, tengo pensado subir cuando pueda
lo lamento, amorcitos, pero lo situación se escapa de mis manos.
capitulo dedicado a mi amada Ismar. Feliz cumpleaños, zorra.
Amor eterno, Evelyn.
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