XIX. Colt Doesn't Love Brie.
- ¿Qué haces aquí?
Finn ignoró la pregunta de su falsa novia y entró a la casa. Nicole rodó los ojos y se dio vuelta, siguiendo a Finn por la casa.
-Colt y yo somos amigos ¿recuerdas? Me envió a buscar sus cosas. -dijo él, después de varios segundos en silencio.
- ¿Por qué no vino él a hacerlo? -Le preguntó la castaña a su dizque novio.
Entonces Brie, la que al parecer había pasado una semana entera sin moverse del sofá, dijo con un tono dolido: -Porqué me odia y no quiere verme.
-No, Brie. No es por eso. -dijo él, tratando de animar a la triste gemela- De hecho, él está tan mal como tú.
-Sí, sí, como sea.
Nicole dejó de prestarle atención a la conversación cuando su celular empezó a sonar. La castaña sacó su celular del bolsillo de su pantalón y contestó la llamada.
- ¿Hola?
- ¡Nicole, querida!
- ¿Mamá?
-La misma, ¿quién más? ¿Cómo está mi niña?
-Sorprendida de que hayas llamado. ¿Sucede algo? -Nicole tomó asiento en el sofá deteriorado donde su hermana estaba empezando una nueva vida, escuchando lo que su madre tenía que decir.
-Solo quería decirte que la abuela nos invitó a pasar este fin de semana en su casa en los suburbios. ¿Qué tal si hablas con tu hermana y Colt para qué vengan?
Uh, vacaciones en familia. Que bazofia.
-Creo que no es el momento para salir de vacaciones en familia, mamá...
-Oh, ¡patrañas! Vengan a pasar un rato en familia, sé que todo mejorará si lo hacen...
-Mamá... bien, hablaré con Brie.
- ¡Genial, Nikki! ¡Las veo el fin de semana!
Nicole colgó el celular, y pensó en como darle las noticias a su hermana. Brie nada más salía para trabajar y después volvía a su sofá. Era mentira que su hermana iría a una reunión familiar... mucho menos si todos le preguntarían dónde demonios estaba su marido.
-Mamá llamó -dijo Nicole.
- ¿Ahora qué quiere? -dijo entre gruñidos su hermana.
-Quiere que vayamos este fin de semana para pasar tiempo en familia. -dijo.
-Uh, no fue suficiente darnos una infancia desastroza y ¿ahora tenemos qué pasar tiempo con ella?
-A pesar de todo, es nuestra madre.
-Sí, una madre que va a criticarme hasta que muera el hecho de que mi marido me haya dejado.
-Vamos a ir, Brie. Será bueno que despejes tu mente.
- ¿Despejarla? ¿Con mamá diciéndome que por mi humor de mierda Colt me dejó? No, gracias. -Nicole miró a su hermana con tristeza, suplicándole con la mirada que fuera al viaje. Brianna entornó los ojos y se cruzó de brazos, para después seguir hablando- Bien, iremos.
- ¡Muchas gracias, cariño! -La castaña sonrió condescendientemente para después acercarse a su hermana y abrazarla.- Ya verás que la pasaremos muy bien.
- ¿Finn irá? -dijo ella- Es decir, si voy a pasarla mal por lo menos quiero pasarla mal con él. ¿Qué dices, Finn?
-Yo no tengo ningún problema -Respondió el irlandés, el cual se encontraba metido en una de las habitaciones buscando la ropa de Colt.- Ehm, Brie... ¿Acaso crees que tu marido vaya a extrañar este juego completo de bolas de billar? Porque podríamos venderlo.
-Ni se te ocurra. Me dijo que algún día me enseñaría a jugar billar. -dijo ella.
-Oh, bueno... sería entonces una verdadera lástima que alguien se las robara.
-Finn, estoy completamente deprimida y tengo un revólver en casa; no robes las malditas bolas.
-Por cierto Brianna -dijo Nicole-, deberíamos hablar de la posesión de armas en esta casa.
-No hay nada que hablar. Soy una ama de casa que trabaja medio tiempo en una tienda y que espera que cuando llegué a casa su hermana y su marido se comporten o les apuntará con un revólver en la frente.
Nicole se mantuvo en silencio por unos minutos simplemente mirando lo desquiciada que se veía su hermana en estos momentos de depresión.
- ¿En serio crees qué no tenemos nada de qué hablar?
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