VII. Cody Loves Nikki.

Nicole le sonrió de soslayo al castaño, haciendo que éste le mirara con una sonrisa algo desubicada y algo extraña. Nicole rió un poco ante el mohín chistoso de su supuesta pareja al mismo tiempo que abrazaba los hombros de él con su brazo.

—Fue una linda noche hasta que te emborrachaste. —Comentó ella, sonriéndole con ternura a su amigo. Finn rodó los ojos, aun sintiendo el alcohol nadar por sus venas.

— ¿Qué paso?

—Te caíste y golpeaste muy fuerte en la cabeza. Estamos subiendo al apartamento de Paige para que te acuestes un rato. —Explicó ella.

—Dile a Paige que lo lamento. Creo que he arruinado su noche. —dijo él, con un tono algo cansado.

—Claro que lo has hecho, Charlie Sheen. —Se quejo la pelinegra, caminando detrás de ellos y sacando sus llaves de su bolsillo—. Pero eres divertido cuando te emborrachas.

Finn sonrió de soslayo, rezando internamente no haber dicho entre su borrachero su homosexualidad latente. Suspiro y sintió como su mundo empezó a dar vueltas una vez más debido a todo el alcohol que estaba en su organismo, y Nicole tuvo que sostenerlo con más fuerza soltando un gemido asustado al hacerlo.

—Sostén bien a esa perra. —Pidió Paige.

—No vayas a caerte, Finn. No quiero que te vuelvas a desmayar. —dijo Nicole.

Nikki & Paige ya habían tenido suficiente de Finn, sobre todo Nicole, la cual tenía que cargarlo a todos lados. Pero era su amigo. Y ella haría todo por su amigo.

Al mismo tiempo en el que Paige se posicionaba en frente de su puerta para abrirla, la puerta del vecino del frente se abría. Debido lo estrecho de los pasillos por el hecho de que era un edificio bastante pequeño, la puerta chocó justamente en la cara del pobre irlandés, haciendo a éste caer al suelo.

Nicole gruño, bastante molesta, para después alzar su mirada llena de ira al hombre de mohín preocupado. Los labios del hombre se abrían levemente, formando una "o" perfecta, para después juntar sus labios entre sí y apretarlos con pena. Nicole colocó sus brazos en su cintura, luciendo como una jarra. Se veía bastante molesta, sobre todo porque el individuo se había quedado allí con cara de idiota en vez de pedir disculpas.

—Yo...ehm... —Balbuceó él, con un tono titubeante y temeroso ante la mirada venenosa del individuo.

—Dame un buen motivo para no matarte en los siguientes cinco segundos.

— ¡Fue un accidente!

Nicole rodó los ojos, para después agacharse y ayudar a su novio a levantarse. Finn gimoteó mientras Nikki gruñía levemente.

—Pues, de ser así —Murmuró ella, abrazando a Finn contra ella—, no estaría demás pedir disculpas.

El hombre alzó un poco su mano, dispuesto a detener a Nicole, pero esta alzó su barbilla, mostrando presunción mientras avanzaba con su casi muerto hombre hacia los adentros del apartamento de Paige.

La británica rió ligeramente, para después mirar al hombre con pena: —Vaya. De verdad que los hombres solo saben cagarla con Nikki.

Ella se despidió con un movimiento de cabeza de su para nada locuaz vecino, para después entrar a su casa. Miró como Nicole dejaba caer al castaño sobre el sofá, para después admirarle con benevolencia y ternura. Paige sonrió de soslayo ante la bonita escena, para después decir.

—Llevémoslo a la habitación.

***

Nicole gruño, mientras seguía jugueteando con la camisa del pijama que Paige le había prestado para quedarse a dormir. Claro estaba que mañana era día de semana y que posiblemente tendría que ir corriendo a casa para cambiarse y seguir buscando trabajo, pero Paige le había prohibido salir a estas horas de la noche. Ahora, llevaba unos pantalones anchos con decoración de bananas extrañas por todos lados y tenía una camisa de tirantes que era demasiado pequeña.

Si la bajaba demasiado, sus pechos se escapaban. Y si la subía demasiado, se veía casi todo su abdomen. Y sus pechos eran muy grandes así que todo era más complicado.

Se sentó en posición de indio sobre el sofá de cuero en la sala, haciendo que la camiseta se enrollara sobre su estómago y éste se viera entonces. Nicole suspiro, vencida. Paige le sonrió desde la salida de la cocina, trayendo con ella dos tazas de café.

Nicole sonrió y mascullo un "gracias" a penas la taza de café con leche estuvo entre sus manos. Paige le miró con ternura. Eran quizá las tres de la madrugada, pero ellas igualmente tomaban café.

Nicole resoplo, para después mirar a Paige con un mohín cansado: —Creo que le hable un poco feo a tu vecino.

— ¿A Cody? —dijo ella, con una sonrisa satírica mientras bebía de su café—. Tranquila, él es un imbécil. Pero sí, creo que te excediste.

—Yo no soy así.

—Bueno, no te conozco del todo, rompecorazones. Pero no, no creo que seas así. —dijo la británica, alzando un poco sus hombros pálidos y descubiertos—. Eres de hecho demasiado linda.

—Uh...gracias.

—De nada, rompecorazones. Aunque sospecho que te dicen eso todo el tiempo.

Nicole suspiro, como asintiendo a las palabras de Paige. La británica miró como la castaña bajo levemente su vista, con timidez y desasosiego, haciendo sonreír a la inglesa con ternura y empatía.

La puerta fue tocada, y Paige se levanto para atender. Nicole tomó de su café, mientras con su mano no ocupada, trataba de arreglar la camisa rosa y corta. Paige, ya en la puerta, sonrió sátira al pelinegro del otro lado que le miraba con timidez.

—Hey, Cody. —Le saludo ella.

—Hola, Paige. ¿Tu amiga está despierta? —Hablo él, en tono bajo.

— ¡Por supuesto! —Exclamo ella—. ¡Nikki, cariño, te buscan!

Cody oyó los pasos de la susodicha, la cual no tardó en aparecer frente a él. Sus pies estaban descalzos y llevaba un pantalón muy cómodo y grande decorado con bananas. Y una camisa rosa, que dejaba a la vista sus grandes pechos. Cody sintió sus mejillas sonrojarse mientras Nicole le brindaba una sonrisa igual de tímida.

—Ehm...

—No digas nada. —Intervino ella—. Yo fui muy grosera contigo, lo lamento. De verdad que no debí tratarte así.

Él sonrió, mostrando sus bonitos hoyuelos.

—Yo lamento haber golpeado tan fuerte a su amigo. —Hablo él—. No fue mi intención.

—No hay problema. —Sonrió ella.

Él le devolvió la sonrisa, mientras rascaba su nuca con nerviosismo. Paige tomó de la taza de porcelana, dibujando una sonrisa sardónica en su carita de ángel, para después alejar la taza de porcelana y decir: — ¿No crees qué es muy temprano para coquetear, Cody? Deberías volver a casa. No querrás que su novio despierte y venga por ti con ganas de venganza.

Cody asintió, nervioso.

—De acuerdo. —Murmuró él—. Adiós chicas.

Nicole sonrió por última vez, mientras Paige alzaba su mano derecha y movía sus dedos en señal de despedida. Nicole cerró la puerta, para después mirar a Paige con los brazos cruzados y un mohín algo burlesco.

— ¿Qué? —Rió la inglesa.

—Creo que excediste.

—De nada por salvar tu lindo trasero de otro hombre idiota, Nicole. Es un placer. —Rodó ella los ojos, tomando lo que quedaba de su taza.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top