No recordaba ni siquiera como se encontraba en esta bochornosa situación. Solo sabía que ahora se encontraba frunciendo el ceño y mirando todo con desdén mientras veía como su compañero festejaba con sus amigos.

Nicole no amaba a Randy, ni siquiera le importaba. Pero su hermana Brianna le había dicho que un hombre grande y fuerte era el ideal para mantener las apariencias. Además, nadie notaría que prefería las vaginas si estaba con un hombre tan imponente y masculino como lo era Randy Orton.

El hombre era tosco, bochornoso, nada bizarro, poco caballeroso y era sumamente abominable y nefasto. Era un dolor en el culo que Nicole debía vivir para poder disimular sus preferencias sexuales. Si tan solo hubiera salido del closet en su adolescencia, esto no estaría pasando.

Nicole jugueteó con el vaso de vidrio que Randy le había ofrecido, el cual tenía algo de vodka en su interior. Una bebida que Nikki detestaba pero que bueno, su macho alfa había gastado dinero que ella debía tragar.

Un brazo abrazo sus hombros, de una manera tosca y molesta. Nicole miro con sus delineados ojos castaños al hombre de innumerables tatuajes. Nicole le miró con su coquetería innata, la cual era inclusive voraz y abominable. Randy apretó los hombros de la mujer de melena castaña, mirándole con torpeza.

—Los muchachos y yo iremos a la casa de Zayn. —Hablo él, cerca del oído de la mujer—. Si quieres podríamos irnos por otro camino e ir a mi apartamento. ¿Qué dices?

Nicole contuvo el deseo de rodar los ojos ante la mirada ambiciosa de su acompañante.

—No tengo ganas. —Hablo ella, jugueteando con un mechón castaño y escondiéndolo detrás de su oreja—. Estaré...ocupada después de que salgamos de aquí. —dijo ella, mintiendo con una sonrisa pintada en su cara.

— ¿Haciendo qué?

Ella parpadeo un poco.

—Pues...yo...

—Nicole, no me dejes en ridículo con mis amigos.

—No quiero hacer eso. —dijo rápidamente—. Es solo que...

— ¡Es qué ella y yo iremos a ver una película! Sí, sí...eso haremos. —Intervino una pelinegra, que se encontraba detrás de la mesa del bar. Nicole miro a la mujer de marcado acento inglés, la cual le sonreía con lástima y sátira a Randy—. Ya sabes...cosas de chicas...

—No sabía que eras amiga de la bartender. —Le dijo Randy a la castaña de grandes pechos.

—Ehm...yo...

— ¡Oh, claro qué sí! —Hablo la mujer de cabello negro—. Nos conocimos cuando ella... —La mujer miró a Nicole, pidiéndole que le ayudara con la mentira. Nicole solo balbuceó monosílabas sin saber exactamente como intervenir—. ...cuando ella salía con Phil. ¿Te acuerdas de Phil? Ay, ese tipo era adorable. Lástima que terminaron. Como sea... —Hablo con rapidez la mujer, para después mirar a Randy—. Hoy mi amiga y yo saldremos. Tú vete con tus amigotes, viejo. Yo cuido a tu chica.

Y ante un guiño coqueto de la pelinegra, Nicole le sonrió a su actual novio. Randy apretó el entrecejo, para después asentir. Iba a despedirse con un beso, pero Nikki negó con la cabeza, haciendo que Randy se largara con un gruñido.

Nicole miró a la mujer de cabello azabache, la cual limpiaba uno de los vasos del bar con un trapo viejo, para empezar a sonreír de soslayo con agradecimiento.

—Hey...

—No digas nada, preciosa. —Hablo la pelinegra, sin mirar aún a la mujer—. Se notaba desde lejos que no querías estar con ese sujeto. —Ella colocó el vaso en la mesa, mirando en ese entonces a la castaña—. Yo solo ayude como una mujer debe hacer. Hay un lugar especial en el infierno para las mujeres que no ayudan a otras mujeres.

Nicole le sonrió a la pelinegra.

—Soy Nicole. —Extendió ella su mano sobre la mesa del bar—. Y soy una rompecorazones.

La mujer sonrió.

—Soy Paige, guapetona. —Hablo la pelinegra, estrechando su mano—. Y soy una bartender dispuesta a ayudar.

Y entonces, se sonrieron.