Parte II
Jake Peralta:
Terry Jeffords:
Y al final la misión fue todo un éxito, no hubo tiroteo, solo unos idiotas que intentaron robar un banco por tercera vez y fallaron desastrosamente y porque Terry les pateó el trasero antes de que siquiera abrieran la bóveda.
Sí, no pudo resistir acompañar a Rosa y Jake a la misión, a pesar de que Jake se removiera nervioso cuando él estaba cerca.
-Hola, Sargento- le saludó Jake con energía, y esa sonrisa insegura pero amplia en su rostro- ¿Cómo estuvo el robo? ¿Los tacleó a todos como haría Hulk? ¡Hulk, aplasta!- exclamó enseñando sus bíceps, o falta de ellos.
Terry le sonrió, como si estuviera frente a un niño inquieto.
Jake odiaba esa sonrisa, y a la vez la amaba. Amaba que le hiciera sentir querido de una forma extraña, pero odiaba que fuera porque estaba siendo inmaduro y Terry sintiera que era Jake como un niño, un niño que constantemente hacia travesuras y necesitaba ser castigado y... mierda, había comenzado otra vez.
Jake apretó los labios al recordar las palabras de la psicóloga, sus pensamientos siempre traicionándolo, recordándole que lo que quería era complacer a Terry, ansiar su atención. Y no, no, no iba dejar que eso fuera cierto.
Pero cada vez que veía a Terry pensaba en lo acertado que eran esas afirmaciones de la mujer, y en lo incómodo que había sido suplicarle a Rosa que no dijera una sola palabra.
Flash Back
Hace unas horas que estaban esperando afuera del banco, Jake tenía la pistola en sus manos, y la placa colgando de su cuello. Rosa estaba callada, y Jake temía que si comenzara a hablar ella sacaría ese tema.
Pero tenía que sacar ese tema y asegurarse de que Rosa no diría nada, o que no se burlaría de él frente a otras personas, no quería que se supiera que estaba confundido, porque lo estaba.
-Entonces...- comenzó a decir con una sonrisa, intentando aligerar el ambiente- ¿Cómo esta todo, Rosa?
-Jake- dijo ella seria, porque estaban en una misión y no deberían estar hablando de cosas personales.
-Lo siento- se disculpó bajando la mirada, y mordiéndose el labio, se removió nervioso para luego volver a hablar- pero Rosa, por favor, lo que escuchaste, lo que dijo la sicóloga
-No es nada que no sepa ya- le cortó ella de mala gana, porque enserio necesitaban concentrarse en impedir el robo.
-¡No me gusta Terry!- exclamó desesperado.
-Ya.
-Hablo enserio, Rosa- se quejó, haciendo una rabieta.
-Te creo.
-No me crees.
-Cierto- confirmó ella, bajando el arma por fin y enfocándose en él, sabiendo que no dejarían el tema- Jake, esta bien, si te gusta Terry bien, pero ten en cuenta que es tu jefe, es un hombre casado, y...
-¿Y...?- insistió al ver que ella no terminaba la frase.
-Te ve como un niño- terminó de decir.
Jake parpadeó sorprendido. Nada de eso era nueva información, claro excepto lo último, o bien no, él sabía que Terry lo veía como a un niño inmaduro, pero no sabía que eso fuera un impedimento para ellos. O no, no había ellos, eso jamás pasaría, estaba seguro lo cual lo volvía todo ligeramente más deprimente.
-Bueno- dijo fingiendo una amplia sonrisa- nada de eso importa porque no me gusta Terry.
Rosa giró los ojos, mirándolo como si fuera el idiota más grande que haya conocido. Y volvió a enfocar su atención en el robo.
-No voy a decir nada de lo que dijo la sicóloga, porque somos amigos, y porque no me gusta que estés así- Jake dejó escapar el aire que estaba conteniendo- por que no te creo cuando dices que no te gusta Terry.
-Pero yo...
-Tienes una forma, Jake.
-¿Forma?
-Una forma de actuar cuando te gusta alguien. La forma en la que miras a Terry, es como si vieras lo más impresionante. Y si me preguntas, no creo que estés intentando convencerme a mi de que no te gusta Terry, creo que intentas convencerte a ti mismo.
Fin Flash Back
No sabía que pensar de esa conversación.
Porque seguía confundido. Y ahora más que nunca.
Jake era problemático, solo para llamar la atención, y luego era obediente porque le gustaba complacer a las autoridades y todo eso. Pero era Terry, su jefe, su enorme, musculoso y sensual jefe. Su amigo, por quien estaba sintiendo una atracción que no debería.
Y todo empeoró una semana después de eso. Cuando Terry tuvo que ir a hacerse una vasectomía, o "extracción de pene" como le decía Jake. Él se ofreció a llevarlo intentando probarle que podría ser un buen amigo. Amigo, eso era lo que debería ser, Terry estaba casado, y era su jefe.
Y terminó durmiendo con Terry.
No de forma sexual, o... como quisiera, claro, solo terminó sepultado bajo su enorme cuerpo e incapaz de librarse.
Estaban en el consultorio hace solo unas horas y Jake se rio cuando lo vio salir en silla de ruedas con el Doctor manejándolo.
-Hey ¿Cómo salió? ¿Ahora tiene la voz aguda?
El doctor le miró raro.
-¡Jake el doctor me convirtió en un superhéroe!- exclamó Terry drogado, o anestesiado o como sea, pensó- ¡Soy tan fuerte! ¡Y me hizo negro!
-Esta bajo mucha mediación- comenzó a decir el doctor- su amigo es tan grande...
-¿Qué necesitaban una sierra más grande para atravesar su cosa?- cuestionó, pensando en que eso era una vasectomía, una extracción de pene, aun que Terry decía que no era eso, como sea.
-No- dijo el doctor extrañado basándose en su explicación aburrida de porque no fue suficiente anestesia porque Terry era muy grande, que Jake solo capto que Terry no tenía filtro para hablar porque estaba drogado.
Decidió que era mejor llevarlo a su casa.
Y no fue fácil, porque tuvo que indicarle que se subiera de copiloto y Jake intentó ayudarle a levantarlo de la silla, toda una hazaña teniendo en cuenta que Terry era muy pesado y tuvo que apoyarse en él.
Cuando llegaron a la casa, Terry hablaba, incapaz de guardarse las cosas que no debería decir. Como que el capitán Holt a veces necesitaba fumar algo de hierba para relajarse, o que Gina siempre coqueteaba con él, o que amaba demasiado el yogurt, eso no era ningún secreto.
Y después de que Terry examinara su cabeza, diciendo que era muy pequeño, Jake decidió que era mejor llevarlo a la cama.
-Creo que deberíamos tener un refrigerador solo para yogurts en la oficina- decía Terry con ese tono de estar ebrio, pero no, solo drogado- ¿No lo crees?
-Sí claro- respondió asintiendo a todo lo que decía- bien Terry, ya te puse el pijama, te leí un cuento, miré debajo de la cama...
-Mira de nuevo- dijo con desconfianza.
-Y ahora es hora de dormir, así que metete en la cama.
-Espera, tienes que prométeme que no me dejarás hacerme la operación. Quiero tener más hijos...
Jake terminó prometiéndoselo, y lo decía enserio, tanto enserio como para que se fuera a dormir.
Terry se dejó caer en la cama, sentado. Y Jake se mantuvo de pie frente a él.
-Hay algo más, cabeza pequeña- dijo Terry repentinamente, agarrándolo de la muñeca y obligándolo a caer sentado en su regazo.
Jake se sonrojó, e intento moverse, pero el agarre de Terry era firme, y sus ojos se mantuvieron en el rostro de Jake, y había algo en ellos, una extraña ansia, como si quisiera tenerlo aun más cerca.
-Sargento...
Terry rodeó el torso de Jake con sus brazos, y su mirada se suavizó un poco antes de pasar sus manos luego por su cabeza, a sus mejillas, acariciándolas.
-¡Eres tan pequeño!- dijo como si se hubiera dado cuenta de algo muy importante- ¡Holt no debería dejar a alguien tan pequeño en peligro!
Jake gruñó intentando liberar sus mejillas que ahora estaban siendo pellizcadas. Y no le respondió que él no era pequeño. Era tamaño normal, era Terry quien era proporcionalmente grande.
-Sargento- se quejó Jake colocando sus manos en las muñecas de Terry intentando apartarlo- es hora de dormir.
Terry no se detuvo hasta después de un rato, y por fin asintió dejándolo ir, y se levantó jalándolo a él a su cuerpo, Jake tuvo que levantar la vista para verlo a los ojos, porque estaban muy cerca uno del otro.
-Holt no tiene que ponerte en peligro.
Jake suspiró, sabiendo que replicarle a Terry en ese estado era inútil.
-Esta bien.
Entonces Terry le tomó de las mejillas, y sus enormes manos cubrían casi toda la quijada de Jake cuando lo acercó, y el sargento se inclinó, pegando su frente a la del otro.
-Terry...- susurró Jake, parpadeando confundido al ver el rostro de Terry tan cerca.
Estaban tan cerca que sus respiraciones de entremezclaban, Jake olía el jabón a vainilla de Terry, y su aliento a menta, porque acababa de lavarle los dientes antes de ir a la cama.
Jake cerró los ojos cuando el sargento pasó su enorme pulgar por sus labios.
-Jake...
-¿Sí, sargento?- murmuró intentando sonar profesional lo mejor que podía, sabía que debería apartarse, o intentarlo al menos ya que con la fuerza de Terry este podría impedírselo si quisiera.
-Y tienes que prometerme que no me dejaras hacerme esa operación- dijo tan repentinamente que Jake sintió que volvía el alma a su cuerpo.
-Lo prometo- respondió con una risa nerviosa cuando Terry retrocedió un paso.
-Bien, porque no he terminado con mis testículos.
Jake asintió algo incómodo. No quería pensar en el cuerpo de Terry ahora que la situación parecía estar enfriándose.
Y entonces Terry pareció desconectarse, y se cayó sobre él tan deprisa que Jake no pudo moverse, Terry se quedó dormido al instante.
-¿Terry?- le llamó Jake nervioso, removiéndose bajo él.
Gimió desesperado intentando salir de debajo de Terry, pero era como ser aplastado por un oso. No había forma de salir de allí sin que Terry despertara y las drogas que le administraron no le dejarían despertar en un futuro cercano.
-Terry- se quejó estirando su brazo, intentando agarrar el teléfono de la mesita de noche pero era inútil estaba demasiado lejos.
Jake cerró los ojos resignado, intentando pensar en algo que no fuera el enorme y musculoso cuerpo de su jefe sobre el suyo. La respiración de este sobre su cuello haciendo estremecer.
-No, ahora no, no, no- se maldijo cuando sus pantalones le apretaban donde estaba formándose una erección- por favor ahora no.
Si Terry despertaba y lo veía así Jake iba morir de vergüenza.
Se removió una vez más intentando salir de allí, pero fue inútil. Iban a pasar unas buenas horas antes de que Terry despertara, así que asumiendo que el orden de sus huesos no seria el mismo después de esa noche intento cerrar los ojos y dormir.
Y le costó.
Dios sabe que le costó.
(...)
Estaba en una habitación bastante familiar, Terry estaba sobre él, pero esta vez no estaba con su pijama, estaba con la ropa de sargento, el traje completo de oficial, y le quedaba tan bien, nadie debería verse tan bien, pero tenía un brillo oscuro en sus ojos.
-¿Terry?- murmuró Jake aun medio dormido.
-Has sido un chico malo, Jake- murmuró este, inclinándose sobre él, quedando a pocos centímetros de su cara.
-¿Q...qué?
-Muy malo- susurró sobre su oído, haciéndole estremecer -Voy a tener que castigarte.
Jake colocó las manos sobre el pecho del sargento, pero no pudo apartarlo porque este era fuerte, y estaba rozando con sus labios la piel sensible de su cuello.
-Jake...- murmuró Terry
Jake suspiró.
-Jake.
Esta vez la voz sonaba más lejana.
-Jake, despierta.
La voz de Terry le hizo dar un respingo y entonces se despertó de golpe, Terry estaba frente a él, removiéndolo, e iba vestido con su ropa de trabajo, aun que sin el uniforme de oficial.
Había sido un sueño, pero las manos de Terry se sintieron tan reales que quiso volver a cerrar los ojos y dormir.
No lo hizo, uno, porque no estaba en la comodidad de su hogar, dos porque Terry estaba frente a él y Jake no quería decir nada raro en sueños, y tres, tenía una erección en sus pantalones en ese momento.
Se dio cuenta que alguien le había tapado con una manta, seguramente Terry.
-Hola Sargento- le saludo, con una sonrisa inocente, intentando disimular lo mejor posible sus pensamientos y el hecho de que ahora su cuerpo los reflejaba.
Se preguntó si Terry recordaría algo de lo que había sucedido entre ellos anoche, bueno, no es que algo haya pasado, fueron simples acercamientos, pero aun así contaba.
-Jake tenemos que ir la comisaría, puedes ir a ducharte- le indicó este cuando comprobó que el otro estaba despierto- Te espero abajo, con un desayuno saludable.
No, definitivamente no se acordaba.
Cuando se lo vio irse Jake suspiró, dejándose caer en las almohadas, sintiendo todos sus huesos sonar porque Terry había reacomodado sus huesos con su gran peso y dolía.
Por otro lado, comenzaba a pensar que la sicóloga no hablaba del todo incoherencias.
Cuando llegaron a la comisaría la primera persona a la que se encontraron fue a Rosa y Jake se quejó para sus adentros porque no quería tener que explicarse.
-Hey Sargento, Jake- les saludo con un gesto de cabeza- luces horrible- le dijo a este último.
-Dormí en casa de Terry- se explicó, mientras se subían al elevador.
Ignoró deliberadamente la pequeña sonrisa burlona que Rosa le mandó, porque no había que ser un genio que se estaba imaginando cosas que no habían pasado, y estaba malpensando toda la situación.
Jake carraspeó incómodo. Y agradeció como nunca cuando las puertas se abrieron y Terry salió primero. Antes de seguirlo Rosa le tomó del brazo y le miró expectante.
-No pasó nada- se apresuró a decir Jake- o bueno, ya sabes, nosotros...-farfulló- dormimos juntos, pero no en ese sentido, el sargento estaba drogado y cayó sobre mi...
-No es eso lo que me preocupa, Jake- le soltó el brazo, e hizo un gesto para que fueran al pasillo donde había menos gente- lo decía enserio, luces horrible, y no hablo solo físicamente ¿Qué pasó?
Jake gruñó y hecho su cabeza hacia atrás, acomodándose el cuello y escuchando como tronaba un poco.
Flash Back.
Esa mañana Jake se había duchado y colocado sus mismas ropas del día anterior porque estaba en casa de Terry y no tenía que otra cosa ponerse, no es como que le fuese a pedir ropa prestada al sargento, probablemente le quedaría enorme, como un saco.
Bajo a desayunar aun con la espalda adolorida por la incómoda posición en la que durmió, y el peso de Terry.
-Hey Sargento ¿Sabes donde dejé mi chaqueta? - le preguntó Jake al llegar a la sala, tomando asiento en uno de los taburetes de la cocina.
-La colgué en el perchero- dijo colocando un vaso de leche frente a Jake, y unos huevos con tocino en forma de carita feliz, con arándanos y avena con yogurt.
-¿Qué es esto?
-Un desayuno saludable- respondió Terry sentándose frente a él- necesitas alimentarte.
Jake arrugo la nariz.
-No me gusta la avena, es el alimento con menos sabor que hay-se quejó con un puchero.
-Te lo vas a comer todo, Jake, o te voy a obligar- le dijo con una sonrisa, y por más que lo dijera de forma amable Jake sabía que era cierto.
Fin Flash Back.
-No entiendo- respondió Rosa frunciendo el ceño cuando terminó de contarle.
-¡Que tenias razón!- exclamó Jake- Terry me ve como un niño.
-Creí que eso te daba igual porque no te gustaba Terry.
-¡Okay, bien, tu ganas, mentí!- respondió de una vez por todas, mirando a ambos lados para ver que no haya nadie alrededor- si me gusta, me gusta Terry, creí que era algo que se pasaría con el tiempo pero no ha sido del todo así
-¿Y qué planeas hacer?
-Nada- dijo con desgana, obteniendo una mirada sorprendida de Rosa, o lo más sorprendido que su rostro de robot podía estarlo- tu lo dijiste, es un hombre casado, es mi jefe, y tiene hijas.
-Y te ve como un niño.
-Ya sí ajá, no tienes que repetirlo. Eso lo dije yo primero; ahora pasemos a lo importante ¿Cómo logro que cambie esa imagen de mi?
-Podrías comenzar a actuar como un adulto. Terry te cuida mucho porque sabe que en el fondo eres tan inmaduro que no sabrías hacerlo por tu cuenta.
-¡Eso es ofensivo, claro que podría hacerlo por mi cuenta!
-¿Ah sí?- preguntó escéptica- y si Terry no te hubiese obligado a desayunar con él ¿Qué habrías desayunado?
-Burrito de ositos de gomita- respondió alzándose de hombros, era obvio, era el desayuno de sus días miércoles.
Rosa giró los ojos.
-A eso me refiero- dijo ella con aburrimiento antes de darse media vuelta e irse.
-¿Qué hay de malo con las gomitas?- exclamó Jake viéndola alejarse-¡Rosa!
Se quedó allí de pie un momento, pensando en que podría hacer para cambiar esa imagen que Terry tenía de él, no es que quisiera tener algo con Terry, él estaba casado con Sharon, quien a Jake le caía muy bien, tan bien que no pensaba interponerse entre ellos.
Pero por otro lado cada vez que pensaba en la parte de anoche en la que Terry le jaló de la muñeca y lo sentó en su regazo, rodeando su cintura con sus fuertes y grandes brazos, solo pensaba en volver a sentir aquello.
Además eso no era todo, Terry se había acercado a él como si quisiera hacer algo más, y pasó su pulgar por sus labios. Había algo en sus ojos, algo en sus ojos que ansiaba tenerlo ahí. Y Jake podía ser inmaduro pero no era idiota como para no verlo.
Iba llegar al fondo de todo esto.
-Peralta- le llamó el capitán y Jake dio un brinco sorprendido.
-¿Sí?- cuestionó nervioso, esperaba no haber dicho nada en voz alta, a veces solía hacerlo.
-¿Todo en orden, te quedaste mirando a la nada con una sonrisa peculiar?
-Amm ajá- asintió rápidamente- todo bien, pa... capitán- se corrigió.
Se esforzó un poco por actuar lo más normal que podía, no sabía como reaccionaria Holt si le contara el pequeño desliz con Terry.
N/A: Yey! La segunda parte, espero que les haya gustado y estaré escribiendo pero tengo muchos examenes y todo eso, lo siento. ¡Gracias por leer! 💖
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top