Parte I




N/A: Nueva historia, y nada más ni nada menos que de una de mis series favoritas Brooklyn 99, enserio no sé como la gente no hace fics de Terry y Jake, no he encontrado uno solo. Así que decidí contribuir a esta comunidad con un Jerry fic.
Esta parte está basada en el capítulo 14 de la primera temporada "El halcón de ébano" y bien sin más que decir a leer.

Jake Peralta:

Terry Jeffords:

Terry & Jake:

Parte I

Jake Peralta era uno de los mejores detectives del 99, o mejor dicho era el mejor. O lo sería si por un momento dejara de ser tan inmaduro y simplemente creciera como el resto de las personas normales. Pensó Terry, viendo como Jake se paraba al lado de su escritorio con las gafas del Capitán Holt que tomó prestadas, haciendo una imitación de él.

-Peralta, devuélveme mis gafas- dijo Jake con las manos tras la espalda a la vez que se paraba muy erguido.

Terry no pudo evitar sonreír, porque, aunque fuera de por si el hombre más inmaduro que conocía Jake era el más divertido.

Terry se alegraba de poder despejarse de todo el drama que estaba ocurriendo en esos momentos en su casa, las cosas en su matrimonio no iban de lo mejor que digamos, pero luego se lo replanteaba y decidía que lo mejor era darle otra oportunidad más a su matrimonio, por sus hijas.

Sharon era su mujer, su esposa, y la amaba, pero simplemente ya no estaba enamorado de ella, y al parecer ella tampoco sentía lo mismo, no lo hablaban, pero las miradas que compartían hablaban por ambos, y lo que más los unían eran sus hermosas hijas.

Suspiró, aun tenía mucho en que pensar.

-Sargento- le llamó Jake parado frente a él, moviendo su mano de arriba abajo intentando llamar su atención.

-¿Qué ocurre, Jake?- preguntó con un suspiro- ¿El capitán te regañó por quitarle las gafas?

-Solo un poco- respondió alzándose de hombros- Sargento, me preguntaba sí... quiero decir, tenemos un caso con Boyle, y llevamos de infiltrados un tiempo en un gimnasio, para atrapar al vendedor de esteroides y, la cosa es, necesitamos a alguien con sus cualidades... físicas para acércanos a uno de los compradores y que nos diga quien es su proveedor.

-Y me estas pidiendo que vuelva al campo.

Terry se había tomado un año de licencia por sus hijas. Y prefería no arriesgar su vida porque no quería dejarlas sin un padre, pero era un policía, un sargento, y ya estaba siendo hora de que volviera al campo.

-Vamos, Sargento, por favor- suplicó Jake, colocando esos ojos de perrito que suele hacer cuando quiere algo, Terry debía admitir que siempre funcionaban- no podremos terminar este caso sin usted.

-Esta bien- asintió con una sonrisa- de todas formas, planeaba volver a la acción, así que los ayudaré con el caso.

-¡Sí!- Jake alzó sus brazos con una sonrisa- iré a decirle a Boyle.

Terry alzó una ceja viéndolo correr como un niño emocionado.

(...)

Jake no había pensado en lo seria que era la situación de Terry hasta que fue a visitarlo a su casa junto con Boyle para ir al gimnasio donde estaría el traficante.

El Sargento les abrió la puerta de su casa indicándoles que pasaran y cuando Jake vio a sus hijas entendió porque Terry se había tomado todo el año, porque le daba pánico todas las situaciones peligrosas que había en los casos, las armas, todo. Era por sus hijas, pensaba en ellas.

Jake quería sacarlo del caso, con todas sus fuerzas, no quería que algo le ocurriera a Terry, Terry quien tenía paciencia infinita para sus estupideces, Terry que siempre buscaba formas de cuidarlo, Terry que era tan fuerte y guapo. Sacudió la cabeza, porque enserio no tenía nada que ver.

No quería decir nada, no quería que Terry entrar en pánico por los locos pensamientos de Jake, pensamientos de peligro y armas y caos. No.

-Estoy más que listo para la misión- dijo Terry llegando junto a Jake y Boyle después de haberlos encontrados escondidos en la carpa pequeña que sus hijas habían armado en medio de la sala- hora de partir.

-Terry- comenzó a decir Jake con nerviosismo mientras caminaban al porche de la casa, y se dirigían al auto- Quizás debamos tomarnos esto con calma.

-¿Calma? -preguntó este mirando a Jake alzando una ceja, mientras encendía el auto, Jake se sentó en el asiento del copiloto.

-Sí. Podemos vigilar, y espiar y... proceder a infiltrarnos, o tú, con tu personaje que se llama Trent, en dos meses y solo, solo si es muy necesario...

-Jake te lo he dicho muchas veces. Estoy listo. Además, soy el único que puede hacer el trabajo, y mantenerte a salvo.

-¿Por qué todo el mundo cree que necesito una niñera?- se quejó Jake, y odió que por un momento sonara tan quejumbroso.

Cuando entraron al gimnasio para proceder con el caso, Jake estaba nervioso, observando cada interacción de Terry y el tipo ese. Era gigante, le sacaba al menos una cabeza a Jake, y era todo músculos, era mas grande que Terry y Terry era el hombre mas grande y musculoso que Jake conocía.

Y cuando el tipo ese y Terry comenzaron a charlar con la idea de llegar a saber quien era el proveedor del tipo, y Terry mantenía su personaje mientras charlaban.

Jake escuchaba atentamente atrás de los casilleros del camerino del gimnasio. La placa y el arma en su mano.

-Es raro que nunca haya entrenado contigo antes- comentó el tipo- ¿Cual dijiste que es tu gimnasio habitual?

-No lo dije, el Brooklyn Bulk Fitness

-¿Qué?- dijo sorprendido el tipo y su tono de sospecha apareció- Ese es mi gimnasio, nunca te he visto allí.

-No sé porqué- respondió Terry manteniendo su personaje a la perfección- entreno ahí todo el tiempo.

-Yo también entreno allí- dijo manteniendo el tono de sospecha mientras entrecerraba los ojos- y nunca supe de ningún Trent...

Jake se tensó, todo su cuerpo y fue entonces que saltó con su placa y su arma. ¡Y no fue su culpa! ¡Terry estaba en peligro! ¡No podía dejar que algo le pasara, sus hijas quedarían sin padre!

Decir que Terry estaba furioso era decir poco, porque Jake acababa de arruinar una misión encubierta.

Terry le observaba furioso, aunque su rabia se desvaneció un poco, solo un poco, al darse cuenta que Jake enserio lucía pequeño al lado de Jacoby y él, pensó mientras este colocaba las esposas en las gigantescas manos de Jacoby para llevarlo a la estación a un interrogatorio.

-Terry- comenzó a decir Jake.

-No- le silenció.

Jake hizo un puchero, pero obedeció, y rayos, era tan infantil, con esos gestos aniñados que Terry a veces encontraba difícil enfadarse con él.

Cuando llegaron a la comisaría, Terry se fue directo a interrogar a la única persona que podría decirles quien era el distribuidor de esteroides. Jacoby.

Jake aprovecho que el sargento no estuviera para buscar junto con Boyle al traficante. Y lo consiguieron, lo contactaron y quedaron de verse en la noche en el gimnasio. Y Terry se molestaría cuando lo supiera pero Jake prefería que estuviera enfadado que en peligro. Entonces planearon una misión encubierta en la que irían sin Terry, Jake y Boyle debían fingir estar boxeando y que necesitaban comprar esteroides, y luego aparecería el traficante. Y lo arrestarían.

Excepto que Terry apareció en el gimnasio mientras Jake se preparaba para subir al ring y lo obligó a él a subir. Y así Jake termino con guantes de boxeo, cara a cara con un más que furioso Terry por haber sido abandonado en la comisaría (por su propio bien, se repetía Jake).

-¿Cómo supo de esto, Sargento?- preguntó Jake queriendo saber como Terry fue capaz de averiguar donde estaban.

-¡Soy un sargento de detectives en la policía de Nueva York!- exclamó, aun furioso con Jake, aunque Terry no iba negar que este se veía de cierta forma lindo con sus guantes de boxeo azules, no lucía para nada peligroso, y se notaba que estaba nervioso por si Terry procedía a golpearlo.

Jake lo observó alzando una ceja ante su respuesta.

-Holt me dijo- confesó Terry resignado luego de un momento -¿Por qué me dejaron fuera de la operación?

Al ver que Jake comenzaba a poner excusas le dio un golpe en el rostro, encontrando de cierta forma divertida cuando grito y se sobó, porque enserio, Terry ni siquiera le había golpeado con un tercio de su fuerza. Jake tenía la resistencia al dolor más baja que cualquiera de sus hijas, y ellas tenían dos años.

-Ahora voy a golpearte enserio- dijo Terry molesto

-¿Eso no fue enserio? Oh por Dios- gimió Jake alzando sus brazos desesperado al verlo acercarse- No espera, espera ¡Estaba preocupado!- exclamó rápidamente.

Y esa fue la primera vez que a Terry le pareció que Jake estaba comenzando a madurar, mientras le decía que lo había cortado de la operación porque no quería que las hijas de Terry se quedaran sin un padre, porque Jake había crecido sin uno y eso era una verdadera mierda. Terry había sentido enormes ganas de abrazarlo, y alejarlo del resto del mundo, porque Jake tenía un corazón muy grande.

Claro que el caso terminó saliendo mejor de lo esperado, atraparon al traficante y a sus secuaces.

Y Jake seguía siendo Jake, pensó Terry cuando le entregó un dibujo que hicieron sus hijas para él como agradecimiento por mantenerlo a salvo, el dibujo era malísimo, pero Jake casi se pone a llorar. Y Terry sonrió, porque en el fondo Jake aun tenía mucho que madurar.

(...)

¿Cuándo Terry se dio cuenta que tenía un problema?

Era el tercer juego anual y en el se enfrentaban al que era, según Jake, el peor de los departamentos de Brooklyn, sus viles enemigos, el departamento de bomberos.

Era un juego "amistoso" donde Terry con su fuerza, físico y tamaño siempre conseguía anotar los puntos sin ser tacleado. Y hacía un baile cada vez que anotaba, porque significaba que ganaban.

-Tienes una buena jugada y se la pasas a Jeffords - dijo molesto el jefe de los bomberos a Jake- me gustaría verte a ti anotar.

Y Jake lo hizo, anotó, por su cuenta, siendo cargado sobre el hombro de Terry pero bueno, había anotado al fin y al cabo y ganaron el partido.

Y Terry se dio cuenta de un detalle.

Le gustaba cargar a Jake, le gustaba que este se mostrara tan feliz en sus brazos, así que siempre encontraba excusas para hacerlo. Y sobre todo le gustaba esa mirada de admiración en los ojos de Jake, y cuando susurraba "eres tan fuerte Terry."

Jake era como un niño, de hecho, Terry estaba seguro de que aun era un niño en su interior, toda su personalidad lo indicaba. Y eso hacia que su estómago se retorciera, porque a Terry le gustaba, le gustaba más de lo que debería.

Y si Holt se enteraba quizás no se lo tomaría muy bien, porque veía a Jake como su hijo, por mucho que lo negara, un hijo a quien debía proteger mayoritariamente de sus actitudes infantiles.

Se encontraba de buen humor esa mañana, o eso hasta que Jake llegó a la reunión media hora tarde, tan irresponsable y relajado como siempre sosteniendo un café en su mano.

Eso arruinó su buen humor, y el de muchos en la comisaría quienes se tomaban su trabajo muy enserio. A veces simplemente Jake era demasiado Jake.

-¡Terry, Terry, Terry!- Jake llegó corriendo hasta él, a la hora del almuerzo, con una caja blanca en sus manos, de esas en las que normalmente la gente guarda pasteles- Necesito tu ayuda.

Terry alzó una ceja, porque normalmente cuando Jake decía esas frases era para manipularlo y hacerle levantar un bidón de agua, porque Jake no admitiría que no podía levantarlo el mismo.

-¿Que ocurre ahora, Jake?- preguntó, dejando filtrar un rastro de molestia.

-Lamento haber llegado tarde esta mañana a la reunión- murmuró- y sé que fue irresponsable y que siempre lo hago, pero uno te traje un pastel como disculpa- dijo con una sonrisa inocente, que en Terry funcionaba más de lo que le gustaría admitir- y dos, tengo un muy buen motivo. Y tres necesito que por favor, por favor, por favor, le digas a Holt que me asigne el caso del tipo de la tienda que fue apuñalado en el torso.

Dejo el pastel en el escritorio del sargento.

-Eso depende ¿Por qué llegaste tarde, Jake?- cuestionó con fingido desinterés, abriendo la caja, no había forma de que Jake lo hubiese comprado, no tenía dinero, probablemente le había pedido dinero a Boyle.

-Bueno no es por presumir pero ¡Conseguí entradas para el estreno de Black Widow!- exclamó emocionado, alzando los boletos.

-Jake- comenzó a decir molesto, porque enserio, Jake era un completo niño, y no le calzaba el porque era incapaz de decirle que no.

-Por favor, Sargento- suplicó, mirándolo con esos enormes ojos.

Terry suspiró resignado.

-Bien, hablaré con Holt.

-¡Sí, eres el mejor Terry!- exclamó emocionado.

Y ahí fue cuando se dio cuenta, mientras lo veía correr emocionado a hablar con Boyle. Terry estaba en problemas.

(...)

Los terapeutas eran una estafa, Jake estaba seguro de que todo lo que hacían lo hacían con la intención de vaciar las billeteras de sus pacientes más que de ayudarlos. Y enserio, Jake no necesitaba que le dijeran lo que sentía, y como arreglarlo, él lidiaba bien con ello, o bueno, él lidiaba con ello.

Había sido asignado a un caso, donde una terapeuta le hablaba sobre que un paciente había entrado a su oficina con una copia de la llave robada, y le robó todo el dinero de una caja fuerte.

-Entonces- comenzó a decir Jake- esa persona entró sin forzar entradas, y abrió la caja de seguridad porque usted indica que vio la ubicación de esta una vez durante una sesión

-Sí- informó la doctora Rogers- pero aun no entiendo como pudo adivinar la clave.

-Probablemente usó su cumpleaños- dijo Jake ganándose un asentimiento de la Doctora, era de esperarse, todas las personas de avanzada edad usaban sus fechas de cumpleaños.

Rosa estaba sentada a su lado, tomando notas con aburrimiento.

-Bien, revisaremos las cámaras de seguridad, pero tengo unas preguntas más- dijo Rosa.

-Jake- le llamó Terry en un tono serio, que se mantenía de pie con postura firme y serio- quiero hablar contigo- le indicó indicándole que le siguiera, para luego salir del cuarto.

-Vuelvo enseguida- dijo Jake a la doctora.

-Por supuesto- asintió ella- tu novio demanda tu atención, harías todo por complacerlo.

Jake la miró sorprendido.

-¿Q...qué?- preguntó alzando la voz- No es mi novio... quiero decir, somos... es.. solo es mi jefe.

Rosa le miró con una pequeña sonrisa burlona.

-No me gusta Terry- susurró molesto, sintiendo como sus mejillas enrojecían con fuerza.

-Puedes engañarte- dijo la doctora- pero no puedes engañar a alguien que esta acostumbrada a leer a la gente. Esos problemas paternales

-¿Qué? ¿Cómo sabe eso?

- A pesar de que disfrazas tus emociones con burlas y risas, pero déjame decirte, chico, que se notan y están repercutiendo en tu vida, lo digo por la forma en que ansias atención masculina...

-Eh... eso no es cierto...

-De una figura de autoridad, dado que tu padre no te dio mucha cuando eras niño.

-Y...yo no... eso no es...

-Te llevan a pensar que hiciste algo mal, algo que lo alejó, por eso quieres remediarlo, sientes la necesidad de complacer a tu sargento...

-¡No es así!- exclamó Jake alzando sus manos impaciencia por que la mujer cerrara la boca- yo no quiero atención masculina, ni quiero complacer a... Terry.

Hubo un silencio, en el que rosa parecía entre sorprendida y divertida por el intenso análisis de la mujer en cuanto a la vida de Jake.

-¡Jake, te estoy esperando!- se escuchó la voz de Terry desde el pasillo.

-¡Ya voy, Sargento!- gritó al instante, corriendo a donde estaba este.

-Gracias por su tiempo señora- dijo Rosa a la doctora, con una más que satisfecha sonrisa.

(...)

Jake oficialmente estaba actuando raro, de hecho, llevaba casi toda una semana actuando raro y evitándolo, y Terry no lo entendía, desde que tuvieron ese caso con la sicóloga, desde ese día exactamente, Terry intentaba hablar con él sobre algún tema al azar y enseguida Jake hacia bromas, hablando muy rápido, y terminaba huyendo. Terry sabía que Jake era un chico raro, pero nunca lo era tanto.

-Sargento- dijo Rosa, llegando a su escritorio, con su muy típica chaqueta de cuero y tono serio pero letal- necesito encargarme del caso 19L305BBH, el ladrón de bancos volvió. Y tengo sospechas que va ir hacia el Plaza hoy, quiero llevar a Peralta conmigo.

Terry no pudo evitar fruncir el ceño, con desagrado, porque si había algo que odiaban era los ladrones de banco. Casi siempre iban con ametralladoras gigantes, listos para un tiroteo. Y el hecho de que Jake estuviera cercano a eso...

-No lo sé, Rosa- comenzó a decir algo dubitativo, aun podría persuadirla- no creo que nosotros si quiera debamos encargarnos de ello. Podríamos acudir a...

-Si dices al Buitre te golpearé.

-Creí que te gustaba el tipo.

-Es sexy, pero un idiota- murmuró ella apretando los puños- solo me siento atraída a los idiotas, y además él siempre se roba nuestros casos, no voy a darle este.

-Lo sé pero...

-Además tendré a Jake conmigo- le cortó ella, y Terry volteó a ver a Jake en su escritorio que estaba armando una bola con bandas elásticas, hablándole a Boyle sobre uno de sus casos muy emocionado.

-No creo que sea la mejor idea- dijo al fin.

Rosa alzó una ceja, y se inclinó sobre su escritorio, como si supiera un secreto que él no. Por un segundo pensó en preguntarle si sabía porque Jake actuaba tan raro últimamente con él.

-Jake es un chico grande- le dijo, casi sonaba como una amenaza- podrá manejarlo. Y estoy segura de que sabes que no necesita que lo cuides como si fuera a romperse.

Terry frunció el ceño, pensando en preguntarle que se suponía que significaba aquello. Pero justo en ese momento Holt les indicó a todos que la reunión estaba por comenzar.

N/A: Okey esta es la primera parte, lamento los errores, y si parece que esta escrita rapido la estoy editando, no he tenido demasiado tiempo disponible.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top