Capitulo 3
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Just like heaven - The Cure
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Habían pasado sólo dos días desde la inesperada llamada de Stephanie invitando a su sobrina y su nueva pareja a la mansión de California.
Baron no se sentía muy a gusto con la decisión de ir, a demás de la situación económica en la que se encontraban, al tatuado no le gustaba la forma en la que Stephanie se dirigía a su novia, pero a Carmella no parecía importarle en lo absoluto, en cambio, de lo único de lo que hablaba la rubia era de lo mucho que extrañaba a su mejor amiga y primo favorito.
-¿Ya tienes todo cariño?- Pregunta la pelirrubia colocando su última maleta en la puerta.
Baron observa las cuatro maletas que su novia piensa llevar y levanta ambas cejas.
-Creo que deberías preguntarte eso a ti misma- Dice el pelinegro -¿No quieres llevar el ropero completo?
Baron sabía que aquellas maletas les costarían dinero extra, pero no diría nada.
La pareja había estado ahorrando para un viaje de fin de año de todas formas, por lo tanto, un par de maletas extras no significaban mucho gasto.
-Ja ja muy gracioso- Dice Carmella envolviendo sus brazos alrededor de su novio.
La puerta principal del departamento de pronto es abierta, asustando a la pareja.
-Tengo buenas noticias- Dice el castaño entrando al departamento.
Baron rueda los ojos con exasperación, no tratando de disimular para nada.
-Escúpelo- Dice la rubia sonriente.
-Conseguí un trabajo del cual puedo trabajar desde la casa- Dice Dean emocionado.
-Eso es bueno, felicidades- Dice Carmella separándose de su novio para esta vez envolver a su ex en un fuerte abrazo.
El pelinegro observa con los brazos cruzados y espera pacientemente a que aquel abrazo termine.
-Pero- Dice Dean rompiendo el abrazo -Esa no es la mejor parte.
Baron y Carmella fruncen el ceño y esperan a que termine de hablar.
-Iré a California con ustedes- Dice Dean.
-¿Que?- Dice Baron -¿Conseguiste trabajo hoy y ya tienes dinero?
-Oh no eh guardado un poco de dinero para no quedarme sin nada, pero en este trabajo tenemos una reunión en Florida la próxima semana, lo que significa que iré de todos modos- Contesta Dean.
-Eso es genial, esto será muy divertido- Dice Carmella.
-Si, claro- Susurra el pelinegro.
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-¡No quiero!- Grita el pequeño Jason saliendo de su habitación corriendo completamente desnudo.
Ashley ríe mientras su madre le coloca un hermoso pero sencillo vestido rosa.
-¡¿Ammm porque Jason corre desnudo por la casa?!- Se escucha la voz confundida de Finn desde la sala de estar.
-Iré por el- Dice Becky poniéndose de pie -Tu encárgate del cabello.
Phil observa a su hija quien tiene una sonrisa plasmada en su rostro.
-¿Eso te parece gracioso?- Pregunta el hombre tratando de no sonreír.
La pequeña niña asiente con la cabeza sin dejar de sonreír.
-Quiero una cola alta, muy alta- Dice la pequeña.
-Lo intentaré- Dice Phil acercadose a su hija con un cepillo en la mano.
El tatuado comienza a cepillar el cabello de su hija con cuidado, cosa que no le salía para nada bien, la niña no paraba de de soltar una que otra queja.
-Duele- Dice la pequeña.
-Lo siento cariño- Dice Phil.
-Mami ya llegó- Dice la pelinaranja entrando a la habitación con un sonriente y ahora vestido Jason -¿Tienes problemas con eso?
Phil suelta un suspiro de rendición y se hace a un lado, permitiendo a su esposa tomar el cepillo y proceder con la cola de caballo que su hija había pedido.
En menos de un minuto, Becky ya tenía hecho el cabello de su hija y la niña no se había quejado ni una sola vez.
Los mellizos rápidamente salen corriendo de la habitación, ansiosos por salir de paseo con el tío Finn quien los esperaba en la sala.
-Que haré cuando no estés aquí- Dice el tatuado soltando otro suspiro de cansancio.
-Awww cariño, lo harás bien- Dice la pelinaranja rodeando el cuello de su esposo con sus brazos -Y tienes a Finn, te ayudará en lo que sea.
-Finn jamás a tenido que cuidar a un niño en su vida sin ayuda ¿estás segura que es la mejor ayuda que puedo tener?- Pregunta el hombre.
-Los puedo escuchar- Dice el Irlandés.
-¿Eres el padre verdad?- Dice Becky sonriendo.
-Nunca hicimos una prueba de ADN- Dice Phil.
La Irlandesa suelta un suspiro y planta un suave beso en el los labios de su esposo para luego salir de la habitación, dispuesta a terminar de arreglarse.
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Roman toma en mano otro de los pequeños vasos, llevando el licor que contenía a su boca.
Dos días, dos días habían pasado y Nicole no daba indicios de haberse hecho ninguna prueba de embarazo.
Luego de aquella noticia, las pequeñas sobrinas de Nicole habían aparecido, interrumpiendo el momento.
En toda la tarde el Samoano debió actuar como si nada hubiera pasado, como si aquellas palabras nunca habían salido de los labios de su novia, como si no veía los ojos de Nikki brillar al estar con las pequeñas niñas.
Nicole le había dicho que prefería tomar la prueba de embarazo por sangre, para estar mas seguros, lo que significaba que tardaría como mínimo una semana en estar lista.
Roman estaba nervioso, jamás había pensado en siquiera la posibilidad de ser padre.
Era por eso que su relación con Alicia resultaba bastante simple. Una de las razones.
Alicia no deseaba tener hijos, lo había dicho en la primera cita, lo cual a Roman le pareció más que bien.
Ahora, ahí estaba, bebiendo para olvidar aquella noticia.
-¿Estás seguro que quieres continuar bebiendo?- Dice una fémina voz del otro lado de la barra.
Roman no responde y sólo le entrega el pequeño vaso para que lo llene de nuevo.
La rubia mujer frente a él resiste el impulso de rodar los ojos y se dispone a llenar el pequeño vaso.
-Nattie te necesitan en la cocina- Dice una voz llamándola desde dicho lugar.
-Sírvete como gustes, vuelvo enseguida- Dice la pelirrubia para luego dirigirse a donde la necesitaban.
Roman toma otro shot, tras otro mientras la mujer no estaba.
Lo único que esperaba, era que su teléfono no sonara en esos precisos momentos. No estaba de humor para lidiar con nadie.
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-¡Al fin estás aquí!- Dice la pelinegra envolviendo a su mejor amiga en un fuerte abrazo.
Seth saluda a Baron con un rápido abrazo para percatarse que uno de sus mejores amigos estaba sonriendo de oreja a oreja hacia él.
-¿Y tu qué haces aquí?- Dice Seth sonriendo.
El ex bicolor se acerca a su amigo y lo envuelve a en un abrazo.
El par no se había visto desde la boda, habían perdido conexión por completo.
-Estoy desempleado y viviendo con mi ex novia y su nuevo novio me odia- Dice Dean como si no fuera la gran cosa -Pero tengo trabajo de nuevo, por eso estoy aquí, en una semana tendremos una reunión en Florida.
-Wow- Dice el moreno tratando de no reír -¿Corbin te deja vivir con él y Carmella?
-Parece un perro rabioso cada vez que me acerco, a veces tengo miedo de despertar muerto- Dice el castaño.
Seth ríe ante la situación en la se encontraba su mejor amigo.
-Ríete cuanto quieras, no soy el que tendrá un hermanito a estas alturas del campeonato- Dice Dean haciendo a su amigo borrar su sonrisa por completo.
-Dean- Dice la Inglesa mirándolo con un tanto sorprendida de su presencia.
-Paige- Dice el castaño con una enorme sonrisa en el rostro.
Dean se acerca a la esposa de su mejor amigo para envolverla en un fuerte abrazo en el cual la pelinegra tiene que aguantar las ganas de empujarlo.
-Siempre un gusto verte- Dice el castaño separándose de la pálida sonriendo.
Seth tiene que contener las ganas de reír ante la expresión de su esposa.
A pesar de que Dean haya dado un conmovedor discurso en el brindis el día de su boda, Paige no parecía olvidarse del daño que le había causado a su mejor amiga y en los problemas que había metido a su esposo.
Seth encontraba bastante divertida aquella situación, Dean no tenía idea de los verdaderos sentimientos de su esposa hacia él, lo cual le parecía difícil de creer porque la Inglesa nunca había ocultado su desagrado hacia el castaño.
-¿Que esperamos? Estoy hambriento- Dice Dean -Será mejor que le avises a tu madre que no puede liberarse de mi tan fácil.
Seth solo se dedica a negar con la cabeza sonriendo, mientras el par de parejas lo observa saliendo del aeropuerto.
-Esta es nuestra última oportunidad para deshacernos de él- Dice Baron -¿Quien está conmigo?
Paige rápidamente levanta la mano mientras Carmella y Seth ríen.
-¿Quien dijo que era un chiste?- Dice la Inglesa.
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