Capitulo 1
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One - Ed Sheeran
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Finn sale del aeropuerto para encontrarse con una sonriente pelinaranja no muy lejos de él.
Con una sonrisa en el rostro, el ojiazul envuelve a su mejor amiga en un abrazo.
-También te extrañé- Dice una masculina voz.
El Irlandés se separa de Becky para ver al tatuado hombre que había capturado el corazón de su mejor amiga.
Phil iba tomado de la mano de un pequeño y una pequeña niña.
Aquellos pequeños le sonreían con felicidad en sus rostros.
-Hola Phil- Dice acercándose para darle un abrazo -Como están los pequeños.
Finn toma a su sobrino en brazos haciendo a este reír.
-¿Ya sabes decir Mamá verdad?- Pregunta el Irlandés con una sonrisa.
El pequeño asiente con la cabeza un tanto tímido ante el ojiazul.
El camino de vuelta a la casa de la feliz familia había sido largo pero cargado de muchas risas y anécdotas de las travesuras que los mellizos realizaban a diario.
La última vez que Finn había ido a California fue hace un año atrás aproximadamente, por el cumpleaños de sus sobrinos.
El Irlandés había programado el ir antes de que se cumpla los un año de su visita, pero estaba corto de dinero gracias a su nueva adicción.
Al llegar a la pequeña, pero pintoresca casa de su mejor amiga, Finn siente que ha pasado más de un año desde que estuvo allí.
-Lo siento por el desastre- Dice la pelinaranja viendo algunos juguetes de sus hijos tirados en la sala de estar.
El color de las paredes habían cambiado, habían adquirido nuevos muebles, la cocina se había remodelado y el patio trasero tenía una pequeña piscina.
-Wow- Dice Finn al recorrer la casa con la mirada -Parece nueva.
-Y todo gracias a Becky- Dice el tatuado mientras recibe un beso en la mejilla por parte de la mencionada -Hace unos meses comenzó a trabajar con Nicole, nada más que cosas buenas han pasado desde entonces.
-¿Nicole está en California?- Pregunta el Irlandés.
-Hace más de un año- Dice la Irlandesa con obviedad -Creí que Roman te lo había dicho.
Desde el nacimiento de los mellizos, los presentes en aquella habitación habían compartido más que solo ese momento en grupo.
Todos se habían hecho grandes amigos, hasta que la mejor amiga del Irlandés se mudó a California con su familia.
Finn se había apartado completamente de todos, aún recordaba las llamadas de Seth y los demás chicos que le hacían a diario para saber como estaba...no había contestado a ninguna.
-Hace un tiempo que no hablo con Roman o Seth... Baron... en realidad no hablo con nadie- Confiesa el Irlandés.
Un silencio un tanto incómodo invadió la habitación.
Becky miro a Phil con confusión y este solo levanto los hombros.
-Bueno, podrás ponerte al día con ellos el día de la fiesta- Dice la pelinaranja.
Lo que temía se había hecho realidad, ahora tenía que enfrentar lo que había hecho mal y no estaba listo.
Becky dirige su mirada a su esposo y este entiende de inmediato.
-Bueno, llevaré a los niños arriba, es hora de que hagan sus deberes- Dice Phil excusándose.
-Pero yo ya hice mis deberes- Dice la pequeña Ashley mientras era llevada por su padre.
-Entonces ayudaremos a tu hermano- Dice Phil desapareciendo por completo de la habitación.
Becky suelta un pequeño suspiro e indica a su mejor amigo para que tome asiento.
-¿Que pasó Finn?- Pregunta Becky.
-Estoy perdido Becks- Dice el Irlandés perdido en sus pensamientos.
-Me perdí, supongo que tú y mis sobrinos eran lo único que me mantenían en pie y cuando se fueron, me perdí.
Becky frunce el ceño, pero deja que el ojiazul continúe.
-Empece a beber, no eh parado desde aquella noche, estoy volviendo loco a Shaemus porque él es el único que cuida de mi, no trato de culpar a nadie, pero quiero que lo sepas.
Becky rápidamente envuelve sus brazos alrededor de su mejor amigo.
Finn había sido el único que le había dado una mano cuando más perdida estaba, no pensaba ni por un segundo dejarlo solo.
-Lo siento, siento mucho escuchar esto Finn, puedes quedarte el tiempo que quieras, no importa si quieres quedarte más cuando vuelva.
-Gracias Becks, pero tengo un trabajo y un departamento que pagar- Dice el Irlandés.
-¿Podrías mudarte?- Sugiere la fémina.
El Irlandés era consciente que la pelirrubia estaba viviendo en California recientemente, lo había escuchado de Mike y Jonathan la vez que estos fueron al Café-Bar en Manhattan.
Finn no sabía si estaba preparado para verla de nuevo, menos sabía si podría vivir en un lugar donde la vería constantemente.
-¿Como está ella?- Pregunta Finn sin poder evitarlo.
-Esta con alguien si eso es a lo que te refieres- Dice Becky.
-¿Es feliz?- Pregunta sintiéndose derrotado ante esas palabras.
-Lo es- Afirma la fémina sintiendo pena al ver a su mejor amigo de esa forma.
El Irlandés solo asiente con la cabeza.
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Baron despierta de golpe.
Otra pesadilla.
El pelinegro se frota los ojos para luego girar su cuerpo del lado derecho y encontrar a la pelirrubia plácidamente dormida.
Baron sonríe y acerca su rostro al de la fémina para dejar un pequeño beso en su nariz.
Carmella hizo una pequeña mueca que hizo sonreír al hombre frente ella.
De nuevo, el tatuado deja un suave beso, pero esta vez en su frente, luego en su mejilla, labios y terminar asiendo su camino en el cuello de su novia.
La rubia mujer abre los ojos sonriendo ante la acción de su novio.
Nadie que conozca a Baron Corbin diría que es una persona amorosa, solo Carmella encendía ese lado del tatuado.
-¿Quieres desayunar?- Dice Carmella sintiendo los dientes del pelinegro ante su piel.
-En eso estoy- Dice Baron.
Lo que parecían ser besos inocentes terminaron en mordidas y besos húmedos,la fémina estaba más que lista para su novio con solo sentir como besaba su cuello.
Corbin solo quería olvidar aquella pesadilla y fundirse en el cuerpo de la pelirrubia.
El tatuado se dispone a sacar la pequeña remera que lleva la rubia hasta que una voz lo interrumpe.
-¡¡Porno gratis!!
Rápidamente, el pelinegro cubre el cuerpo de su novia para luego voltearse a ver con odio al castaño parado en el umbral de la puerta.
-Tranquilo, no hay nada que yo no haya visto- Dice Dean sonriendo.
Carmella resiste el impulso de querer golpear a su ex novio.
-A no ser que tú te saques la ropa... eso sería algo nuevo- Confiesa.
-Dean, sal- Dice Carmella tratando de no reír.
El mencionado suelta una pequeña risa -Solo vine a decirles que el desayuno ya está listo, quise hacerlo en forma de agradecimiento por dejarme quedar aquí, pero veo que su menú es muy diferente al mío.
-Iremos en un minuto- Dice la rubia.
-Contaré- Dice el castaño para luego cerrar la puerta de la habitación.
Baron suelta un suspiro de cansancio.
En todo el tiempo, el pelinegro solo lo miro con odio, no podía hacer más, no podía acercarse, no podía hablarle, sentía que si lo hacía terminaría golpeándolo.
Baron no quería causar problemas innecesarios y solo se quedaba callado, esperando a que Dean cerrara la boca o saliera de la misma habitación en la que él se encuentre.
-Bueno, ya lo escuchaste, el desayuno está listo- Dice Carmella poniéndose de pie.
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Seth deja caer un largo suspiro al entrar en la limusina que su madre había enviado por el par al aeropuerto.
-Bien, puedo acostumbrarme a esto- Dice la pelinegra mirando la amplia limusina.
El ex bicolor no dice nada, solo se dispone a jugar con los teclados de su teléfono.
-Hey ¿estás bien?- Pregunta Paige colocando su mano sobre la del moreno para frotarlo suavemente.
Seth no había dicho mucho luego de la llamada de su madre el día anterior.
El hombre se preguntaba como era posible que a estas alturas pueda tener un hermano o hermana.
-Lo siento... esto es raro- Dice Seth soltando otro suspiro.
La pálida pelinegra se acerca a él y le proporciona un suave beso en la mejilla.
-Lo se, pero te entiendo, cuando tenía diez años ya tenía un sobrino- Confiesa la fémina.
Seth suelta una pequeña risa.
La familia de su esposa era inmensa y no se sorprendería si hubiera sido Julia quien los llame y dijera que estaba embarazada.
-Quizá pueda hacer algo para distraerte durante el viaje- Dice Paige colocando la palma de su mano sobre el pecho de su esposo, para con lentitud, ir desabrochando los botones de su camisa -¿Alguna vez lo hicimos en una limusina?
Seth sonríe de oreja a oreja tomando la cintura de la pálida mujer para colocarla en su regazo a horcajadas.
-En realidad si, camino a nuestra luna de miel- Contesta Seth.
Paige hace una mueca y pretende no recordar.
-No recuerdo ¿me ayudas a recordar?- Dice su esposa acercándose a su rostro para besarlo suavemente en los labios.
Seth siente aquel familiar cosquilleo en el estómago que pronto recorre todo su cuerpo. Debía admitir que nadie lo conocía tan bien como su esposa y estaba más que agradecido por tenerla en su vida.
El ex bicolor solo esperaba a que aquella situación no sea tan incomoda a como él se imaginaba que sería.
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Roman camina con pasos inseguros, tomando la mano de la castaña con más fuerza.
El Samoano jamás se había sentido tan nervioso en su vida, ni siquiera cuando tuvo que arreglar las cosas en el pasado para poder seguir a su corazón.
Todas las escenas de nervios en su pasado no se comparaban a esta, sin duda era la peor.
-Alguien está nervioso- Dice la fémina a su lado con una sonrisa divertida.
El moreno frunce en ceño, queriendo ocultar su nerviosismo.
-¿Que te hace pensar eso?
-Roman, estas triturando mi mano y esta sudada- Dice la castaña tratando de no reír.
Rápidamente, el Samoano la suelta.
-¿Te hice daño?- Pregunta preocupado, tomando la mano de su novia en las suyas.
Nicole sonríe de oreja a oreja.
-Estoy bien- Dice la castaña colocando sus brazos alrededor de sus hombros para robarle un suave y rápido beso -Es sólo una cena ¿que es lo peor que puede pasar?
-Que tus padres me odien- Suelta el moreno.
-No lo aran, ya te conocen y no te odian- Dice la castaña enconjiendose de hombros.
-No era una presentación formal- Dice Roman rodando los ojos, recordando como había conocido a sus padres en el nacimiento de la pequeña Birdie.
-Bien, entonces entremos para averiguarlo- Dice Nicole tomándolo de la mano de nuevo.
Esta vez, no pararon de caminar hasta estar frente a la puerta de la hogareña casa frente a ellos.
Luego de tocar el timbre, la puerta se abre revelando a un sonriente JJ con su pequeña niña en brazos.
El hermano menor de la castaña los saluda a ambos con mucha alegría y abraza a su hermana.
La tarde había sido más que buena, Roman había conocido mejor a los padres de su novia.
Estos adoraron al Samoano, sin mencionar que antes ya les había caído bien al saber que había sido él quien había llevado a la gemela menor al hospital el día que dio a luz a su segunda nieta.
La cena había pasado con muchas risas y anécdotas divertidas por parte de todos los presentes.
Roman había visto como la castaña jugaba con sus dos sobrinas, sintiendo un hormigueo extraño en el estómago.
Nicole se mostraba tan natural alrededor de las pequeñas niñas, los ojos de la fémina brillaban en todo momento.
-Sr. Reigns- Susurra la castaña en su oído.
El moreno sonríe ante el apodo.
-Tengo algo que mostrarle arriba.
Roman la mira con picardía mientras ve como la gemela mayor se levanta del sofá donde habían estado sentados desde que la cena había terminado.
Nicole mueve las caderas seductoramente al caminar, hipnotizando al Samoano.
Luego de perderla de vista por las escaleras, Roman se apresura a seguirla, encontrándola entrando en una de las habitaciones.
Al entrar en aquella habitación, el hombre encuentra a su novia con una ropa de porrista sobre la de ella.
-Espera aquí, aún tienes que verme con el- Dice la castaña haciendo su camino al closed para luego cerrar las puertas detrás de ella.
El Samoano niega con la cabeza mientras sonríe y se dirige a la cama de su novia para sentarse en ella.
El moreno recorre la habitación con la mirada, notando que la castaña tenía su propio cuatro en la adolescencia y no lo compartía con su gemela.
Roman deja caer su mirada en la mesa de luz que se encontraba al costado de la cama, notando un pequeño diario de color rosa.
Soltando una pequeña risa lo toma en manos y lo abre, queriendo saber como era la adolescencia de la castaña.
El diario tenía infinitas páginas escritas de su día a día, desde el primer día de su último año en la secundaria, hasta el último, contando todos sus secretos, los de su hermana, sus sueños y obviamente sobre chicos.
El Samoano comienza a leer la última página escrita, notando que era una lista.
Mi vida en 10 años:
-Tener mi propia marca de ropa.
-Ir de vacaciones a Italia.
-Vivir en un penhouse.
-Comprar mi primer Channel.
-Tener un apuesto novio/prometido/esposo.
-Formar una familia.
En el momento en que el moreno leyó la última linea, todo su cuerpo se congeló.
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