▲ 254 ▼

TRACY

-¡¿Dónde está Evans?!

-¡Fue a buscar un tanque de oxígeno a su auto!-explica Trevor. Tiene el rostro cargado de pavor.

-¡A ti hay que matarte!-Theo salta sobre este y le asienta un puñetazo aunque Tachas lo detiene sólo con un grito:

-¡ÉL NO ES EL PROBLEMA! ¡ALGUIEN VAYA A BUSCAR A EVANS!

Brandon y Zach quienes lograron escapar asienten ante la orden de Jacob y salen corriendo en busca del auto.

Por tanto, Audrey se acerca a los chicos y pregunta:

-¡¿Qué le pasó?!

Están hablando de Carl.

-¡Lo degollaron!-grita Rebecca.

-Es poco más que un rasguño-les digo acercándome a ellas-. Ya ni siquiera sangra.

-¿Quién se lo hizo?-pregunta Derek dando un paso adelante-. Se supone que por naturaleza, todos odiamos al actual de nuestros exs pero este chico me caía bien.

-¡No hables de él en pasado!-le suelta Tachas-. Está bien. Sólo se desmayó. Respira normal y su pulso es normal.

-¿Perdió mucha sangre?-insiste Rebecca. Lo que tiene de linda lo lleva de estúpida.

-Tiene fobia a la sangre, ya despertará-anuncia Tachas.

Entonces se aparecen Brandon y Zach. También distingo que Glory y Mike también lograron salir.

-¡SE FUE Y NOS HA DEJADO!

-El imbécil ha escapado-musita Jacob al tiempo que desde lejos se perciben las sirenas del camión de bomberos-. Seguramente se fue con May.

-¿Pero por dónde salió May?-pregunto.

-Se puede hacer un boquete desde cualquier lado de las tribunas-explica Derek-, seguramente ellos ya tenían las suyas listas para poder irse lo más rápido posible.

Me llama la atención que Audrey y Rebecca discuten a una orilla. La peliverde toma a la chica de un brazo en un intento por retenerla.

-Ejem...-Brandon se aclara la garganta mientras se cruza los brazos tras el cuello a fin de que se le marquen los músculos y sus tatuajes (¿saben los chicos que lo lindo se vuelve estúpido cuando hacen esto?)-. Había precisamente uno igual que esos, cerca de la entrada al estadio.

Señala el hueco en las maderas.

-Tenemos que ir tras ellos-Tachas se pone de pie con Carl en sus brazos y este empieza a despertarse-. Tenemos que llegar antes.

Audrey examina la valija. Aquí reparo que Rebecca ya no está; se ha escapado en busca de alejarse de nosotros después de haberla refugiado pero dudo que pueda llegar lejos.

-Bien hecho, Smith, se te olvidó lo más importante.

-¿Qué cosa?-pregunto-. Yo sólo traje conmigo lo que Tachas me indicó.

-¡Falta el detonador! ¡¿Con qué haremos estallar las bombas en orden?! Oh...aguarda-sigue buscando-. Mierda, ¡también nos falta el explosivo más potente de todos! ¡Tanto voltaje tirado a la basura!

Derek se toma el pelo y cae al suelo.

-Han ido a Los Túneles-declara Tachas-. Audrey, ese explosivo que falta, ¿es suficiente para tirar abajo los pisos más profundos de Los Túneles?

-No todo pero una tercera parte seguro.

-Entonces ya tenemos donde ir.

Carl termina por recomponerse y pregunta:

-¿Qué ha pasado?

Tachas lo reincorpora de pie y le da un beso en la frente:

-Nada de qué preocuparse, amorcito. Por cierto, pesas demasiado, ya empezaba a sentir calambres.

Los autos se ponen en marcha y mientras nuestro alrededor se convierte en un verdadero caos, pregunto:

-Un momento... ¿no nos falta nadie?

Pero nadie se detiene para escucharme.

Sólo necesito hacer un mínimo esfuerzo para que la respuesta llegue a mi cabeza:

Ophelia.


TRACY

-¡Recuérdame por qué Los Túneles!-dice Theo mientras conduce a toda velocidad por Avenida Central.

Mi móvil está en altavoz mientras lo acompaño en el asiento contiguo con mi mano buena.

Tachas va conduciendo por tanto el auto de Carl y va tras el de nosotros. Su novio tiene también el móvil en manos con el aparato en altavoz:

-No podemos dejar que ellos estén a cargo de destruir Bad Boys-declara Carl y un auto se sale de nuestro camino a grandes bocinazos-. Las revoluciones no existen, hermanito.

-¡Sin códigos, por favor!-le pido.

-No es ningún código. Para que una revolución se genere, es necesario un cambio y no precisamente en la sociedad sino un cambio de líder: un líder por otro. Y para que este otro derribe al primero es necesario que sea mucho más feroz.

-¿Estás hablando de Evans?-le pregunto.

-Sí. Y de Beth Folleth. Quieren matarla.

Antes de preguntar qué rayos hay de malo en eso, Theo me arrebata la respuesta un segundo antes de que haga la interrogativa:

-Y si la matan, querrán apoderarse de todo el poder desde Glorious. El surgimiento de estos por controlar la información, por asírselas con El Poder no es por una buena causa, al contrario. Son mucho más letales que nosotros y por si no lo han notado, son mucho más despiadados que los nuestros.

-¡Intentaron matarnos a todos!-dice Carl.

-Así es pero su plan falló. No podemos dejar que tomen Bad Boys. Ellos tendrán el detonador pero nosotros el resto de las bombas. Podemos hacer esto. Podemos hacerlo.

Theo me mira a los ojos y sólo una mirada nos basta para comprenderlo todo:

Sin amor, sin sacrificios, no hay salvación.

De pronto, el cementerio y El Muelle pueden verse a lo lejos. Mi corazón se desboca y Theo toma mi mano mientras con la otra tiene enderezado el volante.

-Estamos juntos en esto.

Le sonrío y en mi rostro se dibuja una temblorosa sonrisa.

-Sí...-declaro con decisión-: Juntos.



Jacob detiene el auto frente a una de las tumbas del cementerio. Theo hace lo mismo y los cuatro bajamos de nuestras movilidades; detrás nos secundan el resto de los chicos.

-Conozco un ingreso del cual somos pocos quienes estamos al tanto-declara mi amigo sin problemas de ser quien ahora tome la delantera-, vamos a entrar sólo un par de nosotros. El resto necesito que funcionen de campana, ¿estamos? ¿Todos tienen sus teléfonos con carga?

-Disculpa, no tengo nada en contra de ti ni de la democracia pero ¿desde cuándo hicimos de esto una dictadura en la que tú nos diriges?-se mete Derek.

-Desde el momento en que elegiste sobrevivir-le contesto-. Además se conoce ese laberinto bajo tierra mejor que cualquiera de los que estamos aquí ahora.

-Bueno, si es así...-parece ceder.

No le gusta mucho mi respuesta pero Tachas prosigue:

-Audrey, Charlie y Derek. Ustedes vienen con nosotros. ¿Existe alguna otra forma de detonar las bombas?

-Manualmente-dice el pelirrojo-. Sólo tendríamos un minuto de ventaja hasta que explote siempre que no las activen antes desde el detonador digital.

-No te preocupes, para eso nos moveremos con facilidad. El punto es que no sé por dónde van a entrar ellos.

-Eso nos sería de ayuda-pienso un momento-. ¿Quizá por la puerta? También hay una entrada desde la preparatoria de Iconic.

Todos las miradas se dirigen a mí.

-Eres una genio, Tracy Smith-murmura Audrey.

Palabras que nunca me hubiese esperado de ella: Es el fin del mundo tal cual se anunciaba.

Brandon, Mike y Zach han ido hasta la preparatoria para hacer su rol de campana. Tratarán de meterse en la escuela y así dar con Los Túneles para avisar sobre cualquier movimiento que observen. Glory y Riley por su parte estarán escondidas cerca de la entrada del cementerio para pasarnos el dato de quién entra o sale. Charlie, Audrey y Derek nos escoltarán y estarán a cargo de activar las bombas en lugares estratégicos.

-Nosotros vamos por acá-declara Jacob y corre hasta fundirse entre la arboleda del bosque.

Pero me quedo paralizada.

"Ya viene ella."

"Aquí estoy, Tracy."

"Te he estado esperando todos estos años."

-Hey-Theo me espabila-. ¿Ocurre algo?

Lo miro. Me siento un poco aturdida, es como si mi pesadilla se volviese a presentar pero esta vez en la realidad.

En el bosque estaba. En el bosque me esperaba.

-Ocurre de todo-doy una sonrisa forzada y señalo nuestro alrededor-. Ocurre que estoy...un poco asustada, un poco con coraje.

-¿Crees que será mejor que vuelvas a tu casa? No quiero perderte de vista pero tampoco exponerte.

-Nada de eso, vamos con ellos antes que los perdamos-señalo en dirección a Tachas y Carl.

-¡No se queden atrás!-señala Jacob.

Y nos dirigimos tras su rastro. De camino, se me ocurre consultar cierta idea a Theo:

-¿Piensas que éste sea realmente el final?

Parece sorprenderse con lo dicho sin embargo termina por digerirlo y dar su respuesta:

-Debo admitir que lamentablemente, coincido con algo que dijo Evans: no podemos dar la batalla por perdida. Esto es el comienzo de una guerra. Y ahí tienes tu respuesta.

-Créeme que a mí también me hizo pensar eso. Y... ¿crees en Dios?

Él me mira aun más sorprendido.

-¿A qué viene eso? ¿Tienes preguntas sobre la inmortalidad o la infinitud de nuestras almas? ¿Dónde puedan ir si...?-a medida que hablar mi gesto va decayendo en modo muy poco esperanzador-. Oh, lo siento.

-Descuida, yo también me estoy haciendo esa idea aunque luchemos contra eso. ¿Por qué será que la muerte siempre parece tentadora pero cuando está cerca, queremos aferrarnos a la vida?

-Será que somos unos tremendos idiotas que siempre nos gusta hacerla más difícil de lo que ya es.

-¡Hey! No lo digas así... Además, quisiera corregirte algo que mencionaste antes.

-No puedes evitar tu costado sabiondo-se jacta.

-La inmortalidad y el infinito no son lo mismo-prosigo sin dar mucha importancia a su sarcasmo.

Él me mira riendo.

-¿Entonces cómo es?

Ya sé que seguramente está pensando "a ver, chica sabelotodo dime un poco sobre esos libros que te tragas".

-Ocurre que aquello que es inmortal, tuvo un inicio pero no tiene fin. En cambio lo infinito no tiene inicio ni fin. Es simplemente...

-...infinito.

-Exacto.

Ambos sonreímos ante tal redundancia pero luego viene el silencio. Él se queda pensando en algo y no emite más palabra.

En mi mente ronda la pregunta de qué recordó o en qué le hizo pensar nuestra conversación acerca de la finitud o la mortalidad.

Lo tomo de su mano y él la presiona sin mirarme a los ojos.

Seguimos nuestro camino en mitad de una fría noche para ver si un poco de calidez podría desafiar las proezas climáticas de diciembre.

-Infinito-murmura muy bajo.

Bajo pero lo suficiente para que yo logre escucharlo.

Ojalá pudiera saber lo que pasa por la cabeza de este chico...




-Bien, tripulación. Llegamos a destino.

Tachas pone voz fingidamente mandona y se coloca una mano sobre la frente como soldado haciéndome reír.

Estamos en una pequeña habitación al estilo monoambiente cual cuenta con todo lo necesario para subsistir. Es como si fuese el lugar perfecto para esconder a una persona en el sótano de tu casa: sin ventanas, con escaza luz artificial y comida enlatada. O bien, donde un estudiante universitario viviría en sus primeras tentativas por independizarse.

-Esta es mi hermosa casa-declara Tachas-. Donde vengo a llorar por las mañanas.

-No le crean-Carl va hasta el refri y saca unas latas-. Aquí es donde estuvo viviendo el tiempo que anduvo desaparecido.

-¿Qué? Es inhumano vivir en un agujero como este-se mete Theo claramente indignado.

-Es una casita chiquita pero es bonita-el sarcasmo de Tachas es tan particular que no sé si hablará en serio.

-Lo sé-interviene ahora Carl quien nos pasa una lata a cada uno-. ¿Brindemos? Lo siento pero aquí Jacob sólo tiene cervezas; las sodas de naranja ya me las bebí yo.

-Descuida-le recibo y el frío impacta en mi tacto-. La ocasión hace meritoria una cerveza.

Finalmente todos perforamos nuestras latas. A Stefano se lo ve muy agotado, en pijama y aún me pregunto cómo es que Kylie le tenía preparada ropa para el momento que tuviere que salir huyendo del estadio.

-Nuestro querido papá me acogió en este hotel cinco estrellas-dice Tachas mirando a Theo.

-Así que esa es la parte completa de la historia.

-Ajá.

-Por la victoria-levanta Tachas su lata.

Todos nos quedamos mirándolo en silencio.

-¿Qué?-añade-. Yo creo que la ocasión es merecedora de un brindis. Podría ser el últ...

-Por la familia-Theo levanta la suya interrumpiendo la última palabra de su hermano.

-Por el sacrificio-lo sigue Kylie.

-Por los idiotas que nos gusta hacer estas pruebas suicidas-Audrey también se suma.

-Por nuestra redención-ahora Stefano.

-Por el perdón-Charlie.

-Por el final y el descanso de nuestros muertos-la mía.

-Por el... oigan, me dejaron la parte difícil-se queja Carl riendo-. Ya brindaron por todo lo que yo había pensado.

-Que salga del corazón, amorcito-le dice Tachas y le deja un beso en su mejilla. La herida en su cuello hace un rato que no sangra pero le ha dejado manchado como si se hubiere cortado mientras se afeita.

-Bien, bien, entonces brindo por el amor-suelta con decisión-. Sin importar las diferencias.

Y brindamos. El ruido de nuestras risas parece ser un desafío al maldito fin del mundo.

Como si reír fuera lo único que nos quedara. Un último consuelo. Una caricia a nuestros espíritus que ya no temen, que ya lo han arriesgado todo, que pese a tantas experiencias cercanas con la muerte, podemos reír y llorar mientras el corazón nos alcance.

Ellos siempre serán mi familia. Mi infinito. Mis chicos malos.



___________________

#MALOS

ÚLTIMOS CAPÍTULOS

___________________


https://youtu.be/j1KAVSh6iUg

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top