Capitulo Tres 1/2

Capitulo Tres: Descubrimiento Interior

Joss Wayar, un joven hermoso de brazos bien trabajados y una figura esbelta con abdominales marcados, golpeaba con todas sus fuerzas un saco lleno de arena frente a él. Él estaba en un gimnasio vistiendo cortos negros con las manos vendadas, usando una camisa de tiras negra que expone sus costados. Así exponiendo sus pectorales de pezones color café. Su cabello marrón ahora sudado contra su frente.

Tenía una boca pequeña de labios pomposos, con una nariz de base algo ancha y ojos asiáticos muy entrecerrados.

Con dos últimos golpes al saco dejó de ejercitarse para suspirar. Mirando a su alrededor mientras reposaba sus brazos cruzados contra el saco. Al mirar a su izquierda puede ver a un hermoso chico de piel algo acaramelada. Ese chico tenía un cabello marrón más claro y vestía unos cortos rojos, tenis rojas, una camisa de tiras roja. Aquellos cortos de licra marcaban bien su dotado culo con la línea de sus boxers.

Él estaba esmerandose por golpear el saco delante suyo, pero torpemente no daba los golpes que quería o se sujetaba las manos vendadas con dolor.

Joss camina hacia él entonces. —¿Primera vez?— Él pregunta.

—Ah. Sí. Primera vez. Supongo que se nota demasiado.— El chico ríe tiernamente rasgando su nuca.

—Bien, uh, ¿Cómo te llamas?

—Soy Bright.

—Joss.

—Mucho gusto. Aunque yo ya te conozco.

—¿Ah sí?

—Pues claro. Eres un boxeador estrella.

—No me gusta alardear demasiado.

—Mentira.

—¿Disculpa?

—El hecho de que seas famoso y hayas llegado hasta aquí puede ser porque te gusta lo que haces, sabes que eres el mejor en eso, y alardeando es que llegas al tope. No digas una cosa solo por agradarle a los demás, Joss.

—Vaya. ¿Siempre eres así de honesto?

—Más mejor se me da hablar que golpear este saco.

Ríe Bright para que el ambiente no se tense. Joss no ríe sino que bufa una risa queriendo simpatizar también. Sus entrecerrados ojos miran el saco. —¿Quieres que te enseñe a golpear el saco?

—Bueno vendré más seguido así que puede que seamos colegas.

Dice el animado chico. Joss sonríe antes de poner sus brazos en posición de ataque. —Debes formar tus brazos así: fuerte.

Bright toma nota mental ojeandolo con su boquita en una tierna "o" con pequeños asentires de su cabeza e imita la posición de brazos. —¿Así?

—Sí. Ahora ¡golpeas!

Bright extendió fuertemente un puño hacia aquel saco. Le metió uno, dos golpes que hicieron a Joss aplaudir. Porque los golpes fueron sórdidos y fuertes.

—¡Muy bien! Eso es. Debe ser con esa fuerza.— Joss lo felicita. Bright respira agitadamente aún dándole la espalda al estar erguido hacia enfrente. Sudando. No dice nada y permanece así. Como si estuviera perdido o en su propio mundo por unos segundos. Ese extraño acto hace que Joss frunza el entrecejo.

—Oye. ¿Estás bien?

—Sí. Es solo que... Odio mucho mi trabajo.

—Ah, eso suele suceder a menudo.

Joss ríe mientras que el chico enfrente suyo se restaura y voltea hacia él con una tímida sonrisa de labios. —Supongo.— Él brinca sus hombros. —Ya me debo ir.

—Ah. Está bien. ¿Nos vemos mañana?

—Nos vemos mañana.— sonríe Bright. Joss sonríe y trota hacia otro lado bajo la mirada ahora seria del piel acaramelado. Este se le queda viendo con una mirada mortal hasta la médula y sonríe con sus labios macabramente.

EN LA ESCUELA KAPRENHA

Amaneció un bonito martes, mientras que Joss estaba dentro de su aula con la camisa de escuela abierta exponiendo una camisa de tiras negras, su maestra entró al salon presentando a un nuevo estudiante.

—Chicos y chicas, ha llegado un nuevo compañero a la escuela.

—Hola. Soy Bright. Mucho gusto.

Se presenta el nuevo compañero. Joss sonríe en grande con la presencia de este chico dado a que es el mismo del gimnasio.

Bright también sonríe lindo e lo saluda desde su sitio alzando tímidamente una mano y un poco encorvado para demostrarse algo tontín.

—¡Amigo, no sabía que estarías en mi escuela!— Dice Joss ahora afuera de la escuela con una enorme sonrisa.

—No esperaba encontrarte tampoco. Me da gusto.— Dice el chico todo animado mientras caminan por el patio de la escuela. Joss también se siente feliz con él.

Hasta que una chica posa enfrente de ellos dos con su cabello marrón sobre sus hombros y embarazada con una falda negra larga hasta los tobillos. Ella le tira agua a Joss encima. Joss cierra sus ojos abriendo su boca en grande. Bright lo mira a él todo neutral así como también la mira a ella.

—¡Con Lupheng! ¿En serio, Joss?— Aquella desconocida anda toda exaltada. Claramente irritada.

Joss logra abrir los ojos a través de todas las gotas de agua escurridizas. —¡Ella y yo estabamos borrachos aquel día, Play!

—Eres un imbécil.

Ella se retira toda indignada.

—¡Play! ¡Play! Play.— Joss llama pero no se digna a perseguirla y solamente se queda parado en los cinco pasos que se adelantó. Más nada. Sentía que iba a perder el tiempo en suplicar.

Bright se le quedó viendo a la chica sin mover su cabeza sino que la siguió con la mirada. En otro sensual parpadeo intercambió la mirada a Joss.

Joss voltea a ver a Bright completamente apenado. —Lamento que hayas tenido que ver eso, Bright. Ya solucionaré las cosas después con mi novia.

—Mm. Está bien.— Bright asiente con la cabeza. Haciendo de sus labios una fina línea.

Joss sonríe igual con sus labios y voltea a seguir con los ojos puestos en su novia.

Cuando van al baño, Joss se ha quitado la camisa para dejarla a secar. Bright está a su lado mirando las paredes escritas con barbarosidades en marcadores. Joss lo nota, creando una sonrisa antes de mirarlo.

—Si quieres quedarte ciego por horrores ortográficos solo hay que venir aquí.— Bromea el bronceado.

—Me dan un extraño sentimiento aquí.— Bright se toca su propio estomago mirando la pared con disgusto.

—Ósea que quieres vomitar.

—Eso.

Joss vuelve a reír. —En mi antiguo barrio solían haber muchos graffitis. Yo creaba graffitis. Pero no decían las porquerías de ahora. Eran cosas con mensajes.

—Mensajes.— Repite Bright volteando a verlo.

—Sí. Ya sabes. De esos que te llegan al corazón.

Bright se le queda mirando con indiferencia pero un destello en sus ojos demuestran demasiada curiosidad. A pesar de que lucen como un pozo sin fondo. Infinitamente muertos.

—Irradias tanto que no había notado lo oscuros que son tus ojos. ¿Son normales?— Joss entrecierra los suyos mirando aquellos ojos tan oscuros como los de un tiburon sediento.

—Son normales. Así soy.— Dice Bright sonriendo con sus labios un poco pero no se esfuerza demasiado y sigue con su mirada indiferente.

—Bright. ¿Te gustan las chicas?

Bright se le queda viendo. —Sí.

—¿Y los chicos?

—... Sí.

Ambos se miran a los ojos. Permaneciendo en sus sitios por unos segundos con una curiosa ojeada. Joss le acaricia el mentón para ir acercándole la cara.

—¿No tienes novia?— Pregunta Bright en un tono de advertencia.

—... Pienso romper con ella de todos modos.— Susurra el de la piel bronceada.

—¿Estás seguro?— Su pregunta de advertencia vuelve a aparecer.

—Sí.

Se sumergen en un lujurioso beso. Succionando sus alientos y adentrandolos a su interior. Se siguen besando una y otra vez hasta que Joss los adentra a ambos a uno de los casilleros. Cerrando la puerta detrás de ellos.

Se escucha el cierre de sus pantalones bajarse (los de ambos). Luego de un par de chasquidos de sus besos, comienzan a escucharse unos altos gemidos. Bajo el casillero del baño se pueden ver los zapatos de ambos. Así que se ve que lo zapatos de Joss están tras los de Bright (estos de espaldas a los de Joss).

Así que la posición era muy acertada: estaba recibiendo por atrás. Sus gemidos incrementaron a medida que las embestidas también hasta que parecía ser un caos. Luego vinieron las risas. Las risas forzadas. Las risas que no eran de ningún agrado. Su típica risa demoníaca o maliciosa.

Luego de eso, al salir de la escuela, Bright se sentó en una banca de piernas cruzadas mirando la pantalla de su teléfono. Le había escrito a su Jefe:

Bright: ¿Por qué tenía que venir a esta escuela? Nada ha pasado aquí.

A lo que su misterioso jefe le respondió:

Jefe: Te envíe dos días antes de lo que va a suceder. Pero sucederá algo. Sabes que veo el futuro.

Bright vuelve a resoplar por quinta vez consecutiva y se sostiene un cachete mientras mira a su alrededor con aburrimiento. Sus labios un poco abultados. No lee el otro mensaje que le envía su jefe:

Jefe: Mantente en tu misión. No te distraigas.

Pero el chico de repente tuvo una idea. Sus labios extendieron una sonrisa. Alzando sus lindos cachetes. De repente se puso de pie para caminar hacia un grupo de chicos que tenían una radio y bailaban al lado de esta.

Bright se posiciono al lado de ellos y sus brazos unió frente a su rostro (ambas manos reposando sobre los codos), mientras movía sus caderas de lado a lado sensualmente fue alzando los brazos arriba de su cabeza. Los que estaban allí lo miraron sorprendidos. No se esperaban que comenzara a bailar.

Él deja caer los brazos para ladear su cabeza a los lados imitando a un soldado y alzando cada pierna como la caminata de uno al igual sus brazos. Luego de ello rota su cabeza ligeramente para que los flequillo de su cabello latiguen su rostro y da vueltas en su mismo sitio mientras sensualmente mira al suelo. Sus flequillos regados por su rostro. Su boca sensualmente rojiza. Él gira, gira y gira.

Hasta que vuelve a comenzar a reír. Reír feo. Pero feo. Divirtiéndose consigo mismo porque no podía entender la diversión de los demás. Qué era lo que significaba la diversión para los humanos. Qué los hacía reír. Pues según el entender del inhumano, lo que los hacía reír eran las cosas ridículas y absurdas. Por ende él estaba cometiendo algo absurdo y por ello se estaba riendo solo. Aunque a nadie le causara gracia.

Joss llevó a su novia a un bosque para la noche. —Escucha, amor--

—Nada de esto cambiara el hecho de que te expondré en las redes sociales. Soy tu puta novia, la novia que conocen todos, y ahora vas a dejar que nuestra reputación se vaya por la borda por un chica que no ha estado ahí para ti en cada momento.

—No he sido excelente. Lo sé. Pero...

—Ella me dijo que estaba embarazada de ti.

—¿Qué?

—Nuestra relación y todo lo que hemos logrado juntos se va a ir al carajo. ¿Qué es lo que haremos?

Joss se le queda mirando. Ella igualmente, pero sus miradas se oscurecen con un destello de oscuridad en ambos.

En un aula con espejos, Bright baila de lado a lado con una estudiante. La estudiante tiene el cabello ondulado sobre sus hombros. Castaña ella con una mirada de lo más dulce. Están bailando suave. Ella con el mentón en la curvatura de su cuello mirando toda tierna el aula. Bright le sostiene una mano miemtras bailan.

—Gracias por practicar conmigo. Tendré un hijo y estoy muy nerviosa.— Ella ríe tímida.

—Apuesto a que será un lindo o una linda bebe.— Bright dice sin emociones. Simplemente le sale por modales.

—Gracias.— Ella se sonroja.

—Apuesto a que,— Él los mueve repentinamente para hacerla quedar con la espalda arqueada. Sujetándola bien abajo mientras le rodea la espalda. Ella se sonroja en demasía pero lo sigue mirando con una sonrisa de labios bonita. —serás una buena madre. Si has decidido tenerlo, claro está.

—Tus palabras son muy amables.— Ella se sonroja bien bonito.

Él los vuelve a restaurar por lo que ambos se mantienen una bonita mirada. El teléfono de ella vibra así que saca su teléfono del bolsillo para mirar en la pantalla:

Joss: ¿Nos podemos ver en la noche cerca de mi casa?

Ella sonríe emocionada y guarda su teléfono. —Fue una bonita compañía Bright. Nos vemos mañana.

—Nos vemos.— Bright la despide con una mano. Ella sonríe toda tierna despidiéndose con una mano y se va.

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