Capitulo Cuatro 2/2
Mientras Bright sale al patio de recreo, se detiene, al sentir un auto negro estacionarse a las afueras del portón de la escuela católica. Sabe y reconoce que ese auto es de su jefe así que camina serenamente allá para entrar al asiento pasajero.
Una vez el demonio de disfraz estudiantil cierra la puerta de su lado, mira a su derecha a su jefe. Este anda con unas gafas de sol negras, guantes látex negros de metales puntiagudos trazando sus nudillos, y un chaleco grisáceo sobre una camisa elegantemente blanca. Anda con los brazos reposados sobre la guía del auto mirando fijamente la escuela. Sin decir nada.
Bright tierna y confundidamente pone los bracitos unidos sobre la parte dura de enfrente para apoyar su mentón sobre sus brazos. Mirando a la escuela católica también.
El silencio llega a mayores extremos.
Ninguno está hablando.
Solo mirando la escuela católica.
—¿No preguntarás qué hago aquí?— Gulf corta con el silencio sin mirarlo. Bright suspira volviendo a enderezar su espalda en alivio de la culminación del silencio.
—Gracias al Innombrable. Eso quería preguntar desde un inicio.
—Es por una falta tuya.
—Ah, ¿en serio?
—Acabas de hablar con un ángel.
—Disculpa, ¿qué?
—Así es, tenemos a un ángel. Y a uno muy entrometido en nuestra misión.
—Cómo sucedió esto, nosotros jamás interrumpimos a los ángeles.
—Lo sabemos. Madre está subiendo el Ascensor Celestial ahora mismo para hablar con el Innombrable.
—Increíble. ¿Y qué hacemos con este ángel?
—Aún nada, pero me temo que,— Gulf se baja un poco las gafas de sol para revelar sus pupilas en un aterrador rojo carmesí y sonríe: —habrá una cacería. Tú ve cumpliendo con la misión. Yo esperaré a unas cuadras cerca.
El teléfono del Jefe vibra con otra notificación. Este baja la mirada para abrir el teléfono a su pantalla de inicio y sonríe con sus labios. El jefe ya tenía sus sentimientos desarrollados. Sentimientos muy similares a los humanos. Así que Bright envidiaba eso de él... Ya el jefe podía saber lo que él mismo sentía así como lo que no.
—¿Te vas a ver con ese brujo otra vez?— Pregunta el demonio estudiantil intentando sinpatizar con una sonrisa. Gulf lo mira indiferente antes de sonreír. —Centrate en la misión, B.
—De acuerdo.— B., sonríe porque al menos su jefe/hermano es simpático. Sale del auto para caminar.
▬
Para la noche, los chicos van a dormir en sus respectivas habitaciones. Como obra del destino, a Bright le toca el número de habitación: 69. Su compañero de cuarto es Win. Al abrir la puerta, el chico de anteojos anda sentado en la cama leyendo la biblia vistiendo una pijama azúl de avioncitos. El estudioso lo mira mal mientras a la criatura le importan tres demonios su mirada y se tira a la cama de al lado.
Win no le quería decir nada; en serio que no. O eso intenta, pero le es imposible.
—Sabes, ni siquiera te diste un baño. Ni te has cambiado de ropa. ¿Trajiste ropa siquiera?
El demonio estudiantil bufa un suspiro agotado con este chico. Entonces se sale de la cama posando frente a esta para mirar al de anteojos. —No,— habla el joven. —porque a mí no me importa dormir sin ropa.
—¿Cómo dices--?— Win se cubre los ojos con la biblia cuando el de unos pasos más adelante se quita la túnica. Este deja la túnica caer a un lado. Revelando unos abdominales únicos. Se baja los pantalones, y sale de su calzado. Tal demonio sonríe al ver al ángel cubrirse los ojos.
—Dormir desnudo es refrescante.— Dice Bright sonriendo antes de volver a subir su propia cama y enrollarse en las sábanas de esta. Win baja poco a poco la biblia hasta mirarlo. Hasta que baja completamente la biblia a su regazo mirando mal al demonio que duerme en la cama de al lado.
Va poniendo la biblia al lado de su cuerpo serenamente, pero se le queda viendo fijo. Encendiendo sus ojos en blanco al igual las siluetas de alas a los lados de su quijada.
Bright pretende estar dormido al darle la espalda, pero está observando atento la pared. Al igual que el ángel, ambos no iban a dormir delante de la presencia del uno al otro. Cualquiera podía matar a cualquiera cuando se les diese la gana. Por eso el peligro los mantiene en alerta.
Se van las luces de la habitación, dejando entonces a la oscuridad los tenebrosos ojos blancos de Win. Las campanas suenan, y resulta que lo de las luces no fue plan del ángel. Este mira asustado a su alrededor con los sonidos de las campanas. Normalizando sus ojos e las siluetas de alas a los lados de su quijada.
Bright se da la vuelta en su cama. Mirándolo todo.
—Salgan de sus camas. Iremos afuera a esperar a que vuelva la luz.— Grita la irritante hermana Bell. Win sale de su cama como el chico obediente que es y mira al demonio que sigue durmiendo. Aunque claro: no sabe que es un demonio.
—Oye, idiota. Debemos salir.
—Ve y baja tú. Es una tontería salir.— Bright se hace el soñoliento usando sus brazos como almohada.
—Como quieras.
Win sisea. Entonces el de anteojos fielmente trota a la puerta de la habitación para salir de esta. Al abandonar la habitación, cerrando la puerta, no nota que Bright lo está mirando con ojos agrandados y una sonrisa espeluznante en medio de toda la oscuridad. Sonriendo macabro y la puerta se cierra cuando él comienza a reír exageradamente. Cubriéndose la boca con una mano para que sus risas no sobrepasen. Se retuerce de lado a lado durante las risas como la criatura que es.
Win deja la escuela para formar línea con otros estudiantes soñolientos en pijama. Todos se sientan con las piernas cruzadas al estilo indígena; frente a la hermana Bell. Junto a ella estaba el maestro de ellos vistiendo una pijama negra de seda. Ella vestía su traje de monje porque al parecer en estas horas no se había ido a dormir.
El maestro los mira a todos. Inspeccionando a por el chico nuevo. Antes de que comiencen a rezar por el retorno de la luz, pregunta: «¿Dónde está el nuevo?» por lo que la hermana Bell entra en alerta y inspecciona a los chicos también. Win lo mira indiferente. Listo para ser un buen estudiante como siempre.
—Él está en su habitación. No quiso bajar.
—Ah. Conque no sabe seguir el protocolo... Iré a por él en este instante.
Dice el hombre antes de retirarse. Win comienza a sentir pena por el chico nuevo (dado a que no sabe que él es un demonio) para él luce como un humano con posibilidades a ser una víctima. La voz de la hermana Belle lo saca de sus pensamientos:
—Bien. Comenzaremos nosotros a rezar.— Ella une sus palmas frente a su pecho poniéndose cabizbaja. Todos comienzan a rezar. Pareciendo un coro típico de cada iglesia. Win como ángel, su voz en una oración tiene poder y es molestosa para los demonios así que Bright se sienta en sus rodillas sobre la cama, agachado para enfrente con gruñidos. Se cubre los oídos. —Ya calláte...— Murmura con dolor el demonio.
Resulta que el maestro fue a buscar en el almacén su cámara por si se daba la oportunidad que tanto le gustaba. Y al momento de llegar a la puerta 69, colocar su mano en la cerradura, gira esta para abrirla mientras mira detrás suyo. Revisando que nadie vaya a interrumpirlos.
Al estar mirando para atrás, no ve como aterradoramente Bright gatea como un animal rápido en sus cuatro desde un extremo de la habitación hasta la cama y se sienta en ella. Viéndose como una silueta en el fondo brillando sus ojos en rojo antes de acostarse.
El maestro voltea y lo ve acostado. Cierra la puerta, poniendo el seguro, entonces se dirige hacia el chico.
—Oye, debes bajar con los otros.— El maestro se sienta a su lado para acariciarle el cabello. De arriba a abajo. Frotando sus hebras acarameladas.
—Es que, tengo mucho sueño.— Bright voltea a quedar acostado sobre su espalda a propósito. La sabana se baja un poco más y revela sus deliciosos abdominales. Él ve como los ojos del católico caen en ese abdomen. Bright se hace el inocente parpadeando sus ojos mientras mira al maestro.
—¿Sabes? Hay una forma de rezarle a Dios que es más placentera.— Va contando el maestro mientras baja su mano a desplazarla por su pecho.
—¿Cuál es esa, maestro?
—Él te amará de inmediato.
El hombre hunde su mano bajo la sábana y sonríe cuando el chico le toma la mano con ambas, tratando de cerrar sus piernas.
—Maestro, ¿por qué me toca ahí?— Bright finge ser ingenuo. El maestro sonríe macabro.
—La voluntad de Dios.— Ríe aquel. Se agacha para besar al chico a la boca. Bright cierra sus ojos, dejándose llevar. El hombre apasiona los besos. Una y otra vez. Exagerando estos con gemidos. Bright sabe como seguir un rol así que finge repartir suaves besos; pocos para que se note con “inocencia”.
El maestro aleja su cabeza con una sonrisa para sentarse de rodillas frente a las piernas del otro y apuntarlo con la cámara polaroid.
—Mira aquí.— Pide el hombre. Bright mira y aunque se ve normal en persona, en los flashes de la cámara deslumbra por menos de un segundo un rostro macabro estilo cerebro todo ensangrentando y palpitante.
El maestro aleja la cámara con una sonrisa para mirar la polaroid. En la polaroid se ve al chico mirando a la cámara todo sensual.
—Voy a destaparte, ¿me lo permites?
El maestro dice ya agarrando la sábana.
—¿Está seguro de lo que quiere hacer, maestro?
Pregunta Bright en un tono de advertencia coqueto aunque aún fingiendo inocencia. El maestro lo mira por unos segundos. Cegado en su particular belleza. Todos caen por la belleza artificial de esa criatura.
—Sí.— Dice, antes de ofrecerle dos dedos a la boca al chico nuevo. —Mojálos, con esto te prepararé para que te duela menos.
—No hay necesidad de eso, maestro.— Bright se abre bien de piernas aunque la sábana siga cubriendo su parte intima. —Soportaré todo el dolor para caer en gracia.
«El dolor es lo menos que me va a importar.» Piensa el demonio. El hombre ríe como un lunático. Se baja el pantalón hasta debajo de su miembro para coger la cámara en su otra mano y entra en la criatura que gruñe por instinto.
Win mira la ventana de su habitación. «No han llegado aún. La luz no viene..., ¿será que el maestro estará teniendo...? ¿Por qué me debería importar? A ese humano le gusta eso. No me debe importar. Pero... Aún así...» Win se preocupa por el "humano".
Mientras en la habitación la cama rechina como loca y se escuchan unas risas. Unas risas exageradas y altas. —¡Se siente tan bien dentro de ti! Jamás sentí algo así con los anteriores.
—Es porque mi cuerpo esta ciertamente programado para esto, maestro. Era el destino.— Ríe alocado el acostado mientras rebota. El maestro no lo ha mirado al rostro, así que cuando lo hace, puede ver el rostro de locura que trae el acostado durante las rápidas embestidas. Algo de ese rostro lo comienza a perturbar así que frunce el ceño. Dejando de disfrutar las embestidas que le hace al otro.
—¿Por qué te ríes? Ninguno de los otros se ríe.
—Porque se lo que te va a pasar luego de esto.— Bright se cubre la boca con sus nudillos. Pretendiendo unas risas traviesas. Desviando la mirada.
—¿Qué?
—Al igual que sé a dónde vas a ir, maestro. Irás a un lugar muy malo. Muy malo.
—Qué rayos...
El hombre cesa las embestidas y Bright voltea a mirarlo súper rápido con los ojos rojos.
—Los conseguí.
—¿Qué conseguiste?
—Los que te llevaran a tu infierno.
Entonces una figura ensangrentada (una figura sin ropas solo sangre) en forma de mujer se desprende del techo. Flotando lentamente hacia el hombre. La mujer tiene los ojos ensangrentados también. Básicamente ningún rasgo era figurativo sino que todo su molde era salido de sangre. Las hebras de su cabello flotan por individual mientras sus brazos andan extirados frente a sus pequeños senos.
Los brazos de aquella mujer abrazan al maestro desde atrás. Asquerosamente pegándole su sangre. El maestro se asusta pegando un grito en su lugar mientras que la mujer se mantiene cerca al oído del hombre.
—Prosigue. Prosigue. Prosigue.— La mujer velozmente abre sus ojos en grande con sus pupilas bien en negro para susurrarle únicamente al oído al hombre. Sin detenerse. El hombre grita aterrorizado.
—¡AGHHHHH! ¿QUÉ ES ESTO? QUÉ ES-- DEJÁME. ALEJATE ESPIRITU DEL MAL.
—Oh maestro, por favor,— Bright toma la cámara apoyándose en sus codos. —Mire aquí.— Él apunta al maestro con la cámara polaroid mientras el hombre grita en terror.
Entonces toda la habitación llena sus paredes de una sangre espesa y pegajosa. Esta con trazos de líneas como las ramas que se pegan a casas o edificios viejos. La cama se tiñe de sangre e incluso las manos de Bright comienzan a producir sangre que se le pega al cuerpo como por diseño.
Unas manos más salen de la cama para tomar al maestro de los tobillos.
—¿QUÉ ES ESTO? ¿QUÉ HACEN?
—Tus expresiones son tan excitantes, maestro. Es decir, vea por sí mismo.
Bright gira la polaroid. Mostrándole la foto al maestro y en la foto se refleja la criatura que no le ha dejado de susurrar en el oído, en la foto la criatura esta sonriendo a la cámara.
—¡AGHHHHHH!
Grita el hombre cuando es jalado sobrenaturalmente hacia atrás. Volando por los aires debido a la mujer de sangre hasta que atraviesan una pared y desaparecen.
Bright ríe hasta que escucha una voz en la puerta decir: —¿Eres un demonio?
Cuando él mira todo indiferente, es Win. El angelito perturbado. Bright sonríe macabro.
—Ah, ¿venías a salvarme?— Él ladea su cabeza para un lado. —Qué tierno.
—Dime qué hiciste con él. Él era mi misión.— Gruñe Win poniendo sus ojos en blanco.
—Él era mi misión.— Bright dice indiferente, poniéndose de pie. Ambos mirándose fijamente. —Y aún falta la hermana Bell. Quién la obtendrá primero, ¿tu? O ¿yo?
Juega el demonio. El ángel gruñe bajando su cabeza a un nivel en que se nota muy molesto; sin quitarle los ojos de encima.
—Eso vamos a averiguarlo.
—Ja... Apuesto a que ganaré yo.— Bright enciende sus pupilas en su rojo carmesí por un segundo durante su sonrisa.
*N/A: ¿Habrá pelea entre ellos? Jaja tenemos rivalidad❤ Me sorprendió que much@s lograran configurar que Win era un ángel antes de yo decirlo jaja. Me gusta, están atent@s. Espero hayan tenido una escalofriante lectura, nos leemos~, gracias por votar e comentar lxs amo mucho!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top