EL INICIO DE ALGO BONITO

***

Horas después, todos estaban en la preparatoria esperando a que iniciara el partido de fútbol. Chan estaba en una banqueta cerca de la cancha con su equipo, y del otro lado estaban los del otro equipo. Hyunjin estaba con los otros jugadores junto a su entrenador, que les estaba dando instrucciones de cómo poder ganar y dándoles buenas vibras.

Felix estaba en las gradas junto a su amigo JiSung, que estaban ambos ansiosos por que iniciara el partido.

Después de su momento romántico con el pelirrojo, ambos no se sintieron incómodos ni nada. Ambos se dispusieron a comer para después irse a la preparatoria.

Durante el camino, nunca se sintieron incómodos. Ambos se amaban el uno al otro, y eso a ambos les quedó claro. Se dieron cuenta de que se amaban, que sus corazones latían tan fuerte por el otro que no les quedaba duda de que se amaban.

Felix miró a Hyunjin, que estaba concentrado en el partido, y sonrió. Sabía que Hyunjin era un jugador excelente, y que haría todo lo posible para ganar.

Hyunjin, por su parte, sintió la mirada de Felix y se volvió hacia él. Sonrió y le hizo un gesto con la mano, y Felix se sintió emocionado.

Ambos se sonrojaron después de eso. Hyunjin estaba tan sumergido terminando de amarrarse los cordones de sus zapatos que no se dio cuenta de quién estaba parado justo enfrente de él.

En eso, sintió un escalofrío recorrer su espalda y miró al frente. Ahí estaba Lee Minho, el chico que lo sacaba de sus casillas, su mayor rival y el mismo que antes le daba los mejores orgasmos de su vida.

Hyunjin se sintió incómodo, la mirada que le lanzaba Minho era algo oscura junto a una sonrisa burlona, claramente solo iba para molestar al pelirrojo.

Minho sonrió, su mirada recorriendo el cuerpo de Hyunjin. Sabía que lo estaba haciendo sentir incómodo, y eso lo divertía.

—Hyun —dijo Minho, su voz baja y algo ronca.

Hyunjin se sintió aún más incómodo, su rostro ardiendo de calor. No le iba a permitir que lo ponga nervioso no le daría el gusto.

—¿Qué quieres, Minho? —dijo el pelirrojo, ya un poco fastidiado, ya quería que se largara de su preparatoria.

—Uuy, no vengo a molestar, solo a desearte un buen juego, Jinnie —dijo el pelinegro, mirando cómo Hyunjin se levanta de su asiento, mirándolo.

Minho solo sonrió y pasó su vista por el pelirrojo, mirando hacia abajo, notando el pequeño bulto que se encontraba en sus shorts deportivos, y se mordió el labio inferior.

Solo lo veía, lo miró y solo sonrió burlón y dijo:

—Lo nuestro ya pasó, Minho, ya acéptalo. Fue hace tiempo, eso que ves abajo ya no es tuyo —dijo el pelinegro, notando la seria mirada del pelinegro.

Minho se sintió incómodo, su mirada se intensificó, y su voz tomó un tono más bajo y curioso.

—Entonces... ¿ahora a quién le pertenece? —dijo, su mirada fija en Hyunjin.

Hyunjin sonrió y se encogió de hombros, su expresión indiferente.

—Eso no es de tu incumbencia, Minho —dijo Hyunjin, su voz baja y calmada.

Minho se sintió molesto, su rostro se tensó, y su mirada se volvió más intensa.

—Creo que sí es de mi incumbencia —dijo Minho, su voz baja y amenazante.

Pero Hyunjin no se inmutó, simplemente volvió a ver las gradas y miró a Seungmin, sonriendo con felicidad mientras este tenía la boca llena de palomitas. Hyunjin sonrió al ver a su tierno bebe así, y su corazón se llenó de amor y felicidad.

Minho miró a Hyunjin, frunció un poco el ceño y miró a dónde estaba la vista de Hyunjijn. Ahí miró a Felix y ahí entendió todo.

Minho luego miró a Hyunjin, que le brillaban los ojos al ver a Felix, y en ese momento se sintió un poco mal.

Él nunca lo vio así cuando estaban en una "relación". Esa mirada tan enamorada, tan intensa, era algo que Minho nunca había visto en Hyunjin antes.

Minho solo suspiró y miró el piso, se sentía algo celoso pero también mal. Al parecer, "su" Jinnie ahora amaba a otra persona, y él no podía hacer nada más que solo alejarse. Aunque lo deseaba tanto, estar otra vez con el bello pelirrojo ya no podía, y no pudo hacer más que irse de ahí sin decir nada.

Se fue a los baños para liberar su lluvia de emociones: enojo, celos y tristeza. Se metió a uno de los cubículos y se dispuso a soltar sus lágrimas. No quería que nadie lo viera.

Mientras lloraba, Minho no podía dejar de pensar en Hyunjin y en cómo lo había perdido. Se sentía como si hubiera fracasado en algo importante, y no sabía cómo superar ese sentimiento.

Minho solo podía recordar sus bellos momentos con el rubio cuando estaban en secundaria, el "amor" que ambos se tenían desapareció. Minutos después, escuchó como la puerta del baño se abrió y miró como unos zapatitos azules con diseño de estrellas se asomaban por abajo de la puerta.

Minho solo lo miró, no quería que nadie lo viera y mucho menos uno de su equipo, pero no era nadie más que el tierno pecoso que había visto a un lado de Felix.

—E-estás bien? —dijo JiSung del otro lado de la puerta.

El menor había notado cómo el pelinegro se fue del campo y se preocupó, y más al ver su cara con ganas de llorar. Fue con la excusa de ir al baño, pero en realidad fue a ver si se encontraba bien el pelinegro.

Minho se sintió incómodo, no quería que nadie lo viera en ese estado, pero JiSung parecía genuinamente preocupado.

—Estoy bien, no te preocupes —dijo Minho, intentando sonar firme y seguro, pero su voz tembló ligeramente.

JiSung no se dio por vencido, se acercó un poco más a la puerta del cubículo y dijo:

—No te creo, Minho. Te vi salir corriendo del campo y ahora estás aquí, llorando. ¿Qué pasa? ¿Qué te pasa?

Minho se sintió irritado por la insistencia de JiSung y se comportó de manera grosera:

—¡Déjame en paz, cachetes! No es asunto tuyo. ¡Vete!.

Pero JiSung no se fue, se quedó allí, mirando a Minho con una expresión de preocupación y comprensión.

—Lo siento, Minho. No quiero molestarte. Solo quiero ayudarte. ¿Qué te pasa? ¿Por qué estás tan triste?

La voz de JiSung era suave y calmada, y Minho se sintió un poco más relajado al escucharla. La presencia de JiSung lo hizo sentir tan cómodo y en confianza que comenzó a respirar más profundamente y se sentó en el inodoro, intentando calmarse sorviendo su nariz que se encontraba un poco rojiza.

Minho se sintió un poco más relajado al escuchar la voz suave y calmada de JiSung. Comenzó a respirar más profundamente y se sentó en el inodoro, intentando calmarse.

—Estoy... estoy celoso —dijo Minho, su voz apenas audible.

JiSung se acercó un poco más a la puerta del cubículo y dijo:

—¿Celoso? ¿De quién?

Minho suspiró y se cubrió la cara con las manos.

Jisung se quedó en silencio por un momento; ahora entendía el porqué del comportamiento de Minho hacia el peliazul. Luego dijo:
—Lo siento, Minho. De verdad que lo siento.

Jisung se acercó un poco más a la puerta y la abrió, encontrándose con Minho sentado en el inodoro. Colocó una mano en su hombro mientras lo miraba.
—Sé cómo se siente ese dolor —dijo Jisung con una voz suave y comprensiva—. Yo ya lo he vivido y sé que es como un puñal en el pecho al ver a la persona que más amas con otra.

Minho levantó la mirada, sorprendido por las palabras de Jisung.
—¿Tú también has pasado por eso? —preguntó, con un destello de curiosidad en la voz.

Jisung asintió.
—Sí, lo he pasado —admitió—. Pero aprendí a superarlo. A veces, solo necesitas alejarte un poco y enfocarte en otras cosas que te hagan bien.

Minho permaneció pensativo, cuestionándose si sería capaz de superar sus propios sentimientos hacia Chan. Aunque sus dudas persistían, las palabras de Jisung lo hicieron sentir un poco menos solo. Una ligera sonrisa apareció en su rostro.
—Gracias, Jisung. Me siento mejor —dijo, con una voz que parecía un poco más segura.

Jisung sonrió con ligereza y se encogió de hombros.
—No hay de qué. Me gusta ayudar a los demás. Además, me caíste bien, aunque seas algo engreído —dijo Jisung con un toque de humor, observando cómo la expresión de indignación de Minho se transformaba en una sonrisa radiante.

Minho se sonrojó ligeramente, pero no pudo evitar devolverle la sonrisa. Por primera vez en mucho tiempo, se sintió más cómodo en la compañía de alguien, y sospechó que tal vez había encontrado un nuevo amigo en Jisung.

Mientras se alejaba un poco, Minho comenzó a notar algo extraño. Sus manos sudaban, su respiración era superficial, y su rostro estaba completamente sonrojado. ¿Qué era ese sentimiento? Nunca había experimentado algo similar antes, y mucho menos por alguien.

Su mirada se cruzó con la de Jisung, y en ese instante su corazón pareció latir con más fuerza.

Jisung, ajeno a los pensamientos de Minho, le sonrió y le dijo con entusiasmo:
—Bueno, basta de lágrimas, Lee. Ahora tienes un partido que ganar. —Lo animó mientras Minho asentía con un leve movimiento de cabeza.

Sin poder resistirse, Minho abrazó a Jisung con gratitud.
—Gracias, de verdad.

Jisung, sorprendido pero sonrojado, correspondió al abrazo.
—De nada. Ahora ve, diviértete, y recuerda: incluso si no ganas, eso no te hace menos bueno, ¿sí? —dijo, intentando motivarlo mientras Minho asentía con una sonrisa tímida.

Ambos salieron del baño y se despidieron. JiSung se fue a las gradas, donde se encontraba Felix, y Minho se dirigió hacia su equipo, que lo esperaba en la cancha.

Faltaban menos de 5 minutos para que comenzara el partido, y Minho se sintió un poco más enfocado y listo para jugar.

***


Después de algunos minutos, los dos equipos se encontraban jugando con intensidad en la cancha. Minho se había enfocado en el partido y estaba jugando con una determinación.

Su equipo estaba jugando bien, y Minho estaba liderando el ataque con su velocidad y habilidad para driblar. El público estaba animando a los jugadores, y la energía en la cancha era eléctrica.

Felix y Han estaban sentados en las gradas, animando a ambos equipos. Hyunjin estaba en la cancha, jugando con su equipo y tratando de marcar goles.

El partido estaba siendo muy competitivo, y ambos equipos estaban luchando por la victoria. Minho estaba decidido a hacer todo lo posible para que su equipo ganara.

En un momento, Hyunjin marcó un gol. Era el primero y el marcador se convirtió en 1 a 0. Cuando anotaron el gol, sus compañeros de equipo se acercaron a él y lo animaron, dándole palmadas en la espalda y felicitándolo por su gol.

Minho se sintió un poco desanimado al ver a Hyunjin marcar un gol, pero no se rindió. Se enfocó en el partido y comenzó a jugar con más intensidad.

El partido estaba siendo muy competitivo, y ambos equipos estaban luchando por la victoria. HyunJin estaba decidido a hacer todo lo posible para que su equipo ganara.

***

Después de casi una hora de partido el mural tenía 5 a 4 los 5 del equipo de Hyunjin y los 4 del de Minho ahora estaban en descanso .

Hyunjin estaba en las gradas junto a Felix descansando y tomando agua que Felix le había llevado a Hyunjin mientras le daba apoyo.

—Ustedes pueden, Jinnie. Ya llevan 5 a 4 no te preocupes. —decía el menor dándole su mayor apoyo al rubio.

—Si, pero no se ahora siento a Minho más decidió y esta jugando con más fuerza ahora. —dijo el pelirrojo mirando el suelo.

Hyunjin sabía que Minho era un buen jugador pero no sabía que tanto eso le gustaba.

Felixsolo lo miró tenía la mirada un poco preocupada se le notaba y el menor puso su mano en la ma,o de Hyunjin.dándole caricias transmitiendole apoyo y este lo volteó a ver.

—No te preocupes, Jinnie, estoy seguro que van a ganar aquí esta tu fan número uno apoyandote —dijo el menor sonriendo.

Y en ese momento Hyunjin se sintió tan feliz dé tener a Felix en su vida se sintió amado amaba al peliazul y no se resistió y le dio un pequeño beso en la mejilla y este se sonrojó y solo bajo la cabeza castaña.

Hyunjin sonrió al ver la linda reacción de Felix. Lo amaba tanto le encantaba poner nervioso a su lindo bebé, que no dudaba en tenerlo siempre a su lado.

—Lix, me gustaría decirte algo. —dijo el pelirrojo sintiendo sus mejillas arder en un bello sonrojo.

Felix en eso también lo volteó a ver aún con un leve sonrojo.

—Si, c-claro Jinnie, ¿qué es?... —reguntó el menor.

Ambos se miraban a los ojos sintiendo como el tiempo se detenía al verse el uno al otro como si ellos fueran los únicos en ese momento importadores la lejana voz que se oía.

Hyunjin tomó una de las delicadas manos de Felix y su sonrojo Se intensificó.
—Felixyo te a-

El pelirrojo fue interrumpido por su entrenador que hizo sonar el silbato muy fuerte.

— Vamos, Hwang hay un partido que ganar luego puedes seguir hablando con tu novio. —dijo el entrenador mirando las caras de ambos jóvenes sonrojadas hasta las orejas.

Hyunjin se sonrojó aún más al escuchar las palabras de su entrenador. Felix también se sonrojó y miró hacia abajo, tratando de esconder su rostro.

Hyunjinse volvió hacia su mayor y le dijo.

—Sí, entrenador. Ahora voy.

Miró otra vez a Felix que aún tenían sus manos entrelazadas.

—Luego te lo digo, ¿Si?

Felix asintió con la cabeza y le dijo:

—Te apoyo al cien por ciento, Hyun.

Después, le dió un beso en la mejilla haciendo al mayor sonrojar.

—Esto es para que tengas más suerte.

Y se fue corriendo a donde estaba anteriormente sentado, dejando a Hyunjin completamente sonrojado.

Pero después de un momento, Hyunjin puso su mano en la mejilla donde Felixlo había besado y sonrió como un tonto, un tonto enamorado.

Con una sonrisa en el rostro, el pelirrojo se dirigió hacia la cancha, listo para enfrentar el resto del partido.

Y mientras corría hacia la cancha, no pudo evitar pensar:

"Quizás, este sea el inicio de algo bonito con Lixxie...".

***

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