¿CÓMO LE DIGO A LIX "ME GUSTAS"?


Ya habían transcurrido unos días desde el día del partido y todo fue de maravilla para el equipo de Stray Hills; habían ganado el partido a seis a cinco. Un gol más que hubieran anotado los del otro equipo y perdían. Pero, gracias a Hyunjin, lograron llevarse la victoria.

De igual forma, la relación de Hyunjin y Felix se estaba convirtiendo poco a poco en algo más. Después de que terminara el partido, Felix se quedó a dormir en casa del mayor para celebrar con unas botanas, películas y uno que otro beso tímido de parte de ambos.

Aún no eran nada, pero muy pronto lo serían; eso se prometía Hyunjin.

Después de aquella noche, Hyunjin y Felix se volvieron inseparables. Pasaban todo su tiempo libre juntos, ya sea estudiando, jugando fútbol o simplemente pasando tiempo en casa del mayor.

La relación entre ellos se estaba convirtiendo en algo más profundo y significativo. Hyunjin se sentía cada vez más atraído por Felix, y podía ver que el pecoso sentía lo mismo.

Un día, mientras estaban sentados en el sofá de la casa de Hyunjin, Felix se acercó a él y le dio un beso suave en la mejilla. Hyunjin se sonrojó y sonrió, sintiendo su corazón latir con emoción.

—¿Qué fue eso? —preguntó Hyunjin, tratando de parecer casual.

Felix se sonrió y se acercó un poco más a Hyunjin.

—No sé —respondió—.Solo me pareció que era el momento adecuado.

Hyunjin se sintió un poco nervioso, pero también emocionado. Sabía que esto era solo el comienzo de algo más grande.

***

JiSung se acercó a Minho y le preguntó si estaba bien, ya que había notado que parecía un poco distraído estos últimos días.

—¿Qué pasa, Minho? Te he notado un poco distraído últimamente.

Minho lo miró y se sonrojó un poco. Se volteó hacia otro lado, tratando de esconder su rostro. Luego, se calmó un poco y se volvió a mirar a Félix.

—Todo bien, Han —dijo Minho, tratando de sonar convincente. —No pasa nada.

Pero Han sabía que Minho no estaba diciendo la verdad. Podía ver la preocupación en sus ojos.

En realidad, Minho estaba distraído porque estaba sintiendo emociones que nunca antes había sentido por otra persona. Sentimientos que ni con Hyunjin había experimentado. Se sentía confundido y no sabía cómo manejar sus emociones.

Minho se sentía confundido y no sabía cómo expresar sus sentimientos hacia JiSung. Era un sentimiento que nunca antes había sentido, y no sabía cómo manejarlo. Se sentía como si estuviera flotando en un mar de emociones, sin saber cómo encontrar la orilla.

JiSung, con sus mejillas regordetas, lo hacía sentir loco. Sus ojos brillantes y su sonrisa radiante lo hacían sentir como si estuviera en un sueño. Minho no podía creer que alguien como JiSung pudiera hacerle sentir de esa manera.

Desde que conoció a Han JiSung, sus emociones ya no eran las mismas. Se sentía más vivo, más emocionado, más todo. Y no sabía cómo manejarlo.

Minho se sentía abrumado por las emociones que estaba experimentando. No sabía cómo manejarlas, pero había algo que estaba claro: su sentimiento hacia Hyunjin se estaba extinguiendo de forma lenta.

En su lugar, estaba cayendo por los encantos de JiSung. La forma en que Han sonreía, la forma en que se reía, la forma en que lo miraba... todo eso estaba haciendo que Minho se sintiera cada vez más atraído hacia él.

Y algo que Minho estaba aprendiendo era que del amor nadie se escapa. No importaba cuánto intentara resistir, no importaba cuánto intentara negarlo... el amor siempre encontraba la forma de hacerse presente.

Minho se sentía un poco asustado al pensar en esto. No sabía qué significaba para él, no sabía qué significaba para su futuro... pero sabía que no podía ignorarlo.

***

Mientras caminaban por los pasillos de la preparatoria, Hyunjin y Felix se reían y hablaban de sus planes para el fin de semana. Felix quería un café frío y Hyunjin lo acompañaba, como siempre.

Ambos jóvenes se habían vuelto inseparables últimamente, y eso era algo de lo cual los estudiantes se habían dado cuenta. Algunos de ellos incluso habían empezado a especular sobre la naturaleza de su relación.

Pero Hyunjin y Felix no se preocupaban por lo que los demás pensaban. Estaban demasiado ocupados disfrutando del tiempo que pasaban juntos.

Al llegar a la cafetería, Felix se dirigió hacia la barra para pedir su café frío. Hyunjin se sentó en una mesa cercana, esperando a que Felix regresara.

Mientras esperaba, Hyunjin no podía evitar sonreír al pensar en cómo había cambiado su vida desde que conoció al menor. Se sentía más feliz, más relajado y más seguro de sí mismo.

Y todo gracias a Felix.

Felix se acercó a Hyunjin con dos cafés fríos en la mano. Hyunjin lo miró caminar hacia él y se sintió tan enamorado del menor.

El chico vestido con el bello uniforme escolar parecía radiar una energía y una confianza que hacían que Hyunjin se sintiera débil.

Para Hyunjin, Felix era el epítome de la perfección. El uniforme escolar que todos los estudiantes llevaban parecía quedarle perfecto a Felix, resaltando su fina cintura y su figura. Hyunjin no podía evitar sentirse atraído por la belleza y la inocencia de Felix.

—Aquí tienes, Hyun —dijo Felix, sonriendo, mientras le entregaba uno de los cafés fríos.

Era obvio que el menor notó como Hyunjin literalmente lo devoraba con la mirada, pero lo trató de evitar.

Hyunjin tomó el café y sonrió, sintiendo su corazón latir con emoción.

—Gracias, Lixxie —dijo el pelirrojo, sonriendo de vuelta a Felix.

Felix se rió y se sentó a su lado, poniendo su mochila al lado de ambos.

—No hay de qué, Jinnie—dijo Felix, sonriendo. —Sé que te gusta el café con leche de plátano, así que pedí que le pusieran. —dijo el menor sonriendo.

Hyunjin se sintió un poco emocionado al escuchar las palabras de Felix. Ah, como amaba a su niño; lo conocía tan bien.

Hyunjin y Seungmin decidieron salir de la cafetería y dar un paseo por las gradas del estadio de la escuela. El sol comenzaba a declinar, y el aire se estaba enfriando un poco. Ambos jóvenes se sentaron en las gradas, mirando hacia el campo de fútbol.

—¿Sabías que hoy es el cumpleaños de Bokkari? —dijo Felix, sonriendo.

—¿En serio? —preguntó Hyunjin, riendo. —No lo sabía. ¿Qué edad cumple hoy? —dijo el rubio que amaba a ese cachorrito de Felix.

—Hoy cumple 3 años —dijo Felix, sonriendo de oreja a oreja.

Hyunjin asintió con la cabeza, y ambos jóvenes se quedaron en silencio por un momento, mirando hacia el campo de fútbol.

—Oye, Hyun —dijo Felix, rompiendo el silencio— Dejé algunas cosas en tu casa. ¿Puedo pasar por ellas más tarde?

—Claro —dijo Hyunjin. — Pero, ¿no vas a quedarte a dormir hoy?

Felix negó con la cabeza con un leve sonrojo.

—No, mi mamá quiere que esté en casa esta noche. Mis tíos llegaron de visita y quieren que esté allí para cenar con ellos.

Hyunjin asintió con la cabeza, y ambos jóvenes se quedaron en silencio por un momento, mirando hacia el campo de fútbol.

Después de eso, ambos jóvenes se quedaron en un silencio cómodo; ambos con la compañía del otro los hacía sentir cómodos, a gusto, como si eso estuviera bien, solo escuchándose el sonido de los chicos golpeando el balón.

En eso, el sonido de la campana se hizo presente, avisando que las clases ya iban a empezar, y ambos chicos se levantaron y salieron de las gradas.

— Jinnie, ¿puedo pasar por mis cosas más tarde a tu casa? —dijo el menor mirando la expresión de su hyung.

Hyunjin, quien estaba tirando sus vasos a la basura dijo:
—Claro , Lix, tú no te preocupes por eso, mi casa es tu casa. —dijo, para seguido de ello, recibir un tierno beso en la mejilla de parte de Felix.

Felix rió nervioso, bajó la cabeza y luego miró a Hyunjin de nuevo.

—Muchas gracias, Jinnie, te lo agradezco en serio. —hizo una pequeña pausa. —Yo iré a mi primera clase de matemáticas, bye. —dijo el menor para seguido de ello irse corriendo.

Hyunjin solo sonreía como un tonto, una sonrisa boba; amaba tanto a Felix, a su Lixxie.

***

Unas horas más tarde, era la hora de descanso. Hyunjin y Felix se fueron a la cafetería juntos; esa era su quienta clase y era con la profesora de literatura. Ambos jóvenes compartían casi todas las clases juntos, a excepción de matemáticas.

Ambos pidieron su comida y se dirigieron a almorzar a una mesa casi al fondo con sus platos listos para comer.

Se sentaron y empezaron a hablar de sus clases y qué podían hacer después de la jornada escolar.

Mientras ambos saboreaban su comida, Hyunjin estaba muy decidido en querer confesarle su amor a Felix. Ese día quería pedirle que fuera su novio, y eso lo emocionaba, pero a la vez lo ponía de nervios. No sabía cómo decirle a Felix esa palabra: "Me gustas." o "Felix, ¿quieres ser mi novio?", sin trabarse o tartamudear, en serio. Era tan difícil confesar tu amor por alguien que te tiene babeando por él. En serio, era tan difícil pedirle noviazgo a Lee Felix, ¿a su Lixxie?.

Hyunjin miró a Felix, que estaba comiendo con una sonrisa en su rostro. Se sentía tan afortunado de tener a Felix en su vida, y no quería perder la oportunidad de decirle cómo se sentía. Tomó una profunda respiración y se preparó para decir lo que sentía.

"Vamos, Hwang, no lo arruines".

Eso pensó Hyunjin y miró a Felix y empezó a decir lo que quería.

— Oye, Lix, ¿tienes algo más que hacer esta tarde? — preguntó el mayor de igual forma, mirándose nervioso.

Felix parpadeó varias veces y miró a otro lado para, seguido de eso, volver su mirada a Hyunjin.

— No, no hay nada importante más que ir a mi casa y todo — dijo el menor para seguido de eso preguntar — ¿Por qué la pregunta, hyung?

El pelirrojo respiró hondo, listo para decir su plan.

— Me gustaría saber si te gustaría ir conmigo al cine después de la escuela, digo, ya que tú me dijiste que deseas ver una película que llegó hace poco. —-Hizo una pausa para volver a tomar aire. — Quería saber si te gustaría y si tienes tiempo, obvio — dijo el mayor sonriendo de forma nerviosa, esperando impaciente la respuesta de Felix.

El menor estaba un poco conmovido, ya que si él quería ir a ver una película que acaba de llegar, era una de su saga favorita y deseaba verla en la pantalla grande.

Felix sonrió y con un bello sonrojo dijo:

— Claro, hyung, me encantaría ir contigo al cine. —dijo el menor, mirando al mayor. — Mis tíos van a llegar más tarde a casa, así que tengo tiempo. —dijo el peliazul.

Hyunjin expulsó todo el aire que tenía retenido; se sintió aliviado de que Felix le dijera que sí. Muy bien, la parte uno de su plan estaba completa. Felix lo miró entusiasmado y dijo:

— ¿Y será en cuanto acabe la escuela o cómo? —dijo el menor, curioso.

Hyunjin lo miró otra vez y lo pensó un poco antes de decir:

— Pues, si quieres, Lixxie, puede ser una o dos horas después. Tómate tu tiempo, aunque te ves precioso como andes, la verdad. —dijo el mayor, sonriendo.

Felix se rió nerviosamente y sus mejillas se tiñeron de rojo. Le dio un pequeño golpe en el brazo a Hyunjin y dijo:

— Ya, hyung, es usted un coqueto. Sabes que me gusta llevar ropa más de mi estilo a lugares como ese. —dijo el menor, haciendo un bello puchero que obviamente Hyunjin moría por besar.

Hyunjin se rió y se inclinó hacia adelante, su rostro cerca del de Felix.

— No te preocupes, Lixxie, te verás perfecto sin importar qué ropa lleves — dijo Hyunjin, su voz suave y agradable.

Felix se sonrojó aún más y miró hacia abajo, su cabello cayendo sobre su rostro.

— Gracias, hyung — dijo Felix, su voz baja y suave.

Hyunjin sonrió y se inclinó hacia atrás, su corazón latiendo con emoción. Se sentía tan feliz de haber podido invitar a Felix al cine y de que él hubiera aceptado.

De repente, la campana sonó, señalando el fin del recreo. Hyunjin y Felix se miraron y sonrieron.

— Vamos, Lixxie, tenemos que ir a nuestra próxima clase — dijo Hyunjin, sonriendo.

Felix asintió con la cabeza y se levantó de su asiento. Hyunjin lo imitó y juntos salieron de la cafetería, listos para enfrentar el resto del día.

***

Horas más tarde, después de una larga jornada escolar, la clase de artes había llegado a su fin. Era una clase que al menor le apasionaba.

Ambos jóvenes salieron de la preparatoria, y Hyunjin se ofreció llevar a Felix a su casa, ya que quería vestirse para la ocasión. Así, ambos se dirigieron a la casa del castaño.

Mientras disfrutaban del paseo en carro, hablaban animadamente. Hyunjin se detuvo y miró a Felix con una sonrisa.

— Oye, Lix, ¿te parece si paso por ti a las cinco y media? — preguntó Hyunjin, observando cómo Felix se lo pensaba un poco antes de asentir con la cabeza.

— Sí, claro. —Ya estaré listo a esa hora — dijo Felix, sonriendo de oreja a oreja. — ¡Qué emoción! —Vamos a ir a ver la película que estuve esperando por mucho tiempo — añadió, moviendo sus piernas con entusiasmo.

Hyunjin se sintió sumamente feliz al ver a Felix tan emocionado. Quería hacerlo feliz por el resto de su vida.

Más tarde, después de que Hyunjin dejara a Felix en su casa, el rubio fue rápido a casa de su buen amigo, Seo Changbin, para pedirle unos consejos. No quería arruinar todo en su confesión a Felix. Estaba nervioso y emocionado al mismo tiempo, y sabía que Changbin podría ayudarlo a calmarse y a encontrar las palabras perfectas.

Una vez que estacionó su carro, fue a tocar la puerta, tocó varias veces, pero no hubo respuesta. En ese momento, escuchó pequeños gemidos y sonidos de golpes dentro de la casa. El pelirrojo se sintió un poco avergonzado, ya que estaba interrumpiendo, pero era una emergencia. Necesitaba el consejo de Changbin antes de que se reuniera con Felix.

Después de unos minutos de tanto tocar la puerta, esta fue abierta por un Changbin sin nada puesto, solo sus bóxers, y lleno de sudor y agitado. Era obvio lo que pasaba allí. Changbin miró a Chan con una mezcla de sorpresa y frustración, pero luego se rió y dijo:

— ¡Ah, maldito Hyun! ¡Qué mal momento has elegido para visitar! —exclamó el pelinegro, pasando sus manos por su cara.

Hyunjin miró la escena, un poco avergonzado pero a la vez feliz por su amigo. Sabía que él y Jeongin tendrían una buena relación.

—Binnie, necesito de tus consejos, por favor. —pidió el pelirrojo, con su mirada de súplica.

El pelinegro solo miraba a su amigo, dispuesto a ayudarlo con lo que tuviera, pero también necesitaba liberar la tensión que había abajo de sus bóxers.

—¿Qué necesitas, Hyun? —preguntó Changbin, ya mirándose un poco más calmado.

—Necesito tu consejo —dijo el pelirrojo, serio. —Hoy tengo planeado pedirle a Felix que sea mi novio, pero no sé cómo hacer para que se sienta especial el momento. —respondió el pelirrojo, en serio, que necesitaba la ayuda de su amigo.

Changbin lo pensó un poco; se sintió sumamente feliz de saber que por fin su amigo quería dar ese paso, y claro que lo iba a ayudar para que por fin su amigo le pidiera noviazgo a Lee Felix. Changbin asintió feliz y dijo:

—Claro, Hwang, yo te ayudaré. Tú solo dime qué tienes planeado y te ayudaré a prepararlo. —dijo el más bajo, dejando a su amigo pasar a su departamento.

Una vez dentro, Changbin cerró la puerta y se dirigió al sofá, donde se sentó y se ajustó sus bóxers; al parecer sus ganas de sexo se habían ido.

—Okay, Hwang, dime todo. ¿Qué has planeado para el gran momento? — preguntó Changbin, sonriendo.

Entonces, así, Hyunjin se sintió apoyado por su amigo, que aunque lo interrumpió en un momento lujurioso con su chico, siempre lo seguía en sus locuras.

Y este era un momento importante en la vida de Hyunjin; era obvio que Bin lo ayudaría. Ellos siempre se apoyaban en todo, igual que cuando Changbin se quería declarar a Jeongin. El pelirrojo lo ayudó, y fue todo en una hermosa casa enfrente de la playa, donde Bin se declaró a su Jeongin, y Hyunjin los dejó solos para que hicieran lo que querían. Ellos siempre se apoyaban en todo, tanto en el amor como en toda tipo de locura.

Así que, si Changbin le iba a ayudar a su amigo a declararse a Seung en un bello lugar, Hyunjin estaba contento con eso. Porque Hyunjin no sabía cómo decirle a Felix "Me gustas" sin tartamudear o sin ponerse nervioso.

Changbin sonrió y se levantó del sofá, se dirigió a la cocina y sacó una botella de agua de la nevera.

—Vamos a empezar a planear, Hwang. —dijo Changbin, sonriendo. —Quiero que me cuentes todo sobre tus planes y lo que quieres hacer.

***

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