BOXERS SUCIOS
Una vez que llegaron a la casa del mayor Hyunjin, se dispuso rápidamente a cambiarse de ropa. Se fue al baño de su departamento y se quitó el uniforme para ponerse sus boxers nuevos. Eran negros con el elástico del mismo color, pero con dos franjas de color rojo en el elástico. Se miró en el espejo y sonrió, satisfecho con su elección.
— ¡Listo! —gritó el pelirrojo desde el baño.
Felix estaba en la sala, preparando la cámara para la sesión de fotos.
— ¡Genial! —respondió Felix—. ¡Vamos a hacer que luzcas increíble!
Hyunjin salió del baño, sonriendo confiado. El peliazul silbó al verlo.
— Wow, Hwang, estás impresionante —dijo Felix.
Hyunjin se rió.
— Gracias, Lixxie —dijo.
Felix le indicó a Hyunjin que se situara en frente de la ventana, donde la luz natural era perfecta.
— OK, Hwang, ahora quiero que te relajes y seas tú mismo —dijo el menor, sonriendo.
Hyunjin asintió y se relajó, dejando que Felix capturara su esencia en las fotos.
— ¡Sonríe! —dijo el peliazul.
Hyunjin sonrió y Felix disparó la cámara.
El pecoso le pidió a Hyunjin que hiciera poses más provocativas.
— Ahora, Hwang, quiero que te inclines un poco hacia adelante y apoyes tus manos en tus caderas —dijo Felix, sonriendo.
El pelirrojo se rió.
— ¿Estás seguro de que quieres que haga eso? —preguntó.
Felix asintió.
— Sí, confía en mí. Quiero capturar tu lado más sexy —dijo.
Hyunjin se encogió de hombros e hizo la pose que Felix le pidió.
Felix disparó la cámara varias veces, capturando diferentes ángulos del pelirrojo.
—¡Genial! Ahora, quiero que te sientes en el sofá y te reclines un poco —dijo Felix.
El mayor se sentó en el sofá y se recostó, mirando a Felix con una sonrisa seductora. Esa misma mirada que provocaba tanta excitación al pecoso.
Felix sonrió, un poco sonrojado.
—Wow, Hwang, estás impresionante —dijo.
El pelirrojo se rió.
—Gracias, peliazul —dijo.
La sesión de fotos continuó, con Felix capturando la esencia de Hyunjin en cada foto.
Después de haber tomado una gran cantidad de fotos, el mayor se acercó al peliazul. Ambos miraban las imágenes mientras reían por las poses graciosas que había hecho Hyunjin.
—¡Estas son geniales! —dijo el pelirrojo, señalando una foto en la que estaba haciendo una pose ridícula.
Felix se rió.
—Sí, eres un verdadero modelo —dijo, sonriendo.
Mientras Felix miraba las fotos, no podía evitar observar de vez en cuando el cuerpo del mayor de forma discreta. Le encantaba admirarlo, y más ahora que estaba así, en esos boxers que hacían maravillas con su increíble figura.
Hyunjin, ajeno a la mirada del pecoso, seguía riendo y comentando las fotos.
—Me encanta esta —dijo el mayor, señalando una foto en la que estaba haciendo una pose seductora.
El peliazul tragó saliva, tratando de mantener la compostura.
—Sí, es una de mis favoritas —dijo Felix, intentando sonar natural.
El pelirrojo se acercó más al menor, mirando las fotos de cerca.
—Me gusta cómo me hiciste ver —dijo Hyunjin, sonriendo.
Felix se sintió nervioso, pero trató de mantenerse calmado.
—Me alegra que te guste —dijo, sonriendo.
La proximidad del mayor hizo que el pecoso se sintiera más consciente de su atracción hacia él.
Mientras ambos seguían viendo las fotos, el pelirrojo se rió y comentó:
—Tengo un muy buen cuerpo, ¿verdad? —dijo, mirando al peliazul para luego observar su propio reflejo.
Felix se sonrojó ligeramente, pero trató de mantener la calma.
—Sí, Hwang, eres muy atractivo —respondió.
Hyunjin continuó hablando, sin darse cuenta del efecto que estaba causando en el pecoso.
—Y se me ve muy bien el trasero en estos boxers, ¿no? —añadió el pelirrojo, mirándose en el espejo de la sala.
Felix tragó saliva, esforzándose por no mirar fijamente el cuerpo del mayor.
—Sí, se te ve muy bien —dijo, intentando sonar natural.
El pelirrojo siguió, inconsciente de la tensión que estaba creando.
—Y mi paquete se ve bastante bien definido en estos boxers, ¿verdad? —dijo Hyunjin, inspeccionándose en el espejo.
Felix, sintiéndose cada vez más nervioso, trató de cambiar el tema.
—Hwang, creo que ya hemos visto suficientes fotos por hoy —dijo el peliazul, intentando calmarse. Estaba que se moría por dentro.
Pero el mayor no se detuvo, disfrutando de la atención.
—No, no, quiero ver más. Quiero ver cómo me veo desde diferentes ángulos —dijo Hyunjin.
Felix se rió nerviosamente y continuó viendo las fotos con él, aunque por dentro estaba al borde del colapso, deseando hacer de todo con su buen amigo, Hwang Hyunjin.
***
Una vez que llegaron a la casa del mayor Hyunjin, se dispuso rápidamente a cambiarse de ropa. Se fue al baño de su departamento y se quitó el uniforme para ponerse sus boxers nuevos. Eran negros con el elástico del mismo color, pero con dos franjas de color rojo en el elástico. Se miró en el espejo y sonrió, satisfecho con su elección.
— ¡Listo! —gritó el pelirrojo desde el baño.
Felix estaba en la sala, preparando la cámara para la sesión de fotos.
— ¡Genial! —respondió Felix—. ¡Vamos a hacer que luzcas increíble!
Hyunjin salió del baño, sonriendo confiado. El peliazul silbó al verlo.
— Wow, Hwang, estás impresionante —dijo Felix.
Hyunjin se rió.
— Gracias, Lixxie —dijo.
Felix le indicó a Hyunjin que se situara en frente de la ventana, donde la luz natural era perfecta.
— OK, Hwang, ahora quiero que te relajes y seas tú mismo —dijo el menor, sonriendo.
Hyunjin asintió y se relajó, dejando que Felix capturara su esencia en las fotos.
— ¡Sonríe! —dijo el peliazul.
Hyunjin sonrió y Felix disparó la cámara.
El pecoso le pidió a Hyunjin que hiciera poses más provocativas.
— Ahora, Hwang, quiero que te inclines un poco hacia adelante y apoyes tus manos en tus caderas —dijo Felix, sonriendo.
El pelirrojo se rió.
— ¿Estás seguro de que quieres que haga eso? —preguntó.
Felix asintió.
— Sí, confía en mí. Quiero capturar tu lado más sexy —dijo.
Hyunjin se encogió de hombros e hizo la pose que Felix le pidió.
Felix disparó la cámara varias veces, capturando diferentes ángulos del pelirrojo.
—¡Genial! Ahora, quiero que te sientes en el sofá y te reclines un poco —dijo Felix.
El mayor se sentó en el sofá y se recostó, mirando a Felix con una sonrisa seductora. Esa misma mirada que provocaba tanta excitación al pecoso.
Felix sonrió, un poco sonrojado.
—Wow, Hwang, estás impresionante —dijo.
El pelirrojo se rió.
—Gracias, peliazul —dijo.
La sesión de fotos continuó, con Felix capturando la esencia de Hyunjin en cada foto.
Después de haber tomado una gran cantidad de fotos, el mayor se acercó al peliazul. Ambos miraban las imágenes mientras reían por las poses graciosas que había hecho Hyunjin.
—¡Estas son geniales! —dijo el pelirrojo, señalando una foto en la que estaba haciendo una pose ridícula.
Felix se rió.
—Sí, eres un verdadero modelo —dijo, sonriendo.
Mientras Felix miraba las fotos, no podía evitar observar de vez en cuando el cuerpo del mayor de forma discreta. Le encantaba admirarlo, y más ahora que estaba así, en esos boxers que hacían maravillas con su increíble figura.
Hyunjin, ajeno a la mirada del pecoso, seguía riendo y comentando las fotos.
—Me encanta esta —dijo el mayor, señalando una foto en la que estaba haciendo una pose seductora.
El peliazul tragó saliva, tratando de mantener la compostura.
—Sí, es una de mis favoritas —dijo Felix, intentando sonar natural.
El pelirrojo se acercó más al menor, mirando las fotos de cerca.
—Me gusta cómo me hiciste ver —dijo Hyunjin, sonriendo.
Felix se sintió nervioso, pero trató de mantenerse calmado.
—Me alegra que te guste —dijo, sonriendo.
La proximidad del mayor hizo que el pecoso se sintiera más consciente de su atracción hacia él.
Mientras ambos seguían viendo las fotos, el pelirrojo se rió y comentó:
—Tengo un muy buen cuerpo, ¿verdad? —dijo, mirando al peliazul para luego observar su propio reflejo.
Felix se sonrojó ligeramente, pero trató de mantener la calma.
—Sí, Hwang, eres muy atractivo —respondió.
Hyunjin continuó hablando, sin darse cuenta del efecto que estaba causando en el pecoso.
—Y se me ve muy bien el trasero en estos boxers, ¿no? —añadió el pelirrojo, mirándose en el espejo de la sala.
Felix tragó saliva, esforzándose por no mirar fijamente el cuerpo del mayor.
—Sí, se te ve muy bien —dijo, intentando sonar natural.
El pelirrojo siguió, inconsciente de la tensión que estaba creando.
—Y mi paquete se ve bastante bien definido en estos boxers, ¿verdad? —dijo Hyunjin, inspeccionándose en el espejo.
Felix, sintiéndose cada vez más nervioso, trató de cambiar el tema.
—Hwang, creo que ya hemos visto suficientes fotos por hoy —dijo el peliazul, intentando calmarse. Estaba que se moría por dentro.
Pero el mayor no se detuvo, disfrutando de la atención.
—No, no, quiero ver más. Quiero ver cómo me veo desde diferentes ángulos —dijo Hyunjin.
Felix se rió nerviosamente y continuó viendo las fotos con él, aunque por dentro estaba al borde del colapso, deseando hacer de todo con su buen amigo, Hwang Hyunjin.
***
Después de una semana entera de que Hyunjin le había modelado sus 11 pares nuevos de bóxer, ambos jóvenes estaban en la casa del pelirrojo. El mayor se la pasó todo el tiempo solo en sus boxers color beige con el elástico del boxer color blanco con dos rayas del mismo color beige.
Después de una noche de diversión, jugando en el Xbox de Hyunjin, comiendo pizza y jugando un poco en el patio trasero, el mayor decidió darse un baño; ya tenía varios días con el mismo bóxer puesto y había hecho de todo con él.
8
— Me voy a dar un baño, Lix. Estos boxers están super sucios —dijo Hyunjin, sonriendo con sus manos en sus caderas.
Seungmin asintió absorto en la pantalla de su teléfono.
— Está bien, Hwang. Yo voy a elegir una película para ver después —dijo Felix.
El pelirrojo sonrió y se quitó rápidamente los boxers, dejándolos en el piso junto a la demás ropa sucia, ya que iba a lavarla después.
Felix se quedó solo en la sala, mirando la televisión. Después de un rato, volteó y miró los boxers tirados en el piso. El peliazul se sintió nervioso, recordando la sesión de fotos de la semana anterior.
Miró los boxers, pensando en cómo Hyunjin se veía en ellos. Felix tragó saliva, tratando de mantener su compostura.
— No debería estar pensando en eso —se dijo a sí mismo.
Pero no podía evitarlo. La imagen de Hyunjin en esos boxers beige seguía en su mente.
Felix pensó: "¿Olerán bien los boxers sucios de Hyun?" No sabía y solo movió su cabeza para alejar ese pensamiento morboso de su mente.
¿Cómo era posible que quisiera oler el bóxer sucio de su amigo?
Pero después de seguir viendo la sección de películas de terror, no podía quitarse de la cabeza eso. Felix llevaba ya unos años sintiendo cosas por su mejor amigo, y su enorme trasero lo tenía mal. Tenía ganas de poder morderlo y marcarlo.
Claro, él era pasivo, super pasivo, pero ¿quién dice que un chico pasivo no podía querer marcar como suyo un trasero? Y más como el de su amigo.
Se mordió el labio de abajo y se acercó al piso donde se encontraban los boxers sucios del mayor. Después de pensar mucho, lo agarró del cesto de ropa sucia entre sus manos y la temperatura de su cuerpo subió al sentir la suave tela.
"No se va a enterar Hyun de lo que hago, ¿no?", pensó. El menor.
Y después de ese pensamiento, puso los boxers sucios en su nariz y, apenas olió los boxers, se puso duro.
"No es nada malo, ¿verdad?" pensó, tratando de justificar su acción. "Hyunjinnie no se va a enterar".
Pero sabía que estaba cruzando una línea. Su corazón latía rápido y su mente estaba llena de pensamientos confusos.
Ya después, encantado por ese olor tan único, Felix se restregó los boxers en toda la cara, estaba encantado por el aroma natural de Hyunjin. —Huele tan bien—, dijo el peliazul para sí mismo—, no puedo creer que haya vivido sin este aroma todo este tiempo. —
Siguió oliendo el aroma a sudor y semen seco, combinados, lo estaban volviendo loco. Debajo de sus shorts, se notaba el bulto de que estaba superexcitado, con los ojos dilatados del deseo.
Felix puso su mano dentro de sus shorts y sintió su corazón acelerarse de la emoción y excitación. Se empezó a masturbar mientras seguía oliendo los boxers sucios de Hyunjin.
***
Hyunjin estaba casi saliendo del baño, secándose, cuando escuchó un pequeño gemido que venía de la sala. Se detuvo un momento y pensó: "¿Lix está viendo videos para adultos?". La curiosidad le ganó y abrió un poco la puerta del baño para verificar lo que pensaba.
Su sorpresa fue grande. Estaba mirando la escena sorprendido, viendo a su mejor amigo masturbandose mientras olfateaba su boxer sucio.
Lo miraba, encantado, mientras gemía bajo. Hyunjin no podía dejar de mirar la particular escena: su mejor amigo, en el piso, oliendo sus sucios boxers mientras se masturbaba.
Pero el pelirrojo también se puso muy duro al ver esa escena. Cerró con cuidado la puerta, sorprendido, ya que eso no es de ver todos los días. Pero también él llevaba enamorado de Felix desde hacía mucho y, al ver esto, pensó que tal vez tenga una oportunidad con él. Sus ojos brillaron de emoción.
Sin poder contenerse, el mayor también se puso a masturbarse, mientras escuchaba cómo su amigo gemía su nombre. La situación era intensa y emocionante.
El pecoso estaba completamente absorbido por el aroma de los boxers sucios de Hyunjin, oliendo cada centímetro del tejido. La combinación de sudor, semen y el olor característico del trasero de su amigo lo tenía hipnotizado.
No podía explicar por qué, pero ese aroma lo hacía sentirse vivo, conectado a algo profundo y primitivo dentro de él. Quería más, necesitaba más de ese olor.
Felix se restregó los boxers en la cara, inhalando profundamente, y sintió cómo su cuerpo respondía, tensándose con deseo. Su mente se nubló, y solo podía pensar en una cosa: más. Llegar a su orgasmo.
Felix siguió oliendo los boxers sucios de Hyunjin, completamente absorbido por el aroma. Su respiración se volvió más rápida y superficial, y su cuerpo se tensó con anticipación.
Mientras olfateaba los boxers, su mente se llenó de imágenes del mayor, su amigo, su objeto de deseo. Se imaginó a Hyunjin sonriendo, riendo, y luego, en momentos más íntimos, su cuerpo sudoroso y cerca.
Felix se restregó los boxers en la cara, inhalando profundamente, y sintió cómo su cuerpo se acercaba al límite. Su corazón latía con fuerza, y su respiración se volvió casi jadeante.
De repente, un espasmo de placer recorrió su cuerpo y se corrió a chorros, manchando el piso de semen y un poco el bóxer de Hyunjin. Y Felix se derrumbó en el piso, exhausto. Los boxers aún estaban en su mano, y su aroma seguía llenando el aire.
El peliazul se quedó allí, tirado en el piso, durante varios minutos, recuperándose de la intensidad del orgasmo. Su pecho subía y bajaba con cada respiración, y su mente seguía nublada por el deseo.
La habitación estaba en silencio, excepto por la respiración pesada de Felix. El único sonido era el de su propio corazón, aún latiendo con fuerza.
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