𝗰𝗶𝗻𝗾𝘂𝗮𝗻𝘁𝗲-𝗱𝗲𝘂𝘅. 𝗹'𝗶𝗻𝗳𝗶𝗹𝘁𝗿𝗮𝘁𝗶𝗼𝗻
capítulo cincuenta y dos:
la infiltración
Dumbledore no solía enviar mensajes personalmente a los miembros de la Orden del Fénix que menos tiempo llevaban en ella. Capella entraba en ese grupo, ya que a mayo de 1980, hacía solo diez meses que se había unido a la organización. Por lo tanto, si recibía un patronus con forma de ave fénix que hablaba con la voz del director, lo más natural era pensar que era una cuestión de suma importancia.
«Mañana a esta hora preséntate en el cuartel, Capella. Hay algo que me gustaría consultarte».
Decir que estaba con los nervios a flor de piel era quedarse corto. Había hablado con Dumbledore en incontables ocasiones, exponiendo los informes semanales, relatando cómo habían salido las misiones… Pero jamás él se había dirigido a la chica de forma tan directa como para pedirle que acudiera en una fecha determinada. Si tenían misiones urgentes decía el lugar donde debían aparecerse, y ellos iban lo más rápido posible.
Así que pasó toda la noche con miedo por lo que tuviera que decirle, y a la mañana siguiente apenas se concentró en el trabajo. Cuando dieron las seis de la tarde, Capella se despidió de Gordon y se apareció en el callejón continuo al cuartel.
Pronto descubrió que no la había llamado solo a ella, puesto que Peter estaba esperando en la puerta, escondiéndose de la lluvia que empapaba el suelo.
—¿También te ha pedido Dumbledore que vinieras? —le preguntó el chico cuando Capella llegó a su lado—. He llamado, pero no abre, y no recuerdo la contraseña de esta semana...
Capella le miró con sospecha y alzó un poco la varita, con discreción.
—¿Cómo me enteré de que erais animagos? —inquirió la chica, como pregunta de seguridad.
—Oh, porque Sirius y James se habían transformado antes de que entraras a nuestro dormitorio, y te topaste con un perro y un ciervo. Y luego yo estaba debajo de la cama y Remus entró…
—Vale, vale, eres tú —declaró Capella.
—¿Debería hacerte yo también una pregunta? —Ella asintió con una pequeña sonrisa—. ¿Qué fue lo primero que cocinamos juntos?
—Una tarta de chocolate riquísima, desde luego. Ah, la contraseña es «David Bowie» porque Sirius estuvo insistiendo en ello durante cuarenta y cinco minutos seguidos para que Remus se pusiera contento.
Sonó un click al otro lado de la puerta y ambos pasaron dentro, cerrándola con los sortilegios de seguridad. Se asomaron por la puerta de la planta baja, pero Dumbledore no estaba ahí, así que subieron a la sala de reuniones.
El director los esperaba sentado mientras repasaba algo en unos pergaminos a través de sus gafas. En cuanto los vio, dejó los papeles de lado. Tras otra ronda de preguntas de seguridad —a veces era exasperante, pero lo prefería a morir por un infiltrado—, les pidió que tomaran asiento.
—Supongo que os estaréis preguntando por qué os he citado a ambos hoy —habló Dumbledore, de pie, con las manos detrás de la espalda—. Es un asunto un tanto controversial, he de admitir, pero creo que comprenderéis por qué os lo pido.
Las palabras de Dumbledore se enrevesaban en la mente de Capella, quien solo quería que lo soltara todo de una vez por todas. Pero al director le encantaba dar rodeos innecesarios y eso le recordaba demasiado a su hermano Eridanus, de lo cual no necesitaba acordarse en esos momentos. Porque no había tenido noticias suyas desde que le pidió que le dejara el espejo, y eso todavía no había sucedido.
—Después de cavilar durante unas semanas, he llegado a la conclusión de que sois los más adecuados para esta misión. Pero antes de continuar, quiero que sepáis que todo lo que vamos a hablar es alto secreto y no podéis comentarlo con nadie.
—¿Tampoco con nadie dentro de la Orden? —preguntó Capella.
—Exactamente. Nadie excepto nosotros tres puede saberlo, porque pondríais en riesgo vuestras propias vidas.
Capella asintió, intentando no mostrar lo inquieta que había quedado después de esa declaración. Había algo en el tono de voz de Dumbledore que le daba ganas de echarse para atrás.
—Una vez dejado claro ese punto, tengo que avisaros también de que podéis no aceptar la misión y lo comprenderé. Porque lo que voy a pediros está directamente relacionado con lord Voldemort.
—¿No está todo relacionado con él? —preguntó Peter, hablando en voz baja.
—Claro, Peter. Pero os estoy pidiendo que os metáis en la boca del lobo, y eso es algo que no puedo exigiros. —No le gustaba cómo sonaba aquello—. Ha llegado a mis oídos cierta información de gran valor. Por desgracia, también ha llegado a los oídos equivocados, y tengo la certeza de que Voldemort debe de estar ya al corriente.
—¿Qué información?
—Tiempo al tiempo, todavía no puedo confiaros eso. Lo que necesito de vosotros es que os infiltréis entre los mortífagos, y ganar la confianza de Voldemort. Tener espías en el bando opuesto es increíblemente útil, algo que el mismo Voldemort ha demostrado en varias ocasiones.
Dumbledore no obtuvo ninguna respuesta porque ni Peter ni Capella habían terminado de procesar sus palabras. ¿Infiltrarse? ¿Espías?
No.
—Pero… Dumbledore, nosotros… ¿Cómo vamos a hacer eso? —balbuceó Peter, que estaba empezando a sudar excesivamente—. Eso es...
—Excesivo —completó Capella en un murmullo.
—Esperaba estas reacciones —reconoció Dumbledore—. Pero dejadme que os lo explique mejor. Hay seis personas cuyas vidas corren un extremo peligro en estos momentos por esa información en las manos equivocadas, y yo necesito protegerlas.
—Nuestras vidas correrán peligro extremos si nos intentamos unir a los mortífagos —dijo Capella, con un hilo de voz—. Dumbledore, mi familia está entre sus filas, ellos saben que soy una traidora a la sangre, no duraría más de cinco segundos.
—Entiendo tu posición, Capella, pero no eres tú quien pretendo que se meta de lleno entre los aliados de Voldemort —explicó Dumbledore, calmado—. Peter, el que debe jugarse el cuello de forma heroica serías tú.
—¿Yo? —la pregunta de Peter casi no se escuchó—. ¿Por qué yo?
Capella miró a Dumbledore con el ceño fruncido, y después le dirigió una mirada de reojo a Peter. La tranquilidad de Dumbledore no le agradaba nada. Peter, por su parte, daba la impresión de que se orinaría encima en cualquier momento. Ella misma era consciente de que había palidecido con tan solo escucharlo hablar.
—Hay detalles que no puedo revelaros todavía, no hasta que no aceptéis —dijo Dumbledore—. Sois dos piezas fundamentales en este plan. Y, en ocasiones, sacrificarse por el bien común es la única solución, aunque los procedimientos no sean los mejores o sean impropios de nosotros. El fin justifica los medios.
«A veces hay que tomar decisiones que no nos representan para proteger a alguien. Aunque eso signifique que acabe odiándonos». La voz de su hermano resonaba en su cabeza.
Si decidía ayudar a la Orden a riesgo de tener que enfrentarse a su familia sería para frenar la guerra. Si tenía que arriesgarse aunque los demás no estuvieran de acuerdo sería para protegerlos.
—Solo lo haré si me promete que no tendré que acercarme a mi familia —dijo Capella con toda la seguridad que pudo reunir.
—No era mi intención que lo hicieras, Capella. Tú sabes mejor que muchos aquí lo que la gente que sigue a Voldemort pretende, y podrás ayudar a Peter a aparentar ser uno de ellos.
Capella asintió y volvió a mirar a Peter, quien parecía petrificado.
—¿Tengo que entrar del todo? —cuestionó Peter—. ¿Tengo que hacerme la Marca Tenebrosa como ellos?
Dumbledore asintió y Peter tragó saliva. Capella le dio la mano a su amigo para mostrarle apoyo, y Peter la miró a los ojos. Aquello pareció transmitirle cierta tranquilidad, porque se giró hacia Dumbledore para decir:
—Si no queda más remedio…
—Estoy orgulloso de vosotros dos, Capella, Peter —alabó Dumbledore, con una sonrisa cordial—. No muchos magos y brujas considerarían hacer este sacrificio.
Pero ellos tenían muy claro por qué lo hacían, cada uno por sus propios motivos. Lo que no tenían tan claro era si resultaría ser una buena idea.
—Si bien todo lo que hemos hablado es confidencial, lo que comentemos a partir de ahora lo será incluso más. Nadie puede saber que vas a inflitrarte, Peter, ni que tú, Capella, lo ayudarás desde cerca. Será un arduo trabajo, pero merecerá la pena por el futuro del mundo mágico y muggle.
—¿Qué es exactamente lo que tenemos que hacer? —dijo Peter, que movía la pierna con inquietud por debajo de la mesa.
—Tenéis que conseguir ganaros la confianza de alguien que trabaje para Voldemort, y que invite a Peter a unirse a sus filas. Tengo a la candidata ideal.
Dumbledore volvió a coger los pergaminos que le habían visto leer al entrar. Les mostró una fotografía de una chica de su edad, rubia y de rostro redondo. Sujetaba un paraguas sin dejar que se le viera mucho el rostro, pero en un momento determinado se movía hasta dejarlo al descubierto.
Era Dahlia Rosier. La hermana de Evan. La chica con la que había pillado a Nashira dándose el lote.
Y tenía un bebé en brazos.
—Dahlia Avery se ha unido a la fuerza a los mortífagos. Podéis garantizarle una protección a ella y a su hija aquí, a cambio de colar a Peter en su lugar, pero tenéis que resultar convincentes.
¿Desde cuándo Dahlia se apellidaba Avery y tenía una hija? Capella se había perdido unas cuantas cosas desde que huyó de casa.
—Pero va a protegerlas, ¿verdad? —cuestionó Capella, agarrando la fotografía con manos temblorosas—. Dahlia no es mala persona, la conocí cuando éramos pequeñas…
—Por supuesto. No te preocupes por eso, su seguridad es una parte primordial del plan —garantizó Dumbledore.
—¿Y ella me meterá con… con los mortífagos?
—Si conseguís que confíe en vosotros, sí. No será muy complicado, puesto que poner a salvo a su hija es algo demasiado tentador como para rechazarlo.
Capella suspiró, hundiéndose en la silla. De todo lo que había pensado que Dumbledore querría hablar, no entraba hablar con la hermana de su ex prometido para que pudieran hacer de espías en el bando de Voldemort.
Consultaron más dudas con Dumbledore durante, al menos, una hora. Cuando salieron del cuartel ya había dejado de llover y el cielo estaba teñido de azul oscuro, además de que el frío había aumentado considerablemente. Peter y Capella anduvieron uno al lado del otro durante dos manzanas, demasiado temerosos como para desaparecerse.
Lo que iban a hacer era una completa locura, pero Dumbledore estaba tan convencido que les había engatusado.
—¿De verdad tenemos que hacerlo? —mustió Peter cuando llegaban a un puesto de comida callejera—. Es una ida de olla, igual que mandar a Remus con esa manada de hombres lobo salvajes…
El encargado del puesto les miró con el ceño fruncido. Capella le compró dos perritos calientes —siempre llevaba dinero muggle encima—, porque era tarde y ninguno había cenado, y se alejaron de ahí mientras comían.
—La verdad es que no es muy razonable eso de mandar a Remus con el mismo hombre lobo que le mordió —admitió Capella—. ¿Será que Dumbledore está perdiendo la cordura?
—No me extrañaría…
Caminaron en silencio hasta que terminaron los perritos. Capella consultó su reloj: eran las ocho pasadas.
Se pasaron al menos un cuarto de hora hablando de lo que debían hacer durante la primera fase del plan. Se despedieron cuando el reloj marcó las ocho y media y Capella se apareció en la puerta de su casa.
—Sí que os ha tenido tiempo Dumbledore —comentó Gordon cuando la vio entrando a la cocina—. Comenzaba a preocuparme.
—Tranquilo, solo era otra misión —murmuró Capella, abriendo la nevera para sacar la leche.
Bostezó, cansada, y Gordon le sacó una taza para que se preparase la bebida y se la calentó. Aunque no podía ni imaginarse lo que Dumbledore les había pedido, notaba que Capella estaba algo preocupada, así que la abrazó mientras ella se la tomaba, acariciando su brazo.
—¿Estás bien?
—No, pero eso es un tema aparte —bromeó Capella, dejando la taza vacía en el fregadero—. Creo que me voy a dormir ya, tengo mucho sueño.
—Buenas noches.
Se dieron un beso antes de que Capella desapareciera por la puerta, con el corazón todavía en un puño.
ups? qué ganas tenía de subir este capítulo LMAO JDKSJSKSJS opiniones al respecto de la nueva ida de olla de Dumbledore? esta no os la esperabais eeeh
omg y Dahlia tiene una hija que se apellida Avery :) :) :) qcosas -este acto tendrá consecuencias-
bueno, os digo que este sábado subo el extra 2: mauvaise idée! y eso, que lo leáis porque es importante para la historia sí? el próximo capítulo será el lunes siguiente como de normal <3
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