Cap. 8: Medicina
POV Sarada
Salí muy angustiada de la reunión.
Primero porque no me puedo sacar de la cabeza al estúpido de Boruto. Segundo, los funerales de los caídos en la lucha contra ese sujeto que se apareció ayer, y tercero, una fuerte discusión por el futuro de la aldea.
Luego de horas y horas de debate, se llevó a cabo la elección de un Hokage interino hasta que Kakashi-san o Konohamaru-sensei se recuperaran del todo.
La junta directiva estaba formada por: Ino-san y Ten-ten al ser las shinobi de mayor rango; Hanabi-san por ser matriarca del clan más importante de la aldea; el nuevo dueño de Kaminarimon Company y otros dos empresarios de la aldea al tener el mayor poder adquisitivo; el Señor Feudal del País del Fuego ya que es quien decide la mayor parte del presupuesto que se le designa a la aldea; Shizune-san como encargada del sector de la salud en Konoha; el Jefe de la Policía Militar encargado de la seguridad e Iruka-san quien era el que tomaba las decisiones en cuanto a la educación de shinobis al ser el director de la academia.
El elegido fue Iruka-san.
Pues conoce el rol de shinobi, tiene la experiencia necesaria, ha estado involucrado en la formación de personal en la Academia, y lo que terminó por convencer a casi todos, fue el maestro del Nanadaime.
Yo también creo que fue la decisión correcta.
Pero lo que me angustia son los sectores económicos fuertes de la aldea y el Señor Feudal.
Parecieran no estar del todo de acuerdo, y quisieron imponer muchos cambios en la aldea los cuales serían perjudiciales para las personas que menos poseen.
Realmente no sé si la aldea atravesó alguna vez un momento tan malo como el actual.
Luego de irme de allí, caminé hasta la casa Yamanaka.
Le dije a mí Tía Ino que me quedaría con ella un día que otro hasta que pueda reponerse de la pérdida de su esposo y su hijo.
No quería dejarla sola estando tan mal.
Pasé por la floristería la cual se encontraba cerrada.
Era una mala señal. Esa floristería no estaba cerrada ni en los días festivos.
Realmente estaba triste.
Al ingresar al hogar, la encontré sentada, viendo un álbum de fotos familiar.
-¡Sarada!
-Disculpe Ino-san. Volveré en un mejor momento.
-No. Nada de eso. Ven.
Me senté junto a ella y ambas comenzamos a contemplar las fotos.
Cada una tenía una anécdota diferente.
Ya sea de su juventud con Sai-san o de cuando Inojin era un niño.
Cada vez que nombraba a su hijo podía ver como sus ojos de cristalizan ahogando un enorme llanto.
La abracé y lloramos juntas hasta que se hizo la hora de dormir.
Al día siguiente fui a tumba de Tsunade-sama.
Luego de todas las pérdidas que sufrí por la guerra ella fue una madre para mí.
En el cementerio me encontré con Shizune-san llorando sobre su tumba.
-¡Sarada!-decía entre sollozos.
-¡Disculpe Shizune-san! ¡Volveré en otro momento!
-Espera...
Al voltear, ella secó sus lágrimas y comenzamos a hablar sobre la tumba de nuestra maestra.
-Dígame Shizune-san...
-Antes de partir a luchar contra el sujeto Ootsutsuki, Tsunade-sama me encomendó algo referido a ti.
-¿A mí?
-Así es.
Ella sacó un pergamino el cual comencé a ojear.
-¡Esto es...!
-Sí. Tsunade-sama quería que te transmitiera esos conocimientos.
-Pero yo no sé si estoy preparada...
-Puedes esperar a estar lista si quieres. Pero son herramientas muy útiles si quieres ser Hokage algún día.
Sin dudas tenía razón.
Si lograba dominar esto, sería enormemente capaz de ayudar muchas personas.
-De acuerdo. Lo haré...
Ella se fijó en mí con unos ojos llenos de orgullo.
-...pero con una condición Shizune-san...
-Dime pequeña.
-¡Quiero que me entrene para ser una ninja médico!
Ella sonrió y replicó.
-¡Así será Sarada-chan!
Los días se hicieron semanas, las semanas meses y los meses desde el último ataque a la aldea habían sido 12.
Voy a ser honesta.
De esos 365 días desde que ese estúpido rubio desapareció, lo extrañé 366.
Pero no podía detener mí vida ahí.
Debía seguir adelante y eso hice en mí entrenamiento con Shizune-san.
Luego de todo ese tiempo, Konohamaru-sensei y Kakashi-san ya se habían recuperado.
¡Incluso Mitsuki había vuelto a la aldea!
Cuánto lo había extrañado...
Fin del POV Sarada
Ese hermoso día soleado la Uchiha se levantó, desayunó y comenzó a leer sus libros de medicina hasta que se hiciera la hora de presentarse en la oficina del Hokage junto al resto del equipo 7.
El equipo 7 se había reconstruido con Shikadai reemplazando a Boruto y a Kakashi como sensei.
De esta forma, era ahora el grupo de mayor rango en la aldea y se encargaba de las misiones más dificultosas.
Sarada golpeó la puerta e ingresó.
Konohamaru: ¡Buenas tardes Sarada!
Sarada: ¡Buenas tardes Hokage-sama!
Allí también ya se encontraban Kakashi, Mitsuki y Shikadai.
Konohamaru: Ahora que todos estamos aquí... Tengo una misión muy importante para ustedes.
Shikadai: Que fastidio...
Konohamaru: Kakashi-san. Por favor...
El ex-Hokage comenzó a hablar.
Kakashi; Bueno. En este último año me encargué de buscar información a cerca del sujeto que atacó la aldea.
Sarada: ¿Ese tal Ootsutsuki Isshiki?
Kakashi; Así es. Por lo que pude enterarme, era parte de una organización llamada Kara.
Mitsuki: Que nombre extraño...
Shikadai: Quizá tenga algo que ver con los Ootsutsuki.
Kakashi: Lo cierto es que no lo sé. En cuanto al Clan Ootsutsuki aún no pude encontrar nada útil. Realmente no sé cómo Sasuke lo lograba.
El sonido de los golpes en la puerta llamó la atención a todos.
El Hokage pidió expresamente que nadie pudiese ingresar hasta que la reunión terminara.
Incluso las ventanas de la oficina se encontraban selladas con un escudo invisible de chakra que tampoco permitía el paso del sonido.
Ambos Hokages cruzaron miradas y asintieron con la cabeza.
Konohamaru: ¡Adelante!
La puerta se abrió y todos se asombraron al verlo.
De cabellera rubio y ropas igualitas a las de Sasuke, pero completamente desgastadas.
Él incluso estaba lleno de polvo por todos lados.
La pelinegra por fuera no demostró más que una fría mirada.
Pero por dentro estaba temblando de volver a verlo.
Boruto: Hola-dijo de la manera más fría posible, mientras dirigió hacia cada uno, a la vez, su azul mirada. Para terminar posándola en Sarada.
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