Cap. 24: Compromiso.

Sarada: No lo sé Chou... ¿Tu crees que dirá que sí?- mientras se acariciaba el dedo anular de la mano izquierda.

Cho-cho: ¡Claro que dirá que sí, tonta! ¡Está loco por ti!

Sarada: Pero es distinto... Quizás proponerle esto sea demasiado...

Su amiga tragó las 20 piezas de carne que estaba masticando y vociferó.

Cho-cho: ¡Ni de coña! Se lo dirás. Te obligaré.

Sarada: Es que tengo algo de miedo jaja

Boruto: ¿Miedo a qué? ¿Hay algo en que pueda ayudarte?

Un infarto golpeó la puerta de Sarada, quién volteó asustada para ver a su rubio.

Sarada: ¡Bo-Bo-Boruto!

Cho-cho: Oye, esto es una conversación privada. ¿Nadie te enseñó a no entrometerte?

Él la miró en silencio, e ignoró completamente para volver hacia su Uchiha.

Boruto: Como sea. Si hay algo en que pueda ayudarte, me avisas.

Sarada: ¡No te preocupes! ¡Es por mis exámenes de medicina! ¡Pero lo resolveré!- dándole una sonrisa confiada. Falsa, pero confiada.

Boruto: Me alegra que así sea. No tengo dudas de que lo lograrás- pellizcándole suavemente una mejilla

Sarada: Por cierto ¿Qué haces tu aquí?

Boruto: Salí a dar un paseo y tomar aire fresco.

Sarada: Ya veo.

Boruto: Las dejaré solas. Nos vemos en la noche, Sara.

Sarada: ¿Quieres pasar la noche en casa?

Boruto: Me encantaría- caminando hacia la salida del bar.

La Uchiha quedó sonriendo al aire como una tonta enamorada, hasta que Cho-cho la interrumpió.

Cho-cho: ¿Lo ves? Dos tontos enamoradísimos.

Sarada: ¡Jajajaja! Escucha, debo ir a buscarla. Ojalá tengan lindas cajas para obsequio.

Cho-cho: Dame un segundo. Te acompañaré.

Se comió todo lo que estaba sobre la mesa y ambas se marcharon luego de pagar.

Al tener el objeto, Sarada sonrió aliviada.

Cho-cho: Le encantará la idea. Créeme.

Caminaron juntas por la aldea un rato más, discutiendo sobre la propuesta que Sarada quería hacerle a Boruto.

Recordaron viejas épocas de cuando eran niñas.

Y también los momentos difíciles.

Se detuvieron en un puente a observar el atardecer.

Sarada: Creo que estoy lista para decírselo.

Cho-cho: Pues está es tu chance, mí enamorada. Allí va.

Señaló a dónde se encontraba Boruto, caminando.

Sarada: ¡Deséame suerte!

Ella saltó desde allí, corrió un poco y lo alcanzó por detrás.

Sarada: ¡Boruto! ¡Tengo que decirte alg...!

Boruto: Escucha, yo también debo decirte algo. Y es urgente- volteando rápidamente.

Sarada: Pero...

Boruto: Escúchame por favor. Algunos ANBU me están siguiendo. Observa a mis espaldas. A la derecha. Sobre el puesto de comida rápida.

Sarada efectivamente notó al ninja escondido allí.

Sarada: Lo veo. Pero escucha, necesito decirte algo...

Boruto: Espera. Iré ya mismo a hablar con Konohamaru. Esto tiene que ser orden de él.

Sarada: ¡Pero Boruto! ¡Aún no me has escuchado!

Boruto: ¡Esto es más importante, Sara! ¡Me están persiguiendo! ¡Luego hablamos de tonterías!

Esa última palabra le partió el autoestima a la Uchiha.

Hizo unos pasos hacia atrás y apretó su puño contra el pecho.

Aún así, siguió a Boruto hacia la Mansión Hokage.

Una vez allí, el rubio golpeó e ingresó intrépidamente.

Boruto: Onii-chan...

Konohamaru: ¡Boruto! ¡Sarada!

En la oficina se encontraba otra persona.

Un joven algo menor que Boruto y Sarada.

Muy bien vestido.

De la estatura de Sarada.

Konohamaru: Él es Madoka Tentō. Hijo del Señor Feudal del País del Fuego.

Sarada: ¡Mucho gusto, Tentō-san!- inclinándose ligeramente.

Boruto: Hola- con indiferencia.

Sarada: ¡Boruto, muestra más respeto!

Boruto: Ya lo saludé. ¿Qué más quieres?

Tentō: ¿Boruto? ¿Uzumaki Boruto? ¿El hijo del Nanadaime Hokage?

Boruto: Sí.

Tentō: Es un honor conocerte. Me alegra que nuestro país cuente con un shinobi como tu. Ojalá logres lo mismo que tu padre...

Boruto: Mph.

El Hokage notó los modales de Boruto y quiso terminar el delicado encuentro cuánto antes.

Konohamaru: Boruto, Sarada. Si nos permiten dejarnos a solas. Tentō-san afirma tener una propuesta para Konohagakure y debemos charlar.

Tentō: ¡Oh, no se preocupe! De hecho, quería que Uchiha Sarada estuviese aquí!

Sarada: ¡¿Yo?!

Tentō: Así es. Y el señor Uzumaki puede quedarse también. Admiro mucho a su padre...

El rubio suspiró fastidiado.

Konohamaru: De acuerdo. ¿Qué es lo que nos reúne hoy aquí?

Tentō: Bueno, debido al fallecimiento de Uchiha Sasuke y Uchiha Sakura, he decido solicitar a usted, como máximo mandatario de la aldea, y en presencia de ella misma, la mano de Uchiha Sarada, para contraer sagrado matrimonio.

Los tres quedaron en un silencio atroz.

Se podía oír los corazones latir.

Konohamaru: Bueno... Tentō-san... Esa no es una decisión que yo pueda tomar. Ella mismo es quien debería...

Boruto: Por su puesto que no.

Ella volteó a mirarlo, furiosa.

¿Por qué respondía por ella de esa forma?

Tentō: No me estoy dirigiendo a usted, Señor Uzumaki. Aquí es solo un invitado.

Boruto se cabreó.

Boruto: No puedes venir así como así y tratarla como si fuese un objeto, propiedad del Hokage o de Konohagakure. Debes pedírselo a ella misma. Además, ella está conm...

Sarada: Boruto. Basta.

Boruto: ¿Eh?

Sarada: Te lo agradezco. Pero puedo defenderme sola. Ahora, déjame con el Hokage y Tentō-san, por favor.

Boruto: ¡¿Eh?! ¡Pero...

Sarada: ¡Boruto!

Ella activó el Sharingan y lo miró fijo a los ojos.

El rubio abandonó el recinto furioso y corrió a toda velocidad hasta su hogar.

Al día siguiente, se encontraba tirando en su cama, boca arriba, pensando en lo sucedido.

El golpe de la puerta lo sacó de sus pensamientos.

Sarada: ¡Boruto! ¡Abre la puerta, por favor! ¡Necesitamos hablar!

Pero él se encontraba furioso.

Sarada: ¡Boruto! ¡Es realmente importante! ¡Te lo suplico!

Tan así, que la dejó golpear la puerta un rato largo, hasta que la Uchiha desistió y se marchó.

Sarada: Por favor, Boruto... necesitamos hablar. Estaré esperándote en mi apartamento.

No quería verla.

Se sentía herido.

Al día siguiente despertó y recapacitó.

Boruto: No debí haberle hecho eso. Soy un estúpido...

Salió de su hogar y corrió hasta el apartamento de Sarada.

Allí estuvo golpeando la puerta por algunas horas, hasta que Cho-cho apareció.

Cho-cho: ¿Vienes a buscar tus cosas? Toma...

La Akimichi le dio una llave.

Boruto: ¿Una llave?

Cho-cho: Sí. Sarada quería que te la diese. Planeaba invitarte a mudarte aquí con ella.

Boruto: Ohh no... Esa era su noticia importante... ¡Y ELLA! ¡¿Dónde está?!

Cho-cho: Se fue esta mañana con el hijo del Señor Feudal.

Boruto: ¡¿QUÉ?! ¡NOOOOOO! ¡¿Hacia dónde fueron?!

Cho-cho: No lo sé. Por lo general, las rutas de viaje muy importantes suelen ser confidenciales.

Boruto: Ohhh no... Ohhh no... Dios... ¿Qué hago?

Boruto comenzó a lagrimear agitado.

Cho-cho: Podrías preguntarle al Hokage. Él está al tanto de la situación...

Boruto entró violentamente a la oficina se Konohamaru y lo tomó de las ropas para levantarlo.

Boruto: ¡¿Por qué la dejaste ir?!

Konohamaru: ¡Boruto, cálmate! ¡Ella tomó esa decisión! De hecho, traté de convencerla de que no lo hiciera...

Boruto: ¡¿Por qué lo hizo?!

Konohamaru: No lo sé. No quiso decírmelo.

Boruto: ¿Hacia dónde van? ¿Qué ruta tomaron?

Konohamaru: No puedo decirte eso Boruto...

Boruto: ¡Sensei, se lo suplico! ¡Por favor!

Al ver a su ex-alumno llorar desesperado, Konohamaru no tuvo otra alternativa.

Konohamaru: Sígueme. Pero si das un paso en falso, me veré en la obligación de detenerte aunque sea por la fuerza...

Ambos corrieron a toda velocidad hasta alcanzar la caravana Feudal.

Boruto interceptó el vehículo que transportaba a Sarada y Tentō, parándose frente a ellos.

Sarada: ¡¿Boruto?!

Tentō: ¡¿Qué hace él aquí?! No debería saber nuestra ubicación.

Sarada: Se encuentra junto al Hachidaime. Quizá sea algo importante. Déjeme hablar con ellos, Tentō-san.

Tentō: De acuerdo. Pero que sea rápido.

La Uchiha bajó y calmó el ataque de los guardias feudales para con los shinobi.

Sarada: ¿Qué hacen aquí?

Konohamaru: Iré a hablar con Tentō y darle una explicación que no nos deje problemas.

El rubio se acercó desesperado y comenzó a hablarle.

Boruto: ¡Sarada! ¡¿Qué haces?!

Sarada: Lo mejor para todos...- dijo seca.

Boruto: ¡¿Qué?! ¡¿De qué hablas?!

Él la tomó de las manos.

Se encontraba temblando.

Sarada: Boruto, piénsalo un poco... Si me caso con el hijo del Señor Feudal del País del Fuego, seré la segunda al mando de todo este territorio. Podría darle a Konoha la ayuda diplomática para limar las asperezas con las otras aldeas ninja y que no haya conflicto. Podría terminar con los problemas económicos de la aldea. Toda esa gente que sufre hambre, frío, falta de educación y muchas otras cosas horribles, tendrá otras posibilidades. Podré realmente ayudarlos.
Incluso podré darle fondos al laboratorio de Katstsuke para que encuentre la solución a muchos problemas de la gente...

Esto último dijo acariciándole la mano derecha al rubio, justo donde tiene el Karma.

Boruto: ¡¿PERO QUÉ HAY DE TI?! ¡NO SERÁS FELIZ! ¡DEJARÁS TU SUEÑO DE LADO POR SER UNA AMA DE CASA!

Sarada: Ahí es donde te equivocas. El trabajo del Hokage es velar por el bienestar de su familia y su hogar. Y yo estoy haciendo eso. Quizás no es de la forma que me hubiese imaginado, pero gracias a esto, mucha gente curará de sus enfermedades, cientos de niños podrán jugar con una sonrisa en sus rostros, no habrá conflicto entre aldeas ninja...

Ella lo abrazó y le dijo al oído.

Sarada: Te amo. Y siempre lo haré. Adiós y gracias por todo. Ojalá algún día puedas perdonarme...

De la manga de la Uchiha salió una pequeña serpiente que mordió el cuello de Boruto, haciéndolo dormir.

Ella lo sujetó de la caída y se lo dio al Hachidaime.

Konohamaru: Ya arreglé todo con Tentō. Quedará como un malentendido.

Sarada: Muchas gracias Sensei...

Konohamaru: Sabes... Nunca lo conocí en persona. Pero por todo lo que me han contando. Eres como tu tío. Harías lo mejor para la aldea, aunque tu misma fueses el costo...

Sarada: Quizás ese sea el destino de los Uchiha... Velar por la seguridad de todos desde las sombras...

Ella acarició el rostro de su rubio dormido.

Sarada: Y quizás el destino de los Uzumaki sea protegerla desde dentro...

Sarada y el Hokage se despidieron y cada uno se fue por su lado.

Ella volvió a subirse al vehículo feudal y Tentō la abrazó.

Ella solo miró incómoda por la ventana.

Tentō: ¡Vámonos! ¡Hay una boda que celebrar cuánto antes!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top