Cap. 19: Vuelve pronto.
Amado: De acuerdo, todo está yendo según lo planeado.
Miraba varias pantallas de ordenador frente a él.
Amado: Aunque la división de los equipos me sorprendió. El Rokudaime y el hijo de Orochimaru son dos bajas que no esperaba...- da un sorbo a su taza de café.
Code: ¿Por cuánto tiempo más tenemos que escondernos?
Amado: Hasta que Jigen o Momoshiki reaparezcan.
Code: Pero puede pasar mucho tiempo para ello ¿A caso sabes el tiempo que toma el karma en descomprimir?
Amado: Años y años. Pero desconozco la exactitud. Quizá varíe entre individuos.
Delta: ¡Estoy harta de no hacer nada! ¡No puedo esperar años!
Destrozó una mesa de una patada y se dirigió a la salida.
Delta: Iré a matar a alguno de estos estúpidos de la hoja. Ya no aguanto más.
Boro: ¿No vas a detenerla, Amado?
Amado: Como si pudiese...
Code: ¿Quieres que la traiga por la fuerza?
Amado: No. Por nada del mundo debes descuidar al Juubi. Son órdenes de Jigen.
Code: Ahhhhh... Qué más da...
Desapareció el holograma de Code, dejando solos a Boro y Amado.
Boro: ¿Estás seguro de que los Externos cumplirán con la misión?
Amado: Lo hagan o no, el plan original seguirá intacto
Boro: ¿Y Kashin Koji?
Amado: De infiltrado en la hoja. Necesitamos predecir sus movimientos.
Boro: No confío mucho en él.
Amado: Pues, deberías. Porque es el único que puede aportarnos información del enemigo sin ser detectado.
Boro: Bueno. En cuanto a eso...
Giró la silla de su escritorio para dirigirse hacia Boro.
Amado: ¿Qué estás queriendo decir?
Boro: Quizá aún exista alguien más que pueda ayudarnos...
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Ten-ten, Iwabee y Sarada estaban cerca de las coordenadas indicadas.
Iwabee: ¡Que clima más denso!
Ten-ten: Se debe a la gran humedad del aire de este bosque.
Todos escucharon unos ruidos detrás de un árbol.
Fue Sarada la primera en responder, enviando una shuriken curvada que ladeó el árbol para darle al posible enemigo.
???: No deberías lanzar shuriken con tanta soltura en territorio ajeno. Aunque la curva fue digna de la hija de Sasuke Uchiha...
Sarada: ¿Quién eres?
Detuvieron su marcha y observaron al hombre que salió desde las profundidades del bosque.
???: Ustedes están en mí territorio. Son quienes deberían presentarse primero.
Iwabee: ¡Basta de charlas! ¡Házlo antes de que se nos agote la paciencia!
???: De acuerdo. Pero solo por el gran respeto que le debo a Konohagakure...
Ten-ten se asombró al verlo.
Lo reconoció.
???: Mí nombre es Ao. Ex-shinobi de Kirigakure.
Ten-ten: ¡Ao-san! Es un gusto saber que se encuentra con vida.
Sarada: ¿Lo conoce, Ten-ten-san?
Ten-ten: Así es. Él fue un shinobi que luchó en la 4ta Gran Guerra Ninja.
Iwabee: ¡Un héroe de guerra! ¡Lamento haberle hablado de esa forma Ao-sama!-arrodillándose.
Ao: Jajaja. No te preocupes. Mí forma repentina de aparecer no fue de gran ayuda.
Sarada: Lamento lo de la shuriken, ja- rascándose la cabeza, apenada.
Ten-ten: ¿Qué lo trae por estos bosques, Ao-san?
El hombre se puso completamente serio.
Tanto que asustó a los demás.
Ao: Lo mismo que ustedes.
Sarada: ¿Cómo?
Sarada estaba a nada de activar su Sharingan.
Estaba desconfiada.
Ao: Sé que se encuentran aquí en búsqueda de una de las guaridas de Kara. El propio Mizukage me lo confirmó.
Iwabee: ¿El Mizukage?
Ao: Así es. Recuerden que las 5 grandes naciones están en contacto estrecho y ante cualquier situación que podría comprometer al mundo shinobi, no deben guardar secretos. Es parte del tratado post-guerra firmado por su Rokudaime Hokage y extendido por Nanadaime y Hachidaime.
Ten-ten: Está en lo correcto, Ao-san. Ese tratado existe. Pero, usted es un ninja retirado ¿Por qué le encomendarían una misión de tanto calibre?
Ao: Pues, yo nací y crecí en estos bosques. Eso, sumado a mí alta experiencia en batalla, me hacen el shinobi indicado para hallar la guarida de los nefastos de Kara.
Sarada: Mhhhhhh ¿Y por qué estaba observándonos detrás del árbol? Si se trata de una misión de rango S, debería de estar lo más desapercibido posible.
Ao: Es normal que desconfíen de mí. Y para demostrarles que no deben, puedo mostrarles un hallazgo interesante que hice tan solo unos minutos antes de verlos...
Cruzaron miradas los shinobi de Konoha.
Ten-ten: De acuerdo.
La Uchiha y su compañero se respaldaron en la seguridad que transmitía su líder.
Mientras caminaban, Ao les explicaba de que se trataba.
Ao: Tengo la sospecha de que se trata de la guarida que buscamos. O una de las tantas...
Ten-ten: ¿Hay más de una?
Ao: A palabras del Mizukage, sí. De echo, shinobis de Konohagakure deben dirigirse hacia allí ahora mismo.
"En verdad está enterado de todo" pensó la Uchiha.
Luego de unos minutos, llegaron a un enorme árbol.
Mucho más grueso que los demás.
El ex-shinobi se acercó hasta él y le dió unos pequeños golpes a la madera.
Ao: Suena hueco. Aquí es.
Se volteó y comenzó a hablar con Sarada.
Ao: Usted. Digna hija de Sasuke Uchiha, también debe ser digna hija de Haruno Sakura. ¿Ha heredado su fuerza sobrehumana?
Sarada: Bueno... No creo ser tan fuerte como ella, pero sí.
Ao: ¿Haría los honores?
Ella asintió, llenó su puño de chakra y golpeó el árbol, rompiendo el lugar indicado por Ao.
Allí se dejó ver una enorme abertura que correspondía a una entrada.
Ten-ten: ¡Excelente! Sí era una entrada secreta.
Ao: Después de ustedes...
Los cuatro ingresaron bajando una larga escalera en caracol.
Llegaron a un subsuelo lleno de máquinas y ordenadores.
Ten-ten: De acuerdo. Deberíamos de revisar todo lo que encontremos. Sarada, encárgate de los ordenadores. Iwabee, revisa los otros cuartos.
Sarada: ¡Sí!
Iwabee: ¡Enseguida!
Ao: Yo me encargaré de estos ordenadores de aquí.
Ten-ten volvió hacia donde estaba la entrada y colocó un pergamino escondido en el piso.
Retrasaría y le advertía la llegada de un potencial enemigo.
Luego de que Iwabee consiguiera algunos pergaminos y Sarada extrajo toda la información posible, partieron de allí.
Ten-ten: Vámonos. Este lugar me da mala espina.
Sigilosamente, Ao aprovechó para iniciar el programa de autodestrucción al tocar unas teclas en el ordenador cercano a él.
Todas las puertas se cerraron, y una alarma comenzó a sonar.
Sarada: ¡Mierda! ¡Otra vez!
Ao: Lo siento. Pero no puedo permitir que se marchen...
Ten-ten: Me temía algo así...
Con un sello de manos, activó un pergamino escondido cerca de Ao.
Era un sello inmovilizador.
Ao: Veo que siempre estuviste con la guardia alta.
Ten-ten: Rápido. Salgamos de aquí.
Iwabee: ¡No podemos tirar a bajo las puertas!
Sarada: Ni si quiera con mi fuerza...
Ao: No hay forma de escapar. Está diseñado para que ni siquiera Jounin de Konoha pueda salir.
El tiempo corría y la guarida volaría en pedazos.
Con ellos dentro.
Ten-ten sacó el gran pergamino que portaba en su espalda y lo desenrrolló en el suelo.
Tenía unas marcas extrañas.
Ten-ten: Párense sobre las marcas. Nos teletransportará.
Sarada: ¿Ninjutsu espacio-tiempo? ¡Increíble!
Ten-ten: Sí. Pero lleva algo de tiempo.
Ten-ten comenzó a moldear chakra activando el pergamino.
Los cuerpos de los shinobi comenzaron a parpadear.
Ao: ¡No se los voy a permitir!
Del pecho de Ao comenzaron a salir proyectiles.
Que de no ser por el gran muro de piedra creado por Iwabee, hubiese dado de lleno en ellos.
Ten-ten: ¡Si te mueves no funcionará Iwabee!
Iwabee: ¡Si no lo detenemos, no nos dejará escapar!
Sarada: ¡Debemos distraerlo con algo!
Iwabee: ¡Sarada! Dile a Boruto que lo siento. Nuestra batalla tendrá que ser en el más allá...
Sarada: ¡¿Eh?! ¡¿De qué hablas?!
Iwabee: Tu tonto novio fue quien me dio una razón en la vida. Lo que más quería era convertirme en shinobi. Y sin él, jamás lo hubiese logrado. Así que para devolverle el favor, es mí turno de proteger lo que él más quiere...
El muchacho volteó a ver a la pelinegra y le regaló una sonrisa antes de saltar por sobre los restos del muro de piedra.
Ten-ten: ¡No Iwabee!
Tomó a Ao por la espalda para detenerlo.
Ao: Mala maniobra muchacho...
Desde su codo, Ao sacó una suerte de láser que atravesó a Iwabee.
Iwabee: AHHHHHH
El muchacho estaba vomitando sangre a borbotones.
Sarada: ¡Iwabee!
Ao: ¡Les dije que no les voy a permitir escapar! ¡No me importa si tengo que volar mí propio cuerpo en pedazos!
El ex-shinobi comenzó a brillar para hacer explotar la bomba de su interior.
Ten-ten: ¡No llegaremos a tiempo!
De repente, cuatro muros de piedras comenzaron a crecer al rededor de Ao e Iwabee.
Ao: ¿Qué haces chico? Déjalo ya. Estás muerto. Utiliza tus últimas fuerzas para recordar a tu familia o algo así...
Iwabee: ¡Eso mismo hago! ¡Soy Iwabee Yuino. Un ninja de Konohagakure! ¡Y soy quien mantendrá vivo el legado del Nanadaime y el Rokudaime Hokage! ¡Porque cada habitante de la aldea es mí familia. Por eso las protegeré a ambas con mí vida! ¡Y porque los amigos son lo primero! ¡Quién los abandona es aún peor que escoria!
La cúpula de piedra formada por Iwabee absorbió todo el daño de la explosión de Ao.
Pero aún así, las kunoichi debían salir de allí antes de que la guarida explotará también.
Ten-ten: ¡Listo!
La teletransportación fue un éxito.
Aparecieron en el exterior. En otro pergamino escondido por Ten-ten cerca de la entrada a la guarida.
Ten-ten: Logramos escapar...
Sarada: Sí... ¿Pero a qué precio...?
Se encontraba llorando y golpeando la tierra con rabia.
Ten-ten: Sarada...
Sarada: ¡Siempre es lo mismo! ¡Siempre tienen que salvarme los demás! ¡Nunca puedo proteger a los que amo!
Ten-ten: Vamos... No seas tan dura contigo misma...
Sarada: ¡Pero Ten-ten-san, yo...
Una enorme explosión a su costado derecho dejó completamente aturdida a Sarada.
Ten-ten alzó la cabeza y observó un dron lanzando proyectiles.
Activó un pergamino que invocó una burbuja de chakra protectora.
Ten-ten: ¡Sarada! ¿Cómo estás?
Sarada: Bien. Pero mí brazo...
Si brazo derecho estaba muy quemado.
Ten-ten: ¡Debemos ir a Kirigakure cuanto antes!
Sarada: No. Estoy harta de huir de estos tipos.
Activó su Sharingan de tres aspas y sacó tres shuriken con su mano izquierda.
Los cargó con chakra de rayo y lanzó al dron.
La aeronave logró darle a dos de los proyectiles, pero el tercero al chocar contra otra de las shuriken lanzada, atinó al punto ciego de la máquina.
De esta forma, se clavó sobre el dron, haciendo que estallara en pedazos.
Ten-ten: Vaya... Es como ver a Sasuke...
Sarada: Vayamos a Konoha. Debemos llevar la información recaudada cuanto antes.
Ten-ten: Pero tu brazo Sarada...
Sarada: Ten-ten-san, esta información puede ser vital para ayudar a Boruto. Lo lamento, pero no desviaré mí camino.
Ten-ten: Comprendo. Al menos déjame ayudarte con tu brazo.
Sarada: Descuide. Con mí ninjutsu médico puedo estabilizar la herida hasta llegar con Shizune-san. Pero sí puede ayudarme a vendarlo.
Ten-ten: ¡Por su puesto!
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Boruto: ¡¿Ustedes dos?!
Hanabi: ¡Podemos explicarlo!
Konohamaru: ¡Claro que sí-kore!
Boruto: No necesito que me expliquen nada- dijo en un tono pícaro.
Ambos adultos estaban completamente sonrojados.
El rubio rápidamente decidió irse y dejar en paz a la pareja.
Después de todo, también merecían su privacidad.
Hanabi: No puedo creer que nos descubriera nada más ni nada menos que Boruto...- roja como un tomate.
Konohamaru: Sí... ¿Podemos seguir besándonos?
Hanabi: ¡Por su puesto! Jijiji.
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Ahora el Uzumaki se encontraba en su apartamento.
Aún pensando en las palabras de Sarada.
Debía darle una respuesta cuando esta volviera.
Boruto: Ahhhhhhhh...
Mirando desde la ventana la fuerte lluvia que comenzaba a caer sobre la aldea, recordó la última reunión que tuvo con su sensei.
FLASHBACK
La gran guerra contra los Ootsutsuki estaba planeada para mañana.
Era de noche y Boruto no podía pegar un ojo.
Fue a despejarse y que mejor lugar para hacerlo que el Monte Hokage.
Desde donde puede verse cada luz de la aldea.
No podía dejar de pensar en lo que podría suceder mañana.
Boruto: Ahhhhhhh...
Sasuke: ¿Ansioso?
Boruto: Nervioso, más bien.
Sasuke: Es normal.
Boruto: ¿Usted? Yo lo veo realmente tranquilo.
Sasuke: ¿Yo? Pues tengo muchos más años de vida y batallas al hombro. Es lógico que sepa manejarlo mejor. Pero también me encuentro flotando en la incertidumbre.
Las palabras del Uchiha envalentonaron al rubio.
Boruto: Sabe... Estaba pensando que quizá yo deba estar en el frente de ataque, Sasuke-san...
Sasuke: Ni de broma.
Boruto: ¿Eh?
Sasuke: Que no.
Boruto: ¡¿Pero, por qué?!
Sasuke: Porque no. Punto.
Boruto: ¡Tiene que darme una explicación! ¡No es justo que me protejan guardándome en mí casa mientras los demás dan la vida!
Sasuke lo miró fijamente a los ojos.
Con esa mirada que causaba terror en sus rivales.
Sasuke: Dime Boruto... ¿Qué es lo más importante que tienes en esta vida?
Se quedó pensando unos segundos y luego soltó sin dudar.
Boruto: Pues, mí hermana, mí madre, usted y el Viejo, mis amigos, Sarada...
Sasuke: ¿Y estás dispuesto a morir por ellos?
Realmente se sorprendió.
Su maestro lo preguntaba en serio.
Tragó saliva y respondió.
Boruto: Por su puesto.
Sasuke: Entonces sobrevivan. Tú y Sarada. Son el futuro no solo de la hoja, si no del mundo shinobi. Cuando Naruto y yo no estemos, esta paz que tanto nos costó construir, deberá ser protegida por alguien. Y ese alguien son ustedes dos.
Boruto: ¡Pero no es justo que por ser sus hijos los demás deban protegernos todo el tiempo!
Sasuke: Parece que no lo entiendes... Esta aldea no se trata de unas simples cuatro paredes rodeando casas. Esta aldea, la primer aldea ninja, es el símbolo de la paz. Su creación fue el parate de la guerra entre clanes ninja. Y no solo eso, es también el lugar donde viven los seres que amamos. Tu familia. La mía. Nuestros amigos...
El rubio estaba sorprendido por el discurso de su maestro.
Sasuke: Es por todo ello, y mucho más, que en realidad tu y Sarada tienen la misión más importante en esta guerra: proteger el futuro. Porque si no hay futuro... ¿Qué sentido tendría luchar?
Apretó fuerte sus puños y comenzó a lagrimear.
Abrazó fuerte a su maestro.
Boruto: ¡Ojalá algún día sea como usted Sasuke-san!
Fue inevitable para Sasuke, forjar una pequeña sonrisa.
Sasuke: Jaja serás aún mejor shinobi de lo que yo soy. Solo procura no perder el camino.
Boruto: ¿A qué se refiere?
Sasuke: Lo sabrás cuando el momento llegue.
Ahora el rubio se despegó de él y lo miró con aires de admiración.
Boruto: Sasuke-san... Yo... ¡Yo le prometo que cuidaré a Sarada con mí vida si es que algo le sucede a usted en esta batalla!
El Uchiha se sorprendió ante la seguridad que se reflejaba en los ojos de su pupilo.
Sasuke: De todos los tarados que podrían ser el novio de mí hija, tu eres el que menos odio- mientras le revolvió la rubia cabellera.
Boruto: ¡Jejeje!- con la típica sonrisa de los Uzumaki.
Sasuke: Por favor, cuídense mucho entre ambos. No me importa si es como pareja o amigos. Pero protéjanse entre si. Son lo más importante que tengo.
Jamás en su vida había visto así a su maestro.
Sasuke es de esas personas que no demuestra sus sentimientos ante ninguna situación.
Pero ese día.
En ese momento.
Junto a su alumno.
Le estaba pidiendo un favor desde el fondo de su corazón.
El rubio lo miró a los ojos negros y se llevó una mano al corazón.
Boruto: Se lo prometo Sasuke-san. Prometo que nunca me alejaré de Sarada...
Fin del FLASHBACK
Boruto: Vuelvo pronto Sara. Quiero abrazarte...
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