Cap. 18: Familia.
Boruto: Y creo que tienes razón. No deberíamos estar juntos.
Ella se ahogó en un amargo silencio.
Tampoco quería mirarlo a los ojos.
Sarada: ... Yo...
Volvieron a hacer contacto visual
Sarada: Debo reconocer haber dicho eso. Y también haberlo sentido...
Él aún estaba espectante.
Sarada: ¿Tú sientes lo mismo?
Se tomó unos segundos y tragó saliva.
Boruto: Yo siento... Yo siento que no quiero volver a lastimarte...
Ella iba a replicar, pero él siguió hablando.
Boruto: Tampoco quiero estar dependiendo emocionalmente de ti.
La Uchiha se descolocó.
Boruto: Es decir, me encanta pensar en ti. Pero mí estado de ánimo no puede depender de tus acciones para conmigo. Mí felicidad no puede depender de una persona que no sea yo mismo. ¡Y también quiero lo mismo para ti!
Apoyando sus manos sobre los muslos, suspirando y llorando por dentro, ella respondió.
Sarada: Entonces deberíamos cortar por lo sano.
Boruto: ¿A qué te refieres?
Sarada: Deberíamos dejar de vernos definitivamente. Para todo. Dejar de tener contacto. Ser cuidadosos con las amistades en común. No más sexo. No más misiones.
El rubio se estaba haciendo una vaga idea en su cabeza que lo preocupaba mucho.
Sarada: Olvidarnos para siempre. No volver a vernos jamás...- esto último se lo dijo mirándolo a la cara.
Boruto: Yo...
Sarada juntó sus dos manos y las apoyó sobre su pecho.
Sarada: ¿Estás dispuesto a todo eso?
Boruto: ...
Boruto mantenía la mirada por los suelos.
Sarada: Porque yo no- mientras se ponía de pie.
Ahora el Uzumaki clavó sus ojos en el rostro que tanto le gustaba.
Sarada: Pero si eso es lo que quieres... Haría lo que fuera por ti.
A estas alturas, ella estaba llorando a cántaros.
Y mediante una media vuelta, se acercó a la puerta y se marchó.
Dejando a Boruto solo en el sofá.
Él se levantó a apagar todas las luces y recostarse a pensar.
A discutir consigo mismo y a llorar.
Que la decisión que debía tomar ahora, era, es y será la más importante de su vida.
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Al día siguiente, ambos tuvieron que volver a verse las caras en la oficina del Hokage.
Ambos con unas terribles ojeras por no dormir.
Ambos por llorar.
Allí también se encontraban Kakashi, Mitsuki y Shikadai.
Habían formado entre los cinco, un grupo unido para evaluar la mayoría de las situaciones shinobi.
Era lógico. Eran los mejores ninja de la aldea.
Konohamaru: Pudimos acceder a la información del dispositivo utilizado por Sarada en la guarida de Kara.
Boruto: ¿Algo útil?
Konohamaru: Mucho. Encontramos coordenadas de otras posibles guaridas de estos malvados.
Mitsuki: ¿De cuántas estamos hablando?
Konohamaru: De momento, 3. Y coinciden con algunas de las coordenadas dejadas por Sasuke.
Shikadai: Pues, creo que deberíamos encontrarlas lo más rápido posible. Ya que si tienen mecanismos de autodestrucción, como la que visitaron Sarada y Boruto, podrían volarlas en pedazos para evitar que lleguemos hasta ellos o consigamos información.
Konohamaru: Exactamente por ello es que ya organicé 3 grupos de investigación que partirán hoy mismo.
El Hokage desplegó un mapa sobre la mesa y comenzó con las instrucciones.
Konohamaru: Mirai, Cho-cho y Shikadai partirán hacia el gran desierto del País del Viento.
Shikadai: De acuerdo. Daré aviso ya mismo al resto de mí equipo.
Tomó el pergamino con toda la información necesaria y se marchó.
Con solo el equipo 7 en la oficina, prosiguió la explicación.
Konohamaru: Sarada. Tú irás hacia la guarida ubicada cerca de Kirigakure. Te acompañarán Ten-ten e Iwabee.
Sarada: Perfecto.
Konohamaru: Por último... Rokudaime y Mitsuki. Les encargaré la parte más difícil. Deben realizar una misión de infiltración en el País de lo Valle. Al parecer, una de las guaridas podría encontrarse en la compañía médica del país.
Sarada: ¡¿La compañía médica?! ¡Es la que provee la mayor parte de insumos médicos en todo el mundo! Sería muy peligroso que estén aliados a Kara.
Kakashi: Eso es lo que debemos averiguar.
Konohamaru: Irán en una visita diplomática. Rokudaime, usted irá en representación mía, y Mitsuki será su escolta. Solo deben informar lo que vean. Nada de pasar a la acción. Con este panorama político y económico, todo está predispuesto para una guerra...
La ventana de la oficina se tiñó de rojo por los tomates que lanzaba la gente desde las manifestaciones.
Kakashi: Volveremos con una mano por delante y otra por detrás. No se preocupe Hokage-sama.
Sarada: Mucho cuidado por favor. Podría tratarse de su guardia principal.
Mitsuki: Descuida. Solo es una visita diplomática. Fufufu.
Konohamaru: Jajaja ¡Así sé habla Mitsuki! ¡Ya te crees el papel y todo!
Boruto: Un momento ¿Yo no voy a hacer nada?
El Hokage observó a Boruto y señaló su pierna rota.
Konohamaru: Solo te cité aquí para que estés al tanto de la situación con Kara. Pero con esa lesión, no voy a dejarte ir a ningún lado.
Boruto: Ahhhhh. Entonces me marcho...
El rubio dio una media vuelta y salió del edificio.
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Era de noche. Los tres equipos habían partido a su destino.
Boruto estaba sentado en la cabeza del Yondaime Hokage.
Hablando consigo mismo. Interpelándose.
Boruto: Ahhhhhh ¿en algún momento de la vida desaparecerá la sensación de angustia? ¿A caso todo tiene que ser siempre más difícil?
Observó la cabeza de piedra donde estaba sentado y reflexionó.
Boruto: Me hubiera gustado conocerte abuelo. Todos dicen que eras un shinobi excepcional y todo un genio de tu generación. Muchas veces me han comparado contigo. Pero estoy seguro de que no soy ni una astilla de lo que fueron tu y Papá...
Konohamaru: Quizá eso se deba a que tienes tan solo 18 años-dijo acercándose repentinamente.
Boruto: Hokage-sama...
Konohamaru: Anda... entre nos... puedes decirme Nee-chan ¡jajaja!
Boruto: Tu también eres un shinobi digno de admiración Konohamaru-neechan...
Konohamaru: Yo creo que es por la capa de Hokage. En realidad no soy gran cosa ¡jajaja!
Boruto: Es la única persona que luchó contra el líder del Clan Ootsutsuki y vivió para contarlo.
Konohamaru: Bueno, sí. Pero con la pequeña ayuda de mis amigos. Entre ellos, tu padre.
Boruto: Realmente lo extraño... me gustaría tenerlo aquí y contarle mis problemas. Él siempre encontraba la forma de hacer sentir mejor a las personas...-el rubio tocaba su pecho justo donde está el corazón.
Konohamaru: Yo también lo extraño mucho... No solo fue mentor, si no que también fue uno de mis primeros amigos...
El rubio no daba abasto para limpiar sus lágrimas.
Boruto: También extraño a mí madre... Quisiera volver a abrazarla. Pero donde sea que esté, ¡debe odiarme por haberla matado!
El llanto de Boruto se había convertido en gritos de dolor.
El dolor de un niño que extrañaba a sus padres y se sentía muy solo.
El Hachidaime se sentó junto a su alumno y lo abrazó entre lágrimas.
Konohamaru: ¡No quiero que vuelvas a decir algo como eso! ¡Tu no tuviste la culpa de nada que haya sucedido aquel día! Te prometo, Boruto, que sacaremos a ese monstruo de tu cuerpo. No me importa si muero en el intento. Te juro que lo haremos. Todo el equipo 7 estará unido hasta el final.
Apoyando la cabeza sobre el pecho del Hokage, el Uzumaki seguía llorando.
Boruto: Quiero que todo el sufrimiento termine, Nee-chan...
Konohamaru lo abrazó con fuerza y consoló
Konohamaru: Todo estará bien. Hanabi, Himawari, Sarada, Mitsuki, Kakashi-san, Shikadai, Cho-cho y todos los demás, somos tu familia y te amamos. No te alejes de nosotros, y te prometo que todo será mucho más fácil.
El Hokage lo ayudó a ponerse de pie y lo miró directo a los ojos.
Konohamaru: Porque las penas entre amigos, son penas divididas. Y las alegrías entre amigos, se multiplican.
La sonrisa de Konohamaru se le contagió a Boruto, quien por unos segundos dejó de ser ese pequeño niño lastimado.
Boruto: Por unos segundos me recordó a él... A mí padre...
Konohamaru: Y para mí es el honor más grande que jamás pueda tener en esta vida. Incluso más que el ser Hokage...
Volvieron a abrazarse.
Konohamaru le revolvió los cabellos y se dispuso a marcharse.
Konohamaru: Debo volver a la oficina. El trabajo de Hokage no descansa.
Boruto: Mucha suerte Nee-chan. Todo mejorará pronto. Él nos cuida desde arriba.
Konohamaru: Así es pequeño...
Una vez solo, Boruto miró al cielo y se puso a reflexionar.
Boruto: No abandonar a mí familia... ¿Yo siendo familia de Sarada?
Comenzó a dejar volar su imaginación.
A dejar que las fantasías más privadas y absurdas tomen las riendas.
Hacer posible hasta lo imposible en su mente.
Boruto: Realmente me gustaría vivir contigo Uchiha gruñona... Despertar todas las mañanas de mí vida y ver tu rostro dormido junto a mí...-dijo con una sonrisa de oreja a oreja.
Emprendió el viaje de regreso.
Boruto: Hablando de familia... Iré a visitar a Hima. Quizá esté despierta y me gustaría hablar con ella...
Luego de un agotador viaje, debido a su pierna, Boruto llegó a la Mansión Hyuga e ingresó por una puerta secreta que solo él y su hermana conocían.
Boruto: No puedo ingresar a estas horas. La Tía Hanabi me mataría.
Se movilizó sigilosamente por el patio interno de la mansión para buscar a su hermana.
Evitaba a los empleados de la mansión, ocultándose entre los arbustos.
La estructura de la Mansión Hyuga que se encontraba cercana a las habitaciones de la familia principal, estaba diseñada para que el Byakugan no funcionara para ver entre ella y así obtener más privacidad.
Boruto: Menos mal que el Byakugan no funciona para ver entre las paredes.
Ello le hizo acordar a Sarada cuando le explicó el mecanismo por el cual esto sucedía.
Ante el despiste generado por pensarse junto a su Uchiha, casi es descubierto por una empleada de la mansión.
Pero en una maniobra logró ocultarse detrás de unos enormes arbustos.
Boruto: Uf... estuvo cerca...
Allí, caminando hacia atrás y sin mirar, chocó contra dos personas que estaban besándose.
Al voltear a verlas, se llevó la sorpresa de su vida, al verlos abrazados.
Boruto: ¡¿QUÉEEEEEEEEEEEE?!
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