Cap. 17: ¡Ramen listo!

Activó el Sharingan y se puso de pie en una fracción de segundo.

Esta vez no la tomarían desprevenida.

El sujeto al notarlo, escapó rápidamente por la ventana.

Sarada: ¡No te me vas a escapar!

La Uchiha hizo lo propio y comenzó a perseguirlo por la aldea.

Atravesando los techos de las casas, callejones oscuros y parques, el intruso se detuvo en el campo de entrenamiento 7.

Se volteó y quedó cara a cara con Sarada.

Sarada: ¡¿Quién eres y cómo burlaste el sistema de detección de la aldea?!

Kashin Koji: ...

Sarada: ¡¿Qué es lo que quieren de Boruto?! ¡Él no les ha hecho nada! ¡Déjenlo en paz!

El miembro de Kara solo se limitaba a mirarla sin responder.

La Uchiha comenzó a llorar de la rabia.

Sarada: ¡TE JURO QUE SI LE PONEN UN DEDO ENCIMA A BORUTO LOS MATARÉ A TODOS USTEDES YO MISMA!- mientras apretaba sus puños.

Ahora el Mangekyo Sharingan se había formado en sus ojos.

Koji se agachó hasta el piso y dejó un pequeño objeto.

Luego le dijo unas palabras a Sarada, y a través de una capa de humo, desapareció.

Ella se acercó a dónde se encontraba el pequeño objeto y lo tomó.

Sarada: ¡Es el artefacto que utilicé en la guarida de Kara para robar la información! Pero... O sea que él lo recuperó cuando yo escapé con Boruto...

Al día siguiente, entregó la información al Hachidaime y Rokudaime, y les contó lo sucedido.

Luego, fue directo al hospital.

Estuvo todo el día junto a Boruto.

Incluso a veces se le olvidaba almorzar.

Cuando se puso de pie para marcharse, se sorprendió al ver los quejidos del rubio.

Estaba frunciendo el seño.

Hizo ruidos de disconformidad y abrió tímidamente su ojito derecho.

Boruto: ¿Sarada?

Sarada: Boruto... ¿Cómo te encuentras?

Boruto: Fatal.

Trató de sentarse en la cama, pero quedó inmóvil por el dolor.

Sarada: ¡Tranquilo! ¡Tranquilo! Te harás daño. Debes descansar...

Boruto: ¿Qué sucedió? Lo último que recuerdo es pelear contra el sujeto de Kara ¿Lo venciste? ¿Te hizo daño?

Sarada: Descuida. Ya no molestará.

Boruto: ¿Por qué siento tanto dolor?

Sarada: Fuiste operado del corazón. Sufriste un problema en el durante tu combate.

Boruto: ¿Ese sujeto de Kara lo hizo?

Sarada: No. La causa fue otra...

La pelinegra comenzó a ver su mano derecha.

Recordando aquel fatídico momento donde atravesó a Boruto con el Raikiri.

Boruto: Ni se te ocurra pensar que tienes algo que ver con esto. Ni lo pienses.

Alzó la vista y lo miró.

Lo miró con tristeza.

Boruto: No tienes que quedarte aquí si no quieres. Las enfermeras me conocen de tantas veces que estuve aquí.

Sarada: Lo sé... estoy aquí porque así lo quiero. Si tuviera ganas de irme, simplemente lo haría.

Boruto: ¿Qué tan mal está mí pierna?- tratando de cambiar de tema.

Sarada: Tendrás que usar muletas un tiempo. Pero nada que no se arregle.

Boruto: Ya veo...

Sarada: ¿Por qué no utilizas el Karma para sanarla?

Boruto: ¿Eh?

Sarada: Así es. Te he visto sanar algunas heridas en nuestra batalla contra ese sujeto de Kara la vez que estuvimos en la dimensión del Juubi. Quizá funcione para tu pierna. ¡O incluso tu corazón!

Boruto: No.

El rubio no hacía contacto visual con ella.

Estaba enfocado en un punto blanco de la pared en frente a él.

Sarada: Mentiste ¿verdad...?

Boruto: ¿Qué?

Sarada: Dijiste que no controlas el Karma a voluntad. Pero sí lo haces. Cuando luchamos te vi utilizarlo para sacarnos de allí y parecía que sabías lo que hacías.

Boruto: No sé de qué hablas.

Sarada: Pero yo sí.

Ella tomó su pelo y se lo recogió formando una pequeña coleta.

Sarada: Y te comprendo...

Boruto: ...

Sarada: No quieres activarlo porque te trae recuerdos horribles. Yo estuve meses para volver a realizar una misión ninja y aún más para volver a usar el Raiki.

Había dado en el blanco.

Sabía perfectamente como se sentía.

Sarada: No voy a juzgarte. Solo quiero ayudar.

Boruto: Lo sé... Gracias...

Sarada: Pero sabes que ese poder es un gran aliado en este lucha ¿verdad?

Boruto: No lo necesito.

Cuando la joven estaba a punto de replicar, Shizune entró en la habitación.

Shizune: ¡Veo que te encuentras bien!

Boruto: ¿Cómo sabe eso?

Shizune: Porque de otra forma Sarada hubiese corrido desesperada a buscarme jaja.

Sarada: ¡No sé de qué habla usted!- el rubor era imposible de ocultar.

Shizune: ¿Cómo te sientes Boruto?

Boruto: Me duele cada célula del cuerpo.

Shizune: Es normal. Aplicaré otra dosis de calmante.

Luego de hacerlo, el rostro de Boruto denotaba satisfacción.

Boruto: Gracias...

Shizune: ¿Y tu vista cómo se encuentra?

Sarada: Bien. Con estas nuevas gafas ni siquiera notó la diferencia.

Boruto: ¿Te lastimaron?- él la había tomado por la muñeca.

Sarada: No.

Boruto: Mangekyo Sharingan...

Sarada: Sí.

Boruto: Eres una estúpida. Casi te quedas ciega por mí una vez. Y ahora lo haces de nuevo...

Sarada: Y lo haría de nuevo. Para que no te quede duda...

Boruto: ¿La lesión fue muy grave?

Sarada: No. Solo necesito de más aumento en mis gafas. Como si se tratara del envejecimiento normal del ojo.

Boruto: No vuelvas a hacerlo. Por favor...- soltó un prolongado bostezo.

Sarada: Luego hablaremos... el horario de visita terminó hace rato y debes descansar.

La Uchiha salió del hospital y se dirigió directo a su hogar.

Quería descansar un poco después de tantos días agitados.

-----------------------------------------------------------

Fue a visitar a su rubio amigo el resto del tiempo necesario para la recuperación en el hospital.

Boruto: ¿O sea que ya puedo irme de aquí?

Shizune: Así es.

Boruto: ¡Excelente!

Aún así, a duras penas pudo ponerse de pie debido a que su pierna le incomodaba, y comenzaba a jadear rápidamente.

Shizune: Vas a tener que darle un tiempo a tu corazón para reponerse. Debe estar herido aún el pobre jaja.

Boruto: Créame que lo sé...- dijo mientras miró a Sarada de reojo sin que está se diese cuenta.

Sarada: ¿Quieres que te acompañe a la Mansión Hyuga? Himawari y Hanabi te están esperando.

Boruto: No. Me voy a mí apartamento.

Sarada: ¡¿Qué?! ¡Pero si a penas puedes moverte!

Shizune: Mhhhhhh... mejor los dejaré solos...- al escapar velozmente de la habitación.

Boruto: Escucha... yo sé que te sientes culpable por esto. Pero lo cierto es que no tienes nada que ver. Simplemente es mala suerte. No es necesario que estés cuidándome todo el tiempo. Déjame sólo.

Las palabras de Boruto enfurecieron tanto a Sarada, que está se marchó respirando hondo y sin decir una palabra.

Boruto: Por fin se marchó...

Luego de salir del hospital, el rubio llegó a su apartamento a gatas.

Ingresó y en cuanto pudo, dejó caer su pesado cuerpo en el sofá.

Boruto: Ahhhhh... Ahhhh... De acuerdo... Llegué...

Estaba agotadísimo y adolorido de la pierna.

Boruto: Creo que dormiré aquí hoy. Mañana estaré algo mejor.

Pero en cuanto dijo eso, su estómago comenzó a rugir como si estuviera enjaulado.

Boruto: Mierda. Salí del hospital sin almorzar...

Tardó varios minutos en ponerse de pie y llegar hasta la cocina.

Para su mala suerte, no tenía nada para comer.

Boruto: Rayos. Ni siquiera tengo ingredientes para cocinar algo...

Casi le agarra un infarto cuando escuchó la puerta golpearse fuertemente.

Emprendió viaje hacia allí para atender, pero quién golpeaba no se detenía.

Mientras abría la puerta, reclamaba.

Boruto: ¡Ya! ¡Ya! ¡La puerta es madera. No titanio! ¡Se rompe...

Con bolsas en cada una de sus manos, parada frente a él, estaba ella.

Boruto: ¿Qué haces aquí?

Sarada: Te traigo la cena malagradecido.

Boruto: Ya cené. Gracias.

Pero su estómago reclamaba exactamente lo opuesto.

Sarada: Tu estómago se escucha hasta Iwagakure ¿Me vas a dejar pasar o no?

Él se hizo a un lado y la Uchiha entró.

Dejó las bolsas sobre la pequeña mesa junto al sofá y se sentó.

Boruto: ¿Te quedarás a cenar?

Sarada: Bueno... Si quieres puedo irme sola y sin cenar luego de pagar y traer todo esto.

Boruto: Ya... Ya... Miss Sarcasmo. Quédate.

Sarada: Espero te guste el ramen instantáneo.

Encendió la cocina y puso agua a calentar.

Boruto: Preferiría una hamburguesa. Pero que va...

Sarada: Claro. Porque debes meterle grasa y comida chatarra a tu corazón.

Boruto: Estuve encerrado en ese maldito hospital por semanas comiendo el menú donde lo más calórico son las servilletas. Déjame en paz.

Ella se le acercó y se puso justo frente a él.

Ambos podían sentir la respiración del otro.

Primero miró su boca y luego sus ojos azules.

Por su parte, el rubio sucumbió completamente ante los ojitos ónix que lo miraban desde abajo.

El chillido de la pava los salvó abalanzarse uno sobre el otro.

Sarada preparó los ramen agregando el agua hirviendo y se sentaron a comer y hablar.

Boruto: No está tan mal...

Sarada: Claro que no. Lo que sucede es que tienes el paladar de un niño de diez años.

Boruto: No necesito postre con alguien tan dulce a mí lado...

Sarada: Gracias- respondió sarcástica, pestañeando rápidamente.

Boruto: ¿Cómo están tus ojos?

Sarada: Bien.

Boruto: Debes ser más cuidadosa con el uso del Mangekyo Sharingan.

Sarada: Lo usé para evitar tu muerte ¿O qué no califica en tu criterio de importancia?

Boruto: Bueno... No digo que haya sido una decisión desacertada... Pero se hubieran ahorrado muchos problemas. Tú y la aldea.

Sarada: ¿Hasta cuándo vas a seguir con esa estupidez? No pienso dejar que te mueras.

Boruto: Tu quieres ser Hokage ¿Verdad?

Sarada: Así es.

Boruto: Proteger a toda la aldea y sus habitantes...

Sarada: Naturalmente.

Boruto: Por sobre todas las cosas...

Sarada: ¿A dónde quieres llegar?

Boruto: Tienes que estar dispuesta a lo que sea para proteger una ciudad entera. Eso incluye encargarte de mí si me convierto en un alienígena devorador de chakra.

Dejó su vaso de ramen casi terminado y se sentó junto a Boruto.

Acercó su cara a la de él.

Cómo hacía un rato.

Lo señaló con el dedo y le susurró.

Sarada: No quiero que vuelvas a decirme algo como eso ¿Quedó claro?

Boruto: Y si lo hago... ¿Qué sucederá?

Sarada: Te voy a matar. Pero por estúpido.

Boruto: Bien por mí...- dijo encogiéndose de hombros.

Sarada: ¿Qué clase de Hokage deja que sus seres queridos mueran?

Boruto: Uno que sabe ser pragmático y distinguir cuando algo es peligroso y cuando no lo es.

Ella lo miró a los ojos.

No aguantaba más.

Se fue acercando poco a poco a la cara de él.

Puso su manito izquierda sobre la cara del rubio.

Comenzó a acariciar su cicatriz en el ojo derecho.

Y se lanzó en busca de la boca que más deseaba en el mundo.

Pero él se hizo a un lado.

Sarada: ...

Ella lo miró sorprendida, pero triste.

Con la tristeza de alguien rechazado.

Sarada: Boruto... ¿Por qué...?

Boruto: Por accidente escuché tu charla con Cho-cho en el campo de entrenamiento hace algunas semanas...

Él ni siquiera tenía el valor de mirarla a los ojos.

Boruto: Y creo que tienes razón. No deberíamos estar juntos.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top