Cap. 16: Corazón abierto.

Deepa: ¡AHHHHHHHHH!

El interno de Kara gritaba de forma desesperada.

Deepa: ¡¿Qué es esto?! ¡No se apaga!

Estaba consumiéndose en fuego negro.

Confió con que su cuerpo resistiría el fuego...

La guarida voló en pedazos.

Pero no por el sistema de autodestrucción. Sino por el enorme Susano'o que la Uchiha había formado.

En su estado definitivo.

Sin perder tiempo, voló sobre él en dirección a la aldea.

Debido a la gran velocidad, llegó en tan solo unos pocos minutos.

Todo el que vio la técnica de Sarada quedó atónito.

Los manifestantes de la aldea quedaron en silencio por primera vez desde que tomaron las calles.

Los niños veían un superhéroe. Y los locos el fin del mundo.

Cuando se posó justo por debajo del sol, toda la aldea quedó sumergida en un tono rosa que ablandó los corazones de todos los presentes.

Konohamaru: ¡Susano'o! ¡Pero es diferente!- gritó al verlo por la ventana de su oficina.

Shizune: ¡Esa es Sarada! ¡Pero ese Susano'o es enorme y distinto! ¡¿Cómo es posible?! Me recuerda al de Uchiha Madara...

Salió corriendo del hospital en dirección a la Mansión Hokage.

La Uchiha acababa de aterrizar en la azotea de allí.

Shizune: ¡Sarada!

De rodillas y con los ojos cerrados y sangrando, Sarada gritó sin perder tiempo.

Sarada: ¡Encárguese de Boruto primero! ¡Algo le sucede a su corazón!

La jefa de medicina de la aldea respondió sin titubear.

Mientras el Hokage ayudó a Sarada a recomponerse, y la llevó al hospital de inmediato.

-----------------------------------------------------------

Abrió los ojos, pero todo estaba oscuro.

Llevó sus manos hasta la cabeza y allí se percató.

Sarada: Ahhhhhhh. Mí vieja amiga la venda. No te extrañaba para nada...

Shizune: Descuida. El daño no fue tan grave como la última vez. En unos tres días podrás sacártela.

Shizune era ahora la encargada del hospital de Konoha y de todo lo respectivo con la salud en la aldea.

Sarada: ¡¿Cómo se encuentra Boruto?!

Shizune: Estable.

Sarada: ¿Qué sucedió?

Shizune: Insuficiencia cardíaca por una arritmia.

Sarada: ¿Alguna solución?

Shizune: Sí. Cirugía.

Sarada: ¿Cuándo?

Shizune: Dentro de unos tres días también. Estamos esperando que mejore un poco su condición basal.

Sarada: ...

La Uchiha estrujó las sábanas.

Shizune: Y en cuanto a tus ojos... Tuve que hacer una pequeña intervención quirúrgica. Estuviste a unos simples segundos de daños graves.

Sarada: No tenía otra opción.

Shizune: Lo sé.

El golpe en la puerta y la posterior presencia del Hokage llamó la atención de ambas.

Konohamaru: Hola Sarada ¿Cómo te encuentras?

Sarada: He estado mejor...

Konohamaru: Bueno... para el sarcasmo de requiere mucha energía. Lo tomaré como algo bueno jaja.

Shizune: En unos días retiraremos la venda y evaluaremos.

Konohamaru: Genial.

Sarada: Fallamos la misión- dijo seca, avergonzada e impotente.

Konohamaru: No te preocupes por ello. Sí quisiera saber, con detalle, qué fue lo que sucedió.

Luego de que la Uchiha explicará todo lo que sucedió, Shizune y Konohamaru dejaron la habitación.

Sarada debía descansar. Aún su cabeza dolía.

Sarada: Espero que te encuentres bien Baka...- dijo al acomodarse para volver a dormir.

-----------------------------------------------------------

Los tres días pasaron, permitiendo que la pelinegra pueda retirarse la venda.

Shizune: ¿Y bien?

Sarada: Todo pareciera estar normal. Debería probar mis gafas

Se acomodó el cabello por detrás de las orejas y se colocó los lentes.

Shizune: ¿Ahora?

Sarada: Veo borroso... pero no mucho.

Shizune: Bueno... podría haber sido peor.

Sarada: Supongo...

Shizune: Pediré para que te hagan otras gafas. De inmediato.

La mayor de las dos se puso de pie para marchar, pero fue interceptada por la joven.

Sarada: Shizune-san. En cuanto a Boruto...

Shizune: La operación se llevará a cabo en unas horas. No la puedo retrasar. Tampoco puedo permitirte entrar a verlo.  Lo siento.

Sarada: Comprendo.

El momento llegó.

Sarada estaba nerviosa como nunca antes.

Caminaba de un lado para el otro en la puerta del quirófano.

Shizune: Sabes que aún no ha empezado la operación ¿verdad?- con una sonrisa, tratando de aligerar las cosas.

Sarada: Las dos sabemos bien los riesgos de una operación a corazón abierto.

Shizune: Te prometo que yo y el equipo de cirujanos haremos lo mejor que podamos.

No obstante, Sarada estaba inconsolable.

Decidió salir a caminar por los jardines del hospital.

Volvió unas 2hs horas después, pero aún no había terminado la operación.

La noche estaba cayendo sobre sus cabezas y todavía nadie cruzaba esa puerta para decirle que todo estaba bien.

Estaba comenzando a esperarse lo peor.

A sentir escalofríos y angustia irremediable.

Fue allí cuando Shizune atravesó la puerta lentamente.

Con una cara fatal.

Digna de quién estuvo haciendo un arduo trabajo de concentración por horas.

Sarada: ¡Shizune-san...!

La mujer suspiró y vio a Sarada directo a los ojos.

Shizune: Hicimos todo lo que pudimos. Salió bien. Se encuentra estable. Solo resta que evolucione de manera favorable.

La princesa Uchiha simplemente respiró hondo y cerró los ojos.

Aún no podía asimilarlo.

Shizune: Tranquila. Ve a casa y descansa. Mañana te dejaré que lo veas.

Sarada: Sí.

Dicho esto, ambas se despidieron.

Shizune volvió al quirófano y Sarada comenzó a caminar en dirección a la salida.

Pero a penas volteó en uno de los pasillos, dejó caer su cuerpo al piso y comenzó a llorar desconsoladamente.

Se tapaba la boca para que nadie la oyera.

Aprovechaba que era de noche y las probabilidades de que alguien la viese ahí eran pocas.

Pero es que no podía moverse.

Toda la angustia y los sentimientos de impotencia durante tantas horas estaban saliendo a chorros.

Sus manitas no alcanzaban a limpiar la cantidad de lágrimas que le salían.

Fue cuando alguien posó la mano sobre su hombro.

Al levantar rápidamente la cabeza, allí la vio.

Era su mejor amiga.

Cho-cho: ¿Qué sucedió?

La Uchiha se puso de pie rápido y hundió su cara en el pecho de su amiga.

Comenzó a llorar mientras trataba de responder.

Sarada: ¡Todo salió bien Cho-cho! ¡Se encuentra con vida!

Cho-cho: Me alegra mucho oír eso amiga ¿y tú cómo te sientes?

Sarada: Feliz. Y como una estúpida.

Cho-cho: ¿Por qué?

Sarada: Porque no puedo negarlo más. Lo amo. Si lo perdiera no podría seguir. No puedo olvidarlo. Estoy loca por él.

Ahora la Akimichi aprovechó el llanto aún más fuerte de Sarada y la abrazó con más intensidad.

Cho-cho: Bueno. Entonces has tomado una decisión al respecto...

Sarada: Sí...

Cho-cho: Eso es todo lo que quería para ti. Que no quedaras estancada. Lo que sucederá ahora, dependerá de ustedes.

Sarada: Gracias Chou. Te debo la vida.

Cho-cho: Vayamos a comer algo amiga y a descansar.

Sarada: Sí. Quiero volver mañana a visitarlo...

Ambas salieron del hospital abrazadas.

-----------------------------------------------------------

Al día siguiente, Sarada llegó por la tarde para visitarlo.

Shizune: Recuerda las normas de bioseguridad.

Sarada: ¡Sip!

Luego de esterilizarse y ponerse la vestimenta adecuada, la Uchiha pudo ingresar a ver a su amigo.

Allí estaba.

Dormido.

Conectado a muchos aparatos.

Con la pierna derecha rota y una gran cicatriz en el pecho, que hacía juego con la de su ojo derecho.

Quería ya verlo despierto y tenerlo en sus brazos.

Sarada: ¿Cuánto tiempo estará aquí?

Shizune: Mhhh bueno... lo primero es que despierte. Luego estará en evaluación aquí unos días y más tarde pasará a una habitación normal. Allí podrás visitarlo nuevamente.

Sarada: De acuerdo. Gracias por permitirme pasar aquí Shizune-san.

Shizune: Bueno... No fue tanto un favor. Es también parte de tu formación médica.

Sarada: Hablando de eso, debo ponerme al día con los estudios. Así que volveré a penas Boruto se encuentre en la sala común.

Shizune: Sí. Recuerda tu examen de la próxima semana.

Sarada: ¡Por supuesto! ¡Gracias Shizune-san!

Los días pasaron y la Uchiha fue notificada con que ya podía ver a su rubio.

Dejó absolutamente todo lo que estaba haciendo y corrió hacia el hospital.

Al entrar, se encontró con Boruto durmiendo y a Shizune a su lado, tomando nota sobre sus constantes vitales.

Sarada: ¡Buenas tardes Shizune-san!

Shizune: Hola Sara ¿Cómo estás?

Sarada: Nerviosa realmente jaja.

Ambas miraron al rubio.

Sarada: Vaya que se lo ve cansado.

Shizune: Sí. Debido al dolor no ha podido dormir bien estos últimos días. Le aplicamos algunos calmantes.

Sarada: ¿Duele mucho?

Shizune: Bueno, en principio, sí. Las maniobras para abordar el cuerpo son bastante invasivas. En incluso su propio corazón debe acostumbrarse a la intervención y a funcionar como siempre. Imagino que será algo doloroso.

Sarada se sentó y sacó un pequeño libro que se puso a leer.

Era de medicina.

Shizune: No pierdes tiempo ¿Verdad? Jaja.

Sarada: ¡Tengo que estar preparada para ayudar a la gente! ¡Para ser una Hokage como Tsunade-sama! Y para ayudar a quienes me importan...- algo melancólica observando a su amigo.

Shizune: ¡Así se habla niña! Debo irme. Te dejo como encargada especial de Boruto eh- con una actitud pícara.

La Uchiha se ruborizó y tartamudeó.

Sarada: ¡Jajaja lo cuidaré mejor que nadie!

Las horas pasaron volando.

Cada tanto, entre párrafo y párrafo, Sarada levantaba la vista a su rubio.

Cerró el libro y bostezó.

Estaba viendo a Boruto mientras comenzaba a quedarse dormida, hasta que finalmente el sueño la venció.

Se despertó unas horas después.

Sintió una presencia en la habitación y efectivamente alguien había allí.

Una persona encapuchada que se aproximaba a Boruto.

Exactamente como aquella vez cuando Jigen quiso secuestrarlo.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

La imagen utilizada pertenece al manga de Boruto: Naruto Next Generations.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top