Cap. 4: Shurikenjutsu
-¿cómo lo haremos Papá?- preguntaba una ansiosa pero seria Sarada.
Ella y su padre se encontraban en un campo de entrenamiento.
-El entrenamiento del sharingan consiste en su maduración, uso y rendimiento. Verás, su uso es esencial para que puedas dominarlo a la perfección, así como saber cuándo y dónde usarlo. En tanto su rendimiento hace referencia a cuánto chakra utilices cada vez que está activo. Para entrenar esas dos variables quiero que mantengas el sharingan activo el mayor tiempo posible del día.
-¿y en cuanto a la maduración?
-Ese es un paso posterior. Una vez que logres dominarlo a la perfección solo le faltaría evolucionar, o sea, conseguir tomoes. Pero eso quedará pendiente hasta que logres mejorar en los primeros objetivos.
-¡Sí Papá! ¡me esforzaré mucho!
Sarada estaba más que decidida a convertirse en hokage. Y uno de los pasos limitantes era dominar al milímetro su dojutsu.
-Por otro lado. Además de mantenerlo activo quiero que lo utilices en batalla. Sabiendo en qué momentos es más prudente utilizarlo o no. Recuerda que si le das un uso innecesario el oponente puede sacar ventaja de tus debilidades.
-¡¿y para eso tendré que pelear contigo Papá?!
Sonaba como una locura. Pero Sarada tenía como una de sus metas para ser hokage ser un ninja tanto o más fuerte que su padre. De manera que un día debería enfrentarlo.
Para su lamento este no era el día.
-No. Verás...
El Uchiha fue interrumpido por el rubio menos oportuno de la aldea y el hijo de Orochimaru.
-¡Sasuke-san! ¡quiero que me entrene!- mientras caía en un salto
-Ahhhh. Ahí está ese baka de Boruto otra vez...
-Sasuke-san, ¡tenemos que seguir con el entrenamiento!
Sasuke serio e inmutado como de costumbre:
-Sarada, Boruto, escuchen. Debo irme de la aldea un tiempo en busca de algún rastro del Ootsutsuki restante. De manera que entrenarán por su cuenta.
-¿cuándo te vas Papá?
-Mañana.
Sarada, como todo Uchiha, era una maestra en esconder cualquier tipo de sentimiento desde el exterior. Pero la parte que heredó de su madre le impedía no ponerse triste cada vez que su padre se marchaba y eso se reflejaba fielmente en su rostro. Cosa que no pasó desapercibido (de milagro) por su compañero.
-De acuerdo Papá.
-Así que Sarada, cuando vuelva quiero ver cuánto has mejorado. Y tú Boruto, quiero que en mi regreso ya domines las bases que te enseñé. Sobretodo el lanzamiento de shurikens. Eres muy malo en eso.
Una burlona risita no pudo evitar escapársele a la pequeña Uchiha.
-¡Oye! ¡no te rías!- el enfadado rubio- lo prometo Sasuke-san. Sólo déjamelo a mí.
-De acuerdo. Eso es todo. Debo irme.
Y veloz como un rayo el Uchiha desapareció.
-¿Mitsuki quieres entrenar conmigo?- A palabras de Sasuke, Sarada necesitaba entrenar el uso de su sharingan y para eso un compañero era ideal.
A su vez, sin darse cuenta de por qué pero consciente de que lo hacía decidió aislar al rubio de su entrenamiento.
-Un momento chicos ¿y yo qué?
-Entrena tu lanzamiento de shurikens o haz otra cosa. No lo sé.
-¿por qué no peleamos tu y yo y pruebas tu sharingan?
-Porque no quiero darte una paliza baka.
A estas alturas Boruto y Sarada estaban cara a cara mostrándose los dientes con enfado.
Hasta que Mitsuki decidió intervenir.
-Boruto, creo que Sarada tiene razón. Sasuke-san dijo que mejoraras en el lanzamiento de shuriken. Luego entrenaremos los tres en batalla.
-Ahhh odio cuando te pones de su lado.
Así, ambos entrenamientos comenzaron por separado.
Al cabo de un tiempo, cuando Sarada comenzó a jadear, Mitsuki decidió terminar el entrenamiento. Era lógico, Sarada no estaba acostumbrada a utilizar el sharingan tanto tiempo.
Por lo que decidieron acercarse a observar el entrenamiento con shuriken de Boruto, sí, el cual era desastrozo. Después de verlo fallar una, y otra, y otra (y otra) vez:
-Ahhhh ¡es imposible darle a todos los blancos!
La relación de Boruto y Sarada era indescriptible con palabras (a menos que se usen dobe, teme y baka) tanto para mí como para ellos.
Pero algo había que afirmar con total seguridad: que se querían. No importa cómo. Si amigos, pareja o hermanos. Lo importante es que a preocupaban uno por el otro. Y el deseo de que el otro mejore era sin dudas mutuo.
-Ay baka- haciendo un facepalm- déjame ayudarte. Lánzalos de esta manera.
Y como si de Itachi se tratara, Sarada dio a todos los blancos. Inclusive a los ubicados en los puntos ciegos.
Boruto quiso imitar su movimiento. Pero al cabo de unos 6 intentos desistió.
-Aggg no puedo. Esto es inútil-tebassa.
Cansada de los quejos del rubio la Uchiha tomó cartas en el asunto.
-Mira baka, esto es así- y posicionándose detrás de él con su mano izquierda lo tomó por la cintura y extendió su brazo derecho con el cual tomó la muñeca del brazo derecho de Boruto el cual también estaba extendido- primero posiciona bien tus caderas para balancear mejor el peso- y con un leve movimiento de su mano izquierda lo acomodó- y ahora relaja la muñeca...
-Pe... pe... pero...
-¡QUE LA RELAJES!
-¡sí!
-Ahora haz este movimiento con tu muñeca varias veces y luego repítelo pero con las shuriken.
Mientras toda esta didáctica instrucción se llevaba a cabo Boruto sólo atinó a sonrojarse cuando sintió las manos de la Uchiha. Una en su cadera y otra en su muñeca. Se sentía raro. ¿por qué su compañera de equipo le hacía sentir esto? La conoce desde infantes ¿qué era ese sentimiento raro? No lo sabía, pero era sin dudas el que lo hacía sonrojarse y tartamudear.
-Vamos baka. Lanzemos una juntos y luego lo haces sólo.
-S... s... ¡sí!
*¿qué le pasa a este tonto? Nunca es tan obediente ni tartamudea*
Y con la habilidad de la Uchiha en solo el primer intento dieron al blanco más difícil del campo.
-¿ves que puedes lograrlo menzo?- lejos de querer molestarlo, su comentario fue dirigido para incentivar a ese tonto rubio.
¡Lo hize!- mientras reía de felicidad- ¡lo hice! ¿lo viste Mitsuki?
Para sorpresa de ambos Mitsuki ya no se encontraba allí ¿hace cuánto había desaparecido? De una manera muy inteligente los había dejado solos.
Ambos notaron su ausencia y tardaron unos segundos en ver la posición en la que estaban: Sarada casi abrazando a Boruto.
Como medida inmediata se separaron completamente sonrojados.
-Lo... lo... lamento... yo...
-Sa... Sa... Sara... da... yo no...
-De... recordé que debo hacer algo ¡debo irme!- y con una media vuelta decidió escapar.
Pero al querer dar un paso cayó de rodillas al suelo.
El sharingan.
Tenerlo activo todo el día la agotó por completo.
¡Sarada! Cuidado puedes lastimarte- mientras trataba de levantarla.
-Sí baka. Es sólo que me quedé sin chakra por el sha...- y diciendo esto la Uchiha se desvaneció en los brazos del rubio.
-¡Sarada! ¡Sarada! Rayos, debo llevarla con su madre.
Boruto decidió cargarla gentilmente sobre su espalda llevando a su casa.
Saltando de techo en techo con su compañera dormida sobre su espalda se le vino a la mente las imágenes que acababan de acontecer: Sarada tomandolo por detrás, Sarada generándole ese sentimiento raro, Sarada ayudándolo...
En unos minutos llegó a la casa Uchiha y golpeó la puerta. La cual fue abierta por Sakura.
-Boruto, hola ¿qué le pasó a Sarada? ¿utilizó mucho tiempo el sharingan?
-Así es ¿cómo lo supo?
-Pues, estaba al tanto de su entrenamiento. Su padre me lo dijo.
-Ya veo.
-Gracias por traerla Boruto. Eres muy buen chico- otra vez que el chico se sentía raro. Pero feliz- ¿puedes recostarla en el sillón? Yo la atendere en un segundo.
-Sí.
Dejando a su compañera dormida en el sillón sólo se limitó a verla. Pero no a verla, no a observarla.
Más bien a contemplarla.
Por más que hayan sido unos segundos le bastó para tener una imagen mental de que su compañera de equipo, cuando no está regañándolo ni gritándole, se veía linda.
Pero el poder de ignorar o no entender sus propios sentimientos era incluso más grande que el chakra del Nanadaime.
Por lo que no le dio importancia.
-adiós Boruto, ¡y gracias!
-¡hasta luego Sakura-obasan!
Sakura atendió a su hija que despertó en unos minutos gracias a su ninjutsu médico.
-Mhhhh ¿mamá?
-Hola hija
-¿qué pasó?- preguntó mientras se levantaba de golpe
-Te quedaste sin chakra por el uso del sharingan. Va a ser frecuente al principio del entrenamiento.
-Ya veo. Gracias por traerme- mientras su madre se iba hacia la cocina.
-De hecho Sarada. Fue Boruto quien te cargó hasta aquí.
Ante esas palabras la azabache solo atinó a sorprenderse y abrir los ojos de tamaño.
*¿el baka de Boruto me cargó hasta aquí? ¿quién se cree ese tonto?
-Mhp- respondía de manera fría- me voy a descansar Mamá. Hasta mañana.
-Vamos hija. No seas así, fue un lindo gesto- cuando Sarada estaba por responder por puro orgullo- eso es típico de Naruto cuando era joven- mientras recordaba y reía la pelirrosa.
-Él no es como el Nanadaime. Él es un baka- mirando a otro lado enfadada
Como tu digas Sarada...- en un tono de burla
La azabache se retiró y al momento de entrar a su habitación dejó escapar una sonrisa mientras apoyaba su puño cerrado en su pecho.
*baka Boruto. Shannaro*
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Eso fue todo de momento. Gracias por leer!
Agradezco mucho a la gente que estuvo leyendo y votó en las otras partes de mi historia. En verdad muchas gracias a ustedes!
Hasta la próxima.
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