POV SARADA

De un segundo a otro, todo se nubló y sentí que me desmoronaba.

Era otro desmayo.

Maldita sea. Mierda que soy débil...

Al despertarme (con dificultad), y sin abrir los ojos, pues el amanecer golpeaba con fuerza en mi retina, comencé a escucha unas voces.

Eran mis padres.

Papá: ... de ser así, resolviste muy bien la situación de la cabaña.

Mamá: ¿tú cómo supiste que eran impostores?

Papá: Nunca le indiqué a Naruto nuestra ubicación exacta. Le doy un aproximado y si es muy urgente el asunto, con su percepción del chakra nos encontraría con facilidad.

Mi Papá y el Nanadaime son increibles. Piensan en todo.

Y mi madre no se queda atrás...

Mamá: Estamos por llegar. Despierta a Sarada.

-Ya desperté- contesté mientras me despegaba del regazo de mi padre.

Al abrir los ojos vi una hermosa imagen del amanecer en las cercanías de la aldea.

Volteé a ver a Boruto que aún dormía y tenía ese gran parche en el ojo derecho, y es mi culpa...

Por su parte, mi madre llevaba puesta la capa de mi padre para tapar los desperfectos que la explosión dejó en su ropa.

Papa: De acuerdo Sarada. Ve a casa, dúchate y duerme un poco. Lo necesitas.

Mamá: Si nos necesitas yo estaré en el hospital y tu padre con el Hokage.

-Sí-

Al deshacer el Susano'o nos encontrábamos en la azotea de la Mansión Hokage.

Tenía la estabilidad física para ir saltando entre los techos y llegar rápido a mi casa.

Al salir de la ducha logré conciliar el sueño de manera muy rápida.

Al fin un poco de paz...

Al despertar noté que ¡era de noche!

Salí de mi habitación en busca de mis padres. Pero no se encontraban allí.

Decidí correr hasta el hospital a ver a Mamá y a Boruto.

Pero de camino a este, comencé a notar varios desperfectos en la aldea.

Es decir, había casas destrozadas y se veían columnas de humo lejanas a mi ubicación.

¡Al llegar al hospital me encontré con una gran montaña de escombros!

Debía encontrar a mi madre y a Boruto rápido.

Busqué varios minutos pero no pude encontrar si quiera a otras personas.

Un golpe realmente fuerte por la espalda me sacó de mis pensamientos.

Al rodar unos metros me recompuse para ver quién había sido.

Mis ojos no lo podían creer. Era ese sujeto de nuevo. Mi padre no lo había acabado.

Se acercó con su Susano'o verde mientras creaba una lanza del mismo color para este.

De una estocada trató de atacarme con dicha arma mientras se acercaba, pero pude saltar hacia atrás para esquivarlo.

El movimiento tuve que repetirlo unas 3 o 4 veces más, debido a que sus ataques no cesaban.

Sin embargo, fue suficiente. Llegué a un punto dónde mi espalda dio contra un árbol y no tenía escapatoria del siguiente ataque.

De manera que al acercarse la gigantesca arma solo atiné a cerrar los ojos.

El ruido de la carne desgarrada se oyó y las gotas de sangre se hicieron presentes en mi rostro.

Algo andaba mal. Yo no sentía dolor.

¿a caso ya estaba muerta?

Al abrir los ojos lentamente vi una cabellera rubia de mi estatura, pero su dueño se encontraba arrodillado en el piso tomándose el rostro.

Ahí fue cuando entendí que Boruto se interpuso en el ataque de este sujeto

¿otra vez?

Al acercarme y contenerlo no pude articular casi ninguna palabra.

Verlo así me generaba puro llanto.

-¡Boruto! ¡lo lamento, por... por mi culpa otra vez...-

Mis palabras se detuvieron debido a la fuerte jaqueca que comencé a atravesar.

Solo podía, escuchar una especie de chillido y cerrar mis ojos lo más fuerte que pueda.

Al abrirlos me encontré muy agitada y llorando sobre una cama.

Era mi habitación.

Fui rápidamente al baño y pude dar fé del avistamiento de mi madre.

Tenía el sharingan activado, y las dos aspas.

Lavé mi rostro, me calmé y volví a mi habitación.

Recién fue cuando noté que era de noche.

¿acaso fue un sueño?

Ojalá lo haya sido. No sé si mi corazoncito aguantaría otra vez tener a Boruto al borde de la muerte.

Busqué a mis padres por la casa, pero estaba todo oscuro, denotando la ausencia de gente.

Entonces recordé las palabras de Mamá. Ella estaría en el hospital y Papá con el Nanadaime.

Partí en seguida al hospital.

Cuándo tomé la manija de la puerta, tragué saliva y recé porque haya sido un sueño y los destrozos en la aldea y mi amigo herido, fueran una mala broma de mi mente.

Salí y respiré tranquila.

Ni edificios destruidos, ni columnas de humo.

Al acercarme al hospital también vi que estaba intacto y con sus luces encendidas.

Que alivio.

Al pasar por la recepción, enfermeras me detuvieron.

Con total seguridad se referían a mí por mi nombre. Pues, fui tantas veces allí en busca de Mamá o a llevarle el almuerzo, que ya me conocían de niña.

Enfermera: Hola Sarada. Tu madre no está disponible ahora. Acaba de comenzar una operación a corazón abierto y puede llevarle muchas horas. Lo mejor será que vuelvas mañana.

-Tengo un amigo que se encuentra internado aquí ¿puedo verlo?-

Enfermera: Lo lamento hermosa. Pero el horario de visita terminó y no podemos ser flexibles con él cuando no se encuentra tu madre...

-Ya veo. De acuerdo, adiós-

Al salir, pensé en colarme por la ventana pero no quería más problemas de momento. Mañana vería a Boruto sin falta.

Entonces, me encaminé a ver a Papá en la oficina del Nanadaime.

Sinceramente no tenía una coartada para ir a verlo. Pero necesitaba la contensión de alguien y sólo quedaban ellos.

Bueno, y Cho-cho. Pero no la despertaría a media noche.

Al llegar a la oficina, golpeé la puerta pero nadie respondió.

Entré con cuidado y pidiendo permiso pero nadie había allí.

Al parecer todos tenían algo importante que hacer y yo seguía siendo débil y buscando alguien en quién refugiarme.

De una media vuelta decidí irme.

Al dejar el recinto creí escuchar algunas voces en la azotea, pero hice silencio y no volví a oirlas.

Debía estar cansada.

Pero no de esos cansancios en donde uno sólo tiene sueño.

Si no que estaba cansada de todo lo que me atormentaba. Mi cuerpo dolía pero de la vida misma.

Sería mejor descansar y mañana empezar un nuevo día.

Al llegar a mi habitación nuevamente, volví a sentir esa horrible sensación, símil a cuando desperté de la pesadilla.

Pero al cabo de unos minutos volví a dormirme.

Es extraño. Pero esos días en los que más duermes, es cuando más cansado estás...

FIN del POV SARADA

...

Un portal interdimensional se abría en los parámos de un planeta de tierras amarillas y cielo violeta.

Muy pocos árboles decoraban la vista y todos parecían estar muertos o muy débiles.

De el portal, salía un Ootsutsuki.

Urashiki: Al fin encontré una dimensión que conecte ese asqueroso planeta con el mío.

Luego de sacudir el polvo de sus ropas, emprendió una tranquila caminata en lo que parecía un terreno un poco desolado.

Tras un lapso de tiempo, pudo divisar de manera clara una increíble construcción.

Una especie de castillo, pues las torres y murallas lo alentaban a serlo, pero de una arquitectura un poco distinta a la vista en el planeta tierra.

Nada imposible para los seres de la Vía Láctea, pero sí raro de ver.

Urashiki: Nunca creí que odiaría tanto volver a este lugar.

Al terminar de gruñir, continuó hacia el palacio.

En su llegada fue detenido por unos sujetos de índole similar a él.

También Ootsutsukis.

Su labor parecía ser la de los guardias. Pues llevaban lanzas hechas de un material rojo brillante, parecidos a su anzuelo.

Estos guardias se asombraron al ver de cerca a Urashiki.

Guardia: Urashiki-sama... adelante...

Gozó de la reverencia ajena y continuó su camino por el castillo.

En su lento andar se podían ver por todas partes del zaguán inicial, una enorme cantidad de gigantes y blancas estatuas de otro Ootsutsuki, muy similar a las vistas en los palacios de Kaguya.

Unas largas cortinas que imitaban el color del cielo llegaban casi a contactar con el suelo.

Atravesó una gigantezca puerta de metal que daba a entender la magnitud de la construcción y entró al salón principal.

Allí lo esperaba en un trono, sobre una plataforma al cual se accedía a través de una pequeña escalera, el Ootsutsuki que aparecía moldeado en las estatuas.

Y a sus alrededores, varios Ootsutsukis de índole femenina y masculina.

???: Veo que al fin llegas... ¿dónde están Momo y Kinshiki?

Urashiki: Veo que me esperaban con ansias...

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