La fricción entre ambos cuerpos causó varias reacciones en el cuerpo de Momo, dios que vergüenza. Rápidamente Hirai soltó el cuerpo de Nayeon y corrió hasta su cuarto, tomando ropa para dirigirse al baño. Pasó por la puerta de la coreana y dijo:

—Voy a ducharme, cuando termine puedes hacerlo. Iré a la uni, no sé tú pero yo ya perdí como tres clases. —dijo Momo nerviosa, su rostro estaba rojo como un tomate.

Entró al baño rápidamente y cerró la puerta con seguro, suspirando pesadamente. Miró abajo, observando la humedad que se estaba formando en su ropa interior. ¡Demonios! ¿Acaso se había excitado con aquel roce? Debería estar volviéndose malditamente loca.

Ignoró aquello y comenzó a quitarse la ropa para ducharse, tratando de no gemir cuando su ropa interior rozó su entrepierna. Se metió a la ducha y abrió la llave del agua fría, debía calmarse. Se metió bajo el caudal, sintiendo algunos escalofríos golpear su cuerpo. Tomó el shampoo y se lo colocó en el pelo, haciendo masajes en su cuero cabelludo.

Se lavó el cabello rápidamente, no quería pasar mucho tiempo bajo el agua fría. Dispuesta a lavarse el cuerpo miró hacia abajo, notando que aún se sentía excitada. Su mano bajó distraídamente hasta su centro, masajeándolo suavemente. Pego sus labios fuertemente formando una línea, para no soltar ningún gemido que pueda alertar a su roommate. Su mano masajeaba su punto a un ritmo constante, buscando llegar al orgasmo lo más rápido posible, buscaba liberarse de ese problema lo más rápido que pueda.

Estaba tan perdido en los espasmos que le provocaba el agua fría con su cuerpo caliente que no se dio cuenta que sus pensamientos divagaron en algo que no haría estando cuerda. La imagen del cuerpo de Nayeon apareció en su cabeza, hipnotizándola. No era ella de verdad claro, era una simple imagen que su mente hizo, imaginando como sería el cuerpo de la menor.

Dios, ¿Qué mierda le estaba pasando? ¿Acaso se está masturbando con el pensamiento de su roommate?

Su ducha terminó luego de limpiarse completamente, ya saben por qué. Cerró la llave y salió de la ducha, tomando una toalla para comenzar a secar su cuerpo. Ya estando seca paso la toalla por su cabello, dejándolo húmedo pero no goteante. Se vistió lo más rápido que pudo y salió del baño, divisando a Nayeon vestida y con una mochila en el hombro derecho, terminando de colocarse la zapatilla.

— ¿A dónde vas?—preguntó Momo, se arrepintió de preguntar aquello al instante, había usado un tono de reprocho o quizás posesivo, demonios ¿Qué le estaba pasando hoy?

—Una amiga está enferma y necesita que la cuide, volveré en tres días creo. No te preocupes, ya le avisé a mi jefe y al preceptor de mi universidad, tengo dinero y ropa extra, voy a estar bien. Bueno, bye. —dijo Nayeon tratando de sonar lo más convincente posible, para luego correr a la puerta y salir de allí.