»Capítulo 5

Las sonrisas pueden ser tatuadas en la mente para siempre.

»«

—Jhandra, ¡qué emoción mañana te gradúas!, ¿Cómo te sientes, hermanita? —pregunta a mi lado Vanny.

Desde hace mucho que dejó la institución, ahora vive con Zinedy, ya que ambas están haciendo una carrera en la universidad.

—Nerviosa, el tiempo ha pasado volando, pero por fin me graduó Y también mañana veo a Aryek —expreso emocionada y con una sonrisa bobalicona.

Llevo más de dos semanas que no lo veo, como ya está en la universidad, soy la única que falta por abandonar la institución.

Nuestra relación es lo más bonito y sincero que me ha pasado. Él me llama todos los días, salimos cuando son los tiempos libres y está allí cada tanto que lo he necesitado, ahora está estudiando para ejercer de policía, ese es su más grande sueño y yo estaré a su lado para apoyarlo.

Desde que nos conocimos nos volvimos inseparables, es mi mejor amigo y ahora es mi primer y único amor, tenemos muchos planes a futuro y en eso está el de obtener nuestras carreras y formar una familia.

Sus padres para mí han sido los míos también, son unas de las personas más buenas y amorosas que he conocido, recuerdo una de las tantas comidas a las que he ido:

«Estoy un poco nerviosa, siempre me pasa lo mismo cada vez que estoy aquí. Me aferro a su mano y él abre la puerta, nos dirigimos hacia el salón y allí están... Cristhy llega a mí y me da un abrazo y un beso en la mejilla.

Hola mi pequeña, ¿Cómo estás? cuestiona con una ternura natural en ella, me sonríe y la imito.

Estoy bien y ¿ustedes cómo están? pregunto, el padre de Ar llega a nosotros con una sonrisa y en su mano lleva un vaso lleno de un líquido marrón, imagino que de alcohol.

Muy bien Jhandra, pasemos a almorzar me supongo que vendrán con hambre. Él se ríe y lo imitamos.

Es muy parecido a Aryek con su cabello castaño y sus ojos oscuros, en cambio Cristhy ella es una rubia hermosa y sus orbes son como marrón y amarillo en sus pupilas. Ambos hacen una pareja preciosa.

Nos sentamos en la mesa y nos enfrascamos en una conversación.

Hijo... ¿Ella era tu niña roja? La miro confundida─. Sí, recuerdas una vez que nos preguntaste si las niñas rojas existían. Ella sonríe, observo a Ar, este baja un poco su rostro y sé que está avergonzado, pero aun así me regala una media sonrisa

¡Mama era un niño!, No lo recuerdo Resopla y se pasa una mano por su cabello.

Sonrío y las mejillas las siento arder.

Pues yo sí, al final te quedaste con tu niña Roja.Sonríe con picardía y yo solo quiero golpear a Aryek por colocarme en esta situación.

Tienes razón madre, encontré a mi Jazba Roja —susurra para sí mismo, sin embargo, escuché, lo observo y no sé dónde esconder mi rostro por la vergüenza, molestia y la emoción que esas palabras me provocan.

Escucho las risas de sus padres y los cuatros nos unimos al unísono».

Suspiro y sonrío al recordar ese día.

Mañana es mi graduación junto con Arthur, él es como mi hermano, mi mejor amigo y junto a mi hermana y Aryek son mi familia.

—¿Cómo te va con tu marinovio? ─bromeo codeándola, estamos en mi cama mirando el techo.

─Está bien, mañana espero pueda venir a tu graduación y así presentártelo, él es el hombre de mi vida, tenemos planes hasta de casarnos. ─Ríe y sus ojos brillan de felicidad.

—Hermanita, me alegra que estés feliz... —La abrazo—. Te amo, nunca te lo he dicho, pero hemos aguantado y pasado, por tanto, que gracias a todo eso hoy estamos aquí. Tú en la universidad, enamorada y con vistas a una vida plena y feliz y yo a punto de graduarme, teniendo a la mejor hermana, madre y amiga, un novio que da la vida por mí y que amo con locura y un amigo - hermano que me ha demostrado su lealtad ─confieso con la voz entrecortada y mis ojos a punto de desbordarse.

─Recuerdas cuando te dije que algún día te enamorarías. ─Me sonríe cómplice—. Es verdad que a veces se sufre, pero nada se compara con el sentimiento tan grande y hermoso de lo que significa el amor, en ese momento mi Jhandra se deja todo... Y se ama, se ama con locura, con libertad, pero sobre todo sé ama sin condiciones ni pasados. ─Termina de hablar dándome un abrazo de oso como solo ella sabe hacerlo. Sus ojos verdes aceitunas me observan con ese brillo que solo aparece en momentos tiernos como estos, sonrío de forma tímida y ella me da un beso en la frente.

A pesar de este momento necesito que ella sea sincera conmigo, siento que hay algo que me está ocultando.

—Vanny... ¿Qué sucedió hace unos días atrás que llegaste agitada y asustada?

Su rostro cambia a uno tenso.

─Nada importante, solo tuve una pelea con mi novio ─dice y por la forma que evade mi mirada, sé que está mintiendo—. Deja de preguntar tonterías y disfrutemos el día.

Dejo el tema por ahora, pero sé que algo me oculta, me levanto y voy hacia la cocina y comienzo a hacer el postre. Un mousse de maracuyá, ella comienza a hablarme de los compañeros de la universidad y así pasamos la tarde, vimos unas pelis, charlamos y nos comimos todo el dulce ya que es el favorito de Vanny.

Veo la hora y le aviso que es momento de arreglarnos para salir.

—¡Ay vamos! Que si no estamos lista nos matan —Me río porque es verdad, Zinedy y Arthur son tal para cual por eso se caen tan mal, son tan puntuales para irse de fiesta que si lo fueran para los estudios serían los mejores estudiantes.

Ella se alista en un dos por tres y yo en lo que más tardo es en peinar mi cabello rizado, me hago un semirrecogido, para que me quede a un lado de mi hombro. Termino y al rato estamos lista.

La puerta suena y voy hacia ella.

─Pero... Qué preciosidad vemos aquí ─Me agarra por la cintura y me da vueltas, yo río y le doy un manotazo—. Ya, ya lo sé, si el idiota de Aryek nos ve, me mata ─pronuncia alzando las manos en modo de rendición y le doy una mirada llena de reproche—, vale, no me meto más con él.

Chocamos nuestros puños y me atrae hacia él dándome un beso en la frente. Esta tan alto, ha cambiado mucho, comparado a ese chico que me ayudó, el que se acercaba pidiéndome la tarea una y otra vez y siempre haciendo sus bromas junto a James. Esos recuerdos son únicos, los tres hacíamos unos desastres y Aryek solo era un espectador de mis revanchas.

─Vámonos de una vez, ¡yuju nos vamos de fiesta! —exclama mi hermana, dando brincos, me empuja hacia afuera dándome una palmada en mi trasero.

Resoplo de manera divertida. Los sigo, Zinedy ya está en la entrada, esperándonos. Arthur me agarra del brazo y me aferro a él, estos tacones me van a hacer caer, me abre la puerta del coche entro y luego Vanny y Zinedy se sientan atrás, mi hermana no quiere aprender a conducir, siempre ha dicho que los coches y ella no se llevan bien.

Arthur entra y coloca música, nos dirigimos a un pub, a mí me gusta ir de vez en vez, recuerdo cuando fui con Aryek, nuestra primera vez en una disco, fue divertido, bailamos hasta cansarnos. No somos de fiestas, sin embargo, hay momentos en que nos gusta disfrutar y bailar, ese día recuerdo nos dieron de tomar algo llamado mojito, yo me tomé dos vasos y la felicidad se multiplicó, él en cambio pidió vodka, no era dulce, pero si muy fuerte.

Sonrío. Siempre pensar en él me acelera el corazón.

—Jhan... —Me llama, Arthur—. ¡Disfrutemos enana! Esta noche bailemos hasta cansarnos ─dice guiñándome un ojo.

Sacudo la cabeza riéndome y salimos todos del auto.

La música está retumbando por todo el lugar.

Mi hermana esta eufórica, hala a Arthur hacia a la pista, mientras que Zinedy y yo vamos a buscar algo de tomar. Llegamos a la barra y pedimos unos mojitos, pero esta vez sé que tengo que tomarlo poco a poco.

—¿No tomas Vanny? —pregunto al verla llegar agitada a la barra pidiendo un refresco.

─No, hoy no me apetece, recuerda que hoy te cuido yo, ya después para la próxima me cuidas tú ─exclama y me guiña un ojo y toma un sorbo de su bebida.

—¡Vamos a bailar, enana! ─Escucho detrás de mí, sus manos me llevan a la pista y comenzamos a movernos al ritmo de la música.

Al rato cambian a una más lenta.

Sus ojos grises de repente se clavan en los míos, están dilatados y sus manos se ciernen sobre mí cintura.

─Estás cada día más preciosa, Jhandra ─dice con la voz un poco ronca, su tono me pone en alerta, pero lo disimulo—, soy tu amigo Jhan, lo tengo muy claro, sé que tu estas con Aryek —masculla entre dientes, una de sus manos agarra la mía y me gira para luego volver a la posición en la que estábamos.

─A-arhtur ─Me estoy poniendo nerviosa y me siento incomoda, por las palabras que ha soltado—. ¿Qué te pasa? Estás actuando extraño—menciono alejándome de él, agarro su cara y lo traigo más cerca de mí, lo detallo.

Está drogado.

─Arthur...

─Nada, no tengo nada, voy a buscar algo de beber ─responde y de repente me abraza muy fuerte─, Te quiero Jhandra. ─susurra, asiento y le sonrío, a veces cuando está melancólico actúa de esa forma.

Aunque sé que no solo es eso lo que lo coloca de esa forma.

─Ven aquí, enana ─Zinedy me agarra de la mano alejándome de él, tropiezo con varios en la pista, pero al instante pido disculpa—. No sé adónde se metió Vanny. ─Observo a mi alrededor y la busco, pero no la veo por el lugar que está repleto de gente, le hago un gesto que la buscaré, ella asiente y se separa de mí.

─Es de mala educación pisotear a la gente y no pedir disculpas. —Escucho detrás de mí una voz suave y fría, giro sobre mis talones y lo veo.

Un chico muy atractivo, vestido con un pantalón de vestir negro y una camisa blanca con los primeros botones abiertos exponiendo un poco de su piel morena.

─Disculpa, estaba distraída, no fue mi intención —titubeo con un poco de incomodidad por la forma en la que me observa.

Trago saliva.

Él se acerca un poco más hacía mí y me asusto, el corazón me comienza a palpitar de manera acelerada.

─No te preocupes, todo demonio siempre sale del infierno en busca de un ángel y creo... Que ya lo encontré ─susurra cerca de mí, puedo oler su fragancia varonil, estoy paralizada, esto nunca me había pasado.

Cierro los ojos para calmar un poco los nervios y el miedo que tengo.

—¿Eh? No me interesa, tengo novio ─respondo al fin, abriendo los ojos y dando un paso atrás y recuperando mi espacio personal.

Él sonríe de manera torcida, es guapo no lo niego, pero su actitud me da un poco de temor.

─Eres fuego y belleza, un jodido ángel que necesito en mi infierno, Sirenita. ─Sus ojos miel no dejan a los míos, veo el cambio de emoción y me estremezco, sus dedos alcanzan un mechón rizado de mi cabello, puedo ver que, en su mano derecha, más preciso en la muñeca tiene un tatuaje—. Un placer haber coincidido con alguien como tú. ─Termina de decir y se aleja de mí.

Respiro lentamente.

El corazón me late muy deprisa.

Sacudo mi cabeza y me dirijo a los baños, abro y escucho arcadas. Me acerco y veo por debajo reconociendo a la persona en el cubículo.

—Vanny, ¿estás bien? ─pregunto preocupada.

Escucho ruido dentro y en un segundo abre la puerta, su cara se halla pálida.

─Estoy bien, Jhan —responde antes que comentara algo más—, no te lo iba decir porque quería que lo supiera primero el padre ─dice con una sonrisa bobalicona en su cara.

Abro los ojos sorprendida y mis manos van a mi rostro.

—¿¡En serio Vanny!?, ¿voy a hacer tía?, ¡voy a hacer tía! —exclamo pletórica, me acerco a ella y le doy un fuerte abrazo, repartiendo besos por toda su cara.

─Venga, vamos a casa, me siento fatal —menciona riéndose y la sigo negando con la cabeza, a veces es tozuda.

Busco el móvil y escribo un mensaje, engancho mi brazo con el suyo y salimos de allí.

─Le escribí a Arthur que nos fuimos, le avisara a Zinedy ─Río entre dientes al pensar en ese par, nos subimos al taxi y en quince minutos ya estamos frente a las alas de las habitaciones.

La veo sonreír, estoy tan feliz por ella, por esta familia que está formando. ─Jhan ya no serás la pequeña de la familia Bell. ─Se burla.

─No importa, estoy demasiado feliz para que eso me afecte ─ menciono divertida y la abrazo de nuevo, al instante mis lágrimas bajan mojando mi rostro. Me separo un poco y ella sonríe mostrando sus dientes y es la sonrisa más grande que he visto en toda mi vida.

—¡Estoy alegre! Me siento completa Jhandra, a mis veinte años puedo decir que pese a lo que vivimos soy y seré feliz, por ti, por este bebe y por la familia que hice al lado del amor de mi vida ─Sonríe cómplice observando detrás de mí─. Y hablando del amor de vida, mira llego tu romeo.

Se burla, niego con la cabeza riéndome, me giro y lo veo. Sin pensarlo corro a sus brazos y él me ataja con facilidad.

─Si esto va a ser cada vez que nos veamos te aseguro que vendré todos los días ─dice con su voz ronca en mi oído, haciendo que los vellos de mis brazos se ericen─, hola, mi hermosa Jazba. ─Sus ojos dan con los míos y sus labios se ciernen en mi boca.

El beso es demandante, apasionado y dulce a la vez.

─Te extrañe, mi Ar —confieso guiñándole un ojo, todos estos años con él he dejado que mi lado juguetón sobresalga.

─Vine a por ti, quiero que esta noche la pases a mi lado. ─Sus ojos negros brillan y me regala una sonrisa traviesa que me encanta, asiento y lo agarro de la mano para despedirme de Vanny.

─Hermanita, mañana temprano estaré aquí para que me ayudes arreglarme para el evento ─informo, le doy un abrazo y le susurro que cuide de mi sobrino.

─Sí, Jhandra cuídate mucho, estaremos bien ─dice con una sonrisa pícara.

Sus ojos olivas están dilatados por las lágrimas y éxtasis de felicidad.

Su cabello enmarañado y desordenado, pero su sonrisa es la más hermosa y radiante de todo el planeta en este instante.

Ese día fue la última vez que vi su sonrisa. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top