»Capítulo 47


Lo que él no sabe, es que mi alma lo eligió antes que yo me diera de cuenta.

»«

Todos estos meses hemos estado ocupados en los negocios de Grecia.

Intentado consolidar un acuerdo de paz entre las mafias internacionales y nacionales.

El camino será difícil, sin embargo, sé que lo lograremos.

Suspiro con pesadez.

Esta semana Dyclan ha estado muy estresado. Una banda se está saliendo de los lineamientos del acuerdo, a él le ha costado gran parte de su paciencia no tomar el asunto con violencia.

Me siento frente al espejo y veo mis ojos con un brillo peculiar en ellos, sonrío, y al instante los recuerdos me invaden:

«Vivo...

Él está vivo y frente a mí.

¿Pensaste que te dejaría ir? No Sirenita, soy un puto egoísta, regresé del infierno solo a por ti confiesa con su sonrisa torcida y mi corazón sufre un vuelco, niego con la cabeza y sin pensarlo me abalanzo sobre él—, yo también te extrañe, Jhandra. Ahora ¿A quién nos llevamos por el medio?

Al instante me sale una carcajada desde el fondo de mi ser.

Su forma de devolverme a la vida es acabar con otra, así es él, un hombre que a falta de luz le sobran balas y agallas.

Tu solución siempre será la de matar, ¿cierto? cuestiono divertida y lo observo, el dolor que sentí al perderlo... de solo imaginarlo, mi corazón sufre un vuelco─, Dy, gracias por estar aquí, me dolió perderte, no lo vuelvas a hacer.

Lo contemplo y sus ojos mieles están llenos de ternura y tranquilidad, es como si un gran peso se hubiese esfumado al escuchar mis palabras, al instante siento sus fuertes brazos alrededor de mí y solo anhelo quedarme allí, aspirando su olor para siempre.

Me suelta y me explica sus planes, mi respiración se corta al pensar que estará lejos de mí, él no puede dejarme, es la única persona en la que confío.

Él... Es la única familia que me queda.

Estar sola en la oscuridad es un alivio entre tanta luz llena de mierda, pero al estar con una mano sujetándote en el abismo, hace que el infierno que llevo en mí sea más soportable.

Lo escucho atenta y mis emociones y pensamientos se alinean en una sola decisión, mi venganza me llevó a él, pese al final de toda esta situación, siento mi alma en paz, al darme cuenta de que el mundo, por más que queramos cambiarlo, no podemos.

Cada uno vela por lo suyo e intereses, nadie se hunde por nadie, lo aprendí de una jodida y vil manera.

El gobernador tendrá una vida feliz y plena en una cárcel, ¿se puede pagar la injusticia de sus manos con un lugar lleno de beneficios y las necesidades básicas cubiertas? No, porque personas que luchan cada día en las calles, trabajando para sustentar a su familia, angustiados, estresados y sin delito alguno, no se pueden permitir ni siquiera obtener las necesidades básicas para vivir en buenas condiciones.

Sobreviven en este infierno llamado vida.

Por eso para mí, para Jhandra Bell, no existe el bien o el mal, todos somos una jodida especie de errores a cuesta, lo cual hace que dañemos constantemente al otro, inconsciente o consciente, siempre velaremos por nuestros propios intereses, llevando nuestras acciones hasta el límite.

Colócale un arma al hombre que ha perdido todo y descubrirás que es capaz de convertirse en su peor versión, dolor u odio deja el mundo ciego, pero el amor disfrazado y la maldita so/uciedad ofrece una humanidad... Sin ella.

Mi abismo esconde todos mis demonios que he cultivado y que llevo a cuesta cada día, el dolor nunca se ira, pero es mucho mejor que la cima que me arrebató todo sin remordimientos, donde mis manos manchadas si fueron juzgadas, en cambio, la de ellos, fue ignorada.

No puedo escapar de lo que soy, tuve que morir una vez para renacer en esta mujer y otra vez me fallé a mí misma confiando en alguien que prefirió mentirme en la cara para clavarme las esposas a la espalda.

Ahí entendí que no se trata de quien es bueno en tu cara, sino quien es leal detrás de ti.

Tal vez ese era el problema... Quizás amaba los recuerdos que viví junto a él, porque un amor verdadero no deja de punzar de la noche a la mañana, o mató cada misero sentimiento que pude albergar para él con sus acciones. En realidad, no lo juzgo por hacer lo correcto, lo hago por no habérmelo dicho claro, por hacerme promesas que no cumpliría, por engañarme de una manera tan cruel, sabiendo lo destruida y rota que he estado, él vio mi sufrimiento, lágrimas, miedos y aun así no le importó darme el último golpe.

«Te aseguro que tendrá su merecido, esta vez solo confiaremos en nosotros dos juntos, somos a pruebas de bala, mi Jazba».

Sí, los monstruos dan miedo, su oscuridad es aterradora, pero nada se compara al ver una persona con dos caras, esos... Son verdugos y homicidas.

Dyclan ha sido mi refugio en la oscuridad, sus acciones me han hecho daño, me han hecho fuerte en este mundo de muerte y hostilidad, pero, aun así, este monstruo ha ido de frente conmigo.

«Nuestros recuerdos no son el destino, sirenita».

Comprendí al fin que el precio que pagué creyendo que un cielo sería mi libertad fue la de perder mi poca fe en todos. El colapso que viví encerrada en esas paredes no se lo deseo a nadie.

De nada sirve ser prisionera en un mundo esclavo de falsa justicia, esta vez prefiero ser mi propia condena e infierno.

Morí no por una bala sino con una traición y renací más fuerte que antes, más guerrera que nunca... Donde el fuego me devoró en forma de dolor y el mismo me cautivo haciéndome invencible en este mundo lleno de pecado.

En este instante con él frente a mí decido saltar a este maldito infierno, ese que me acobija y me libra de mis pánicos, pesadillas e incertidumbres siendo mi jodido paraíso.

Sí, acepto irme contigo hasta el fin del mundo, pero antes necesito hacer mi última vindicta expreso, esta vez no tendré ningún atisbo de dudas ante esta nueva oportunidad.

Al fin y al cabo, soy Jazba Roja.

«Esa que, pese a todo, siempre encontrará, la manera de liberarse».

Escucho ruidos detrás de mí y me sobresalto, sonrío al verlo llegar, se acerca y me da un beso en la frente, todos estos meses hemos comenzado desde cero en nuestra relación, sin prisa y disfrutando la cercanía del otro, es como volver a conocernos, pero desde una distinta vida, sonrío, es extraño viniendo de él, sin embargo, siempre termina de sorprenderme.

Sé está esperando por mí, aun cree que todavía estoy enamorada de Aryek y no es así, es cierto que todo lo que viví a su lado quedará en un agridulce recuerdo, pero solo eso... Recuerdos.

No albergo absolutamente nada para Aryek Dorell. Todo lo que vivimos es un simple recuerdo de mi pasado, uno, el cual no podré cambiar, sin embargo, hoy ha llegado el día de cobrarme su acción y dejar un punto final al mismo.

─Necesitaré los videos de la casa y el del casino, ya es hora de hacer un regalo ─pido sonriendo, me observa extasiado y eso hace que mi débil corazón palpite de forma errática.

—¿Qué estará tramando esa cabecita tuya? ─cuestiona mirándome fijamente.

Me encojo de hombros de forma inocente y hago un puchero, él me sonríe de forma torcida, se acerca a mí y da un beso a mi frente, se aleja y a los segundos me tiende su laptop junto a un pendrive guiñándome un ojo.

Él se sienta a mi lado y al momento comienzo mis movimientos, coloco el pendrive y las imágenes se abren ante mí, las edito y las preparo, al terminar busco en internet esa plataforma de videos, miro la tecla y sin mucho preámbulo mis dedos se ciernen sobre el clic de enviar.

—Listo, es cuestión de horas para que todos se enteren —Él me observa divertido.

—Sabes que la capital que les ofrecí fue suficiente. —menciona cambiando de tema mientras observamos la pantalla de la laptop—, accedieron a tomar su lugar en el acuerdo, respetarán las limitaciones de las zonas y a cualquiera que se le ocurra pisar en falso Damui se encargará.

Asiento asimilando la situación de nuestro pacto, Damui es el jefe de la mafia de Grecia, es un socio de hace tiempo, desde que llegamos aquí él ha sido un guardián para Dyclan y este no ha perdido el tiempo, ha trabajado muy duro buscando la manera para que todos tengan sus beneficios y que cada grupo salga ganando sin meter las narices en los asuntos del otro

—Me parece bien, sin embargo, en dado caso, sabes que no nos va a temblar la mano para sacarlos del medio. —mascullo y lo veo asentir, sonrío al sentir su mano presionando la mia, acaricia mi piel y la calma me envuelve al instante.

Vuelvo mi labor en la paginas principales de noticias y me quedo observando los comentarios. El video se ha hecho viral en cuestión de segundos, ya va siendo la hora de ver su reacción.

Presiono su mano y sonrío picara observándolo, me guiña un ojo y niego con la cabeza, enfoco mi mirada hacia a la pantalla y la noticia aparece.

Mi sonrisa se expande y lo observo con su uniforme táctico de policía, saluda a los periodistas, imagino que el caos que se desató en las redes lo comprometió a dar una declaración.

—¡Lo jodiste, sirenita! Quiero ver como sale de esto ─exclama con burla, ladeo mi rostro y observo esa sonrisa torcida.

Ambos observamos las noticias en la pantalla de la laptop:

«Aquí estamos en la comisaria de la policía de los Ángeles, donde el teniente Dorell, está implicado en el supuesto video subido a las redes por un anónimo el cual se ha hecho viral en segundos.

Escucharemos sus declaraciones:

—El video no es falso. Estuve infiltrado en la banda de Collatelle —declara mientras las cámaras enfocan sus expresiones—, aunque mi trabajo encubierto fue un éxito, esta entrevista es para expresar algo que todo esto me ha dejado en claro... La Justicia y la delincuencia hoy en día van de la mano, cuando se infectan de maldad, poder y escorias llamados políticos. La corrupción es, y será un cáncer difícil de erradicar, pero somos nosotros los que debemos de no vivir en la ignorancia.

» Señores... En la vida no solo hay blanco y negro, ni bien o mal, muchos que hoy están en una cárcel fueron víctimas de la sociedad, de la discriminación social, política y hasta cultural.

» Muchas veces orillamos a las personas a tomar decisiones drásticas que las convierten en algo que no son.

» Esta experiencia me ha llevado a no juzgar todo lo que veo, tuve que adentrarme a un mundo diferente al mío para entender que la víctima en algún momento de la historia... Se vuelve el villano. —Lo veo tragar saliva y enfoca su mirada directamente a la cámara.

» Somos seres humanos que nos dejamos llevar por emociones, la pérdida de un ser querido duele y ciega, pero no debemos de tomar la justicia por propia mano, confiemos... No en el sistema, confiemos en nuestro criterio como personas. Hoy les anuncio como un ciudadano más y como teniente de la comisaría de los Ángeles, que haré todo lo que esté en mis manos para proteger la zona que los ciudadanos eligieron para vivir en armonía y tranquilidad... ¡Gracias por venir! —Hace un gesto con la mano y se despide de la multitud.

Como pueden ver...». Al instante cierro la página y apago la laptop.

—¿Estas bien, Jhan...

Gracias, gracias mi Dy, por no dejarme atrás y por ser siempre mi sombrilla bajo la lluvia —Lo interrumpo y al instante sonríe y sus manos aferran a las mías, me acerca hacia él y me abraza, mi corazón salta al sumergirme en su olor escuchando sus latidos.

Confiar...

Cualquiera no es digno de esa palabra, pese al daño que me hizo, solo puedo desearle lo mejor, cumplió su sueño, proteger a los ciudadanos, escuchó su corazón y su propio criterio... Es hora de escuchar el mío.

Una noche el dolor me derrumbó y Dyclan Collatelle abrió sus brazos dejando que me refugiara en su oscuridad, en ese instante no comprendí lo que esa acción significaba.

Lo que sucedió en ese momento, mientras Dyclan estuvo a mi lado, fue que no solo entregué mi cuerpo, sino que, en el proceso, trozos de mi alma encajaron con las piezas de la suya, haciendo que este sentimiento alojado en mi ser se convirtiese en nuestro blindaje ante tantas emociones rotas.

Hay personas que son nuestros blindajes... Dyclan, siempre lo fue.

Subo mi rostro y lo aferro con ambas manos dejando mi frente con la suya, aspiro su aliento y mi boca se une con la suya en un beso lento y lleno de sentimientos que mi alma y corazón desborda en este instante por él.

—Mi sirenita eres mi todo —susurra y nos separamos a centímetros. Antes que pueda responderle su móvil suena y su ceño se frunce, me separo de él y le hago un gesto que conteste. Al instante lo hace y se levanta yendo hacia a la terraza.

Me incorporo y lo sigo, estirando mi cuerpo y sonriendo como una tonta al ver su espalda ancha y como ese traje azul marino le queda imponente y sexy.

—Damui no me jodas, resuélvelo tú. —Escucho cuando llego a su lado.

Fijo mi mirada en la vista que tenemos. Recuerdo cuando hacíamos viajes de negocios, las casas siempre eran lujosas, pero esta no solo es eso, sino que es mágica y extraordinaria. Es una villa decorada con roca, combinando con el paisaje, tiene su propia piscina, esta se encuentra aquí en la terraza con vistas al mar.

Y aquí me hallo frente al mar Egeo en toda su extensión, con un azul tan profundo y puro como ningún otro, detallo a mi alrededor y observo la pobreza del suelo cubierta de una gruesa capa de cenizas, la superficie volcánica desentona con la belleza de las construcciones.

Todo es blanco y azul, el sentimiento que transmite este sitio es simplemente mágico y de libertad absoluta.

» Sirenita, el tonto de Dimou siempre jodiendo en momentos importantes —masculla molesto y algo dentro de mí se derrite al verlo con el ceño fruncido y peinando su cabello.

—Dyclan... —Es hora de que él sepa lo que siento por él—. Dy, he valorado cada cosa que has hecho a mi lado, cuando caminamos por la orilla del mar, cuando pasamos las noches enteras conversando, me has sujetado y amado desde el principio. —Respiro profundo para calmar mi corazón desbocado al mirar sus ojos miel—. Quiero decir... Que somos de quien nos encuentra a pedazos y nos ama hasta dejarnos completos y ese has sido tú, mi Dyclan.

Él se queda quieto, dándome una mirada limpia y sincera. Al instante se acerca y sus manos se posan en mi cintura apegándome a su pecho, cierro los ojos y sonrío.

—Sirenita... —Suspira y escucho sus latidos acelerados—. Soy un jodido egoísta, pero que importa eso cuando te tengo aquí a mi lado. Solo déjame ser tu ultimo amor —susurra y su voz se pierde en la última palabra.

Mi corazón se acelera, mis manos sudan y los nervios se posan en mi vientre bajo, abro los ojos y subo mi rostro conectando mi mirada con la suya mientras entrelazo mis manos a su cuello

—Ambos somos presos de esa sombra que alguna vez fuimos. Con nuestros errores y sufrimientos, pero juntos hemos sido luz en medio de nuestra oscuridad, tú... te sentaste a mi lado y me enseñaste a sobrevivir y contigo siempre fui la verdadera Jhandra, rota, pero llena de ganas de comerse el mundo.

Sus ojos miel están cálidos y por primera vez observo ese semblante sin una chispa de frialdad o malicia.

—Sé que todo lo que has pasado te ha dejado el corazón destrozado, pero júrame que estarás a mi lado a partir de hoy y para siempre... Soy un puto desastre, a veces mi jodido carácter hará que me odies, pero te juro que daré todo de mí para ser un mejor hombre para ti, Jhandra, si no soy el amor de tu vida, confúndeme con él —susurra situando su frente sobre la mía y algo en mí se desarma al escucharlo.

—No, no Dyclan, yo no quiero que seas el amor de mi vida. Eso no existe. Quiero que seas tú —aclaro con mi mirada fija en él—, tú el protector y tentador, sarcástico y peligroso. Que me sigas jodiendo la existencia con tus picardías. —Sonrío y siento mis ojos inundarse—. Entre todo eso, solo quiero que seas tú que me abraces en medio de mis miedos y me beses cada día, haciendo lo que más sabes hacer... Protegerme de mis propios miedos y demonios.

—Entonces... seamos felices Sirenita, a pesar del infierno en que estamos, seamos nuestro propio refugio.

Mis lagrimas pasean por mi rostro con una velocidad increíble, al instante sus labios rozan a los míos y la revolución que tiene mi cuerpo trastoca mis pensamientos y emociones, me aferro a su cuello y cada chispa genera fogonazos en cada parte de mi piel. A los segundos bajamos la intensidad del beso y muerde con una sensualidad arrolladora mi labio inferior.

—Eres mi oscuridad preferida, Dyclan, desde hoy y todos los para siempre — declaro.

Mi alma lo eligió y ese órgano palpitante albergaba un último cartucho...

Porque cuando el corazón tiene la última bala, no queda de otra que rendirse ante el impacto que esta ocasiona.

—Siempre has sido tú, mi jodido ángel en este infierno. —susurra y al instante nuestros labios se vuelven a encontrar—, me encanta como sabes en mi boca —murmura sobre ellos dándome besos cortos una y otra vez—, no puedo creer que te tenga aquí, en mis brazos, en mi vida... Jhandra, eres mi puto deseo hecho realidad.

Ambos nos observamos y la calidez de sus ojos me hacen saltar internamente de felicidad.

Miel contra verde.

Un amor donde las balas no acaban, sin embargo, el blindaje que llevan a cuesta los hace invencibles.

Y allí en medio de ese atardecer observándonos con el olor a mar, la tormenta de mi vida se aligeró como la brisa suave que mecía mi cabello, el camino no sería fácil, pero en este mundo nada lo es.

Me despido en silencio de todos los que perdí y a aquellos que aun siguen con sus ideales a cuesta.

Solo me queda decir que sus ojos reflejaron sus más grandes sueños, y yo, estaba en ellos...

Qué importa el final, con semejante comienzo.



El saltar a un abismo por esa persona, es la prueba más grande de que el amor es capaz de florecer hasta en la oscuridad.

FIN





¡Gracias por llegar hasta aquí! No saben lo que batallé conmigo misma para subir esta historia.

Así que...  ¡Muchísimas gracias!

Falta el epílogo + extra. (Los subiré pronto)





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