» Capítulo 38
Oscuridad es:
La sensación de hundirte por un motivo cargado de emoción.
Bien o mal.
Nada vale cuando el corazón y el dolor deciden.
»«
Siento mucho calor.
Me remuevo un poco y unas delicadas manos están aferradas a mi pecho.
La observo embelesado y sonrío.
A pesar del infierno que nos hallamos, estar juntos lo vale todo.
Llevo mi antebrazo a mis ojos y todo lo que ha pasado en las últimas horas vienen a mi mente, todo ha sido un completo caos.
Esta vez... Son ellos o nosotros.
De alguna forma esto acabará y aún no sé qué hacer para lograr un equilibrio.
«—Los motivos no lo sé —menciona entre dientes—, lo único que sé, es que el accidente de la novia de mi hijo y el plan del desfalco provienen de la misma persona.
—¿De quién? —increpo, abrazando más el cuerpo de Jhandra.
—Muy pronto se van a enterar —dice con una enigmática y ladina sonrisa.
— Aryek, en el pasillo hay una habitación, llévala y vuelve, debemos decidir qué vamos a hacer con estos cobardes de mierdas — Asiento y acomodo a Jhan en mis brazos—. ¡Muévete! Estoy tentado apretar el gatillo a estos hijos de putas. —Me levanto y subo las escaleras, salgo con ella en mis brazos, camino por el pasillo y a un par de pasos veo la puerta, abro y la dejo en la cama.
Esta tan serena, nada que ver con la Jhandra que colapsó de dolor frente a nuestros ojos. Acomodo su cabello, doy un beso en su frente y salgo en silencio, cierro la puerta y camino de prisa de vuelta al sótano.
—¿Quiero que expliques porque están relacionados ambos sucesos? —cuestiono al tocar el último escalón.
Todos en la sala me observan.
—Recuerdo una vez que Vanny fue a casa a buscarme. —Comienza a relatar—. Ella sufrió un ataque de pánico ese día —menciona, tiene los ojos desenfocados, a pesar de la pérdida de sangre, aun no pierde la conciencia. James le hizo un torniquete con la tela de su pantalón y una madera que encontró por allí—, solo repetía es él, es él... yo solo le dije que estaba confundida, ¡maldita sea! Nunca la cuide... No cuide lo que más amaba. —Su voz ahogada está impregnada de dolor.
—Eras un maldito inmaduro, siempre querías hacer lo que querías sin saber las consecuencias de tus actos —increpa el señor Luis con impotencia y rabia, en cambio, Dan no le sostiene la mirada, baja la cabeza como un niño regañado—, creías que el mundo era tan sencillo, fiestas, dinero, borrachera y papá resolvía todas tus cagadas, hasta la última que te cambio la vida. —Su voz es hostil, la decepción se nota en sus ojos.
—No los cuidé, papá... Yo iba a ser padre. — Él niega desorientado, no se sí es por el balazo o porque su mente está torturándolo.
—Él desde ese momento puso más atención en mi hijo, creía que lo convencería de alguna forma a tomar alguna decisión para su carrera política, pero nunca imagine que era para saber los movimientos de mi hijo. Ese día del accidente, él llego preguntando por Dan, este ya se había ido, le mencione que fue a buscar a Vanny y algo en su expresión hizo que mis alarmas se activarán, recuerdo que su rostro era de satisfacción, se despidió y mi intuición me llevo a que pidiera las imágenes de las cámaras del estacionamiento. —Hace una pausa y mira a su hijo—. No pude hacer nada, te llamé, pero me saltaba buzón, en la grabación se veía unos hombres manipulando el coche.
El dolor está impregnado en sus orbes.
» Todo lo hice por ti... hijo tuve tanto miedo de perderte que solo quería que estuvieras bien, cuando recibí tu llamada, solo sabía que tenía que hacer algo para sacarte de ese lío, no era tu culpa y mucho menos quería que fueses preso, no actúe bien, pero en ese momento solo pensaba en ti. —Dan niega con la cabeza.
—Solo pensaste en ti, papá, yo te implore que me dejaras quedarme hasta que llegará la ambulancia, en cambio, tú... me distes un golpe en la cara y mencionaste que la muerte nos llega a todos, pero la cárcel siempre era opcional. —Dan está lleno de impotencia y nosotros somos espectadores en esa escena llena de rencores y culpas.
─Ambos casos están ligados porque, él es uno de los miembros activos e importantes de la Mafia King. —El corazón me da un vuelco, esa organización es la más sanguinaria de la historia de los Ángeles, sea quien sea es alguien peligroso—. Nos planteó hacer el desfalco, éramos unos jóvenes ingenuos y ambiciosos, Robinsson fue el que hizo todos los movimientos para hacerlo posible, esta persona no saldría en ningún documento, pero su porcentaje era obligatorio, desde ese momento, él se convirtió en el jefe, abrías la boca y eras un hombre muerto.
Observo a Dyclan, su mano tensa afirma el arma, se está conteniendo para no matarlo de una vez.
— ¿Quién es? —cuestiona.
Antes que responda, escuchamos fuertes sonidos desde afuera, los tres nos alertamos, sujeto el arma apuntando hacia arriba, el ruido de pisadas se hace más notorios. De las escaleras bajan federales y junto a ellos una persona que conocemos.
—¿Qué hacen en mi propiedad sin una maldita orden? — Dyclan apunta hacia él, pero la cantidad de federales nos sobrepasa.
—¿Quieres realmente sacarme de aquí? Es fácil dar con el paradero de unos policías ingenuos, hicieron lo que esperaba, algo me decía que al final esa tal Jhandra sería la carnada — Él nos observa y su mirada burlona da de lleno en mí.
¿Qué está sucediendo?
Camina hasta quedar entre nosotros y los Steve.
— ¡Por fin! Viniste a sacarnos de esta...
Lo veo en cámara lenta, él se gira dando una sonrisa y saca su arma, dando un tiro de gracia a cada uno, ambos caen laxo hacia adelante no se desploman porque las ataduras los sostienen. Mis ojos se abren de la impresión, de que los haya matado esta persona.
Estoy perplejo.
—Somos todos unos malditos psicópatas. Al final él que menos espera que sea, lo es —menciona a mi lado Dyclan, negando con la cabeza.
En un movimiento él agarra a James y le apunta en la cabeza, de inmediato apuntó hacia ellos.
— Aparte de psicópata... cobarde, ya en estos días no hay honor —dice Dyclan con sarcasmo.
— ¿Por qué estás haciendo esto? —digo entre dientes y con la furia y la impotencia bullendo en mí.
Su sonrisa me causa escalofrío.
—El por qué por ahora no es importante. —Se encoge de hombros—. Lo que sí es, es que a partir de este momento quedan arrestados por corruptos y asesinos, son los principales culpables de secuestrar y matar a los Steve».
¿Cómo es posible que el ser humano pueda tener dos caras?
Todo lo que una vez creí se ha evaporado.
Ya no hay buenos o malos.
Salgo de mis pensamientos cuando escucho toques en la puerta, veo como mi princesa se despereza y sonrío por la imagen tan tierna y hermosa que da.
—Buenos días, mi princesa, ¿cómo estás de la herida? —Ella sonríe y le doy un beso en la frente. La veo alzarse la blusa y veo su lesión, los puntos están en su lugar, sin embargo, su piel está entre rojiza y morada.
—No debes esforzarte, Jhandra, aún no cumples ni dos semanas para que los puntos hagan lo suyo —La miro y ella asiente bajando su blusa.
Los toques en la puerta se vuelven más insistente.
Ella se hace un lado, me levanto y abro.
El ceño fruncido de Dyclan es lo primero que veo.
—Se acabó la luna de miel —dice dándole una mirada intensa a Jhandra, es como si quisiera intimidarla, al instante la saco de su vista interponiendo mi cuerpo—, es hora de comenzar. — Asiento y él sale. Cierro y paso los dedos por mi cabello, giro y la veo entrar al baño.
—No te preocupes, estamos juntos en esto —menciono acercándome, me quedo en el umbral, ella está sujetando el lavamanos con ambas manos y tiene su cabeza gacha.
—¿Por qué simplemente esto no acaba y ya, Ar? —Alza su rostro y veo como sus labios tiemblan, pero no derrama ninguna lagrima—. Ese miserable es un pez gordo, un personaje público, la tenemos muy jodida. —Asiento, sí, estamos hundidos, pero nada es imposible en esta vida.
Si ellos pueden nosotros también.
—Vamos, Dyclan nos espera. —menciono y me acerco también para asearme un poco.
Terminamos y salimos uno al lado del otro, veo a James viendo las noticias, nuestros rostros aparecen en la TV de "86"pulgadas.
—Ya comenzó, nos toca a nosotros, estamos en guerra, quieran o no todos estamos en el mismo bando —comenta Dyclan.
—Así es. Pero debemos de ser cautelosos, ir de frente podría ser peor, mientras tengo algunas pruebas que pueden desestabilizar su imagen al público. —expreso.
—Sí, yo me pondré en contacto con Mike —interfiere James, lo veo coger el móvil sentándose en uno de los muebles del salón.
—¿Sabías que Los Latinos tienen contacto con la Mafia King? Uno de ellos hizo parte o lo sigue siendo, no lo sé, pero esas armas... —indico, viendo el panorama completo, esa mercancía no era para Dyclan y los suyos sino detrás del negocio estaban la Mafia King, de alguna manera querrán recuperar lo que es suyo.
—Esos malditos... me querían jugar sucio desde el principio, no lo sabía, me deje llevar por la emoción de la mercancía, no de los imbéciles esos. Lo que sí sé es que el queda vivo es peor que los otros. —Mira a Jhandra que no ha pronunciado ni una palabra—. Sirenita, todo estará bien. —sus manos agarran su rostro, me tenso, él le da un beso en la frente y ella se refugia en su pecho.
Respiro profundo.
Aunque duela sé que él ha estado en los momentos más oscuro de su vida.
—Voy a descargar todos los documentos que tengo en la nube, a ver cuál puedo enviar a algún periodista, debemos de comenzar por algo —menciono y me dedico a ocupar mi mente, él asiente mirándome, mientras Jhandra tiene la mirada fija en algún punto de la habitación.
—Yo llamaré a los míos y a algunos socios, a partir de ahora nos toca prepararnos para una guerra en los Ángeles.
Él aferra más a Jhandra hacia sí, desvío la mirada y veo la pantalla del televisor, la noticia sigue repitiendo nuestro perfil, dos policías corruptos asociados a la organización de Colatelle.
—Quiero... Ir al cementerio. —Su susurro roto hace que ambos nos concentremos en ella, se aleja un par de pasos atrás y se recarga del muro que tiene la cocina.
Frunzo el ceño.
—Jazba, es muy peligroso, no sabemos que gente tiene comprada y ¿si te pasa algo?
—Sirenita, el imbécil tiene razón, no puedes salir por ahora, hasta que sepamos que mierda haremos. — Al instante nos enfrenta con la determinación y una chispa de furia en esos iris verdes.
—¿Quiénes son ustedes? —cuestiona y me desconcierto, ella afirma con la cabeza—, ¿quién mierdas se creen ustedes para saber qué puedo o no hacer? Voy a ir al cementerio, porque quiero y me da la gana, ¿acaso se creen mis padres? Les informo, están muertos, ¿se creen mis hermanos mayores? No tengo, también me la mataron. Me sé defender sólita de igual manera que ustedes, así que... ¡déjenme en paz! —exclama, se gira y se aleja del lugar, solo escuchamos el portazo de la habitación.
Me quedo sin nada que decir. Puedo entender el dolor, la frustración que debe de sentir en estos momentos, pero ahora es peligroso que se exponga.
—Mierda, Brave los dejó en silencio, machos alfas de lomo plateado. — Se burla. Le doy una mirada hostil y se encoge de hombros—. Mike, me informó que ya tienen un equipo para nuestra búsqueda, nos buscan por la muerte de los Steve y de la federal Moncloa. Iré con él, traeremos algún indicio o alguna grieta por donde caerle.
—Debemos de sacar esas escorias del camino, ¿cómo pueden las personas de a pie estar bajo el control de esos malditos psicópatas? —Observo a Dyclan con la ceja alzada—. Bueno... Yo soy un maldito, pero tengo unos putos valores —dice serio.
Lo miro escéptico.
— ¿Entonces eres buena o mala persona? —pregunta James entre divertido y un poco serio.
—Ambas, soy así como una mezcla de mierda con azúcar —Da una sonrisa torcida y James se ríe a mi lado negando con la cabeza.
—Me voy... Por hoy ya me doy por servido, vi como una mujer los mando al carajo y entendí que existen personas mierdas llenas de dulces o viceversa... ¡Una locura!
Hace un ademán y se aleja de nosotros subiendo las escaleras, el sonido de una puerta hace que desvíe la mirada, la veo salir acomodándose el cabello, se ha cambiado la ropa, lleva un vaquero azul claro con una camisa y sus botines negros.
—Encontré ropa en tu habitación, pensé que no había nada aquí. — Observa a Dyclan con una ceja alzada.
—Mande a buscarte algunas mudas. —Se encoge de hombros—. Mandaré a Mok contigo, haz lo que te dé la gana Jhandra, pero él te acompañara. — Ella asiente haciendo de sus labios una fina línea.
—Me voy, nos vemos luego.
—Cuídate, por favor Jazba. —Me acerco a ella, le doy un beso en la frente, mejilla y nariz, sonrío y me alejo.
—Lárgate ya... Regresa apenas termines — increpa Dyclan, su tono de voz es fría y hostil. Ella se aleja hacia a la escalera y la vemos seguir el trayecto que minutos atrás James subió.
»«
El resto del día me encargo de que los documentos lleguen al sitio correcto, mientras que Dyclan ha hecho un par de llamadas.
—Ya es tarde, ¿no crees? —cuestiono, veo la hora, pasan de las diez de la noche y Jhandra aún no aparece.
—¡Maldición! Siempre hace lo que le da la gana. —Se levanta ofuscado y busca su móvil.
Unos pasos apresurados por las escaleras hacen que me levante y llegue al último escalón, veo a James y su semblante esta pálido.
—Hermano... Tienen a Jhandra —Me paralizo, él me tiende una nota—. Lo encontré en el cuerpo de Mok. Terminé con Mike temprano y le dije que fuésemos al cementerio, sabía que estarías más tranquilo si la vigilaba, pero al llegar, había varios hombres muertos y entre ellos Mok, ella... No estaba en el lugar. —Mis manos tiemblan, sin pensarlo golpeo la pared que tengo detrás para calmar la desesperación y la angustia que se instala en mi pecho.
—¿Qué dice la nota? —La voz de Dyclan es un siseo, lo veo y su cuerpo está rígido, bajo mi mirada y vuelvo a leer.
—Es hora de negociar... Ella está en buenas manos. —Termino de leer con la voz temblando.
La oscuridad no es un lugar, no es un hoyo, es un sentimiento tan profundo que te envuelve en comprensión y... Decisión.
Llegó la hora de apuntar y matar por un bien común.
Un móvil suena y es el de Dyclan.
—¡Vamos! —Ellos me miran confundidos—. Sé exactamente dónde está.
—Mis hombres ya vienen en camino —masculla Dyclan mientras toma su arma y la recarga, James y yo lo imitamos.
Estoy en ese momento donde mi vida es una carrera y el tiempo se está agotando.
El sentimiento de odio e impotencia es lo que inunda mi cuerpo.
¿Dónde está la persona que conozco?
La respuesta es: no lo sé, estoy entre caer con ella o sacarla del abismo.
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