-Hay Sabrina -Dijo divertida, su amada si que podía a llegar a ser un descontrol con el alcohol.

La recostó sobre el sofá y se fue a preparar un café, necesitaba bajar un poco el alcohol en sus venas.

Con una sonrisa se acerco a ella y le dejo el café a un lado mientras le acariciaba el cabello. La pelinaranja le estaba hablando.

-¿Puedo contarte un secreto? Pero no se lo digas a Marinette -Quiso reírse, pero no, se contuvo. Su querida novia (casi esposa) estaba demasiado borracha para reconocerla, y eso le daba ternura y risa.

-No te preocupes, ella no se enterara -Dijo con una sonrisa.

-No estoy del todo enamorada de ella -Soltó antes de echarse a reír.

Su mundo se detuvo. ¿Qué?

Trato de no llorar, y la miro fijamente.

-¿Cómo que no la amas completamente? -Le pregunte, necesitaba respuestas. YA.

-Me gusta otra persona -Dijo con una sonrisa de enamorada. Seguro y pensando en ella- Su nombre era Bridgette Cheng. Era, perfecta -Suspiro con una sonrisa mirando el techo. La azabache estaba empezando a derramar lagrimas a montones, esto dolía demasiado- Marinette, la quiero, pero no llego a olvidarle -Miro seriamente el techo- son tan parecidas ambas, que tal vez, por eso me empezó a llamar la atención.

Ya eso era todo. Tomo su anillo de compromiso y lo dejo sobre la mesa.

-Tienes un café sobre la mesa para que puedas bajar el alcohol -Dijo enojada antes de subir a su habitación y tomar algunas ropas y marcharse golpeando la puerta. La pelinaranja solo estaba confundida por la actitud de la chica.