♪King and lionheart♪

Saludos cordiales.

Otro songfic para liberar estrés, porque estoy hasta la madre de mis clases y solo quiero escribir y leer y dibujar hasta que se acabe el año o empiece el siguiente semestre. En esta ocasión me voy a remontar a mí yo de 2016 para traerles algo un poco fuera de lo común.

Como muchos otros, fui (y soy) fan de Undertale, me encantaba la historia, el juego y todas las teorías que hasta el día de hoy no han sido confirmadas pero todos tomamos como canon. Entre las cosas que más ame de la comunidad (antes de volverse un infierno) están los bellos AU's que los fans crearon por mera diversión. Mis dos versiones favoritas de Sans son Ink y Error, y cualquier dinámica que los incluya capta rápidamente mi atención.

Ese es precisamente el caso del "AU" (porque en realidad no puede considerarse del todo uno) que voy a utilizar ahora. El Vampireverse fue una idea creada por TheGreatRouge en Tumblr, en este AU se plantea la idea de que Error (llamado Fallacy) es un rey vampiro, que vive en su castillo con muchos sirvientes y con su hijo Jasper (PaperJam es el hijo de Ink y Error en otras versiones). Al pueblo de Ucrania en que vive y reina Fallacy llega un día un pintor francés llamado Encre (Ink), buscando inspiración para sus pinturas.

Fallacy, dependiendo de quien te cuente la historia, se encapricha con el pintor, pues cree que él será capaz de pintar retratos suyos a la perfección. En algunas versiones (y el canon, creo) Fallacy hipnotiza a Encre para obligarlo a quedarse a su lado, y pintar para él. Con el tiempo, Jasper se encariña, y Encre decide quedarse por voluntad propia. El vampiro y el artista acaba enamorados.

La historia es muy bonita a mi parecer, y tenía muchísimas ganas de escribir acerca de ellos, dese hace años. La canción, que fue terrible interpretar para crear una historia, me da pie para escribir sobre ellos, y como yo hago lo que quiero en mi libro de songfics, entonces se aguantan un amor victoriano entre esqueletos mágicos.

La imagen en multimedia pertenece a blogthegreatrouge en Tumblr.

Sin más que decir, por favor disfruten la lectura.  

El vampiro observaba por la ventana de su estudio la calma de la noche, la belleza de un pueblo dormido bajo su protección; él era el soberano de aquellas tierras, y aunque muchas veces lo habían intentado cazar y eliminar, seguía firme en su trono, demostrando que no iría a ningún lado por un largo tiempo. Se sentía tranquilo al observar el bosque en silencio, cubierto por la nieve de los primeros días de invierno.

— Mi señor Fallacy— la intromisión de la que consideraba su ama de llaves le resultó desagradable; se había atrevido a interrumpir su momento de paz, previo al desayuno— Lamento interrumpir mi señor, pero el joven Encre ha solicitado su presencia.

— Que no se repita, Gazelle— ordenó sin molestarse en ocultar su disgusto por su presencia, abandonando a pasos calmos el estudio donde, normalmente, pasaba las madrugadas tocando el piano o leyendo para Jasper. Recorrió los pasillos del castillo, atento a cada pequeño murmullo que se escuchaba tras las paredes, detestando las lámparas de aceite que se veía obligado a mantener para los sirvientes.

Entró en el estudio de arte del pintor sin molestarse en tocar, encontrando al esqueleto recostado boca arriba en el banquito donde normalmente se sentaba a pintar, estudiando la proporción de su creación con ojo experto, utilizando el pincel como medida estándar, mordiéndose la lengua y con un ojo cerrado.

— Ah, mon seigneur Fallacy— saludó como de costumbre, volviendo a una posición normal, dejando el pincel en la bandeja del caballete y limpiándose las manos en el delantal de cuero que protegía sus ropas de manchas indeseables— Buenas noches.

— Buena noche, Encre— contestó con la misma cortesía, desviando su mirada a la pintura en que trabajaba el artista, admirando como siempre su capacidad de capturar a la perfección la belleza de los paisajes que rodeaban al castillo— ¿Has solicitado verme?

— Así es mi señor— el vampiro siguió con la mirada al artista mientras este tomaba, de entre miles de lienzos desmontados de sus marcos, un portaplanos de cartón— Me gustaría escuchar su opinión acerca de un pedido realizado por el joven Jasper, si no es molestia.

Antes de escuchar su respuestas, sacó y desenrolló cuidadosamente la pintura, mostrando un retrato del joven vampiro, en compañía de su leal mayordomo y el aprendiz que había tomado bajo su ala hacía tantos años. El retrato era bello, igual que todos los trabajos del joven artista, pero algo le incomodaba de aquella pintura.

— ¿Qué significa esto? — cuestionó molesto, acercándose para buscar ese algo que le molestaba de aquella pintura, aguardando a que el pintor decidiese explicarle.

— Oh bueno, vera mi señor— comenzó con calma, sin borrar nunca esa amplia sonrisa que tanto lo caracterizaba, y que tanto le gustaba ver al esqueleto de huesos negros— el joven Jasper quería una pintura familiar con alguien diferente a usted, y como considera a Suave y al joven Charlos su familia, me solicitó este retrato ¿Qué le parece?

— Es... bueno— intentó elogiar a medias, demasiado ocupado con su análisis de la pintura para notar el tono neutro y poco entusiasta de sus palabras; un tono que sorprendió y desanimó al pintor.

— Si no le gusta, mi señor, puedo rehacerlo...— ofreció volviendo a enrollar el lienzo, guardándolo delicadamente de nuevo en su tubo de cartón. El vampiro notó lo que sus palabras habían causado, y se apresuró a acercarse a él, abrazándolo por la espalda, escondiendo el rostro en la curva del cuello del más bajo— Fallacy...

La respiración del vampiro contra su cuello le causaba cosquillas, pero también el deseo de que volviera a morderlo, a alimentarse de su magia y marcarlo como su propiedad; él le pertenecía al vampiro, era su posesión más valiosa, porque era la única que permanecía a su lado por voluntad propia.

— ¡PADRE! — el agudo grito de Jasper interrumpió el momento entre el rey y su pintor, alarmándolos a ambos; no era normal que el joven vampiro gritase, mucho menos llamando con tanta desesperación al mayor.

Ambos dejaron el estudio de arte del pintor con prisa, el vampiro avanzó con rapidez, casi como una sombra, por los pasillos en dirección a la voz de su hijo, que seguía llamándole desesperado; el mortal apenas y podía seguirle el paso, sin embargo, se obligaba a no perderse como tantas otras veces, esperando serle de utilidad a su señor. Encre llegó a ellos, posiblemente, demasiado tarde para poder hacer algo.

— ¡Encre, lárgate de aquí! — demandó el monarca, extendiendo un par de enorme alas que, en algunas partes, se disolvían como la tinta en el agua. El vampiro protegía a los más jóvenes con fiereza, gruñendo cual bestia a la joven pelirroja que empuñaba una daga de palta en dirección a Fallacy— ¡AHORA!

Quería obedecer, cumplir al pie de la letra las ordenes de su señor, pero no podía; se negaba a abandonarlos allí, con aquella cazadora de monstruos que había exterminado a la familia del pequero Charlos, a esa que buscaba eliminar a su rey a toda costa. En un momento de valentía, o estupidez, se acercó y tomo de la mano a los más pequeños, llevándoselos consigo hacía el bosque, escuchando los reclamos de la cazadora de vampiros y el monarca, ignorando ambos, con la única intención de garantizar la seguridad de los otros dos.

— Señor Encre ¿Qué hace? — el hijo de su señor lo obligó a frenar su carrera, señalando en la dirección de la que venían, aun con los ojos llorosos— ¡No puede dejar a mi padre solo! Ella lo matara...

— Quédense aquí— ordenó suavemente, ocultándolos en la raíz de un viejo árbol, regresando a toda prisa por el camino que habían tomado. Un más de oscuridad se abrazaba a ser, confundiéndole y ocultando la ubicación del castillo, el sonido que provenía del caos— ¡FALLACY!

Se lanzó a la cazadora antes de que pudiera clavarle la estaca a su señor, logrando derribarla, reteniéndola y permitiéndole al vampiro incorporarse. Fallacy observó al pintor forcejear con la cazadora, maldiciendo y agrediéndose en múltiples ocasiones, luchando por ser quien lograse vencer y levantarse.

— Mi señor, huya— pidió en tono de súplica, buscando un modo de golpear a la pelirroja en el estómago y robarle el aire, pateando el aire y batallando por mantener las manos de la cazadora lejos de sus armas— ¡Busque a sus protegidos y huya!

Fallacy hizo como pidió el pintor, siguiendo los sollozos que su agudo oído captaba, con la mente aun en la brillante mirada del pintor, que lloraba por verle a salvo, lejos del susurro de la muerte que buscaba acabar con su existencia.

— ¡Idiota! — la cazadora lanzó al pintor hacía una roca cercana, logrando que se golpeara y cayera inconsciente. La cazadora observó el sendero del bosque que había tomado el vampiro, no valía la pena seguirlo, seguramente ya hubiese volado lejos con sus dos parásitos. Suspiró y tomó al inconsciente esqueleto como un costal, regresando por donde había llegado, maldiciendo a todos los malditos monstruos de ese bosque por ser tan estúpidos.

♪◊♪◊♪◊♪◊♪

Despertó con el dolor de cabeza más espantado que había experimentado alguna vez; ni siquiera cuando Fallacy lo hipnotizó de había sentido así ¿Dónde estaba? Era claro que ya no estaba en el palacio de su señor, pero tampoco reconocía el ambiente que lo rodeaba.

— O-oh...— la nerviosa voz de una joven captó su atención, haciendo que finalmente se sentara en la cama, sujetándose la cabeza debido al mareo y al dolor que aquello supuso para su maltratado cráneo— ¡Eterna, despertó!

La monstruo, que vestía un traje de enfermera, se acercó con cautela, quitándole el paño húmedo de la frente y ayudándolo a sentarse mejor, preguntándole suavemente como se sentía. La intromisión de la cazadora con que había peleado le impidió responder.

— Es bueno que siga con vida, no me gustaría llevar sangre de inocentes en mis manos— celebró con sarcasmo la pelirroja, apoyando su cuerpo en el marco de la puerta, juzgando en silencio al esqueleto que agradecía los cuidados de la lagarto— Dime, muchacho ¿Tienes una idea de la estupidez que cometiste?

— Yo salvé la vida de mis señores— admitió sin dudar, muy consciente de lo que había pasado; aún si era alguien olvidadizo, proteger a Jasper, Charlos y Fallacy era algo que no era capaz de olvidar— ¿Qué es lo que pretendía, señorita? Mis señores no han hecho nada en los últimos días para merecer un ataque repentino.

— ¡¿Qué no han hecho nada?! — gruñó casi como un animal, apretando los puños y separándose de la puerta, aproximándose a grandes pasos a la cama en que descansaba el "indefenso" muchacho que había salvado— ¿Le parece poco secuestrarlo? Señor Encre ¿Cuándo tiempo cree que lleva viviendo con esos monstruos?

— Varios meses ya— contrario a lo que esperaba la cazadora, el esqueleto parecía muy consciente, muy despierto, para haber estado bajo el control del rey vampiro— Decidí quedarme con él después del primer mes, y hasta ahora, no habríamos tenido ningún problema con el pueblo, hasta que usted decidió aparecer y atacar a mis señores.

Sin importar los reclamos de la pelirroja, ni los amables pedidos de la enfermera, se levantó y tomó su ropa de la silla en que descansaba, cubriendo su tatuado cuerpo lentamente, deseando volver pronto al palacio, a asegurarse que los pequeños que su señor cuidaba estaban bien, a asegurarse que su rey estaba bien.

— ¿A dónde cree que va? — reclamó la cazadora, cortándole el paso hacia el pasillo, haciendo una seña para llamar a un guardia que permanecía postrado al final del pasillo— Señor Encre, no es seguro que usted dejé el hospital. Ese vampiro debe estar buscando recuperarlo.

— Es justo lo que deseo— confesó sin cuidado, apartando la delicadamente y comenzando a caminar por el pasillo, siendo seguido por el guardia, un esqueleto igual a él— No necesito un guardaespaldas, iré a buscar a mi señor.

— Azure, que no deje el pueblo— ordenó la cazadora al guardia, entrando en la habitación para corroborar que no hubiese nada que pudiera atraer al vampiro a aquel lugar. No podrían arriesgar las vidas de los enfermos ante esa despiadada criatura.

Recorrer nuevamente el pueblo, después de varios meses de ausencia, se sentía extraño; Encre sabía que ya no pertenecía a ese mundo, que ahora era parte de la noche, junto a Fallacy. Ya no podía caminar en el sol sin sentir que le lastimaba los ojos, ya no podía dormir en la noche por haberse acostumbrado a pasar las noches jugando con Jasper y Charlos. Ya no era parte del pueblo, y eso solo se volvía más evidente con las miradas que recibía de los habitantes ¿Se habría vuelto más pálido?

— Señor Encre— el guardia, al que alguna vez consideró un amigo, lo detuvo antes de que pudiera entrar al bosque, mirándolo con temor y angustia, genuinamente preocupado por lo que el esqueleto más alta estaba a punto de hacer— ¿En verdad desea volver con ellos? ¿Abandonar su vida para siempre?

— Azure, ellos son mi vida ahora— confesó suavemente, sonriendo a su antiguo amigo con sinceridad— Estaré bien al lado de mi rey, porque yo pertenezco a su lado, apoyándolo. Por favor, se feliz y déjame ir.

No aguardó a que el guardia respondiera, simplemente se adentró en el bosque con calma, intentando recordad que camino había tomado la primera vez que decidió entrar, esperando que la suerte lo volviera a llevar al castillo de Fallacy.

Sabía que el bosque estaba lleno de criaturas, de monstruos iguales o peores al rey vampiro, asechando a la espera de una oportunidad para atraparlo; le daba miedo encontrar alguna de esas criaturas, sin embargo, confiaba en que Fallacy iría por él, iría a rescatarlo y llevarlo de regreso al castillo, de regreso a su hogar.

La oscuridad empezó a tragarse sus pisadas, a crear sombras e ilusiones que le ponías nervioso, incomodo. No confiaba en sus ojos, pues eran expertos en engañarlo, pero debía seguir observando todo para, al menos, intentar llegar a salvo a su hogar.

— ¿A dónde vas, pequeño esqueleto? — el gruñido a su espalda envió un escalofrío por su columna, obligándolo a detenerse y enfrentar su destino. No quería voltear, no deseaba conocer a la criatura que le daría fin a su vida. Simplemente quería llorar el nombre de su señor, llamar a Fallacy como últimas palabras antes de morir.

— Fa-Fallacy...— lloró al sentir la briza acariciándole la nuca, cerrando los ojos con fuerza y entregándose a su fin. Aquello era un deja vu de mal gusto, un recuerdo tan similar a su primer encuentro con el vampiro que le costaba creer que no fuera su señor el que hablaba a su espalda.

Al menos moriría sabiendo que, hasta el último minuto, se mantuvo leal a su promesa.

No supo que ocurrió, posiblemente porque no tenía el valor de abrir los ojos, o simplemente por el hecho de que había pasado muy rápido, sin embargo, no cuestionó nada al verse en brazos del vampiro, firmemente sujetado, surcando los cielos de las primeras horas de la noche como en alguna escena de una novela romántica. Fallacy le sonreía sutilmente, apretándolo contra su pecho y alejándose hacia el castillo, dejando atrás a la criatura que quiso devorarlo, al pueblo y cualquier rastro de miedo que antes sentía.

— Mi señor...— la emoción y felicidad de ser cargado por el vampiro apenas eran calladas por el temor previo de morir sin haber logrado llegar al castillo; se sentía un idiota, pero al menos estaba de regreso donde pertenecía, junto al rey al que había jurado lealtad.

— ¿En que estabas pensando, Encre? — reclamó el vampiro cuando ya estaban por llegar, observando al pinto encogerse entre sus brazos, casi como si buscara el poco calor que emanaba su cuerpo— Recorrer el bosque de noche es un suicidio ¿Qué pretendías?

— Regresar a usted, mon seigneur Fallacy— no supo que más decir, su alma saltaba cada vez que el vampiro le observaba, no importaba que clase de mirada le diera, siempre sentía emoción al recibirla— quería volver a su lado, porque ningún rey merece estar sin el corazón de león que le ayuda a ser valiente.

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Ya sé que Ink no tiene alma, que por eso tienes los viales de pintura para sentir, pero este no es exactamente Ink, así que se aguantan.

¿Les confieso algo? Este songfic lo escribí enteramente para mí, para desestresarme de esta última semana de clases que tengo, de este martirio llamado final de semestre. La historia es lo que muchas veces soñé con hacer para estos dos, pero nunca me animé porque en realidad es algo difícil. No se imaginan lo mucho que me obligue a mantener la palabra "humano" fuera del contexto de Encre.

Realmente amo esta canción, y aunque puede que se sienta incompleto para algunos, yo leo esto y quedo feliz, porque es justamente lo que imaginé que sería.

Si tiene dudas, no teman hacerlas, que yo felizmente las responderé; no me sé toda la información, pero sé lo suficiente para adentrarlos en este mundo de fantasía que tanto me gusta. De todo corazón, espero que les haya gustado.

Nos leemos luego :) 

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