♪Dancing on broken glass♪

Saludos cordiales.

Empiezo a llegar a la conclusión de que el romance no es lo mío. Esta canción es una de mis favoritas, su letra es tan dulce, tan romántica, que estoy seguro de que si tuviese pareja, posiblemente se la dedicaría para los momentos difíciles, pero, a la hora de usarla para escribir, me costó horrores llegar a un resultado con el que me sintiese conforme.

Pasé por tantas ideas, por tantos borradores, que si miramos el historial del archivo original, posiblemente vamos a encontrar al menos cinco historias diferentes. Nunca había sufrido tanto para escribir algo, y mira que he tenido bloqueos preocupantes. Sin embargo, eso no me detuvo, por lo que hoy les traigo algo bien bonito, aunque también algo triste.

The Owl House se ha vuelto sumamente popular por estos días, bien sea por su animación tan fluida y limpia, o por ser la primera serie de Disney que tienes personajes LGBT+ en pantalla sin forzarlo o ser cuaternarios. En cualquier caso, es una serie fantástica y realmente me alegra que surprisellama me haya ayudado a llegar a esta idea. (Perdón si no es lo que tu imaginaste, realmente me esforcé).

Historia protagonizada por Amity Blight. Realmente no tengo más que decir, salvo que si no has visto la serie, es muy probable que te vaya a spoilear unos cuantos detalles.

Sin más que decir, a leer.

Se sentó en el marco de la ventana, acariciando la tapa del cofre en el que ocultaba sus tesoros de sus padres, contemplando la luna alzándose sobre el mar. La noche era una buena cómplice cuando se pretendía recordar, o al menos eso quería creer, pues nadie podía molestarla después de haber apagado la luz.

La idea de que todo cuanto había vivido se perdiese en el mar de la memoria le aterraba, casi tanto como ver partir a quien creía el amor de su vida ¿Qué debería sentir? Su corazón latía con fuerza cada vez que aquella pregunta cruzaba su mente, obligándola a analizar las emociones que revoloteaban libremente en su pecho, alterando sus nervios y poniendo en riesgo la fachada que tenía reservada para sus padres.

Luz había sido la mejor cosa de aquel año escolar, pese a su desastroso inicio, la joven humana se había convertido en esa medicina que tanto buscaba, en un alivio al dolor de la perdida de sus más quería amistades, y un golpe de realidad que tanto sus hermanos con ella misma necesitaban.

Tenía permitido sentir.

Tenía permitido equivocarse.

Tenía permitido amar.

Ni siquiera quería pensar en cómo había empezado aquello, o que había sido lo que había encendido la chispa. Luz era una buena persona, tal vez demasiado buena para su propio bien, pero buena a fin de cuentas; la había salvado en numerosas ocasiones, le había probado que valía la pena esforzarse y luchar por lo que creía correcto, y le había mostrado una sonrisa cariñosa pese a haberla tratado como basura.

Tenía la sensación de que las estrellas brillaban más cuanto más pensaba en la humana; la calidez en su pecho, y el sonrojo, en su rostro, aumentaban conforme los recuerdos se hacían más nítidos, más íntimos. Quería aferrarse a esos momentos por el resto de su vida, atesorarlos para siempre y olvidarse de todo lo demás. Realmente quería que las cosas siguiesen como hasta ahora, quería que Luz se quedase para siempre a su lado pero ¿Qué era lo que quería la humana?

Luz disfrutaba estar en su mundo, posiblemente mucho más de lo que debería, sin embargo, sabía que extrañaba a su madre, que había cosas de su mundo que extrañaba profundamente. Podía recordar las conversaciones que habían tenido al respecto, las historias que la humana le había contado y lo feliz que se veía al mencionar a su madre, aun cuando no había tenido el valor de enfrentarla ¿Desearía volver a casa con la misma intensidad con que ella deseaba que se quedase?

Limpió la lágrima que resbalaba por su mejilla mientras pensaba en los malos momentos, en las veces que la había visto llorar y en como ella misma había tenido la culpa en más de una ocasión. A veces, cuando viajaba mucho en su mente, sentía que era incorrecto, que no tenía derecho a enamorarse de alguien como Luz, cuando la había lastimado tanto. Cuando ella tenía la culpa de sus lágrimas.

Pero Luz siempre regresaba con una sonrisa.

Esa sonrisa era lo que disipaba sus inseguridades, lo que erradicaba el miedo y la incertidumbre; era esa sonrisa la que marcaba sus recuerdo y le hacía sentir que, pese a todo, seguía teniendo permitido amar, sentir mariposas y miedo a meter la pata.

- Amity...- el susurró de Willow la devolvió a la realidad, le recordó que tenía un compromiso al que no podía faltar. Conjuró una abominación para bajar sin riesgos por la ventana, sonriendo a los amigos que había hecho gracias a Luz con sinceridad, apretando el cofre contra su pecho, empezando a correr junto a los otros dos brujos, huyendo de su casa. Rompiendo las reglas.

Nunca había sentido el camino hacia la Casa Búho tan largo, o nunca había detallado tanto el bosque que los guiaba. Gus y Willow caminaban con tanta calma, con un aura tan tranquila, que empezaba a creer que aquella ansiedad era solo suya ¿Acaso no les preocupaba? ¿Qué tan probable sería volver a ver a Luz una vez regresara a su mundo?

Suspiró profundamente al llegar finalmente al lugar, sintiendo nuevamente el corazón acelerado, golpeándole con fuerza el pecho, aumentando el rubor en sus mejillas.

Luz se veía preciosa.

No podía decir si eran los orbes de luz a su alrededor, o si era el efecto de la luna, o de los recuerdos, solo podía afirmar que nunca le había parecido más hermosa, ni siquiera cuando cuándo jugaron contra Boscha. Se congeló un momento, atesorando un recuerdo más en su memoria, sonriendo ante la felicidad de la humana, ante el cuadro tan bello que se pintaba delante de sus ojos.

Nunca notó cuantas amistades había hecho Luz hasta ese instante, hasta cuando vio a todos los que la apreciaban frente a la casa, rodeándola con los brazos y despidiéndola. Su estadía en la isla realmente había cambiado las cosas, no solo había probado que los humanos eran más que débiles seres sin magia, también había cambiado vidas, reunido familias, y salvado su mundo.

Cuanta falta le haría a su mundo al marcharse.

Se animó a unirse a la celebración cuando Luz finalmente notó su presencia, saludándola e invitándola con ellos, a un momento del cual no quería ser partícipe. Apretó con más fuerza el cofre, avanzando con pasos temblorosos y las mejillas lo bastante rojas como para emitir luz propia.

- ¡Me alegra que vinieras! - fue el saludo con que la humana la recibió, rodeándola fuertemente con sus brazos y levantándola ligeramente en el aire, riendo con genuina felicidad e invitando al resto a saludar, rodeando sus hombros en un gesto desinteresado que, para su mala suerte, le quitaba capacidad de pensar.

Realmente iba a extrañar todo eso.

Posiblemente, si las cosas salían bien, encontraría a alguien más para amar, alguien que no tuviese que marcharse, y que la amase de vuelta tal y como soñaba que hiciese Luz. Posiblemente, si las cosas salían bien, se enamoraría de nuevo y sería feliz, lejos de sus padres y sus absurdas reglas. Pero no quería que todo saliera bien, quería a Luz, quería que se quedara y siguiera disfrutando de las maravillas de su mundo.

- Luz... ¿Podemos hablar? - las piernas nunca le habían temblado tanto, nunca se había sentido tan débil en su vida, y a la vez, tan fuerte. Se apartaron un momento del grupo y, como si nadie las viese, comenzaron a hablar de las cosas en las que llevaban pensando toda la noche, en los bellos recuerdos que compartían y en las sonrisas que las habían unido.

Necesitaba saber que ella no iba a olvidarla.

Luz iba a marcharse un día, era inevitable, pero aquel momento, ese último instante juntas, era todo lo que necesitaba para saber que su ausencia era lo mejor. La humana era genuinamente feliz, podía verlos en sus ojos, incluso más que cuando hablaba de Eda o de King, o de los momentos junto a Gus y Willow.

Le entregó el cofre después de un rato, sintiendo que allí iba su corazón "Es un regalo, para que no me olvides" se animó a confesar, acomodándose el cabello tras la oreja y sonriendo tímidamente, deseando que el sonrojo no fuese tan intenso como lo sentía, y que sus latidos no interrumpiesen el momento.

- Jamás podía olvidarte- confesó con esa suavidad que solo la timidez podía otorgar, acercándose un poco más, agregando la caja a su mochila, con una delicadeza que sorprendió a la buja.

No esperaba sentir una caricia en su mejilla, ni escuchar un "te quiero" de sus labios.

No esperaba dar su primer beso aquella noche.

Definitivamente iba a extrañarla, más de lo que posiblemente debería, su ausencia iba a ser tortuosa, un recordatorio de que había un mundo que no conocía, donde Luz haría una vida propia, y aprendería que la magia no era realmente lo suyo. Sin embargo, aquella sensación cálida, aquel dulce sabor y el sutil cosquilleo que dejó en sus labios, era todo lo que necesitaba para seguir adelante, para aceptar la verdad.

A lo mejor, con algo de suerte, solo era un hasta luego; a lo mejor un día volvería a bailar, sin sentir que pisaban cristales rotos. Realmente esperaba que la suerte le sonriese en el futuro.

Hasta entonces, iba a seguir amándola sin importar que, a seguir añorando sus sonrisas en las noches como esa, cuando sintiese que todo se venía abajo, tal y como antes de conocerla.

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Quiero practicar más con el romance, porque hay algo lindo en las ideas que tengo, sin embargo, siempre va a haber algo de sufrimiento de por medio, porque siento que toda buena historia necesita algo de tragedia.

En verdad me siento orgulloso del resultado, siento que el sentimiento de la canción, y del video, quedaron plasmados, sin ser demasiado explícitos. No lo sé, creo que hice un buen trabajo esta vez, especialmente para haber descartado tantas ideas que, en un principio, me parecieron buenas.

Muchas gracias por leer, significa montones.

Nos leemos luego.

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