꒰⁠🔥꒱ Capitulo 28.







PAVEL


Otra erección.

Mientras me duchaba y el agua caía sobre mi cuerpo, el recuerdo de la noche pasada volvía a mí.

No podía sacar de mi cabeza la imagen de Pooh acariciándome, de sus habilidosas manos paseándose por mi cuerpo y de sus labios alrededor de mi pezones.

Y nuevamente mi miembro insistía en ponerse duro, tan duro que ni siquiera una ducha fría lograba calmarlo.

Resignado, conduje mi mano por mi falo y me toqué como tanto deseaba. Mordí mi labio inferior y por unos segundos, lo imaginé a Pooh sentado frente a mí, viéndome con esos ojos lujuriosos que tanto me encantaban.

Mis movimientos se volvían más rápidos a medida que imaginaba el calor de su cuerpo y su aroma tan masculino, la manera en que su mandíbula se apretaba antes de venirse y lo bien que me hacía sentir.

Ni medio minuto fue lo que tardé en venirme y salpicar parte de mi esencia en la pared. Al terminar, dejé que el agua que corría me limpiara y únicamente pensaba en que cada día me estaba volviendo más loco.

Salí del baño y con una sonrisa perversa, se me ocurrió colocarme una de las camisetas escotadas que Pooh me había regalado y había dicho que era una de sus favoritas, junto con unos pantalones pegados al cuerpo. También me coloqué un poco de perfume y peiné mi cabello hacía un lado.

Por alguna razón quería verme bonito para él, llamar su atención.

Entré a la cocina y un aroma exquisito a comida invadió mis sentidos.

-Mmm, ¿sopa de algas?

-Advinaste- Pooh sonrió aún sin verme y revolvió su elaboración con una cuchara.

Como Pooh aún mantenía su mirada en la cocina, me apoyé en el mesón y pensaba en que hacer para que volteara en mi dirección.

-Pooh, ¿me pasas un vaso de agua?

Pooh asintió y me sirvió del dispensador antes de girarse y pestañar varias veces al verme.

-¿Cómo me veo? -Pregunté con una sonrisa y recibí el vaso.

-No creo que ese sea tu estilo- Hizo una mueca y me ignoró volviendo a lo suyo.

Agaché mi cabeza decepcionado y jugué con mi vaso pensando en que tal vez si era verdad que Pooh ya no gustaba de mí.

Bueno, habían varias formas de descubrirlo.

Ambos nos sentamos en el piso, recostando nuestras espaldas en el sofá. Pooh decoró la pequeña mesa de la sala con platos de sopa y dos pequeños vasitos.

Mientras lo veía servir, me sentía orgulloso al ver su alegría contagiosa por haber cocinado su primer platillo y aunque tal vez no era una  maravilla, me gustaba porque sabía que había hecho su mejor esfuerzo.

Pero por otra parte, reconocía que me sentía ahora como un fantasma en su casa. Literalmente lo único que hacía era dormir y ver televisión, lo que me hizo reconsiderar la idea de tener trabajo.

Tomé un poco de fideos de otro tazón con mis palillos y lo acerqué a Pooh para que abriera la boca y poder darle de comer.

-¿Qué haces?- Río.

En seguida devolví mi mano y llevé los fideos a mi boca avergonzado, había hecho aquello de manera involuntaria, lo cual era extraño porque a las únicas personas que alimentaba eran a mis novias.

Hablando de eso...

-He estado conociendo a  una chica por Tinder, ya sabes la app de citas.

-Sé que es Tinder- Pooh sonrío burlón ante mi balbuceo.

-¿Qué te parece?- Le mostré una foto en mi celular de la ardiente chica- Es linda, ¿no? -Entrecerré mis ojos.

Buscaba algún indicio de celos o algo en su expresión, pero no obtuve nada, sólo un leve asentimiento.

-Sí, no está mal- Bebió de su trago desinteresado.

Intenté ocultar el enojo que subió por mi garganta bebiendo también de mi vaso.

¡¿En serio no diría nada?

-De hecho, yo también la descargué -Comentó.

-¿Qué? ¿Por qué hiciste eso?- Vociferé con el volumen más alto de lo esperado y enseguida me arrepentí- Es decir, es peligroso.

-Bueno, te da la oportunidad de conocer personas geniales.

No me gustaba por donde estaba yendo la conversación así que decidí cambiar de tema.

Lo que menos quería era hablar sobre asuntos que me resultaran desagradables como lo era la imagen de Pooh con otra persona que no fuera yo.

-Está muy bueno- Elogié la sopa.

La sonrisa que se formó en su rostro causó una sacudida en mi corazón.

-Creo que es lo único que sé hacer, suelo prepararle sopa a mis amigos para sus cumpleaños- Confesó moviendo sus mejillas con la boca llena- Pensé que era una buena forma de iniciar nuestra amistad.

-¿Qué amistad? -Fruncí el ceño.

-Pues la nuestra.

-No hagas eso- Lo regañé ya sin deseos de comer.

-¿Hacer qué?

-Llamarme amigo, no me gusta.

-¿Entonces como debería llamarte? ¿Roomie?- Sugirió manteniendo su sonrisa juguetona.

-Eso no es muy cariñoso- Le reclamé cruzado de brazos.

-¿Quieres que sea cariñoso contigo?

-Sólo digo que no deberías actuar tan frío.

-¿Yo soy quien actúa frío? Tú eres el que se sienta del otro lado del sofá para no tenerme cerca- Chistó- Soy gay, no tengo lepra y para que lo sepas tu mejor amigo también es gay.

-Es diferente, a Sailub no le gusto.

-A mi tampoco- Determinó sin dudarlo.

Aquellas palabras se sintieron como mil cuchillos instalándose en mi corazón.

-L-lo sé, lo siento- Bajé mi cabeza.

Pooh puso sus ojos en blanco y yo lo sostuve del brazo.

-No te enojes conmigo, por favor.

Pooh seguía sin responderme lo que me volvía inquieto.

-¿Estás enojado?

-No.

-Pooh, por favor.

-Que no.

-¡Pooh!- Chillé.

Él por fin volteó hacía mí y me revolvió el cabello medio enojado y un poco divertido.

-¿Siempre eres así de insistente?

Sólo contigo.

-No me gusta que no me presten atención -Me justifiqué con una sonrisa traviesa.

-Lo noté y tranquilo mientras vivas aquí, sé que no te pasaré desapercibido. Eres muy ruidoso y estás cantando todo el día- Me señaló con sus palillos.

Posicioné una mano en mi pecho ofendido.

-Debes agradecérmelo, son recitales gratis.

-Pues tu único espectador te da sólo tres estrellas.

Hice un mini berrinche que le causó gracia para después servirme otro trago al tiempo que yo le contaba sobre un restaurante que buscaba un limpiador.

Y sin imaginarlo, me quedé hasta las tres de mañana hablando con Pooh sobre temas sin sentido.

Cuando salía con chicas, lo único que me mantenía entretenido en nuestras citas eran los besos o toques calientes, sin embargo, con Pooh una simple charla bastó para sentirme emocionado y sin las más mínima ganas de dormir.

Fue tan extraño.

Pooh se durmió en el otro extremo de la cama abrazado a su almohada y yo recordé lo que me dijo sobre la distancia que imponía entre ambos.

No es que me sintiera incómodo estando con Pooh, solamente tenía miedo. Temía de mis pensamientos cuando estaba junto a él. Su presencia bastaba para transformarme en el ser más inquieto y vulnerable.

Algo inseguro, me acerqué al extremo de la cama en el que Pooh estaba durmiendo y le arrebaté su almohada para hacer espacio para mí.

Nervioso, lo miré durmiendo y su belleza me hechizó. Si despierto era bello, dormido lo era aún más. Pooh mantenía sus ojos cerrados y yo me perdí en el sonido de su respiración.

De pronto, sentí que no había algo más relajante que oírlo dormir.

No obstante, me tensé al sentir su brazo buscando su almohada y al no hallarla abrazó lo primero que encontró, ósea mi cuerpo.

Pooh acomodó su cabeza en el medio de mi pecho y disfruto del calor que le brindaba.

Sonriente, también lo abracé y me di cuenta de que jamás me había sentido tan cómodo con alguien.













Amistades, ¿Creen que si me llevo un libro y lo leo en el concierto de DPR IAN" Christian Yu se enamore de mi? Jajajaja tipo puedo ser la Tn?














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