Capítulo 7

Hoseok continuó gritando mientras se aferraba a la puerta y lloró hasta el cansancio. Nadie iba a abrir. Ya ni siquiera escuchaba las voces de los tipos, seguramente se habían ido de vuelta a la fiesta. Se giró sintiéndose agotado y se apoyó en la puerta. Se deslizó hasta sentarse en el polvoso suelo.

A pesar de sentir que su cabeza dolía por tanto llorar y gritar, podía escuchar que realmente el viento sonaba al pasar entre los juegos del parque y sonaba demasiado tenebroso. No podía dejar de temblar, pero ya no sabía si era por el miedo a cosas sobrenaturales o si era por sentirse tan mal por todo el esfuerzo que hizo al gritar y llorar así.

Observó la habitación vacía y abandonada, era una simple habitación demasiado sucia. Los muebles estaban cubiertos con sábanas. Parecía haber sido algún tipo de sala temática aunque ahora estaba vacía.

La casa rechinaba por la vieja madera, eran sonidos que no le gustaba escuchar, porque parecía que había alguien más en la cabaña. Pero al escuchar que el sonido era constante, se dió cuenta que no era nadie más. No había nadie más en esa cabaña que él.

Si se concentraba, podía escuchar la bulla de la fiesta que continuaba sin él, sin que nadie se diera cuenta siquiera de que no estaba. ¿Tanto lo odiaban? Entendía que Jimin y Hana aún no se dieran cuenta de que no estaba, porque se suponía que iba a estar con Seokjin.

Seokjin...

¿Qué había pasado con él? ¿Se habrá dado cuenta que ya no estaba en la fiesta? Había estado gritando tanto que ni siquiera estaba seguro de si el chico se dió cuenta o no de que aquellos tipos lo habían encerrado.

Suspiró profundo y tembloroso mientras miraba por la ventana. Desde lejos podía notar la silueta de la rueda de la fortuna y de lo que alguna vez debió ser una montaña rusa, pero ahora estaba cayéndose a pedazos poco a poco.

En ese momento se recordó a sí mismo, corriendo y gritando cuando apenas era un niño de diez años. La casa de su abuela era algo oscura y la decoración antigua la hacía ver tenebrosa de noche. Sus padres habían ido de viaje y lo habían dejado al cuidado de la dulce ancianita. No es que a Hoseok no le gustara pasar tiempo con su abuela, era su casa la que le daba miedo.

Por eso cuando escuchó un ruido antes de dormir, comenzó a correr y a gritar mientras salía de la habitación que su abuela le había prestado y se dirigía a la habitación de la mujer mayor. Al abrir la puerta, su abuela ya se había levantado de la cama y se dirigía hacia él, probablemente iba a revisar porque su nieto gritaba como loco, pero Hoseok simplemente abrazó a su abuelita.

─ ¿Qué sucede, pequeño? ─ Había preguntado ella abrazandolo y sobando su cabeza dulcemente intentando consolar su llanto.

─ Abuelita, tu casa está llena de fantasmas. ─ Le había dicho el.

La mujer rió fuertemente mientras lo dirigía a su cama y lo sentaba allí. Respiró profundo y se sentó a su lado.

─ Hoseok, ¿Sabes qué son los fantasmas? ─ Le preguntó.

─ Si, ¡Son gente muerta! ─ Gritó él.

─ Así es. ─ Le dijo ella. ─ Los fantasmas son personas que han muerto, pero tristemente, Hoseok, en éste mundo físico nosotros no podemos ver los espíritus o fantasmas.

─ ¿No podemos? ─ Preguntó Hoseok.

─ Toca mi brazo. ─ Le había pedido la ancianita y su nietecito lo hizo. ─ Lo sientes, ¿Verdad?

─ S-Si. ─ Dijo sorbiendo su nariz.

─ Ahora trata de tocar el aire. ─ Le dijo ella.

Hoseok levantó sus manos pero no sintió nada.

─ Así como el aire. ─ Le dijo su abuelita. ─ Nosotros no podemos sentir lo espiritual.

Hoseok sonrió entonces y se sintió aliviado, pero cuando volteó a ver a un lado, vió que su abuelita se miraba algo triste.

─ Abuelita, ¿Por qué estás triste? ─ Había preguntado sin entender mucho.

─ Pequeño, si realmente pudiéramos ver fantasmas, me encantaría volver a ver a tu abuelito y a mis padres. ─ Le dijo ella. ─Pero no se puede, ellos están lejos, viviendo una vida en un cielo.

─ ¿Es cómo un mundo de fantasmas?

─ Como un mundo de fantasmas. ─ Afirmó ella. ─ Ya no están aquí, ellos están mejor que nosotros. Así que no temas por los muertos, Hoseok, los muertos no pueden hacerte daño. De quién debes cuidarte, pequeño, es de los vivos. Los vivos son crueles y a veces quieren hacerte mucho daño. Ten cuidado de los vivos.

Hoseok sollozó suavecito mientras volvía a recordar las palabras de su abuelita. Ella tenía razón, pues en ese momento, le daba más miedo que esos tipos regresaran y le hicieran daño.

Tenía más miedo por lo que sucedería cuando volvieran y lo encontraran así, hecho un desastre. ¿Serían capaces de incluso obligarlo a hacerse pipí para seguirlo molestando? Las personas podían ser muy crueles.

─ Es cierto, abuelita. ─ Dijo al aire, pues su abuelita ya había fallecido. ─ Tengo miedo... tengo miedo de los humanos... ─ Susurró.

Sorbió la nariz y sintió una helada ráfaga de viento que incluso movió un poco sus flecos. Levantó la mirada para notar que la ventana estaba cerrada, entonces continuó mirando la habitación hasta que vió que al otro lado había una puerta.

Era extraño porque él estaba seguro de que esa puerta no estaba allí o tal vez sus ojos habían estado demasiado nublados por llorar. Se limpió la cara con ambas manos y se levantó apoyándose en la puerta tras él.

Pues si había sentido viento probablemente había venido de esa puerta y si había viento quería decir que tal vez esa puerta llevaba a la salida. Honestamente, en ese momento prefería probar esto a quedarse a esperar a que los idiotas de su universidad volvieran.

Por eso atravesó la habitación, sintiendo que el ambiente se enfriaba cada vez más, tanto que sus dientes comenzaron a castañar. Llegó hasta la puerta y respiró profundo, tomó el pomo y lo giró escuchando un sonido algo chirriante, hasta que hizo clack.

Empujó la puerta y esta se abrió. Hoseok notó muchos árboles, no estaba seguro de haber notado tantos árboles tras la cabaña. Hacía mucho frío pues el viento se movía entre los árboles, moviendo las hojas. También estaba oscuro, por lo que el pelinegro tragó saliva.

Volvió a ver hacia atrás, a la puerta bloqueada del otro lado. Pensó que solamente iba a rodear la cabaña para volver a la fiesta. O tal vez iría un poco más lejos para salir del parque sin que nadie lo notara. Le gustó más la segunda opción así que salió de la cabaña y cerró la puerta tras él.

Luego se abrazó a sí mismo pues realmente estaba haciendo mucho frío, le parecía increíble cuánto frío estaba haciendo, pues cuando llegaron al parque el viento no se sentía tan helado, solamente un poco fresco. Respiró profundo y comenzó a caminar entre los árboles diciendo que caminaría hasta salir del otro lado de la arboleda, no creía que pudieran haber demasiados árboles dentro del parque.

-👻-

─ Hana. ─ Jimin detuvo a la chica sosteniéndola del brazo.

Ella dejó de bailar y observó el rostro confundido de su novio.

─ ¿Qué pasó? ─ Preguntó.

─ Mira, ¿No es ese Seokjin? ─ Señaló a la persona disfrazada con una sábana.

La chica se giró y dirigió sus ojos hacia donde Jimin le indicaba. Efectivamente pudo localizar al único chico con el disfraz más soso de toda la noche, una simple sábana con algunos agujeros.

─ Si es él. ─ Dijo tranquilamente.

─ Si, pero... Si él está allí, ¿A dónde está Hoseok?

Hana volteó a ver de nuevo y revisó a las personas con las que Seokjin hablaba y no pudo ver entre ellos al hermoso chico que había ayudado a disfrazar de pirata.

─ Oh no, no está con él. ─ Dijo ya comenzando a preocuparse.

─ Vamos. ─ Le dijo su novio.

Ambos comenzaron a andar entre las personas, empujando un poco para poder llegar a su objetivo más rápido. Al llegar, Jimin puso su mano en el hombro de Seokjin.

Éste se giró.

─ ¡Boo!

Jimin giró los ojos.

─ ¿A dónde está Hoseok?

─ ¿Hoseok? ─ Seokjin se quitó la sábana de encima para ver al otro chico disfrazado de pirata. ─ ¿Aún no lo han sacado de la cabaña de atrás? Me dijeron que sería una hora.

─ ¡¿Qué?! ¡¿Quienes?! ─ Preguntó Jimin.

─ Esos idiotas. ─ Le dijo Seokjin señalando a los tipos que bebían y hablaban como si ya estaban demasiado borrachos en la esquina.

─ ¿Y los dejaste? ─ Preguntó el pirata.

─ Es Halloween, se supone que solo iba a ser una pequeña broma.

─ ¡¿Estás idiota o qué?! ─ Preguntó Hana.

─ Vamos, seguramente ya lo sacaron y está llorando en el baño o algo así. ─ Les dijo.

Jimin iba a golpearlo pero Hana lo detuvo.

─ Solamente vamos por él. ─ Le dijo y el castaño asintió.

Caminó tras Seokjin que se dirigió a los chicos.

─ ¡Oigan! ─ Gritó y algunos de ellos se giraron a verlo. ─ ¡¿Sacaron a Hoseok de la cabaña?!

─ ¡¿Qué?! ─ Preguntó uno de ellos. ─ ¡No! ¡Aún debe estár allí llorando el marica ese!

─ ¡Dijeron que sería solamente una hora! ¡Idiotas! ─ Se quejó Seokjin.

─ ¡Pues sácalo tú! ─ Le dijo uno de ellos a lo que Seokjin bufó comenzando a caminar hacía la cabaña.

Jimin y Hana lo siguieron, sólo deseaban encontrar a su amigo. Pronto notaron que algunos de los tipos habían venido tras ellos.

─ ¡Vamos a ver si se hizo pipí! ─ Dijo notablemente borracho.

Jimin giró los ojos.

─ Lo tocas y te pateo los huevos. ─ Amenazó Hana.

El chico se calló pero reía burlón. Llegaron a la entrada.

─ Oh, está muy callado. ─ Notó uno de ellos haciendo que Jimin y Hana se sintieran incluso más preocupados. ─ ¿Se habrá desmayado?

─ ¡Callense! Solo, vamos rápido. ─ Dijo Seokjin comenzando a ponerse algo nervioso.

Caminaron a través de la sala y llegaron a la puerta bloqueada. Uno de los idiotas quitó todo para lograr abrirla y pronto se encontraron con una habitación vacía.

─ ¿Hoseok? ─ Llamó Jimin, pensando que el chico podría haberse ocultado. ─ ¡¿Hoseok?!

Se metieron y comenzaron a buscar. Luego todos voltearon a ver a la única puerta de la habitación, la cual había estado bloqueada. Fueron a la ventana, pero ésta no tenía señas de haber sido abierta. Además estaba cerrada por dentro.

─ ¿Qué mierda? ¡¿Dónde está Hoseok?! ─ Preguntó Jimin comenzando a enojarse.

─ Te juro que aquí estaba. ─ Dijo uno de los tipos.

─ Es cierto. ─ Confirmó Seokjin. ─ Ésta era la habitación.

─ Pues no pudo haberse esfumado de la nada. ─ Les dijo Hana. ─ ¡Búsquenlo!

Así comenzaron a buscarlo hasta que tuvieron que detener la música de la fiesta pues el chico no aparecía y nunca apareció.

-👻-

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