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— ¿Adivina quién soy? —dice Kibum apareciendo justo frente a Jonghyun cuando iba saliendo del baño.
Ya acostumbrado a las repentinas apariciones e invasión a su privacidad y espacio personal, Jonghyun le dedica una mirada aburrida al fantasma que flota un par de céntimos sobre el suelo, haciéndose irritante y absolutamente 2a propósito más alto que él.
Kibum lleva una capa negra, camisa blanca, jeans oscuros, maquillaje negro en sus ojos y los clásicos colmillos de plástico de vampiro.
—No vendrás conmigo —dice atravesando a Kibum para ir por sus cosas o llegará tarde y e perderá el autobús.
— ¡Pero es Halloween! ¡Es el único día en que puedo ser visto por los humanos! Además, hay una fiesta esta noche, no puedo no ir solo porque eres un bastardo egoísta.
— ¿Disculpa? ¿Yo soy el egoísta? ¿Quieres que te recuerde quien es el culpable aquí de que yo no tenga una vida normal ni amigos porque creen que estoy loco y me la paso hablando solo?
Kibum frunce los labios evitando la mirada y el ceño fruncido que Jonghyun está poniendo. distraídamente patea el aire y flota hacia arriba.
—Solo fue una vez y ya me disculpé por eso —dice, evasivo— ¿Cómo alguien tan chiquito puedo guardar tanto rencor?
—Oh, jodete —Jonghyun agarra lo primero que tiene a mano y se lo arroja a Kibum, la camisa sucia lo atraviesa, pero le queda la satisfacción del rostro ofendido de Kibum.
— ¡Oye, Taemin me presto esta capa! ¡Y deja de arrojarme cosas, es de mala educación, incluso para los que no estamos vivos!
— ¿Sabes que es de mala educación? Aprovecharse de la inocencia e ingenuidad de un niño de cinco años y engañarlo diciendo que sería su amigo si hacia un pacto con él.
Jonghyun tira todo en su bolso con más fuerza de la que debería, pero a quien le importa, va a llegar tarde y discutir con Kibum no tiene remedio, nunca lo tuvo. El fantasma es molesto, arrogante y egocéntrico, Jonghyun le está haciendo un favor al no exorcizarlo y dejarlo quedarse porque el hijo de puta lo necesita y no hay nada como la satisfacción de cuanto irrita más a Kibum que tener que depender de alguien.
—Si quieres deshacerte de mí, hazlo, ya sabes lo que debes hacer.
Kibum, por supuesto, lo sigue por las escaleras flotando sobre su cabeza en posición horizontal con los brazos cruzados sobre su pecho.
—No en esta vida —murmura con dientes apretados.
—¡Buenos días Jonghyun, buenos días Kibum! —Sodam los saluda cuando los ve bajar, tiene una manzana en la mano y una taza de café en la otra, Jonghyun le roba la manzana cuando pasa junto a ella y corre hasta la puerta.
—¡Adiós noona! —grita cerrando la puerta.
Todavía se arrepiente de hablarle contado de Kibum a su hermana, ella es la única persona que sabe que puede ver a un fantasma y que dicho fantasma pasa casi las veinticuatro horas del día con él. Decirle no fue intencional, habían robado una botella de soju que tenía su madre en el refrigerador y se escondieron en el patio trasero para beber. Después de unos cuantos tragos, algunas bromas y uno que otro llanto, Jonghyun había abierto su boca y derramado toda la verdad.
Le conto sobre Kibum, un fantasma de más de doscientos años con el que hizo un pacto secreto que entrelazo sus almas y que ato al fantasma a este mundo mientras Jonghyun estuviera vivo.
Al inicio Sodam no le creyó y pensó que todo era una broma que Jonghyun se inventó del día en que estuvo perdido y fue encontrado en un cementerio. Tenía cinco años y estaban visitando a una tía en pueblo lejano donde las ancianas contaban historias para asustar a los niños de ciudad como ellos.
Jonghyun se había perdido y desaparecido por casi seis horas hasta que fue encontrado, su rostro estaba sucio y húmedo, lleno de lágrimas, su ropa estaba cubierta de tierra y se había raspado las rodillas, pero estaba bien. Cuando le preguntaron que estaba haciendo y si había estado solo, él dijo que no, que no estaba solo pero cuando lo encontraron no había nadie más con él.
Esa noche hace un año bajo los efectos del alcohol, Jonghyun le demostró a Sodam que Kibum era real.
Le había pedido hacer flotar la botella y Kibum lo hizo, también asusto a Sodam cuando empezó a jugar con cabello y narro la historia de Kibum.
No pensó que lo recordaría al día siguiente, pero lo hizo. Sodam lo había arrastrado hasta su cuarto en cuanto llego a casa y se negó a dejarlo salir hasta que le explicara que había pasado.
Nervioso, Jonghyun lo negó al inicio, pero termino admitiendo la verdad.
Kibum había tomado la mano de Sodam y tiro de ella gentilmente para no asustarla.
Le llevo casi una hora en donde fue sometido a un interrogatorio hasta que ella decidió que no estaba loco.
Desde entonces cada vez que están solos suele preguntar si Kibum está cerca para saludarlo o simplemente lo hace dando por hecho que lo está, que suele ser la mayoría del tiempo.
Todavía no se siente cómodo con eso, pero la sonrisa entusiasta de Sodam y el amor incondicional que demostró al creerle hace rechazar su apoyo sea imposible, al menos ella si supo cómo guardar un secreto.
Kibum por otra parte es un verdadero chismoso, de verdad, nada lo detiene. Ama hacer bromas y ponerlo a sudar cada vez que invita a los dos únicos amigos que tiene. Su favorita es empujar cosas, sobre todo si con ello consigue fastidiar a Minho.
Para ser un fantasma Kibum es extraordinariamente social, tiene amigos por todas partes, no es de extrañar teniendo en cuanto que lleva mucho tiempo flotando por ahí. Su amigo más cercano es un vampiro llamado Taemin al que Jonghyun nunca ha visto antes porque a Taemin no le gusta salir, lo único que sabe de él es lo que Kibum le cuenta y Kibum ama el sonido de su propia voz porque nunca se calla, siempre tienen algo que decir, una opinión que expresar o encontró una nueva y novedosa forma de fastidiar a Jonghyun.
Termina el día de manera exitosa, regresando a casa a tiempo para ponerse su disfraz y encontrar a Kibum esperándolo en su habitación. Kibum ya no lo acompaña a clases, no desde la escuela cuando lo metió en problemas y llamaron a su madre para hablarle de su extraño comportamiento. Según su maestra, Jonghyun solía hablar con demasiada irregularidad y ya no estaba en la edad de tener amigos imaginarios.
—Te vez bien —dice Kibum desde la cama de Jonghyun. Ya no está usando su disfraz de vampiro, lo cambio por una sudadera rosa y pantalones cortos.
—Gracias, la sangre falsa fue de mucha ayuda —su disfraz es simple, una camisa blanca, pantalones de cuero negro complementado con una pistolera con pistolas falsas. La sangre cubre su camisa y parte de rostro y cuello para darle un aspecto más dramático, también se arregló el cabello.
—Oh, ¿tu querías sangre falsa?
Los ojos de Jonghyun se abren salvajemente y Kibum estalla en carcajadas.
—Es broma, relájate —sonríe poniendo los ojos en blanco— Taemin jamás me daría tomar una de sus bolsas de sangre.
—Ya no se si puedo creerte —murmura entrecerrando los ojos con sospecha, porque conseguir sangre real es algo que Kibum haría.
— ¿Estás seguro de que no quieres que te acompañe? Prometo portarme bien —Kibum gatea por la cama poniendo ojos de cachorro— nadie sabrá quién soy, puedes inventar una historia y decir que soy un primo lejano o algo así.
— ¿Por qué te interesa tanto ir? Apuesto a que has ido a muchas fiestas a lo largo d ellos años.
La cara de Kibum pierde su brillo.
—No es divertido si nadie sabe que estoy ahí, soy visible una vez al año y solo durante la noche, ¿acaso es tan malo estar conmigo en público?
Jonghyun hace una mueca, eso es jugar sucio. Kibum está haciendo esa cara que le hace querer abrazar al tonto fantasma y consolarlo. Puede que tenga más de doscientos años, pero tiene la apariencia de una adolescente y un rostro muy bonito.
—Mierda, bien, puedes venir —se rinde dándole la espalda para evitar hacer algo aún más tonto que llevar a un fantasma real a una fiesta— pero hay reglas.
Kibum grita y salta sobre Jonghyun abrazándolo desde atrás.
— ¡Gracias! Voy a ser un buen chico, lo prometo.
—Ya me estoy arrepintiendo de eso —suspira cerrando los ojos. El cuerpo de Kibum es una tibia presencia contra su espalda que le pone la piel de gallina.
Puede sentirlo e incluso tocarlo, pero no se siente de la misma forma que tocar a otra persona, es simplemente extraño, pero se siente bien.
—Lo que sea —refunfuña, recibiendo a cambio una sonrisa risueña del fantasma.
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