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Varios engranajes estaban girando dentro de los mellizos Haitani, frente a ellos estaba Sanzu (su superior, que claramente los estaba odiando con cada particula de su ser) pero a su vez en la misma cocina estaba una mujer -que los mellizos recién habían descubierto que existía-, que aparentemente podía retener al Mad Dog de la Bonten Gang...
Esto era bastante divertido para Ran y Rindo, que por un lado pensaban en como seguir molestando a Sanzu (y sobrevivir en el intento) y llegar a su objetivo acordado (diversas discusiones de negocios, relacionadas al mundo criminal), a la par que estaban pensando acerca de la vida marital de su superior (había muchas preguntas para esta aparente pareja).
Mientras los mellizos pensaban, había un enorme silencio solo interrumpido por los tarareos de Takemichi y la llovizna del exterior.

-¿Desde hace cuanto que estás casado?- Ran pregunta con curiosidad.
Como se mencionó anteriormente, era sorprendente que alguién como Sanzu estuviera casado...

-¿Qué te importa? Esto no es asunto de ninguno de ustedes dos- Sanzu exclama con molestia.
-Hace poco fue nuestro quinto aniversario- Takemichi responde con alegría, haciendo a su esposo suspirar.
La pelinegra era muy tierna, no es que Sanzu se quejará de esto, pero ella podía arruinar cualquier intento de intimidación en momentos.

-¿Que?¿Cuando?¿Donde?- Rindo exclama anonadada -¿Me estas diciendo que estuviste casado por 5 años y nadie se ha enterado?-

-Fue una boda modesta, asistió poca gente- Takemichi aclara un poco sonrojada.
-Algunos lo saben, es solo que es un hecho bien guardado... Solo asistieron Takeomi, Senju y Kakucho- Sanzu explica con indiferencia.

-¿Kakucho asistió a tu boda?- Los mellizos exclaman sorprendidos.
-Quiero decir, entiendo que hayan venido tus hermanos pero ¿Kakucho?- Ran añade confundido, intentando razonar el hecho.

-Kakucho es un amigo de la infancia de Takemichi- Sanzu menciona rodando los ojos.
-¡Kaku-chan viene a comer de vez en cuando por aquí!- Takemichi añade con emoción.

¿Kaku-chan?
El apodo sonaba como una campana dentro de los mellizos. Ran estaba legitimamente confundido y casi asustado por la información que acababa de oír, mientras que Rindo hacía el mayor esfuerzo que podía para contener su risa.
¡Fucking Kaku-chan!
La hermana menor no podía esperar para utilizar el apodo para molestar al numero 3 de Bonten.

Sanzu intentó ignorar por unos momentos a los mellizos Haitani y mirar su celular, para enviar mensajes a Kakucho y Takeomi, pero ninguno parecía estar disponible en estos momentos. Lo cual significaba que estaba él solo, teniendo que aguantar a los mellizos Haitani...Sobra decir, que Sanzu estaba experimentando un verdadero dolor en el culo.
-Si yo no les asesino a ustedes dos en las próximas horas, lo hará Kakucho si se atreven a llamerle 'Kaku-chan' a la cara- Sanzu advierte con indiferencia volviendo a guardar su teléfono, mientras que finalmente Rindo estallaba de la risa al escuchar al usualmente serio Sanzu decir 'Kaku-chan'.

-Sanzu, una parte de mi solo esta cada vez más confusa- Ran exclama mirando fijamente a su superior, ignorando a su hermana (que estaba recuerando el aliento después de su carcajada) -¿Que se supone que es todo esto realmente?¿Nuestros negocios tienen algo que ver en todo esto?-

-¿"Realmente"?¿Que intentas decir con eso?... Para que sepas, Bonten no tiene nada que ver en esto, puedes dejar de ser tan secretivo. Esto no es nada de 'intentar proteger mi doble vida secreta' o algún cliche de ese tipo, mi esposa sabe bien que hago- Sanzu prontamente responde, pero los mellizos fueron sorprendidos porque por unos momentos su superior estaba enojado.
Lo singular esque este era un enojo diferente a los ataques de ira o comportamientos extraños que habían visto anteriormente en Sanzu.
Otra vez, el numero 2 de Bonten se había contenido de actuar, pero su esposa no se molestó en contener las palabras nocivas que Sanzu murmuraba por lo bajo.

-¿Pueden posponer sus charlas de negocios de Bonten por ahora? La comida esta lista y la cocina no es el lugar para hablar de trabajo- La pelinegra insiste con calma mientras colocaba la olla de nikujaga en la mesa.
El olor y el calor del estofado hecho en casa pronto invade los sentidos de los mellizos Haitani, Rindo estaba salivando y Ran estaba positivamente sorprendido del platillo frente a él.

Takemichi procedió a servir la comida y sentarse entre su esposo y sus invitados, en cierto sentido salvando a los mellizos Haitani de más enojos de Sanzu.
El hombre de cabello largo estaba disgustado por como Ran y Rindo comían (en realidad, Sanzu estaba molesto con su mera presencia en la casa), pero la presencia y las charlas de Takemichi en la mesa lo ayudaban a contenerse, al menos por el momento.

*******

-...- Rindo estaba en silencio observando el plato que había vaciado hacía solo unos instantes -¿Más, por favor?- La menor de los Haitani exclama sorprendentemente emocionada.
La comida de Takemichi no le había gustado, le había encantado. Había una familiaridad que Rindo solo había sentido en las pocas ocasiones que ella cocinaba junto a su hermano (ahora que tenían dinero y poder, cocinar se había vuelto una tarea menial...).

-No- Sanzu dice.
-No es necesario pedir por favor- Takemichi exclama con una sonrisa mientras vuelve a servir comida a Rindo, que si bien era unos años mayor que la pelinegra, en general se comportaba de una forma mucho más infantil. Si Rindo no fuera la ejecutiva de uno de los grupos criminales más notables de Japón, quizás sería enternecedor.

-¿Alguno de ustedes quiere iniciar ya con los bizcochos?- Takemichi pregunta a Sanzu y Ran.

-No gracias, estos dos me arruinaron el apetito- Sanzu admite con honestidad mientras señala con rabia a los mellizos Haitani.
-Más para mi entonces- Ran exclama aceptando de buena gana el gesto de la pelinegra de ojos azules.

-Buen provecho- Takemichi exclama mientras coloca los porciones de bizcocho en la mesa, ella come un poco con modestia mientras que Ran toma las porciones más grandes y Rindo se apresura para comer el postre.
Sanzu por otro lado observa en silencio, con claro disgusto por los mellizos Haitani.

-Si vas a tener esa cara mejor podrías irte ¿No?- Rindo exclama con molestia por la cara de su superior.

-¡Es mi casa, puedo estar y mirar donde quiera!- Sanzu responde prontamente -Es más ¿Por que vinieron a mi casa en primer lugar? ¡Deje en claro que estaba fuera de los límites!-

-Lo sentimos...bueno, no realmente. Pero tenemos asuntos que atender y tú te estabas tardando demasiado- Ran excusa sus acciones.
-Y ya veo porque- Rindo murmura mirando levemente a Takemichi, verdaderamente ella era radiante...

-¿Sucedió algo con Mikey? Si no, realmente no hay motivo para que me molesten- Sanzu proclama con seriedad ante las palabras de Ran, mientras que ignoraba los murmuros de Rindo.

-Mikey esta bien pero pronto tendrá que hacer un viaje de negocios y tuvo uno de sus arrebatos, tenemos que arreglar varios asuntos- Ran explica, en su mayoría verdad aunque sin duda sus palabras estaban algo endulzadas (para proteger un poco más su pellejo).

Eso explicaba en parte la aparente ausencia de Takeomi y Kakucho en el teléfono, Sanzu parecía inmóvil y callado pero su mente estaba pensando rápidamente...ciertamente era matar dos pájaros de una piedra, si él se iba ahora podría ayudar a su Rey y tener a los Haitani fuera de su casa.
Pero había un extraño pensamiento en la cabeza de Sanzu -¿Un viaje de negocios? Pero Mikey no ha querido abandonar Japón en años-

-Cierto, pero sabes que a veces puede ser un poco...errático...Sin ofender por supuesto- Ran añade con calma.
-Te veo menos emocionado de lo que esperaba, normalmente- Rindo intenta molestar a Sanzu.

-¡Cierra la boca! Mejor nos vamos ya, antes de que ustedes dos me vuelvan aun más loco- Sanzu interrumpe enojado, mientras se levanta de la mesa y se va por un abrigo para irse hacía el cuartel de Bonten, estaba claro que había trabajo que hacer y el trio de oficiales ya había perdido unas cuantas horas.

-Haru ¿Quieres llevar un poco de bizcocho para después?- Takemichi ofrece con amabilidad.
-Si, gracias- Sanzu acepta de forma calmada mientras su esposa empieza a poner el postre en una bolsa para llevar.
-¿Ustedes también quieren comida para llevar?- La pelinegra ofrece a los mellizos Haitani.

-¡Si!- Rindo prontamente acepta, mientras que un molesto Sanzu gruñe y Ran simplemente suspira con unas pequeñas gotas de sudor -¡Takemichi!¡Ven con nosotros a Bonten!- La menor de las mellizas exclama tomando las manos de Takemichi, que apenas acababa de terminar la reción de Sanzu.

Sanzu iba definitivamente a matar a Rindo una vez su esposa estuviera fuera de esta situación -...¿Esta bien?- Takemichi acepta, incapaz de negarse a los ojos emocionados de Rindo.
Un problema de Takemichi era su incapacidad de decir no a ciertos reclamos...

*******

Takemichi estaba con unos cuantos contenedores en su regazo, dichos contenedores estaban llenos con estofado y bizcochos para los mellizos Haitani (y más personas), mientras que Sanzu llevaba sus propia comida.
La pareja estaba en los asientos traseros en uno de los autos de los mellizos, con Ran conduciendo y Rindo como copiloto (mirando en el espejo dentro del auto a Sanzu y su esposa, la menor de los Haitania tenía una sonrisa diabólica).
Ran conducia de forma descuidada entre diversos caminos, pero los únicos ruidos que interrumpían el silencio del auto eran las constantes peleas entre Rindo y Sanzu. Pero incluso con las mencionadas peleas, Takemichi estaba bastante emocionada y determinada.

-Lo siento, pero realmente quería conocer a tus compañeros de trabajo- La pelinegra menciona inclinándose un poco hacía su esposo.

-Ya conoces a Takeomi y Kakucho- Sanzu argumenta con indiferencia, o eso quiere aparentar el hombre de cabello largo.

-Si, pero no habría nada de malo hablar con más personas- Takemichi exclama en respuesta, manteniendo un brillo muy especial en sus ojos. Sanzu simplemente suspira.

Aparentemente Takemichi sabía muy bien que su esposo estaba en Bonten, pero Ran observaba que la pelinegra trataba a algunos de los peores criminales de Japón como simples obreros...

Dentro de poco el grupo de cuatro se encontró frente al 'cuartel' de Bonten, un edificio aparentemente respetable que servía de tapadera para los altos cargos de la organización (que estaba esperando a tres personas, no a cuatro).

*******

-Si ocurre algún problema, llámame- Sanzu advierte en un pequeño instante a solas con Takemichi, que por su lado en un principio estaba sorprendida.

-Esta bien, Haru~-Takemichi menciona dando un pequeño beso a la mejilla de Sanzu, antes de irse junto a Rindo.
Por un momento Sanzu se había quedado quieto, solo una persona había visto el gesto (Ran estaba en la parte trasera del auto encargándose de tomar algunos documentos) y ni siquiera Rindo haciendo gestos molestos hacía Sanzu podía arruinar el buen humor de este ultimo.

-Hey Ran apresurate- Sanzu vuelve a la realidad cuando ve a Ran salir del auto. Entre menos tiempo tuviera que gastar, más rápido podría alejar a Takemichi de la organización Bonten.

Mientras que Ran y Sanzu iban a encontrarse con Kakucho y Kokonoi (Takeomi por el momento inmediato estaba ocupado en otros asuntos), Rindo había tomado por si misma la decisión de llevarse a Takemichi a la cafeteria-bar del edificio.
-Este es Shion Madarame, un viejo amigo mio. Ahora se encarga de dar alcohol y comida a los subordinados de Bonten mientras que yo soy una alta ejecutiva- Rindo presenta al 'encargado' del lugar (que en general estaba repleto de comida, alcohol y olor a cigarrillos).

-Oye- Shion se queja con molestia de la molesta ejecutiva.

-No lo se Rindo, creo que este es un trabajo igual de respetable que el tuyo- Takemichi menciona con calma -Hola, yo soy Takemichi- La pelinegra saluda a Madarame.

-Michi es una nueva amiga mia- Rindo exclama interrumpiendo a Takemichi, sacudiendo levemente el hombro de Takemichi (que no pudo presentarse propiamente).
-¿Quieres un poco de bizcocho Madarame?- Takemichi ofrece, a lo que el encargado agarra el bocadillo con educación, al principio con cierta curiosidad.

-Parece demasiado educada para ser tu amiga Rindo ¿De donde la secuestraste?- Madarame menciona con indiferencia, antes de dar un bocado -Maldición esto es bueno...muy bueno- El hombre exclama sorprendido.

-Muchas gracias- Takemichi sonríe ante la alabanza a su cocina, parecía una especie de Sol en medio de la cafeteria-bar de Bonten.
-No la secuestre de ningún lado, es más, la salve de Sanzu- Rindo exclama con orgullo, creando una expresión confusa en Madarame.
-Pero...no necesito ser salvada de Haru- Takemichi afirma con calma, la voz de la pelinegra es suave y gentil pero nadie podía ignorar cierta determinación en la misma.
-¿Estas segura que conocemos al mismo Sanzu? Estar en el mismo edificio que él es peligroso- Rindo insiste.

Más subordinados de los mellizos Haitani estaban reuniéndose alrededor de su jefa y su nueva invitada, que en general parecía ignorar las miradas extrañabas que los miembros de Bonten le daban. Y si ella se daba cuenta, su respuesta casi-instintiva era ofrecer comida...lo cual en realidad era sorpresivamente efectivo, con apenas comer y charlar la gente pronto recibía una buena impresión de Takemichi.

-¿Tu amiga sabe realmente donde esta parada?- Madarame pregunta viendo a su invitada, que parecía más bien estar en una especie de acto caritativo.
-Estoy casi totalmente segura que ella entiende que somos de Bonten- Rindo responde prontamente, aunque su compañero todavía no estaba tan seguro -Oye Michi, prestame atención a mi...De paso dame más comida- La chica exclama de manera infantil, como un gato que requería atención.

-Ya voy- Takemichi exclama calmadamente a su compañera, que recibe finalmente más atención de la pelinegra. De paso Rindo empieza a beber alcohol, servido por supuesto por Madarame, que ahora tiene que aguantar la interminable charla de Rindo.
-¿Alguna vez Sanzu te ha hablado de nosotros? Seguro que si...-Rindo exclama con cierta curiosidad.
-Bueno...quizás. Haru no suele decir nombres, así que a veces es un poco confuso, porque casi todos sus compañeros de trabajo parecen molestarle de un modo u otro- Takemichi exclama un poco avergonzada, su esposo no era precisamente una persona de muchos amigos (ella tampoco, pero al menos era amigable).
Rindo parece gruñir molesta -Bueno, a quién le importa lo que diga ese raro- La mujer suspira inclinándose hacía Takemichi -¿Capaz oíste de mi en otro contexto? Estuve en eventos importantes como el Incidente de Kanto o la Batalla de las 3 Deidades- Rindo parece presumir.

-Para ser sincero, estoy seguro que todos hablan de Ran, no de ti- Madarame molesta a su superior, que le responde levantándole el dedo del medio.

-Estas celoso porqué yo continúe mi carrera en las grandes ligas, después de los Black Dragon y Tenjiku nunca has sido un oficial de alto rango, la última vez fue en la Kanto Manji- Rindo responde molesta, a lo que Madarame alza los hombros con verdadera indiferencia.

-¿Estuviste en Tenjiku, Madarame?- Takemichi pregunta con cierta curiosidad.

-Si- Madarame responde de forma breve, aunque hubo una breve sonrisa arrogante por unos momentos.
-Ah, parece que algo te hizo 'click', Michi- Rindo exclama con orgullo -Mi hermano y yo también estuvimos allí, como parte de la 'generación de S-62'-

-Oh, eso es increíble- Takemichi exclama con una sonrisa.
-¿Sabes que significa eso?- Madarame pregunta con cierta duda.
-¡Si, significa que ustedes conocieron a un viejo amigo mio!- Takemichi exclama con alegría y incluso orgullo, pero una vez más la mujer parece tomar por sorpresa a las personas a su alrededor.

Ahora hay un click dentro de Rindo, ella se fija en los pendientes de Takemichi...Se parecían al simbolo de Bonten, que a su vez tiene una gran similitud a los pendientes hanafuda que alguna vez fueron llevados por Izana.
Anteriormente Sanzu menciono que Takemichi y Kakucho son amigos desde la infancia, lo que aumentaba la posibilidad...de que Izana y Takemichi se hubieran conocido en algún momento...

-...Michi, eres una persona realmente interesante- Rindo exclama sorprendida, casi encantada por la extraña maravilla que era la mujer frente a ella...Mientras tanto, Madarame parecía haber sido golpeado fuertemente en el estómago después de ver los pendientes de la pelinegra.
Todavía había muchas preguntas en realidad...

-No lo creo- Takemichi admite con un poco de vergüenza y un leve sonrojo, que por un momento parecía haber detenido a casi todos los presentes en la cafeteria-bar del cuartel.

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-¡Kokonoi!¡Descubrí un secreto de Sanzu!- Ran anuncia corriendo después de haber terminado su papeleo.
Ran y Sanzu habían terminado su trabajo en tiempo record, para correr hacía Kokonoi y Kakucho.
Ambos habían acordado mantener ciertos 'anuncios' para el final de su trabajo principal, ya que resolver el arrebato de Mikey era la principal prioridad del numero 3 (Kakucho) y el tesorero (Kokonoi), desviar su atención hacía otros temas podía resultar en aun más problemas.

-Oh, cuenta- Kokonoi exclama mientras se sirve café.

-¡Kakucho!¡Hay una crisis!- Sanzu llega justo después e intenta interrumpir a al mayor de los Haitani, antes de que la situación se salga de control.

-¿Que sucede?- Tanto Kakucho como Kokonoi preguntan, con genuina preocupación, porque Sanzu parecía molesto o incluso preocupado.
El problema era que ahora Sanzu estaba contra la espada y la pared, él quería hablar con Kakucho a solas, pero ahora no podía con Kokonoi y Ran también presentes.
Debido a esto, el breve tiempo donde Sanzu no pudo hablar propiamente fue aprovechado por Ran.

-Sanzu esta casado...con una mujer- Ran exclama y Kokonoi casi tira su taza de café.

-Bueno...tenía mis sospechas, pero igual es una sorpresa- Kokonoi admite -Me gustaría darle mis condolencias a aquella mujer-

-¿Espera, tenías tus sospechas?- Ran y Sanzu preguntan curiosos, Sanzu en particular tenía un aura muy sombría a su alrededor.
-¿Que dijiste de 'condolencias'?- El hombre de cabello largo añade con molestia, hablando por lo bajo.
Kakucho también estaba confundido, pero estaba fallando en regresar al "punto central" de la conversación.

-Verán, el dinero siempre deja rastros y he seguido las finanzas de casi todos los miembros importantes de Bonten desde la formación del grupo. Las finanzas de Sanzu siempre han sido algo extrañas, en lo que respecta a gastos menores...pensé que simplemente se había obsesionado con alguna prostituta, un vendedor de drogas o alguna persona parecida a Mikey, no que se había casado- Kokonoi exclama, dejando sorprendido a Ran.
Sanzu por otro lado estaba considerando si matar a los mellizos Haitani (y quizás a Kokonoi) ahora, o después.

-¿Como Ran se entero de Takemichi?- Kakucho pregunta seriamente a Sanzu, se veía como cierta ira se estaba acumulando en el numero 3 de Bonten.
Parece que Sanzu tendrá que encargarse de los Haitani después.
-Oh, Kakucho sabe...¿La trama se complica?- Kokonoi exclama por lo bajo.

-Eso es lo que te quería decir, Ran y Rindo entraron a mi casa y encontraron a Takemichi...Además, Takemichi esta ahora mismo en el cuartel...ella te trajo algo de comida por cierto- Sanzu añade a Kakucho, que por un momento tenía una expresión en blanco.
El numero 3 mira a Ran como una mirada asesina, parecía que en cualquier momento podría explotar -¿Donde esta ella ahora?- El hombre de la cicatriz pregunta a Sanzu.
-Se fue con Rindo, no estoy del todo seguro donde están. Pero siguen en el edificio- Sanzu responde con seriedad.

Kakucho y Sanzu giraron a ver a Ran, que sintió un escalofrío recorrer su espalda.
El mayor de los Haitani definitivamente podía pelear, pero pelear contra Kakucho y Sanzu a la vez (sin ayuda, porque Kokonoi definitivamente no iba a meterse en la pelea - el tesorero la disfrutaría desde la distancia) era otro asunto.

Kakucho suspira -Vamos a encontrar a Takemichi primero y después nos encargamos de los Haitani- El hombre de la cicatriz exclama.
-Me gusta tu plan- Sanzu admite con calma.
-¿Puedo acompañarlos?- Kokonoi pregunta con educación y cierto interés, era una petición que sorprendía a Kakucho y Sanzu...
-Bien, pero no hables mucho, ya estoy bastante molesto- Sanzu presiona al tesorero, que parece aceptar la amenaza (aunque Kokonoi sin duda tiene una pequeña sonrisa en sus labios, porque definitivamente conocer un poco más de Sanzu podía ser bueno para la billetera de Kokonoi).

-Kaku-chan te aseguró que tu amiga esta bien junto a mi hermana- Ran exclama con preocupación por su hermana, antes de que el trio de ejecutivos de Bonten se vaya -...¿Dije Kaku-chan?- A Ran se le habían escapado el apodo de Kakucho...El mayor de los Haitani ya estaba recitando mentalmente algunas oraciones, porque estaba claro que Kakucho tenía intenciones de convertir a Ran en pulpa.
Sorprendentemente, Sanzu salvo la vida del mayor de los mellizos Haitani -Ignoralo, encontrar a Takemichi es más importante ahora- El hombre de cabello largo exclama, motivando al grupo de tres (y Ran) a ir a buscar a Takemichi.
¡Gracias Takemichi! Aquella mujer era definitivamente un signo de buena suerte para Ran, quién sobrevivió a entrar en la casa de Sanzu y llamar a Kakucho "Kaku-chan" gracias a ella.

Pero la supervivencia del mayor de los Haitani seguía en riesgo, ya que Rindo no respondía a sus mensajes (su hermana menor lo estaba dejando en visto) y parecía que el celular de Takemichi estaba en silencio o algo así...
Los cuatro hombres empezaron a recorrer el edificio en busca de Takemichi y Rindo.
...Ran en particular sudaba un montón durante la búsqueda.

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Extra [El trabajo de Sanzu]

Realmente, Haruchiyo Sanzu se mantenía más ocupado con la tarea de mantener a la Bonten Gang lejos de Takemichi, que en mantener a Takemichi lejos de su 'trabajo'.

Takemichi sabe obviamente que su esposo es en esencia, un criminal/yakuza, y no cualquier criminal de hecho...

Sanzu tenía dinero y poder en casi todo Japón (tenía las manos metidas en corrupción, conglomerados comerciales, drogas, prostitución y más), por encima de él solo había una persona.
Sanzu podía tener
casi todo lo que pudiera querer o desear. Y fuera del papeleo, a Sanzu le gustaba ensuciarse las manos.

Sanzu disfrutaba mucho de pelear y asesinar, tanto a traidores como a enemigos de su 'Rey'.

El Loyal Mad Dog de Bonten acumulaba noche tras noche más crimenes y cadáveres, cuyo rastro desaparecía al día siguiente...

Los cadáveres eran limpiados por distintos subordinados de Sanzu dentro de Bonten, y generalmente Sanzu se limpiaba antes de volver a casa junto a su esposa.

Pero en ocasiones habia excepciones.

Takemichi!- Haruchiyo exclama sorprendido (de buena forma) de ver a su esposa esperándolo frente a la puerta, era un poco tarde -Lo siento, fue un día ocupado-

-Ya veo- Takemichi menciona observando a su esposo. Haruchiyo estaba bañado en sangre, que por supuesto no era de él, la sangre sobre el hombre de cabello largo provenía de un grupo bastante grande de victimas que Sanzu había juntado aquella noche.
-
Ten cuidado con el piso. Voy a prepararte un baño para que te limpies- Takemichi ordena, ella tenía experiencia limpiando sangre, pero no quitaba que ella quería ahorrarse la molestia de limpiar mucha sangre.

-Entendido- Haruchiyo acepta con calma mientras se quita los zapatos.

En unos momentos después la ropa estaba doblada, a espera de ser limpiada por las manos de Takemichi.

Dentro del baño de la casa, Haruchiyo se sumergía en agua caliente, empezando a limpiar las impurezas superficiales de su piel -¿Haru?- Takemichi pregunta con curiosidad desde el otro lado de la puerta.

-¿Si?- Haruchiyo exclama.

-¿Tienes alguna herida?- Takemichi pregunta con preocupación.

-...Solo heridas superficiales- Haruchiyo responde con calma, y a continuación sus oídos escuchan satisfacoriamente un suspiro contento de su esposa.

-Es bueno saberlo~- Takemichi tararea con alegría. Una sonrisa se forma en el rostro de Sanzu, todo estaba bien.

Pero podía ser mucho mejor, aparentemente. El corazón de Sanzu se aceleró cuando su esposa entró en el baño para acompañarlo con el agua caliente...
Si, definitivamente Haruchiyo tenía una buena vida, compartiendo y acurrucándose casi diariamente con Takemichi en su pequeño mundo (apartado de Bonten, aunque no del crimen)...

Lamentablemente el agua caliente no podía deshacerse de todo, Sanzu seguía siendo perseguido por impurezas y en un futuro, uno de sus días idílicos se convertiría en pesadilla por unos mellizos de Roppongi. 

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