Capítulo 5

—¿Estás loco? —le pregunta Yoongi exaltado en voz baja en busca de no llamar la atención de todos a su alrededor. NamJoon negó y firmó el último papel de la pila frente a su escritorio. Lo apiló junto a los demás y se levantó de su asiento.

—La madre de SeokJin necesita trabajo y yo se lo daré, no tiene nada de malo porque también es la madre de Taehyung, el mejor amigo de mi hijo. —dijo NamJoon sin más sin borrar su suave y obstinada sonrisa del rostro.

—Bien, sí eso lo entiendo. Pero por dios Kim NamJoon, cuando SeokJin te vea va a tener muchos problemas, tanto en su casa como en su trabajo ¿estas consciente de eso no? Y si dice algo tu familia se irá al caño junto el amor de tu hijo.

NamJoon tomó un sorbo de su café y miró la hora.

—Por eso voy a tomar medidas. Lo estuve pensado durante dos eternas semanas y he llegado a una conclusión, necesito acabar todo con SeokJin. No más burdel, no más encuentros ni engaños a Wendy. Cuando SeokJin esté en casa voy a buscar una manera de hablar con él en privado y le diré que actúe como si nada hubiera pasado.

Yoongi negó—No sabes lo que dices. ¿Acaso no recuerdas cuando lo viste por primera vez? Con solo verlo una vez y apenas cruzar unas palabras te obsesionaste con ese muchacho, y aún peor, parece que tienes sentimientos por él. —NamJoon no le miró a los ojos—Ese chiquillo es quince años menor que tú, casi podrías ser su padre como lo fuiste el de JungKook ¿Entiendes eso? ¡Estás enamorado de un niño!

—No lo estoy, yo... Esto se pasará, solo necesito tiempo para que ni siquiera lo recuerde.

Su amigo más bajo negó sin convencerse.

NamJoon no iba a soportar un solo día sin SeokJin luego de volver a verlo. Se iba a volver loco.

Yoongi aún no olvidaba como lo miraba, la manera en que NamJoon fluía y se entendía con SeokJin como nunca antes. Desde aquel primer día en que él lo había llevado al burdel siendo NamJoon un "hombre de bien que no le gustan esos lugares" a ser el amante de uno de los muchachos del lugar.

Recordaba a manera en que la mirada de SeokJin y de su mejor amigo habían hecho click al instante. La manera en como SeokJin miraba a NamJoon mientras besaba a su cliente, sonriéndole discretamente, llamándole con un simple cantoneo de caderas al cual había hecho a NamJoon decidirse de una vez por todas a acercarse al muchacho.

O simplemente cómo se habían besado sin decir palabra alguna a pesar de que NamJoon ni siquiera había pagado por a compañía del chico.

Era como si ellos estuvieran hechos el uno para el otro.

Era tan fácil como haber soportado a NamJoon esas dos semanas, despistado y preguntándole todos los días si de casualidad había ido al burdel.

"Es solo lujuria" Aún recordaba cómo se lo había dicho luego de tres días seguidos de ir al burdel solo para estar con SeokJin, y hasta ese momento Yoongi lo creía, SeokJin era hermoso y no iba a negar que su amigo podría caer profundamente por él, pero ahora habían pasado meses desde aquel día y NamJoon seguía pensando en él cada minuto, cada segundo.

Ya no estaba tan seguro si era tan solo lujuria como él tanto había asegurado, y mucho menos luego de verlos juntos un mes después cuando juntos fueron al burdel, menos luego de ver como SeokJin saltaba a sus brazos y lo saludaba tan alegre como si la noche anterior no se hubieran visto, como se besaban y jugaban como un par de adolescentes enamorados.

—Nos vemos, ya me tengo que ir o se me hará más tarde. —dijo NamJoon dando una palmada en la espalda del más bajo. Yoongi asintió y lo miró irse mientras relajaba su ceño fruncido.

Lo único que pensaba era que NamJoon volvería a caer con SeokJin una y otra vez más mientras estuviera a su alcance. Estaba seguro, apostaría su vida si pudiera.

Una llamada de celular aturdió a NamJoon de sus pensamientos mientras manejaba su auto, era Wendy, probablemente avisando que habían llegado. NamJoon apretó el volante y respiró hondo, estaba a tan solo dos cuadras de su casa y su corazón ya estaba hecho un lío, no sabía si era por volver a ver a SeokJin luego de dos semanas, o si era por el hecho de que descaradamente ambos estaría frente a sus familias conviviendo y haciendo como si nada hubiera pasado entre ellos, como si no se conocieran.

Cínico. Casi podía escuchar como gritaban sus alrededores.

No. No era así, NamJoon no lo sabía, no tenía idea que SeokJin era hermano del mejor amigo de su hijo, no tenía la culpa ¿No? No, no lo hacía.

Tomó las llaves del auto y buscó la de llave de la puerta principal. Sus manos a pena y podían sostenerlas, se sentía un tonto por no poder tomar la llaves correctamente, ni siquiera sabía por qué se encontraba tan nervioso.

Entonces por fin abrió la puerta.

Varias voces se escuchaban de fondo, lejos de allí, todos estaban en el patio trasero. Fácilmente reconocía la voz de su hijo y la de Taehyung, riendo y siendo regañados por Wendy por medio de bromas y risas.

NamJoon ajustó su corbata y acomodó su traje negro ajustado. Sus manos no paraban de moverse de un lado a otro, tratando de arreglar pequeñas imperfecciones las cuales nunca le importaban, cosa que repentinamente en ese momento lo hacían.

Dejó las llaves tiradas en el sofá y caminó hacia el gran ventanal de cristal. Dejó salir todo ese aire acumulado en sus pulmones y deslizó la puerta de cristal.

Sus ojos se posaron directamente sobre SeokJin. Estaba de espaldas, inclinado ayudando a Wendy a colocar los platos en la mesa y asintiendo hacia lo que su esposa le decía.

—¡Amor llegas a tiempo! —exclamó su esposa corriendo hacia NamJoon para depositar un beso en su mejilla a penas lo había visto cruzar la puerta. Taehyung y su madre sonrieron volteando a mirarlo, haciendo una leve inclinación hacia él.

—SeokJinnie cariño saluda al padre de JungKook. —le regaña su madre en un murmullo.

—Sí, solo déjame tomar el pastel. —dijo sonriente acomodando su vestimenta antes de voltear hacia el hombre.

SeokJin se quedó congelado y su sonrisa se borró al instante.

—Mucho gusto señora, hermano de Taehyung, soy Kim NamJoon.

El postre se resbaló de sus manos haciendo que se embarrara en el pasto y parte de sus zapatos—Pero SeokJin qué has hecho... —dice su madre avergonzada y dándose la vuelta para tomar algunas servilletas.

—Mierda, lo siento. —dijo con la voz temblorosa sin querer alzar la mirada. Se agachó y con sus manos tomó uno que otro pedazo de pastel para colocarlo de nuevo en la charola donde iba—Ahora lo limpio, solo necesito un poc-

—No te preocupes, yo te ayudo. —sintió la presencia de NamJoon en frente suyo. No quería mirarlo, no quería ni siquiera cruzar palabras con él. Pero fue inevitable cuando las manos de NamJoon tomaron sus muñecas, alzando una de sus manos para él mismo limpiarlas.

Sus labios y manos picaron de necesidad. NamJoon estaba muy cerca de su cuerpo, con sus ojos centrados en sus manos, limpiándolas cuidadosamente y respirando con dificultad.

SeokJin solo se preguntaba si NamJoon sentía lo mismo que él.

—Qué pena de verdad. —dijo la madre de SeokJin sin saber qué hacer.

—Está bien, tranquilos todos, ahora limpiamos. —dijo Wendy con una encantadora sonrisa—Taehyung, hijo, vayan por una toalla para que SeokJin se limpie correctamente. Nosotras vayamos a buscar a alguna muchacha para que limpie esto.

La madre de Taehyung asintió y salió de allí siguiendo a Wendy, al igual que los amigos salieron hacia la casa en busca de una toalla.

NamJoon ayudó a SeokJin a levantarse colocando suavemente su mano sobre su cintura.

—No hagas eso. —dijo SeokJin en voz baja apartando la mano de NamJoon—¿Tú ya lo sabías? Mierda, esto es una completa mierda. —dijo llevando sus manos hacia su frente, masajeando su sien. 

NamJoon no dijo nada, solo llevó su mano hacia la mejilla de SeokJin y lo miró directamente hacia los ojos.

—Por favor detente. —NamJoon hizo oídos sordos, delineando las facciones del menor con su pulgar, pasándolo suavemente contra los dulces labios de SeokJin. El joven jadeó y cerró sus ojos ante el tacto del mayor—¿Por qué me hiciste venir a tu casa? Ellos no deben saber que nos conocemos, o cómo lo hacemos. Si Wendy se entera...

—No lo hará —SeokJin lo mira con ojos de súplica—, te lo prometo.

NamJoon apartó su mano del rostro de SeokJin y se separó al momento de que las voces de los demás se hicieron presente de nuevo.

—Tenemos que hablar. —dijo SeokJin antes de dirigirse a su madre y su hermano para terminar de poder limpiar sus zapatos.

NamJoon solo lo observó y ocultó sus manos en los bolsillos de su pantalón. Mirando a su esposa hablando con una de las muchachas que trabajaban en la casa, pidiendo que limpiase pastel sobre el pasto y llevara unos zapatos limpios para SeokJin luego de ello.

El moreno sintió la mirada de SeokJin y le correspondió al segundo. Ambos se miraron a los ojos y ningunos de los dos pudo despegarla del otro.

Ellos tenían que hablar, iban a dar fin a esto y ambos iban a estar de acuerdo. Solo tenían que hacer como si nada hubiera pasado, como si no supieran sus nombres, como si no supieran lo que gustan uno del otro, como si NamJoon no supiera cuantos lunares tenía SeokJin en su espalda o cuanto amaba que lo mimaran y besaran su frente diciéndole lo hermoso que era.

NamJoon solo tenía que cortar el lazo con SeokJin y todo arreglado. No iba a ser tan difícil.

No, ¿Verdad?


Los amo muchísimo, gracias por todo su apoyo. Tengan una hermosa noche<3

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