Capítulo 1
El olor a rosas y a perfume masculino inundando sus fosas nasales mientras aquel hombre tomaba su mano y depositaba un mórbido beso sobre ella, al mismo tiempo que alzaba su mirada hacia sus propios ojos, SeokJin fingiendo una sonrisa coqueta hacia el hombre.
Los ojos de SeokJin se posaron sobre la pistola que era sostenida por el cinturón del hombre junto a un fajo de billetes, dólares para ser concretos, ya sabía lo que quería.
—Eres una belleza muchacho. —le dijo el hombre con sus ojos ardiendo en llamas, sus manos quemando por acariciar la suave piel que lo llamaba.
SeokJin se removió en su asiento e hizo una suave inclinación con su cabeza—Mi nombre es SeokJin señor.
—Perfecto. Seré claro, me gustas, eres el mejor de todos aquí. —acarició su mejilla, bajando sus dedos por su cuello hasta sus clavículas hasta acariciarlas y hundir un dedo suavemente en ellas.
SeokJin se mantuvo en su lugar, sin borrar aquella falsa sonrisa dibujada en su rostro, ni siquiera una arcada, estaba tan acostumbrado a aquella situación que ni siquiera se inmutaba, al contrario, instintivamente SeokJin llevaba una de sus manos hacia uno de sus muslos, apretándolo apoyándose en él.
¿Cuántos hombres habían pasado por él? ¿Veinte, treinta? Posiblemente el doble, ni siquiera lo recordaba, solo quería que fuera al grano e hiciera su trabajo. Solo quería que acabara.
—¿Ves todo esto que está aquí? Es posiblemente el quíntuple de lo que te pagan por una hora, sino es que más. Te daré todo esto si vienes a mi departamento a pasar esa hora y haces lo que yo desee, cobraras lo que harías en cinco horas de trabajo chico, no puedes dejar pasar esta oportunidad. —SeokJin no apartó su mano cuando la sintió acariciando de más sus muslos y su rostro—Y te daré aún más de propina si me gusta lo que haces.
No era raro que un hombre le hiciera propuestas así, era muy común. Bonne Nuit era el burdel más costoso de todo Seúl, posiblemente de todo el país, solo iban hombres con mucho dinero y grandes contactos, eso sin quitar el hecho de que la privacidad era magnífica, ninguna persona sabría que estuviste allí, nunca, ni siquiera sus nombres eran mencionados si el cliente así lo deseaba.
El burdel con más calidad en chica y chicos. Sonaba gracioso, pero era verdad.
Solo trabajaban jóvenes apuestos, hermosos y tirando a lo exótico, todos ellos firmaban un contrato como cualquier otro trabajo, a pesar de que era ilegal la prostitución, al ser de alta gama, la política era involucrada, colocándose vendas en los ojos y siendo parte del negocio. Nadie era tonto, y mucho menos cuando de dinero se trataba.
—No puedo ir a su departamento señor, podemos ir a una habitación acondicionada a sus órdenes si desea. —intentó convencerlo, hablando en todo bajo y coqueto, cariñosamente haciendo un suave gesto en busca de comprensión.
—Creo que no has entendido muchacho. —dice el hombre subiendo la fuerza de su tono, pero al mismo tiempo siendo cuidadoso de que nadie escuchara—Cuando termines aquí, quiero que vayas a mi departamento, como horas extra, algo así como un trabajo exclusivo, todo este dinero será tuyo, la casa no se enterará. —llevó una de sus manos a su arma y SeokJin sintió como su corazón dejaba de latir por un momento. Lo estaba amenazando, necesitaba ayuda.
Miró de reojo a Wonho, uno de los guardaespaldas del lugar, el guardaespaldas de los jóvenes que trabajaban en el lugar. Wonho notó su mirada al instante y entendió lo que pasaba al ver su lenguaje corporal implorando ayuda.
—Si yo quisiera podría comprarte SeokJin, si quiero te tengo solo para mí y a mi disposición. Soy un hombre millonario de cuarenta y ocho años, sin alguien con quien gastar mi fortuna, puedes tener todo lo que quieras si vienes conmigo, solo tienes que asentir y te dejarte ir, me iré de aquí y pasaré por ti en una hora. —acercó su rostro hasta pasar sus labios por la mejilla de SeokJin. Jin cerró sus ojos con fuerza, estaba prohibido besar a los chicos si no habían pagado por compañía, en cualquier momento llegarían, lo ayudarían y alejarían a ese hombre, lo sabía.
—¿Parece que no has entendido las reglas del lugar, verdad? —SeokJin volvió a respirar con tranquilidad cuando Wonho jaló al hombre y quitó el arma de su cinturón, guardándola en uno de sus bolsillos—Vete, es la segunda vez que molestas a uno de nuestros chicos, te queda una vida campeón, fuera y no regreses si quieres que quienes amenacemos seamos nosotros a tu asqueroso trasero.
Otros guardias lo tomaron y lo llevaron hacia la salida a la fuerza, el hombre enojado y gritando maldiciones e insultos hacia SeokJin.
SeokJin se encogió en su lugar y miró el fajo de billetes sobre la mesa, lo había dejado.
—Quédatelo, ese dinero y más es de tu propiedad. Pasaste un mal rato.
Jin negó y a escondidas se lo pasó Wonho.
—Si alguien me ve al salir con esa cantidad de dinero me van a matar. Quédatelo, deshazte de él o dáselo a Irene.
—Ella pensará que has robado a un cliente y será mucho peor, solo di que es tu propina y listo. —Dice Wonho inclinándose y suavemente acariciando su mejilla—Tranquilo, él note hará daño. —SeokJin se apoyó a su tacto y cerró sus ojos.
Siempre ocurría lo mismo, lo amenazaban y SeokJin no podía dormir, con miedo a que lo siguieran o uno de esos hombres le hiciera daño a su familia. No era justo, no quería vivir así.
Pero debía.
—Hey, te acompañaré a casa. Tranquilo Jin. —le dijo Wonho en voz baja. SeokJin asintió y le sonrió honestamente.
—Te lo agradezco tanto.
—Por algo somos amigos ¿No?
SeokJin asintió y se levantó del lugar, acomodando su cabello y su uniforme.
—Iré con Seulgi para que me arregle el maquillaje, nos vemos. —Wonho asintió y lo miró hasta que lo perdió por las paredes del lugar.
SeokJin caminó por el largo pasillo donde diversas habitaciones se encontraban, habitaciones donde música clásica retumbaba o unas que otras voces dentro de ellas. No quería imaginarse lo que ocurría en las que estaban inundadas en música o en silencio, se asqueaba con solo pensarlo, y lamentaba por las chicas y chicos que se encontraban allí.
—¡Mi hermoso SeokJinnie! —exclama Seulgi tomando su mano—Pasa. Que extraño que no estés con un señor de esos que están afuera, eres el más cotizado de Bonne Nuit qué ocurre.
SeokJin rió bajo y se acomodó en el sofá de la habitación, donde diferentes luces, armarios y tocadores se encontraban.
—Estuve, pero un hombre se pasó de listo y quiso pagarme por apartado, me insinuó en comprarme pero pedí ayuda a Wonho y lo sacaron del lugar.
—De verdad que no entiendo por qué no aceptas una de esas propuestas. Son viejos millonarios que en algún momento se morirán y te heredarán toda su fortuna, y tendrás la vida realizada. Dios mío, eres hermoso y joven, ¡Tienes diecinueve años! Puede ser todo lo que quieras con ese hermoso rostro.
SeokJin niega con una suave sonrisa y cierra sus ojos cuando la mujer empieza a retocar su maquillaje.
—Tengo familia, no la dejaría por nada del mundo, mucho menos por dinero. Solo trabajo aquí por la gran paga y porque así puedo ayudar a mi madre, no quiero una vida millonaria llena de lujos, quiero ser feliz, quiero enamorarme y ser feliz con un hombre maravilloso, sin importar si es millonario o no. Prefiero eso a ser infeliz y con mucho dinero.
Seulgi negó y acomodó sus cabellos.
—Tú te lo pierdes. —le dijo terminando por colocar un suave labial sobre sus labios—Por cierto, tu teléfono sonó toda la noche, no sé quién era pero parecía urgente.
—¡Debiste avisarme! —exclama Jin corriendo hacia su mochila, sacó su celular y miró la gran cantidad de llamadas y mensajes diciendo que fuera a casa rápido.
"Taehyung de nuevo tuvo un ataque de asma, por favor responde".
—Joder, joder. —fue hacia su armario personal y sacó su ropa, quitándose su uniforme, tomando su pantalón negro y su camisa blanca—Seulgi ayúdame, necesito desmaquillante y agua.
—¿Pero qué pasa? —la mujer tomó el desmaquillante y rápidamente lo ayudó, acompañándolo al baño para limpiar su rostro y la sutil brillantina que adornaba partes de sus brazos.
—Mi hermano tuvo un ataque de asma, necesito ir y ver cómo esta. Por favor dile a Irene que tuve una emergencia, dile que el resto el pago de la noche es suyo pero que no me acuse con el jefe. —Seulgi la miró con comprensión y asintió pasándole sus tenis y quedándose con su ropa—Muchas gracias, te debo la vida.
Seulgi le murmuró un suave "Suerte" y se quedó en el lugar preocupada.
SeokJin salió apurado por la parte de atrás para que nadie lo viera, tomó un taxi y rápidamente tomó su celular mirando la gran cantidad de mensajes que se encontraban en su celular.
"Tranquilo, ya estamos en casa. Taehyung está durmiendo pero sigue con problemas para respirar, sus medicinas se han terminado y necesitamos comprar más." SeokJin pidió parar antes de su hogar para comprar todo lo necesario, sabía que su madre no tenía dinero y por eso no había comprado nada para Taehyung.
Miró el gran fajo de billetes que el hombre había dejado y tomó parte de él para pagar las medicinas en la farmacia.
—¿Dónde estabas? Te llamamos mil veces. —dijo su madre preocupada una vez SeokJin había llegado.
—¿Dónde está Taehyung, traigo sus medicinas, compre todas, y compré dos de cada una así que tiene para tres semanas, posiblemente un mes.
Su madre lo miró apenada y acarició su mejilla, besando su frente mientras sus ojos ardían.
—Está bien mamá, para eso trabajo, Taehyung es mi hermano y yo debo apoyarlo. —sacó el resto del fajo de billetes y se lo dio a su madre.
—¿De dónde sacaste todo este dinero? SeokJin esto es demasiado.
—Mamá, no digas nada, tómalo y administrarlo correctamente. Iré a ver a Taehyung.
SeokJin subió, sintiendo como las lágrimas amenazaban por salir. Sabía que su mamá imaginaba que estaba metido en cosas malas, incorrectas, pero nunca le decía nada debido a la gran necesidad del dinero, sabía que su mamá sufría por ello, por no poder cuidar de su hijo, pero a veces no había más opciones que tomar.
SeokJin era un ángel.
—JungKook, ¿Qué haces aquí, es tarde?
El chico lo miró y se levantó para saludar a SeokJin. JungKook era el mejor amigo de Taehyung, posiblemente el único, ambos tenían diecisiete años y eran inseparables. Podría ver los ojos de JungKook tristes mirando a Taehyung plácidamente dormir sobre su cama.
—Tu madre me habló cuando estaban en el hospital, no iba a dejarlo solo.
SeokJin sonrió y se acercó a Taehyung acariciando su cabello y su pálida mejilla.
Sabía que estaba mal lo que hacía, lo tenía en cuenta desde que se levantaba para ir a la universidad hasta que salía de Bonne Nuit para ir a casa y tomar una larga siesta. A veces pensaba si podría dejar el burdel, podría trabajar doble turno en una cafetería, dejaría la universidad y se centraría a trabajar para llevar dinero a casa, pero quería estudiar, recibirse y ser alguien en la vida. Aunque eso costara tener que acostarse con millones de hombres, satisfacer sus necesidades, SeokJin quería ser feliz, sabía que acabaría todo ese infierno en un par de años, sería feliz con su madre, con Taehyung.
Solo tenía que soportar más tiempo. Solo un poco más.
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