Bonnie x Golden (2)

— Oh, vamos amor, no estas gordo, al contrario, te ves Her-Mo-So — le dijo el rubio a su novio.

— Pe-pero ya se me nota la panza — comenzó a llorar nuevamente, eso de que sus emociones sean variadas no ayudan mucho al mayor y no me entran mis pantalones..

— Es solo por el embarazo, ya veras que cuando nazca nuestro bebé tu peso volverá a ser el mismo que antes ¿Si?

— No, porque con todo lo que estoy comiendo voy a quedar gordo, muy gordo.

Se acostó en la cama sollozando, otra vez.

— Amor — Golden se acercó lentamente practicando mentalmente lo que diría ¿Sabes por qué te elegí a ti en vez de a Freddy? — le preguntó ya con un sin fin de respuestas para darle.

— No..

— Porque te amo, y no importa si pesas 160kg (ahre :v) o si te quedas calvo, siempre serás lo más precioso ante mis ojos, tú y nuestra niña.

— ¿Cómo sabes que sera niña y no niño?

— Algo en mi corazón me lo dice, así como me dijo que estaría a tu lado — vio como su novio se acomodaba en la cama para quedar sentado con su espalda apoyada sobre las almohadas.

— ¿Quieres hablar otra vez con ella? — le preguntó Bonnie secándose las lágrimas con los dedos.

— Claro que si — se acercó gateando hasta la panza abultada del chico Holaa, soy yo, tu papito — comenzó a hablar tu mami esta muy delicada estos días, pero él esta feliz por tenerte.

— Basta Golden — rió avergonzado, sus mejillas estaban algo coloradas.

— Ambos esperamos tenerte entre nuestros brazos y darte muchos besitos, y muchos abrazos — comenzó a imaginarse a una hermosa bebé con el pelo morado y de ojos grises, en sus brazos junto al menor de estatura.

— Vas a ser un buen padre.

— Y tú una buena madre — se burló, viendo como la cara del chico se transformaba de una llena de amor a una de enojo en segundos.

— Vas a terminar durmiendo en la jaula de Guillermito cuando me vuelvas a decir "mamá".

— No, mentira amor — se levantó con ayuda de sus manos para besar los labios de su pareja, fue a penas un piquito, pero aun así quedo atontado por el suave tacto de ambos labios al juntarse.

— ¿Me amas mucho? — le preguntó Bonnie tomándolo por las mejillas, pasando sus dedos por los finos y delicados cabellos rubios de su novio.

— Muchísimo, no hay nada en este mundo que pueda medir mi amor por ti — lo volvió a besar, sólo que esta vez fue más intenso que el otro.

Poco a poco el rubio se fue subiendo arriba del menor sin aplastarlo o dejar su peso sobre él, llevó sus manos a la cintura del chico, acariciando esa zona con delicadeza.

— Mmm~ no, el Doctor dijo que podría hacerle daño al bebé — le recordó, había corrido la cara para terminar el beso y quitarle las manos de su cintura.

— Cierto.

— No te desanimes, dentro de 4 meses podemos volver a intimar, porque yo me quede con muchas ganas — susurró con picardía, guiñándole el ojo.

— Conejito necesitado, harás que te viole a este paso.

— Eso me gustaría — le dejó un pequeño beso en el cuello.

— Oh, aquí viene el vampiro — soltó un raro grito antes de meterse entre su cuello y morderle esa zona con algo de ferocidad, causándole cosquillas al menor.

— Puff, y-ya Jaja — alejó al contrario poniendo sus manos en el pecho de este.

— Bueno — tomó solo un poco de distancia para mirar a su pareja — te amo tanto, no se que haría sin ti.

— Yo también te amo.

Y volvieron a besarse.

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