x28x

El castaño tiraba suavemente de el cabello alborotado de Gerard. De sus labios se resbalaban constantes gemidos y murmullos inentendibles. Apenas lograba mantener un ritmo, golpeando repetitivamente.

El pelirrojo mordía las sábanas y se aferraba fuertemente a ellas, rogando que el golpeteo de la cama contra la pared no se escuche fuera de la habitación. También deseando que ese cosquilleo placentero nunca se acabe, pero al mismo tiempo, queriendo finalmente llegar al orgasmo.

Pasaron por varios tortuosos minutos donde a sus piernas les costaba mantenerse en su lugar y su respiración era reemplazada por suspiros intensos y agudos gemidos de los labios del mayor.

Frank sostenía firmemente las caderas del contrario con una de sus manos, con la otra acariciaba toda la extensión de piel que podía, y a veces tomaba unos mechones de cabello para jalarlos suavemente.

El sonido de las pieles chocando junto al simple paisaje de los ojos entrecerrados en el rostro enrrojecido del menor, podía hacer que Gerard se excitara aún más. Y el momento más esperado para él, llegó. Golpeándolo duramente en todo su cuerpo, llenando su vista de pequeñas estrella y arrancándole toda la cordura.

El mayor se dejó caer en la cama, con el vientre húmedo por su semen. Se incorporó apoyandose sobre sus brazos para acercarse hasta Frank y chupar su pene duro, tan caliente.

Lamió con profundidad, hasta rozar su campanilla y al compás de los gemidos roncos del castaño, sentir su boca llena del líquido tibio. Tragó hasta la última gota, ayudándose con una de sus manos para recoger los restos que se deslizaban por su barbilla.

Se apartaron, sólo para luego estar más juntos que nunca en un abrazo, uniendo tambien sus labios en un beso totalmente húmedo y torpe.

Apenas pudiendo respirar con normalidad, pero ya un poco más tranquilos y relajados. Olvidándose de todo, se dispusieron a dormir, con Gerard rodeando la cintura de Frank por detrás, de vez en cuando dejando besos en su hombros.

—Te amo—Su voz sonó insegura, amortiguada un poco por la piel tatuado que estaba besando.

—Yo también te amo Gee.

***

Un golpe en la cocina despertó a Frank, que inmediatamente salió de la cama, poniéndose su ropa interior, unos shorts, la primera camiseta que encontró y sus pantuflas con peluche.

Salió de la habitación y notó que las luces de la sala estaban encendidas, también las de la cocina, donde Miles lo observaba mientras bebía de un vaso con agua.

—¿Cuántas veces tengo que decirte que no andes por la casa descalzo?—Le disgustaba que su hijo caminara por el frío piso sin, al menos, unas medias.

—Perdón—Alejó el vaso de su boca sólo para decir eso y volvió a tomar, eso hizo que un poco de agua se volcara en su camiseta.

Rapidamente, el mayor buscó una servilleta y secó su rostro, luego lo llevó cargando hasta su habitación, donde dejó el vaso en la mesita de noche y cambió su ropa por un pijama.

—Hasta mañana hijo—Dejó un beso en su frente, luego lo cubrió con la manta.

—¿Papi?—Frank lo miró, dándole a entender que lo estaba escuchando.—Hace un rato había un ruido.

—¿Un ruido?—Ya sabía a qué se estaba refiriendo, pero no sabía qué responder.

—Sí, parecía alguien llorando—El castaño descartó esa idea, diciendo que seguramente había sido un ruido que provenía de la calle. Aunque estuvieran a más de tres pisos del suelo. Era muy extraño que se oyeran voces desde afuera. Pero se lo hizo creer a Miles, para que no hiciera demasiadas preguntas sobre eso.

Lo dejó descansando nuevamente, y se dirigió a su habitación luego de pasar por el baño. Al segundo de hacer contanto con las sábanas, la voz ronca y rasposa de Gerard se escuchó.

—¿Qué hora es?—El tono de su voz le causó escalofríos, tal vez parecía un adolescente después de conocer el sexo, pero no le importaba, se estaba poniendo caliente de nuevo.

—Son las cuatro de la madrugada, ¿por qué?.

El pelirrojo cerró sus ojos con fuerza, recordando que hace cinco horas debía estar con Bert, como lo había planeado. Buscó sus pantalones para agarrar su celular y enviarle un mensaje.

Lo primero que hizo al encontrarlo fue bajarle el brillo, porque lo había dejado ciego por un segundo, luego abrió su WhatsApp, dándose cuenta de que no era necesario inventar una excusa.

Berto: GERARD perdóperdón, la chica que me gusta me invitó a su casa y no voy a poder ir al bar. De verdad perdoname pero sé que me vas a entender (;
Llamada perdida a las 23:40
Llamada perdida a las 00:20
):

—Bert me había enviado mensajes diciendo que no iba a ir, no los había visto.

—Bueno, de todas formas estuviste distraído—Gerard se rió por el comentario.

Dejó caer su celular en el piso y volvió a acurrucarse junto a Frank para volver a dormir. Intentando ignorar el bulto extraño que sentía en una de sus piernas.

—No hice absolutamente nada provocativo pero vos ya estas así, ¿no descansas o qué?.

El castaño ignoró lo que decía, comenzando a tocarse, para que luego su mano fuera reemplazada por la de Gerard.

* * *

Está corto pero bueno, de todas formas espero que les guste. Que incomodo escribir este capitulo xdios alguien mateme

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top