—No puedo creer que hayas hecho eso—Frank se frotaba la cara con sus dos manos.

El lunes por la mañana lo primero que hizo al llegar al trabajo, fue darle un golpe en la cabeza a Pete. En todo lo que restó del fin de semana no le había respondido los mensajes. Después de el momento incómodo que los hizo pasar el sábado, desapareció.

Frank tuvo que explicarle a Gerard quién era y por qué pasaba justo por ahí. El pelirrojo sólo rió y mencionó que sería divertido conocerlo. En parte agradecía que Pete haya pasado y hecho sus ridiculeses porque seguramente no iba a saber qué hacer después de lo ocurrido.

Gerard actuó normal el resto de la  salida, tal vez un poco más cariñoso pero normal al fin.

—¡Pero yo tenía razón!—Levantó sus dos manos en forma de victoria.—Girird ni si fiji in mi.

—Si no te callás le digo a Patrick que les sacás fotos a escondidas—Peter miró a los lados sorprendido, por si alguien había escuchado eso, luego hizo un exagerado sonido de "shh".

Patrick era un compañero de oficina que tenía enamorado a Peter, y a veces era tan acosador de sacarle fotos cuando estaba ocupado.

—No vuelvas a mencionar eso enano—Frank lo miró con cara de "¿estás hablando en serio?", porque medían lo mismo, pero de todas formas lo llamaba enano.—¿Qué te dijo después de succionarte el alma?

—¡Peter cállate!—El mencionado sólo rió y le hizo un gesto para incitarlo a contar.—No me dijo nada después, le conté quien eras y nada más.

—¿Y al final cómo te fuiste a tu casa?—El moreno también era el encargado de llevarlo a casa, ya que no tenía nada mejor que hacer, pero al no recibir ningún mensaje de Frank referido a eso, supuso que había tomado un taxi.

—Me llevó Gerard.

—Sospechoso...

—Mejor te ignoro.

Y así lo hizo el resto de la mañana. De vez en cuando su compañero se le acercaba para preguntar si seguía enojado, pero sólo recibía una mala mirada.

Al medio día hizo lo de todos los días, su auto ya estaba en su poder así que no tuvo inconvenientes. Esperó en la puerta del colegio a Miles, cuando salió tomó su mano e intentó cruzar miradas con Gerard. Lo logró, el pelirrojo le guiñó un ojo, sólo sonrió y se despidió con una mano.

Sólo ese saludo lo había tenido con las mejillas rojas todo el camino. Dejó con Hayley a Miles, la mujer mencionó un "me gustaría que hablemos después".

Esas simples palabras lo tuvieron exprimiendo su cerebro el resto de las horas laborales. Decidió volver a hablar con Pete porque se aburrió un poco.

—¿Qué pensás que va a decir Hayley?—Le había mencionado lo que la chica dijo, no podía esperar más por saberlo.

—No sé, espero que no sea nada malo.

—¿Y si ya no quiere verte más la cara y renuncia?—Saliendo del edificio, Pete le planteó eso en forma de broma, pero ¿qué pasaría si fuese así?.

—Gracias por hacerme sentir mejor amigo, te quiero—Dijo Frank con sarcasmo.

Sí había una posibilidad de que Hayley dijera eso, pero prefería ignorarla.

—Sólo digo, por lo que me contaste ella estaba bastante seria. Tal vez consiguió un mejor trabajo.

El moreno alzó sus hombros, Frank estaba un poco nervioso pero decidió no seguir dándole vueltas al tema y hablar con Hayley lo antes posible.

Se despidió de su amigo, tomó camino a casa un poco más rápido de lo habitual. A veces odiaba tener que pensar tanto, por eso prendió la radio, centrando su atención en la canción de Green Day que se reproducía.

Llegó a la casa, saludó a su pequeño nuevamente y lo dejó entretenido con un video en su teléfono.

Se dirigió a la cocina con Hayley para hablar un poco más tranquilos.

—¿De qué querías hablar?.

—Frank, hablé con mi padre el otro día y llegamos a la conclusión de que voy a dejar de trabajar, al menos por ahora—La  chica se veía nerviosa y angustiada.—Mi madre está enferma y quiero estar con ella, no quiero que esté sola y no sé hasta cuándo va a seguir así.

Frank no sabía qué decir, claramente era un tema delicado y no quería que Hayley comenzara a llorar, como parecía que iba a hacerlo.

—Hay, está bien, no te preocupes. Tu madre se va a poner bien estoy seguro, si necesitas cualquier cosa podes pedirmela, ¿sí?—Extendió sus brazos y la rodeó con ellos, no había mucho más para agregar.

—Perdoname por no avisarte antes Frank.

—No te preocupes por eso, voy a hablar con Linda para que lo cuide un par de días, no pasa nada—Seguramente no iba a hacer eso pero era lo primero que se le ocurrió.

Hayley agradeció la comprensión y quiso despedirse para volver a su hogar. Frank insistió en llevarla y ella no opuso demasiada resistencia.

Estacionó en la puerta de su casa para despedirse, Miles le dió muchos besos y ella le prometió que lo visitaría seguido. El tatuado volvió a abrazarla en forma de saludo y dejó un beso en su coronilla.

A la jóven se le aceleró un poco el corazón al tener tan cerca al castaño, pero intentó ignorarlo todo lo posible.

*

Gerard: Qué mal por Hayley ):
Ojalá su mami se recupere

Frank: Eso espero yo también

Gerard: Supongo que ahora necesitas otra niñera, no?

Frank: Eso quería preguntarte, no conoces alguna?

Gerard: Hace mucho no hablo con ella pero voy a pasarte su número

El castaño presionó en el contacto llamado "niñera", sin pensarlo marcó al número. Hacía tres días Miles se estaba quedando con Linda, no había tenido otra opción.

Escuchó tres pitidos y luego atendieron la llamada. Miles lo observaba desde el sillón, pero a los segundos se concentró en otra cosa.

—Hola, ¿quién habla?—La voz le resultaba bastante conocida, pero no podía darse cuenta de quién era.

—Hola, me dieron su número porq...—La voz de la mujer através de la línea lo interrumpió.

—No te llamas Frank, ¿cierto?.

Esa forma de hablar lo hizo darse cuenta de quién se trataba, el mundo era demasiado pequeño.