Capítulo XXXIII
(3/7)
***
El lunes de por sí, ya era un mal día.
Empezar las clases después de un fin de semana relajador como el que había tenido en Corail era deprimente; sin embargo, ese no era el motivo por el cual estaba nerviosa y sin ganas de nada, aunque en una pequeña parte sí.
La noche anterior en el grupo de trabajos mis amigas habían estado en una guerra.
Por un lado Cayla con sus exigencias, por otro Katrina y Rave poniéndola a prueba mientras que Ari y yo apenas comentábamos.
Un desastre que había terminado en Cay dejando solo su parte y que los santos unan y verifiquen el trabajo.
Ari se había molestado un poco, pero siendo como es ella, me había hablado para ayudarle a terminar el trabajo, lo malo era que yo estaba muerta ya que había acabado de llegar de viaje por lo que le pedí a Katrina y Rave que la ayudarán.
Ambas aceptaron sin peros, excepto que esa mañana Cayla mando un trabajo y las otras chicas otro.
Todas estaban frustradas, quizá hasta enojadas, por lo que antes de que pudieran empezar otra discusión me ofrecí a comparar y unir ambos trabajos.
Eso era lo que había estado cuatro de la mañana, y me tenía desganada, e incluso tuve que faltar a la primera hora para poder lograrlo.
—Ya llegamos —dijo Katrina apareciendo con Raven en la mesa de la biblioteca donde me encontraba terminando el trabajo.
—¿Cómo vas con eso? —me preguntó Rave y yo hice una mueca.
—Ya uní todo excepto las conclusiones —les dije y mire a Katrina antes de solo decir— Por favor —sabía que ella entendería a que me refería.
Mi amiga asintió sin dudar.
—Pásame tu laptop —me dijo y no perdí tiempo en hacerlo.
Katrina tenía un don para las conclusiones, argumentos, y con decíamos en el grupo, floro en general, por qué si alguien podía acabar esa parte del trabajo más rápido era ella.
—¿Cómo estás? —me preguntó Rave.
—Cansada —admití— ¿Y tú?
—Igual —me respondió mi amiga, pero antes de cualquiera pudiera agregar algo más una botella de jugo apareció delante mío.
—Para ti —escuché a decir a Sebastián a mis espaldas mientras giraba a verlo.
—Gracias.
Él había estado conmigo desde un cuarto para las siete que llegué a la universidad para terminar ese trabajo y me acompaño desde muy temprano en la biblioteca, pero antes de que lleguen mis amigas había ido a comprarme un jugo muy a pesar de mis protestas.
—Hola a ambas —saludo Sebas a mis amigas antes de darme un beso en la mejilla— Nos vemos más tarde —me dijo.
—Nos vemos más tarde —repetí con una sonrisa mientras se alejaba en dirección a su grupo de amigos.
Winter entre ellos, que miraba en nuestra dirección claramente molesto.
Rave, me recordé mirando a mi amiga que ignoro al amigo de Sebastián.
Quería, me moría, por preguntarle qué había pasado para que estuviera mirándola así porque dudaba que solo fuera por el hecho de que no se hubieran reunido.
¿Quizá era por lo que Rave no le había contestado?
Sebastián me dijo que él le había dicho que me pregunté porque Rave no había aparecido y contestado los mensajes.
—Deja de pensar tan duro —dijo Katrina atrayendo mi atención mientras seguía tecleando— Fue mi culpa que no se reunieran.
Ni si quiera iba a preguntar cómo sabía que pensaba en esa situación.
—Pero ¿Por qué nos mira así? —pregunté.
Rave se encogió de hombros antes de decir— Porque es terco.
—Un imbécil es lo que es —señaló Katrina sin tacto alguno.
¿Y todavía me sorprende? Me pregunté antes de negar.
—Aquí, ya terminé —me dijo entregándome la laptop.
—¿Quién lo va a imprimir?
—Nosotras, además ya tenemos que ir avanzando para llegar a la segunda hora de clase —dijo Katrina.
Rave y yo asentimos y la seguimos.
Cuando llegamos a dónde íbamos a imprimir el trabajo nos encontramos con Luis y Roberta yéndose del lugar.
—Hola, chicas —saludo Renata alegre mientras se paraban a la nuestro— ¿Van a imprimir su trabajo?
—Sí —contestó Rave mientras que Katrina miraba con indiferencia a la pareja.
—Bueno, nos vemos luego —dijo Renata yéndose con Luis que no se había dignado a mirar a mi amiga a la cara.
Cobarde.
Mire a Katrina antes de preguntarle— ¿Estás bien?
Mi amiga me miró con una sonrisa cansada antes de decir— Voy a que impriman el trabajo.
Mientras se iba le hice la misma pregunta a Raven— ¿Está bien?
—Es Katrina, lo estará —me respondió encogiéndose de hombros, pero dentro de mí sabía que había algo más ahí.
—¿Y tú, estás bien? —le pregunté.
Rave sonrió— Estoy bien, no te preocupes. Winter y yo hablaremos cuando se le baje su vena dramática —me dijo haciéndome reír.
—Recuerdo que Sebastián dijo que era bastante dramático —le comenté.
—Lo sé, por eso no te preocupes —me repitió y yo asentí.
Cuando Katrina llegó con el trabajo la tres fuimos al salón donde estaban Ari y Cay esperándonos.
—Por favor, no dejen que la mate por hacernos trabajar más —escuché que susurró Katrina.
—Relájate —le dijo Raven a nuestra amiga codeándola.
—Auch —escuché que se quejó y me reí.
—Hola —saludé a Ari y Cay.
—Hola, chicas —respondió Ari quitando su mochila y cuadernos de diversas carpetas.
—Gracias —dijimos al mismo tiempo Rave, Katrina y yo.
—¿Terminaron el trabajo? —preguntó Cayla mirando a Katrina, quien por su rostro tenía una respuesta lista que las llevaría a una discusión.
—Sí, ya lo terminamos —le respondió Rave a Cay entregándole el trabajo y evitando que se armara otra discusión.
Eso era lo malo cuando Cay y Katrina discutían, se mantenían en puntillas la una de la otra hasta que de un día a otro parecían solucionar sus diferencias.
Ojalá se amisten rápido pensé.
No quería más drama del que había en nuestro grupo y la situación no parecía brillar para todas.
***
Las siguientes clases transcurrieron con tranquilidad y una vez presentado el trabajo, con el que por suerte obtuvimos una buena calificación, mis amigas y yo estuvimos más tranquilas.
Tanto como se podía, claro, dada la guerra fría entre Cay y Katrina.
A la salida Cayla se fue ignorando a todos, Rave y Ariana dijeron que iban comer mientras que Katrina, Linda y Aysel se quedaron cerca.
—¿Te quedas a almorzar? —me preguntó Linda y yo asentí.
—Sí, iré a almorzar con Sebastián —les respondí.
—Bien ahí —me dijo Aysel riéndose aunque la sonrisa no llegará a su mirada.
—¿Te vas a encontrar con él aquí? —preguntó Katrina y yo negué.
—No, nos encontraremos en ingeniería —le respondí mirando mi celular— De hecho, ya debería ir en camino —tenía ya cinco minutos de retraso— ¿Ustedes por dónde van? —pregunté.
—Nosotras vamos al cafetín —me respondió Katrina.
—Bueno, adiós, chicas.
—Adiós —respondieron las tres al mismo tiempo.
Camine lo más rápido que podía mientras le escribía un mensaje a Sebastián.
Stefanía: Voy tarde
Stefanía: Perdón
Sebastián: No te preocupes, bonita
Sebastián: Te espero
Y mis esperanzas de que él también estuviera tarde murieron con ese mensaje, por lo que hice una mueca y me apresure.
Estaba entrando a la facultad de ingeniería cuando me tomé un respiro.
Stefanía: Estoy en la entrada
Stefanía: ¿Dónde estás?
Sebastián: Fui a comprar un jugo
Sebastián: Ya voy
Aproveché esos momentos para calmarme antes de que llegara.
Mientras buscaba con la mirada a Sebastián me sorprendí al ver a una persona mirándome fijamente.
No veía muy bien de lejos por lo que camine un poco en su dirección deteniéndome en shock cuando vi quién era.
No, no puede ser él pensé parpadeando varias veces con la esperanza de que aquello fuera una ilusión, pero no él seguía ahí, mirándome con una sonrisa despreocupada.
—¿Qué haces? —escuché la pregunta muy cerca de mi oído por lo que salte asustada.
—Seb, me asustaste —le dije llevándome una mano al pecho.
Sebastián se río bajito antes de decirme— Estabas tan ensimismada que no pude evitarlo —confesó— Entonces ¿Que mirabas? —volvió a preguntar mirando en la dirección que había estado viendo antes.
Seguí su mirada y para incomodidad mía él seguía ahí, mirándonos a ambos con curiosidad y molestia.
—Me pareció ver a alguien conocido —le respondí— Pero no es.
Sebastián asintió y me abrazó.
—¿Vamos a comer? Te juro que me muero de hambre después de mi última clase —explicó cómo si tuviera que decirlo.
— Entonces vamos a alimentarte — le respondí riéndome y empezando a caminar lejos de ese lugar.
Lejos de Alejandro.
***
Inserte risa malvada Ja ja ja jaaaaaaaaa
Ese wey no estaba muerto solo en otro estado, o mejor dicho ciudad.
¿A qué no se esperaban esto o quizá si?
¿De todas maneras cuéntenme qué les pareció? ¿Ustedes también odian los lunes?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top