Capítulo XVI


 —¿Y bien señorita Araos?

¿Qué le podía decir? Mi mente no cooperaba, no había estado prestando atención a la clase de ese día, ni a ninguna de esa semana o de la semana pasada.

—Estoy esperando su respuesta, señorita —aparentemente el profesor quería que le dijera que no sabía la respuesta.

Escuchaba a mis amigas susurrarme ideas de qué responder pero no podía captar ninguna a causa de los nervios.

—¿Va a contestar o no? —cuestionó de nuevo el docente haciendo que tuviera más miedo de decir algo— ¿Sabe la respuesta o no? —negué moviendo la cabeza aún sin decir nada.

—La clase es para que todos los que están aquí presten atención, no para que estén divagando, lo que aprendan hoy les puede servir en su futuro... —y continúo hablando de lo importante que era cada clase de nuestra carrera cómo si no lo supiéramos.

¿Entonces por qué no prestas atención? Me pregunté y a aquello encontré más rápido una respuesta y como no hacerlo si era lo mismo que me venía atormentando día tras día desde que iniciaron las clases, y esa respuesta estaba confirmada por dos nombres: Alejandro y Sebastián, de quienes no sabía nada, bueno del primero no sabía nada desde hace meses pero del segundo desde hace unos días y la culpa por ello me llenaba.

Era consciente que el que Sebastián no me hablará era mí culpa, yo debía haberle dicho hace mucho la verdad acerca de mi nombre, debí haber sido sincera y decirle desde antes de nuestra salida en San Valentín que mi nombre no era Carla sino Stefanía. Aunque admitía que luego de haberle enviado un mensaje el mismo día que se enteró de ello no había vuelto a intentar hablarle, pero no sabía cómo hacerlo.

Primero cuando empezamos a hablar fue a causa de la llamada se Cayó y luego por mera continuidad. Segundo, fue ese mismo inicio el que me orillo a ocultarle mi nombre ya que no tenía idea que seguiría en contacto con él. Y por último mi mayor temor era que no lo volviera a ver y desapareciera tal como Alejandro.

Quería llorar, pero no podía porque estaba en clases.

Estaba tan frustrada por la situación que no podía hacer nada bien, cada parte de los trabajos que me tocaba hacer tenía más errores de los comunes y es consciente que eso a mis amigas no les estaba haciendo gracia ya que demorábamos más de lo que planeaban.

—Chica despierta antes que el profesor te pregunté de nuevo —me medio susurró Ariana para que pudiera escucharla.

Asentí y trate de prestar atención pero no podía. Un gran defecto mío, cuando algo me afectaba me desconcentraba de todo lo demás a mi alrededor.

—Copia lo de la pizarra antes de que te atrases —asentí a Ariana y decidí seguir su consejo aunque ya estuviera atrasada.

Por el rabillo del ojo vi a Katrina pasándole una hoja a Cay y a Raven susurrarle algo a Katrina.

¿De que estarán hablando? Me pregunté pero no le di muchas vueltas ya que Ari me miró mal por no estar copiando lo del pizarrón.

Unos minutos más pensé unos minutos más y está clase habrá terminado.

***

Cuando la clase finalizó otro dilema se me presentó.

Vi a mis amigas reunidas a un par de carpetas de la mía, en específico en la carpeta de Katrina, que decían exactamente, no tenía idea ya que se aseguraban de hablar lo suficientemente bajo como para no escucharlas.

¿Me sentía excluida? Un poco, aunque sabía que no me habían llamado ya que de seguro hablaban de lo que me pasaba, o al menos eso intuía ya que cuando una de nosotras tenía un problema las demás hablábamos de ello cuando la involucrada no estaba para tratar de encontrar una solución a lo que le pasaba o al menos darle un consejo que le sirva.

¿Y qué consejo me podía servir a mí?

¿Insistir en hablar con Sebastián? Había hecho lo mismo con Alejandro para terminar un visto y sentir que nuestra amistad no valía nada después de que se fuera a Wiss sin despedirse.

Suspiré.

¿Tan difícil le era despedirse? ¿Tan malo fue que no quisiera cambiarme de turno como para que se vaya de la ciudad?

Okay... Eso me hacía sonar arrogante, quizá la oportunidad se le presento luego de nuestro distanciamiento y él la aprovecho para tener un mejor futuro profesional. ¿Pero por qué no contarme?

Hasta dónde yo recordaba teníamos una confianza envidiable, lo que muchas veces me llevo a pensar que el sentía algo más que una amistad por mí.

Pero no es así me dije no es así porque de haber sido así mínimo se hubiera despedido.

—Los grupos de atrás siéntense —dijo el profesor del siguiente curso mientras ingresaba al salón.

Y así desperdicie los pocos minutos de break que daban.

Tienes que dejar de deprimirte me dije tratando de concentrarme más en esta clase que en la anterior.

—Hoy hablaremos sobre los métodos financieros que probablemente la mayoría de ustedes utilizará a lo largo de su carrera... —si tan solo pudiera concentrarme en un curso que no me agradaba para nada.

Estaba acabada.

***

Diría que la tercera y última clase fue mejor pero no podía ya que no hubo, lo que fue un alivio y un tormento ya que mis amigas me dijeron que las acompañará a Solé aunque tenía cero ganas y se los dije.

—Vayan ustedes la verdad no tengo ánimos.

Solo ver sus rostros sabía que no les gustaba lo que les había dicho y no porque no quisiera ir con ellas sino por el motivo que me tenía desganada.

—Tú vienes con nosotras y punto —sentenció Cayla.

Cierto. Me olvidaba que tener una amiga como ella significaba no poder decir no, bueno si podía pero era imposible ganar una discusión entre su carácter fuerte y mi carácter pasivo.

Suspiré— Enserio Cay yo...

—Si no vienes me voy a enojar contigo Stefanía —y así perdí la batalla.

—Está bien, voy.

—Sabía que nos entenderíamos.

Mire al resto de mis amigas quienes estaban acostumbradas a este tipo de discusiones.

—No sé ni para que te niegas —dijo Katrina antes de empezar a caminar con Raven.

Ya cerca de salida/entrada de la universidad Raven se detiene de golpe haciendo que las demás hagamos lo mismo.

—¿Qué pasa? —preguntó Ariana.

—Mira allá —dijo señalando la entrada de la universidad.

La verdad no entendí que debíamos ver hasta que Katrina quiso soltarse del agarre de Raven.

Danilo y su grupo de amigos estaban ingresando y por lo visto íbamos a cruzarnos con ellos lo que indicaba...

—Rave, por favor no... —pidió mi amiga.

—Ya sabes cómo es —dijo como si nada esperando el momento en el que gritaría.

Lentamente Ariana, Cayla y yo retrocedimos una distancia prudente para observar el espectáculo.

—Rave...

—Ya está cerca —susurró Ariana.

De hecho ya estaba pasándonos.

Vi a Katrina congelarse y girarse dándole la espalda y por un breve segundo pensé que Raven se apiadara de ella pero no.

—¡Katrina tu crush! —gritó soltando a mi amiga y empujándola hacia donde estaba Danilo, por suerte creo que ella se lo veía venir y no se movió mucho, al contrario empezó a correr junto con Raven hacia la salida.

—¿No sé dan cuenta qué así llaman más la atención? —preguntó riéndose Cay.

—Lo hacen —dije.

—Pero no les importa —completó Ariana.

***

Cuando estuvimos en Solé esperando nuestros helados Katrina parecía querer que la tierra se la tragase.

—No te lo voy a perdonar —le dijo a Rave y antes que ella pudiera contestarle Cayla dijo:— Ya la conoces no sé ni para qué haces tanto drama.

—Al menos mis dramas no... —se silenció.

—¿No qué? —le preguntó Cayla.

Mi corazón se paralizó, algo me decía que el comentario de Katrina involucraba al ex de Cayla y al parecer ella también.

—Dime —volvió a demandar.

—No me puedes obligar —dijo sacándole la lengua, sep, ella hizo eso.

—Eres tan infantil —se burló Ari riéndose.

—Y esto que no has visto sus locuras cuando está en apuros —dijo Raven riéndose y Katrina la miró mal.

—¡Dijiste que no dirías nada!

—No he dicho nada.

—Más te vale —medio amenazó aunque era algo vacío.

Los helados llegaron y empezamos a comer entre bromas, me relaje bastante hasta que tocaron el tema de Sebastián.

—¿Y has vuelto a intentar hablarle a Sebastián? — preguntó Cay.

—No, es que...

—¿Qué pasa? —preguntó Raven.

—Es que, no sé, me da miedo ¿y si no me responde?

—Eso no lo sabrás si no lo intentas —Ariana tenía razón, pero yo había pensado o mismo ilusionándome con Alejandro y terminé mal.

—Además... Él no es Alejandro dudo mucho que te haga eso —y ahí justo en la herida, nadie más que Katrina podía atinarle, bueno quizá Cayla.

—Tiene razón —dijo Cayla y Katrina parecía querer jugar con lo dicho por ella pero guardo silencio— pero como te conozco y se darás vueltas sin sentido al tema antes de hacerme algo...

Todas esperamos atentas a lo que iba a decir.

—Se me ocurrió una idea para que hables con Sebastián y puedas disculparte.

—Tenemos una idea —dijeron Raven y Katrina al unísono.

—Fue mi idea principalmente —señaló Cayla.

—En eso tiene razón —dijo Ariana.

Suspiré— ¿Y cuál es esa idea? —pregunté con miedo.

—Reiniciar todo de nuevo —dijo con una sonrisa.

—No entiendo.

—Dame tu celular y tú solo confía en mí —dijo Cayla.

—En nosotras —dijeron Katrina y Raven.

Lo pensé, pero ¿Había algo que pensar en realidad? Eran mis amigas y podía confiar en ellas sabía que solo querían ayudar aunque sus métodos fueran algo locos.

Le di mí celular a Cay. ¿Qué de malo podía salir de su idea? Al fin y al cabo Sebastián ya no me hablaba.

***

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