Capítulo VIII
En año nuevo no hice nada especial o espectacular.
Estuve con Dayanne hasta la una de la mañana hasta que fue a divertirse con sus amigos y aunque me animo, casi obligó, a hacer lo mismo me negué porque ir de fiesta no era lo mío.
Ya en la primera semana de enero habíamos establecido una rutina que se mantuvo hasta que inicie el curso de verano.
Había quedado encontrarme con Katrina en la entrada de la universidad y por primera vez en mucho tiempo llegué antes que ella, o cualquier otra persona con la que tenía que encontrarme.
No había pasado mucho tiempo cuando mi amiga llegó
—¡Hola! como estas? —saludó y preguntó.
—¿Bien y tú? —pregunté.
—Como siempre —respondió y lo tomé como un bien ya que normalmente ella respondía así además se veía tranquila con su mochila al hombro pero...
— ¿Y ese vestido? —le pregunté ya que llevaba puesto un vestido casual corto negro, una chaqueta negra y unos botines del mismo color, el color no sorprendía pero lo demás si porque hasta dónde yo la conocía a ella no le gustaba mucho ese estilo.
Si Cayla estuviera aquí le diría que va a un funeral pensé.
— Bueno, tengo visitas este mes así que me toca vestirme y comportarme como la señorita que quieren que sea —me respondió sarcásticamente con un rodando los ojos ya que según Katrina de señorita ella no tenía nada.
A parte que diciéndome aquello explicaba mucho más de lo que parecía, de hecho explicaba todo
—Tú familia está aquí.
—Solo mi mamá, así que esta bien porque la adoro y la extraño.
—Pero no te gusta cuando te "recomienda" como vestirte.
—Bueno... es mi madre en algo tenemos que estar en desacuerdo —dijo riendo.
Eso era cierto, siempre hay algo en lo que los padres y sus hijos no están de acuerdo, por ejemplo cuando mi mamá vivía nunca estuvimos de acuerdo en la vida social que tenía, o la falta de vida social para el caso, sin embargo con el tiempo dejo de insistir tanto.
Como desearía que estuviera aquí aunque solo sea para volver a insistir en tener mayor "vida social" pensé.
—¿Ella sabe que estas llevando este curso? —le pregunté no queriendo ponerme melancólica y cambiando de tema pero aquello solo provoco que mi amiga hiciera una mueca.
—Tuve que decirle de lo contrario me arrastraría de vuelta a México.
—¿Y eso por qué sería malo? — pregunté aprovechando que Katrina estaba siendo abierta sobre su vida antes de Housong.
—Porque tendría que ver a mis abuelos, mis abuelos por parte de mi papá —aclaró—, y aunque los quiero... Bueno, tenemos muchas más diferencias de las que tengo con mi madre —respondió y me parecía que no sólo era ese el motivo por el que no regresaba con ellos.
Su mirada esta turbada y pude ver como levantaba un muro aunque no estaba segura de sí era hacía mí o hacía ella misma.
Katrina miro su celular unos segundos sin decir nada y aunque sabía que no tenía intenciones de que el ambiente se volviera incómodo algo dentro de mí me hizo decir que lamentaba aquello.
—Lo siento —le dije porque sabía lo complicado que podían ser las relaciones familiares.
—No te preocupes y ahora vamos al salón Linda me acaba de avisar que la profesora ya llego al salón —dijo jalándome para ir al aula dónde estudiaríamos los próximos dos meses.
Cuando llegamos la profesora no nos dijo nada cuando ingresamos y como siempre, religiosamente, nos fuimos directo a la parte final del aula para sentarnos en una carpeta.
Linda estaba sentada dos filas delante de nosotras y como ninguna quería avanzar más carpetas ella las retrocedió cuando la profesora se puso a copiar en la pizarra.
—Pensé que llegarían antes —dijo.
—Nos entretuvimos hablando —le respondió Katrina.
Linda asintió antes de preguntarme:— ¿Cómo estás? No supe nada de ti en estos días —se quejó haciendo un puchero lo que la hacía ver muy linda, bueno de hecho más linda de lo que ya era porque además de ser muy noble, humilde y tener un buen corazón Linda tenía un aspecto muy bien parecido y no por primera vez pensaba que sus padres habían atinado al ponerle ese nombre.
— Bien, nerviosa pero... —no pude terminar de hablar porque la profesora nos habló.
-— El grupo de atrás por favor siéntese más adelante —dijo y bueno quién le dice no que a un profesor cuando estas recuperando un curso.
Incluso Katrina que puso mala cara y soltó un montón de improperios por lo bajo, hizo caso.
La clase dio inicio con veinte alumnos y sin ningún ruido de por medio, todos estábamos en silencio y atendiendo o bueno los que querían atender ya que podía ver de reojo que Linda decorada su cuaderno mientras Katrina dibujaba y, bueno, yo pensaba en el chico del parque, estaba segura que lo había visto en algún lugar antes de ese día aunque no lograba ubicar dónde.
Cuando la profesora se fue del salón me asome a ver qué era lo que dibujaba mi amiga; sin embargo, como siempre ella logro ocultar su dibujo antes que lo viera.
—¿Qué hacías? —le pregunté aunque ya lo sabía.
—-Ya lo sabes, estaba dibujando.
—¿Qué dibujabas?
—Nada bueno.
No entendí que quiso decir con eso ya que ella dibujada de maravilla.
—¿Cuándo nos vas a mostrar tus dibujos? —preguntó Linda que se había acercado a nosotras.
—Ya se los mostré —y eso era cierto...
—Pero no los de ese cuaderno —señalé.
Katrina se quedó en silencio antes de suspirar— No, no de este cuaderno —dijo— ¿Y ahora qué hacemos? —preguntó cambiando el tema y tanto Linda como yo supimos que no podíamos seguir insistiendo en el tema.
¿Ahora qué hacemos? había preguntado, bueno la clase habían terminado y lo lógico sería que cada una fuera a su casa pero eso casi nunca pasaba.
—Podemos ir a Solé a comer helado —propuso Linda a lo que Katrina y yo no nos opusimos.
—Por mí está bien —dijo mi amiga.
—Por mí también —respondí.
***
La tarde con Katrina y Linda fue entretenida conversamos de todo lo que había sucedido en las fiestas de diciembre.
Linda dijo que había llegado su familia de visita y que gracias a eso había podido conocer a su primo recién nacido, de quién no pudo dejar de alagar diciendo lo hermoso que era, lo malo era que el vivía en Pan Hill, un pueblo, que más que eso parecía una mini ciudad, que estaba a dieciséis horas de Housong y ellos habían regresado hace una semana.
Katrina por otro lado visitó a sus tíos en la ciudad ya que la habían invitado como todos los años anteriores a celebrar fiestas con ellos y según ella no había nada especial sucediendo excepto su nuevo cambio de número del que nos había avisado y que según ella era "por fallas con el operador".
A veces no le creía pero tampoco le decía nada.
—Bueno... yo visite a mis abuelos en Corail —les comenté y en menos un segundo ambas ya estaban con rostros preocupados y preguntándome como me había sentido— Estoy bien, bueno, estaba nerviosa pero Dayanne ayudo mucho distrayéndome.
— Me alegra eso es un gran paso —dijo Katrina.
—Estoy feliz por ti Steffi —secundó Linda.
—Gracias chicas —les respondí con sinceridad.
—¿Y bueno que tal todo allá? —preguntó Katrina mientras comía su helado entonces les conté la emoción de mis abuelos al verme, mi emoción al ver de nuevo a mi hermano y también cuando me reencontré con Samantha y Thiago.
—¿Quiénes son Samantha y Thiago? —preguntó Linda— Nunca había escuchado esos nombre ¿Tú sí? —le preguntó a Katrina pero ella negó con un movimiento de cabeza.
—No, al menos no recuerdo que los haya mencionado antes.
—Son mis mejores amigos de Corail —les dije y busqué en mi celular una foto que nos habíamos tomado los tres cuando nos encontrábamos— Hace tiempo que no sabía de ellos —les comenté.
—Y te gusto verlos.
—¡Claro! Fue una de las mejores cosas que pasó allá —les respondí— Aunque no todo fue perfecto.
—¿Por qué? ¿Qué pasó? —preguntó Katrina.
—Es complicado —les dije— pero en resumen Thiago terminó mal con su ex y Samantha sufre por alguien que quiere, y que al parecer también la quiere, pero no quiere estar con ella.
Si eso tiene algún sentido.
—¿Cómo es eso? —preguntó Linda arqueando una ceja.
—Ella está enamorada de alguien —no especifique género— que no quiere estar con ella porque es ex de su mejor amigo.
—¿Su amigo tiene problemas con eso? —preguntó Katrina.
—Hasta dónde sé, no, y hasta donde sabe ella es por algo que le sucedió a esa persona.
—Que triste y complicado —dijo Linda con un tono que reflejaba que sentía la situación.
—Bueno la vida es así, uno no siempre tiene lo que quiere o a quién quiere —Katrina tenía razón diciendo eso.
—No seas cruel —le regaño Linda.
—No soy cruel, soy realista, y si esa persona —dijo resaltando la palabra dándome a entender que ella entendía porque no había especificado género— no quiere estar con ella pues que pena; para que una relación, cualquier tipo de relación, prosperé no solo debe luchar uno sino ambos implicados de lo contrario está destinado al fracaso y cuando todo acabe el dolor será inimaginable y no van a poder recuperar lo que tenían.
Katrina tenía razón y no pude evitar en pensar en mi propia situación con Alejandro.
—Aun así, creo que todos merecemos un final feliz.
—Lamento romper tus ilusiones pero el merecer no es igual al tener.
—¿Qué quieres decir? —pregunté con cautela.
Katrina a veces daba miedo cuando exponía sus pensamientos con una pasión que desbordaba, sean buenos o malos.
—Puede que todos merezcamos un final feliz, es decir hay personas que han pasado un infierno en su vida por qué no obtener un poco de felicidad sin embargo no siempre lo obtienen, no todos estamos destinados a tener un final feliz -—dijo y sentí como si estuviera hablando más sobre ella que sobre la situación de Sam.
Linda la miro y sin decir nada la tomo de la mano.
—Puede que tengas razón pero las personas valientes como tú tendrán un final feliz.
Katrina negó riéndose de manera amarga— No soy valiente y no voy a discutir otra vez sobre ello Linda.
Y ahí entendí que Linda sabía porque Katrina pensaba así y por lo visto no era algo bonito si ella se había cerrado.
Cerrado tal como Alejandro.
— Eres valiente Katrina. Valiente, noble, buena y decida. —le dije.
— No, y en todo caso si alguien merece un final feliz en este mundo son ustedes por su alma noble y valiente, porque ustedes también lo son y yo confío en ustedes —dijo.
Después de eso todo transcurrió con tranquilidad y por la noche acostada en mi cama me repetía las palabras de Katrina.
Puede que todos merezcamos un final feliz pero no todos lo obtenemos.
Si alguien merece un final feliz en este mundo son ustedes por su alma noble y valiente, porque ustedes también lo son y yo confío en ustedes.
No, no era así, las características de una persona no podían determinar su final. Muchas veces morían y sufrían personas que eran inocentes, eso era cierto, pero un final feliz no estaba determinado por una característica, un final feliz se daba y lo tenías si luchabas por tenerlo.
Siempre, o en su mayoría, era Alejandro quien me hablaba y aunque no entendía porque había dejado de hacerlo, ya que dudaba que fuera por lo del cambio de turno, sentía que esta vez me tocaba poner un poco más a mí por lo que le envié un mensaje y rogué porque este fuera respondido de lo contrario no sabría que más hacer.
***
Preguntaaaaaaa
¿Todos merecen un final feliz?
¿Ustedes que opinan?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top