Capítulo II
No podía concentrarme aunque sabía lo necesitaba no podía. Desde la noche anterior estaba muy confundida, mis amigas se habían dado cuenta de ello pero debido a que estábamos en clase no me preguntaban nada por lo que rogaba que lo dejarán pasar sin embargo sabía que no tenía tanta suerte y lo comprobé cuando Cayla me paso su cuaderno abierto en la última página.
¿Qué pasa?
Volteé a mirarla ya que se sentaba a lado mío y negué con la cabeza tratando de convencerla de que no me pasaba nada pero ella solo me miro de una manera que yo ya conocía tan bien y que significaba que no me creía e hiciera lo que decía.
Alejandro. Escribí y le entregué de nuevo su cuaderno esperando que su nombre explicará mi distracción pero no fue suficiente debido a que mi amiga arrancó la hoja de su cuaderno para escribir algo y entregármela.
¿Qué? ¿Ya se te declaró?
Por qué no me sorprendía que ella dijera eso. ¡Ah sí! Porque Cayla pensaba que tenía oportunidad y siempre molestaba con ello.
No. Escribí y le devolví el cuaderno.
Entonces... ¿Qué pasa con él?
Bueno, eso mismo quería saber yo ¿Qué pasa con él? ¿Qué rayos pasaba con él para que me proponga lo que me propuso?
Nada. Respondí evadiendo el tema.
Inténtalo de nuevo. Contestó y por su expresión no tenía opción a mentir sin que se enojara y cuando ella se enojaba, bueno, era mejor no estar cerca.
Me pidió cambiarme de turno para poder vernos más seguido.
— ¡¿Qué?! —exclamó Cay lo suficientemente fuerte para que las personas a nuestro alrededor nos miraran pero no lo suficiente para que el profesor la escuchará.
—¿Cómo es eso?¿Lo harás? —Me pregunto bajito y yo negué encogiéndome de hombros.
Tal parecía que el papel había pasado a segundo plano.
Suspire porque no sabía qué hacer, de hecho me había puesto nerviosa en cuanto me lo propuso y si era sincera conmigo misma no me veía estudiando en un turno diferente, ya suficiente tenía con lo difícil que me era llegar a las primeras horas del turno mañana que no quería imaginar cómo sería si cambiaba al turno tarde además de que mi hermana no estaría contenta con ello debido a que mis clases terminarían a las nueve de la noche y llegaría a nuestra nueva casa a las diez y media, con suerte de que no haya tráfico.
Notaba en la mirada de mi amiga que quería hablar del tema por lo que sabía que apenas el profesor saliera del aula así sería.
Y así fue.
Todo nuestro pequeño grupo se quedó por qué no les había pasado desapercibido la exclamación de Cayla durante la clase.
—¿Qué pasó? —nos preguntó Ariana cuando estuvimos todas reunidas— ¿Por qué gritaste en clase? —esa fue directamente para Cayla.
—¡No grite!
—Si gritaste, pero lo importante aquí es porqué —dijo tajante Katrina a Cay evitando que se alargará más el tema y lo sabía porque ella siempre era así de lógica y nunca se le escapaba nada cuando estaba en una conversación por lo que supe que no iba a escapar de ahí sin explicar lo sucedido.
—Exacto además que fueron ustedes dos estaban conversando por cuaderno —dijo Raven señalándonos a Cayla y a mí.
Cay me miro y todos los ojos molesta por haber llamado la atención de mis amigas con su exclamación.
Sabía que ellas no preguntaban por chismosas o algo parecido, sino que eran muy protectoras, nos considerábamos como hermanas, por lo que decidí explicarles lo que pasaba y así tal vez encontrar lógica a lo que había sucedido.
***
Alejandro aún tenía nuestras manos entrelazadas a pesar que estábamos solo a un par de casas de llegar a donde vivía y aunque aquello no me molestará me ponía bastante nerviosa ya que había la posibilidad de que mi hermana nos viera y pensará algo que no es.
—Steffi ¿Cómo vas en la Uni? —pregunto terminando con el cómodo silencio que se había instalado hasta ese momento y logrando que me tense porque si había algo de lo que no quería hablar con él y menos es ese momento era de la universidad.
Alejandro se detuvo cuando llegamos a mi casa para mirarme expectante por una respuesta.
—Bien —mentí suspirando con pesar porque no me sentía cómoda haciendo eso aunque no era del todo una mentira o al menos eso quería pensar tal como habían dicho mis amigas no era muy grave y podía recuperar el curso.
— Bien...
Por primera vez en mi vida estaba viendo a Alejandro nervioso y eso me sorprendía en sobremanera, ya que él no era bueno disimulando y era extraño verlo en ese estado ya que él era una persona muy confiada de sí misma.
—Sabes casi no nos vemos —comento por lo que hice una mueca, eso era cierto debido a que estudiamos distintas carreras y nuestros turnos de estudio no coincidían,— Por lo que estaba pensando que tal vez podrías cambiarte de turno —propuso dejándome en shock porque no creía que aquello estuviera pasando, era irreal.
—Si cambias tus horarios al turno de la tarde podríamos vernos más seguido —dijo ante mi mutismo, al que ya debería estar acostumbrado, pero seguía sin poder formar una frase coherente para responder a eso causando que todo se volviera incómodo pero para suerte o desgracia la puerta de mi casa se abrió llamando nuestra atención y logrando que soltemos nuestras manos que aún seguían unidas por la impresión.
Mi hermana había salido nos miraba desde la puerta por lo que sin darle una respuesta a lo que dijo me despedí de Alejandro.
***
—Y eso fue todo —les dije a mis amigas cuando terminé mi relato y creo que al igual que yo el día anterior no sabían qué decir.
—¿Y por qué no se cambia él de turno si quiere que se vean más? —y esa era una pregunta que muchas tal vez se hacían pero que solo alguien como Katrina podría hacerla, ella era directa y no le daba dos vueltas a algo que pensaba y quería decir.
—Confirmo —respondió Raven—, es decir si él quiere verte bien podría cambiarse él de turno.
—No lo sé, pero por la noche me hablo por WhatsApp preguntándome lo mismo y no le respondí.
Eso era otra cosa que me ponía nerviosa. Obviamente él se había dado cuenta de que lo estaba evitando.
—¿Piensas aceptar? —preguntó Ariana.
—No lo sé —respondí, aunque dentro de mí la decisión estaba casi tomada.
—Sabes... Él que quiere puede y no es necesario que ninguno se cambie de turno si quieren verse —dijo Katrina sin malicia y dándome que pensar porque era cierto lo que decía.
Después de eso ninguna insistió más en el tema además de que el receso había terminado y el profesor de finanzas ingresaba al aula.
—Buenos días alumnos —saludo antes de dejar su maletín y de sacar un folder con varias hojas— Solo lapicero y corrector sobre la carpeta ustedes ya saben las reglas de evaluación —dijo antes de empezar a repartir la prueba, una para la cual me apenas y me había preparado.
El profesor había dicho que conforme acabemos el examen podíamos retirarnos, casi tres cuartos del salón ya estaban afuera, entre ellos mis amigas, por lo que era la única del grupo que faltaba entregar.
Bueno Stefani resolviste tanto como podías me dije ya que desde hace cinco minutos que seguía estancada en la parte final de un ejercicio así que entregué el examen rogando que lo demás sí lo haya resuelto bien.
***
Eran las dos de la tarde y aún seguía en la universidad, no tenía ningún motivo aparente por el que quedarme pero lo había hecho por la simple razón de que quería ver a Alejandro y darle una respuesta sobre su propuesta porque seguía insistiendo en aquello por mensaje por lo que lo cité para encontrarnos, me había respondido que su clase terminaba a las tres de la tarde, de eso hace media hora, por lo que solo faltaba una hora para encontrarnos.
Aproveche ese tiempo para ir a la secretaría de mi escuela y averiguar cuál era el trámite a seguir para recuperar el curso en verano y cuanto me costaría y para mí mala suerte la secretaría no estaba cuando llegué ya que no atendía en las tardes. Por lo que me fui a la facultad de ingeniería.
Me entretuve en mi celular que vibro anunciando un mensaje distrayéndome de mirar por dónde iba logrando que en cuestión de segundos chocará contra algo.
—Auch —susurré cayendo al suele, pero más asustada de que mi celular se me hubiera resbalado de las manos.
—¡Lo siento! —exclamó un chico frente mío —No vi por donde iba ¿estás bien? —preguntó.
En ese momento tuve un deja vu con esas palabras ya que eran las mismas palabras, o eso creía, que me había dicho Alejandro cuando lo vi por primera vez.
— ¿Estas bien? —volvió a preguntar el chico ante mi silencio y poniéndose en cuclillas para estar a mi altura.
—Sí gracias, estoy bien —le respondí y me quedé un poco embobada con sus ojos amielados, pero ello no era lo más impactante sino lo que su sola mirada transmitía, paz y confianza.
—Me alegra —respondió sonriendo, gesto que correspondí de igual manera sin dudar— Bueno debo irme adiós —y se fue corriendo mientras yo seguía sentada en el suelo mirando por donde se había ido y hubiera seguido ahí de no ser porque mi celular volvió a vibrar pero esta vez a causa de una llamada.
Alejandro.
—¡Hey! —dije a modo de saludo apenas contesté y mientras me ponía de pie.
—Hola Steffi —sonaba feliz— Salí antes de clase ¿Dónde estás? —pregunto.
—Por la facultad de ingeniería —respondí.
—Voy para allá —me respondió y colgó el teléfono sin decir nada más.
Bueno Stefanía es la hora me dije mentalmente esperando que mi respuesta no afectara nuestra amistad aunque lo dudaba.
***
¿Creen que Stefanía acepté la propuesta de Alejandro? ¿Lo harían ustedes?
¡Nos vemos en la próxima actualización!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top