5/Dishonored
Nota: Claramente he alterado el canon, por eso he decidido poner datos al final de los capítulos. Así como el hecho de que Izuku tiene 18 años y la academia no es algo así como una secundaria, sino mas como estudios universitarios que se completan con cinco años dependiendo del caso.
Al final del cap detallaré eso, así que están avisado.
I
Tic Tac, ese sonido que era generado por un reloj en la pared, hizo eco en un pasillo blanco. A un extremo de este, había una puerta que llevaba a otra habitación, del otro lado, hay un cristal que reemplazaba la pared, cerca de ella, tres personas conversaban sobre sus últimas experiencias y del cómo debían compartir información para combatir a un mal inminente.
—Es un placer poder conversar con usted, All Might, recuerdo que era el segundo héroe al que más ansiaba conocer cuando era niño. —Un joven rubio, reposa su cuerpo contra una base, viendo hacia la puerta al otro lado del pasillo.
—Me alegra oír que me tomaras como una figura a la altura, Hawks, pero tu visita es algo inoportuna. —All Might, veía atreves de la ventana, la multitud de personas que hacían escándalo en la entrada del hospital, todo ese ruido le mantenía ansioso.
—Dicen que soy del tipo de hombre que se mueve demasiado rápido. —El joven habló con indiferencia a las preocupaciones del antes héroe—. Así que me apresuré a venir aquí, para hacerle algunas preguntas.
—Oye, creo que eso fue algo grosero —afirmó Best Jeanist, quien estaba a su lado.
—Como sea. Lo ve, ¿Cierto, All Might? Esas personas piden la cabeza del chico. —Hawks, le vio de reojo.
Toshinori, seguía observando a los manifestantes fuera del lugar, aun en ese piso y detrás del cristal, podía escuchar a la muchedumbre.
—¡¿Qué queremos?! —gritó a la multitud un sujeto con altavoz, mientras alzaba el puño.
—¡Respuestas! —exclamaron las personas.
—¡¿Cuándo las queremos?!
—¡Ahora!
—¡¿De quién las queremos?! —volvió a preguntar, cada interrogante que hacía, causaba que se encendiera más la multitud.
—¡De los héroes, de los asesinos!
Al oír eso último, Toshinori respondió a la pregunta del héroe número dos.
—Lo escucho desde aquí, el joven Midoriya es el blanco para desquitar la frustración de todo lo ocurrido.
—Siendo sincero, yo también soy «apaleado» por lo que hice, pero no tanto como el chico, el hecho de que un estudiante matara al símbolo del mal: llamó demasiado la atención, incluso hay algunas imágenes falsas que corren por la red y no le están ayudando para nada.
—Hasta ahora hemos calmado un poco el ambiente. — Jeanist sacó un teléfono y le mostró dichas imágenes al demacrado hombre—. Diciendo que cualquiera con una computadora decente y un poco de habilidad, podría «cocer» algo tan realista —confirmó el héroe de los hilos.
—Están... muy bien hechas —afirmó Toshinori. Estaba sorprendido por la calidad en la edición de esas imágenes, incluso pasó por su cabeza la posibilidad de que fuesen reales, pero con ciertos detalles que no cuadraban.
—¿Cómo se encuentra Midoriya? —interrogó Hawks. Toshinori se dio la vuelta, veía con atención la puerta frente a ellos.
—A decir verdad, ¡Está bien! No tardó mucho en recuperar la conciencia, por alguna razón pensé que demoraría más que eso. Pero dejando al joven Midoriya de lado, ¿Cómo puedo ayudarte, Hawks? —dijo caminando hacia ellos. El héroe alado afiló la mirada.
—Es sobre el One For All.
Con esa declaración, Toshinori no supo qué decir, ¿Cómo sabía del poder heredado, que viene desde hace generaciones? Sin mencionar que Hawks estaba tranquilo, pues esa reacción le dejaba claro ciertas cosas.
»Cuando algunos héroes que formaron parte de la batalla renunciaron a su labor, les dijeron a los medios lo que habían escuchado, y se ha extendido la noticia desde entonces. —Se acercó al cristal, atisbó el rostro de cada persona que consideraba incoherente—. Endeavor, me confirmó que Shigaraki va tras Midoriya. —Observó a los ojos de aquellos que exigían que el chico diera unas palabras al respecto—. ¿Quizás alguien se equivocó? ¿O tal vez escucharon mal? Incluso si esa información es falsa, vale la pena llenar esos huecos, porque en el futuro...
No le impresionaba lo que veía afuera, así que dio media vuelta encarando a Toshinori.
»No solo estaremos luchando contra los villanos, sino también, nos enfrentaremos a toda la sociedad.
Meditó lo que decía el joven héroe, su cabeza daba vueltas «Entonces... estamos llegando al punto sin retorno... y estas personas, no se rinden, ¿Cierto?» concluyó. El mayor suspiró con cansancio y dirigió la mirada sus colaboradores.
—Necesitamos algo de privacidad, así que, por favor, síganme.
Jeanist y Hawks asintieron, los tres se dirigieron a un lugar donde podrían hablar del tema sin preocupaciones. Cuando pasaron por aquella puerta, Hawks pudo ver apenas por una ventanilla, al otro lado yacía Izuku en su camilla, estaba solo, con el ceño fruncido, pero... parecía triste.
Al cabo de un tiempo, Toshinori terminó de explicar lo que es el One for All, quien era All For One y el noveno portador de ese poder hereditario. Bien informados, ambos héroes pudieron captar el porqué de que el joven aspirante: fuese blanco de los villanos en múltiples ocasiones.
—A ver si entendí. – Hawks se masajeaba la sien, esto era mucho que procesar—. Tu poder y el de ese niño ¿Es el mismo, pero solo que menos desarrollado? Demonios ¿Debajo de qué puente debía encontrarte cuando era niño? —A pesar de tomarlo con humor, la existencia de tal poder es tal cuento de hadas.
—Si todo eso es cierto, tanto usted, como Midoriya, serán blancos de los villanos más a menudo, agrégale el hecho de que pronto esta información podría salir a luz por completo. —Best Jeanist, se tomaba del mentón en la misma situación que su compañero.
—Por favor, hasta que eso suceda. —Toshinori agachó la cabeza—. No den esta información a nadie más, o podría poner en peligro al joven Midoriya o a sus cercanos.
—¿Qué hay de usted? —Le vio con ironía—. También corre ese mismo riesgo, All Might —cuestionó.
—Si pudiera haber una forma de atraer la atención de los villanos a mí, para que el joven no tuviera que correr peligro, lo haría sin dudar... —Toshinori le respondió, sus palabras al respecto eran sinceras, desanimadas—. Pero... ya no tengo ese poder, solo es cuestión de tiempo para que mi estado de salud, me mande al otro mundo.
—¿No cree que deben hacer algo al respecto? Que siga teniendo una vida normal de un estudiante: parece no ser una opción. — Best Jeanist procedió a peinarse, debido a la gravedad de asunto.
—A este paso, Shigaraki podría robarle el Quirk y quedárselo, o dárselo a alguien que lo use para el mal. Un poder tan grande no puede portarlo la persona equivocada. —Hawks, cambió a un semblante serio—. ¿Seguro que el chico sigue siendo una buena opción?
Claro que se lo había cuestionado, no una, en muchas ocasiones, si lo que ha hecho hasta ahora: ¿Era esta la ruta correcta? Desde que tuvo sus primeras palabras con nana, probablemente, comenzando al primer momento en que cruzaron miradas, las dudas sobre el one for all no causaban más que anteponerse en su vida diaria.
Un chico divergente, al que la calamidad le sigue, obtiene un Quirk deseoso de hacer el bien, pero la realidad le apuñala con la perdida y la tragedia. ¿Cuánto había sacrificado gracias a todo ello? Y ahora la historia se repite, solo que el chico que veía como su reflejo, tuvo la voluntad de acabar con su antítesis que tanto los ha atormentado.
Sin embargo, la historia aún no termina, no, cuando todo parece llegar al final, para bien o para mal, puede seguir, mientras exista la balanza en juego. Shigaraki sigue libre, e Izuku parecía haber perdido algo en la guerra. ¿Qué piensa su mentor ahora?
—Claro que sigue siendo un buen portador, el mejor, incluso ya me ha superado... —Aun con sus afirmaciones, sus propias palabras carecían de completa honestidad. El joven héroe trató de calmarlo.
—Bien, bien, no lo dije para molestarlo, solo quería confirmarlo. La falta de confianza, puede llevarnos a tomar malas decisiones, hay que conocer a tus aliados lo suficiente para confiar en ellos, pero, en fin, ¿Cuál es el plan?
—Por ahora... pienso hacerle la propuesta al joven Midoriya, de que, con ayuda de corporaciones del gobierno, dejar la academia y emprender una nueva cruzada, para encontrarse a sí mismo, el poder que necesita y la forma en que seguirá como mi sucesor después de que... muera. —All Might habló con seriedad.
—Espero que todo salga tan positivo, al igual que lo es usted con el niño. All For One murió, pero Shigaraki sigue ahí afuera con el mismo poder que él. Solo ruego que esto no se trate de una Hidra. —Hawks pasó su pulgar por su garganta—. O seguimos como hasta ahora, o aplicamos la manera de Midoriya y acabamos con el All For One junto a Shigaraki.
Necesitó de su concentración para mantener el semblante, Toshinori no le agradaba ni en lo más mínimo esa forma en la que Hawks hablaba de Midoriya. Es consciente de la naturaleza del trabajo que el asesino de Twice desempeñaba, tanto de héroe, como agente de la comisión.
—Eso no será necesario, Shigaraki caerá, pero mi sucesor no cometerá el mismo crimen dos veces —afirmó Toshinori.
—All Might, piense bien en lo que haga, tenga cuidado en quien confía, no sabe quién le puede apuñalar por la espalda. —Hawks y Jeanist precedieron a retirarse—. Gracias por su tiempo, les deseo suerte a usted y al chico.
Los engranajes del destino se movían, incluso al mismo instante que se daba ese intercambio del hospital; en la academia, Nezu estaba en medio de una importante plática por teléfono.
—Sí, confiaremos en las corporaciones del gobierno.... Esta es una solicitud de un alumno.... Entonces, por supuesto, responderemos de inmediato....
Luego de ese acuerdo al que llegó el directo y «las corporaciones del gobierno», se decidió que los alumnos asistieran a citas periódicas para evaluar sus estados psicológicos, por el hecho de haber tenido experiencias traumáticas...
Izuku aún no decidía si aceptar la propuesta All Might, así que optó por quedarse un tiempo más para arreglar las cosas en su actual vida, antes de iniciar su nueva forma de justicia.
Por otro lado, Endeavor luego de que lo dieran de alta, dio sus declaraciones a la prensa. El héroe flamante habló libre y abiertamente sobre el enfermizo pasado de él y su familia. Claro, como el canon lo dice, Endeavor trató de hacer que el martillo de juicio por la sociedad hacia los héroes, cayera solo sobre él.
Ni los otros, Hawks o el ojo de la tormenta: Izuku Midoriya, ninguno de ellos merecía tal martirio. El día de la batalla, no solo murieron personas, también desaparecieron los héroes.
Pero, a pesar de todo, algunos se prepararon mantenerse firmes y pelear....
Porque aun si un héroe cae, este se levanta para seguir adelante, aun, si su visión se ha torcido.
II
«Actualidad»
«En las ultimas noticias, el aspirante a héroe y asesino, Izuku Midoriya, también conocido por su nombre de héroe, "Deku", se ha entregado a las autoridades para hacer efectuada la justicia como se debe, ni lo héroes están exentos de la ley y la moral».
«Ahora, aún se desconoce cuántos años deberá cumplir, los expertos creen que será cadena perpetua en la prisión de máxima seguridad, Tártaros, por consecuente de la amenaza que representa con su poder, ¿este es el fin del aspirante a héroe?»
«Otro sector, piensa que solo es una medida provisional hasta que sea rehabilitado y pueda volver a la sociedad. Sin embargo, no se conocen muchos casos donde se haya dado tal acontecimiento».
«¿Será este el final del aspirante a héroe?»
El guardia se hartó de lo que escuchaba en la televisión, simplemente lo apagó, ya que la información que daban en los noticieros: la conocía de primera mano.
Tic Tac, ese sonido que era generado por un reloj en la pared, hizo eco en esa sala gris casi vacía. El limitado espacio se llena por una mesa, cuatro sillas y tres personas. Uno de los presentes, sentado con la mirada perdida, parecía como si estuviese muerto, las moscas se posaban sobre él, y este ni siquiera reaccionaba.
Hubo un momento, en el que volteó la mirada a su lado izquierdo, ¿Por qué? Pues a pesar de haber un espejo en la pared, sintió los ojos penetrantes de las personas al otro lado de este.
—¿Cómo pudieron ha-cerme esto? —Se preguntó, su ropa estaba rasgada, se encontraba asquerosamente sucio y ahora llevaba un extraño collar sujeto al cuello.
Elevó su mano izquierda hasta él, sin prisa, pues tenía todo el tiempo del mundo; deslizó sus dedos entre el frío metal y su piel mallugada, que, al aplicarle un poco de fuerza, este le hizo recibir una pequeña descarga eléctrica, tal cual leve advertencia, como si el collar le dijese: «Oh no amigo, estoy en tu cuello, y aquí me quedaré, la vida te jodió completamente, pero yo estaré contigo».
Se masajeaba la mano, humeaba, aun así, no sentía el dolor que debería. «¿Cómo sucedió esto?» Preguntó a sus adentros; la respuesta a sus interrogantes, sería dada por un sujeto en esa habitación.
Un hombre de mediana edad, este era de cabello castaño, uniforme negro, en el cual traía una especie de identificación, algo que tendría alguien importante, su rostro, les daría pesadillas a los adultos, y este sujeto sin importarle un comino, el estado del chico, golpeó la mesa con furia.
—¡Despierta de una vez, bastardo! ¡Te atreves a volver a ignorarnos y te meteré una bala en el cu-! —Fue detenido en sus amenazas, a pesar de que estaba lo suficientemente enojado como para hacer de sus declaraciones una realidad, si no fuera por la intervención del anterior símbolo de la paz.
—Por favor, déjenos arreglar esto entre nosotros... solo será un momento. —All Might estaba ahí, con ojeras aún más profundas de lo usual en ese rostro falto de emociones.
Había tomado del hombro al uniformado, este resopló molesto y se retiró a una de las paredes, en la que se recostó cruzado de brazos a esperar su turno.
—De acuerdo, All Might, pero luego de esto, el niño es mío, necesito que diga «si», y le daré un paso libre por el bloque F, pronto, esa será su nueva escuela. —El hombre al fin guardó silencio.
El rubio, consciente del poco tiempo que le otorgaron, fue a sentarse al otro lado de la mesa, en un segundo; finalmente pudo cruzar miradas con el chico, que salió de su mente caótica, volviendo en sí al ver a su maestro y antecesor.
—¡All Might! Que bien que está aquí. —No pudo evitar relajar el cuerpo al sentir, que su salvación estaba frente a él, incluso empezó a derramar algunas lágrimas de alegría, por ese rayo amarillo de esperanza—. De-debe decirles a todos que es un error, me trajeron aquí diciendo que soy un villano. —su voz temblaba al igual que su cuerpo. El rubio apartó la mirada manteniéndose en silencio.
»Además, ¡Afirman que soy un asesino, que ataqué a personas inocentes, que golpeé a algunas chicas, y- y que soy un traidor! —El desamparado joven, sentía miedo, no había cometido nada de eso; su único crimen y que le seguirá por el resto de su vida, fue acabar al símbolo del mal. Toshinori mantuvo los labios pegados.
»Me acusan... De haber vendido a los héroes, que les di i-información sobre sus debilidades y estrategias... Ya no lo soporto. —Izuku se limpiaba las lágrimas. Esta vez, aun guardando silencio, Toshinori decidió verle de nuevo—. ¡Tiene que creerme, All Might, so-soy inocente, todos me ven con desprecio! Tengo miedo, Tengo... Miedo... —Izuku, recostó su cabeza sobre el frío metal de la mesa.
—Levanta la mirada. No me importa lo que digan o piensen —habló Toshinori, su tono de voz era despectivo, al igual que la expresión de su rostro—. Me importa: lo que sucedió.
Izuku hizo caso a la sugerencia; ver el semblante de su maestro, le daba seguridad y alivio, pero esta vez, tenía la sensación de que su cabeza estaba en la guillotina.
—Yo no he- hecho nada de lo que dicen, soy inocen... —No pudo seguir hablando, no después de ser abofeteado por la persona frente a él.
—¡Cállate! —Espetó All Might, su ceño fruncido hizo que el joven no supiera qué decir al respecto—. ¡¿Cómo puedes hablar de esa forma?! —interrogó con desdén.
—N-no sé a qué se refiere, All Might, pensé que... —Lo detuvieron una vez más, su maestro lo tomó del cuello de su camisa, y lo jaló por sobre la mesa.
—¡Sé perfectamente lo que hiciste! ¡¿Cómo pudiste hacerme esto!?
—P-por favor, deténgase All Might, lo que ellos dicen ¡No es verdad! ¡Soy inocente! —declaró Izuku de forma desesperada.
—¡Mentiras, Mentiras y más mentiras! ¡No es por lo que digan, es por lo que hiciste! ¡Hay pruebas Midoriya, tus compañeros murieron por tu culpa, tus acciones tampoco son las de un héroe!
—¡No! ¡Está equivocado! Yo nunca haría esas cosas —Izuku trataba de sacarse del agarre del demacrado hombre, pero no tenía fuerzas; su cuerpo estaba bien, sin embargo, era como si tuviera la capacidad de un infante—. Yo... Nunca. —Trató de defenderse una vez más, pero esta vez, el rubio le golpeó con su puño directo a su rostro.
Sí All Might aún portara el one for All: le hubiera golpeado con ese poder activo, sin tentarse el corazón. Forzado por el ataque recibido, Izuku volvió a su asiento, este se masajeaba el lugar donde lo han golpeado, y al levantar la mirada, se sintió aún peor.
—Te di mi apoyo, mi confianza, mi poder... Mi honor ¿Y qué hiciste? —Toshinori le veía con gotas salinas escurriendo de sus ojos—. Me escupiste en la cara, a mí, y todos los que creyeron en ti.
El guardia, que aún estaba en la sala, sonreía a más no poder conteniéndose de romper en carcajadas; entonces, fue ahí cuando el chico lo supo, la liga, le había tendido una trampa, pues solo ellos son capaces de poner el mundo en su contra. No podría decir algo más, dijera lo que dijese, sería en vano.
—Devuélvelo. —All Might extendió su mano al joven.
—¿Q-qué? —cuestionó Izuku.
—Dije: Que me devuelvas el one for all. —La voz del rubio, era autoritaria, a la vez, que en su rostro dejaba en evidencia su enojo.
—All Might, yo no- esto, es un error —expresó tratando de aferrarse al poder que se ganó con su esfuerzo.
—Entonces, dime, noveno, ¿Asesinaste a All For One? Comienza con eso ¿Es una mentira? —interrogó. Aun sabiendo la verdad, desea descubrir hasta dónde llegaría el portador del One For All.
A la mente de Izuku, vino un vago recuerdo, de lo que sucedió al final de aquella batalla. Él perseguía al símbolo del mal, intercambiaron golpes, las cosas se volvieron agitadas, la sangre se esparcía, hubo estruendos y gritos. Todo era tan confuso, el daño que había sufrido en esa ocasión, le causaba imposible rememorar con claridad esos momentos.
Recordaba fragmentos del desenlace de la experiencia que lo marcó: su puño arremetiendo a toda potencia contra el símbolo del mal, mientras caían piso por piso rodeados de la energía del one for all.
Luego, su mente generaba la imagen tétrica del villano, su cuerpo yacía inerte en medio de todos los escombros, con una barra de metal atravesándole el pecho y el rostro hecho añicos.
Izuku trató de moverlo, pero aquella barra de acero parecía incrustada en el suelo, como si esta, hubiera estado ahí desde un inicio, pues se necesitaría una gran cantidad de fuerza para incrustarla, algo que en ese momento no tenía.
En su mente resonaron aquellas débiles palabras: «Ya... está hecho» con esa frase que dios sabe quién la habrá dicho, se despidió del villano que llevaba generaciones causando el caos. En el rostro del hombre, aun muerto, esbozaba esa sonrisa maquiavélica, triunfante, una sonrisa que sigue viendo en algunas de sus pesadillas.
Sin embargo, recuerda ver su entorno, logrando divisar una figura oscura, tambaleándose por un pasillo, herido, al parecer; no pudo visualizar algún rasgo distintivo en él, sino que solamente su silueta.
Entre todo aquel desastre, aun con el sonido de las llamas abriéndose paso a través de las ruinas del edificio, la figura, parecía inmerso en su mundo. Solo se alejaba, generando un melódico sonido con su débil, pero resonante voz.
—¡Ya recuerdo! —Exclamó con entusiasmo. Según él: esto sería su boleto para conseguir de nuevo la confianza de todos.
—¿Ahora qué? ¿Más excusas sin sentido? —cuestionó Toshinori con sarcasmo, en este momento, su paciencia se estaba acabando con solo ver el rostro, del traidor frente a él.
Izuku frunció el ceño y apartó la mirada, para luego relatar lo que vio.
—Cuando me recuperé de la caída desde el último piso, All for One ya estaba muerto... pero había otra persona ahí, logré ver a alguien yéndose del lugar, aunque cuando traté de llegar a él, unos escombros me bloquearon el camino. —El chico le devolvió la mirada, seguro de lo que diría a continuación—. ¡Esa persona debe saber lo que en realidad sucedió!
Toshinori golpeó en seco la mesa, tratando de ponerle fin a las falsas palabras que pronunciaba el joven.
—No tienes pruebas, nosotros si tenemos, pero estas solo te incriminan. Contéstame esto de una vez, ¿Lo asesinaste? —Izuku desvió la mirada, para luego de unos segundos, dar su respuesta.
—Sí... Maté a All for One.
—En ese caso, si alguna vez tuviste una pizca de respeto por mí, sabes qué hacer. —Una vez más, el hombre extendió su mano—. Es hora de buscar a un décimo portador, uno, que lleve el ideal del héroe consigo, y no se deje corromper.
Izuku cerró los ojos, y vacilante se arrancó un cabello sucio de la cabeza, con el mayor dolor en su alma, le dijo adiós a su Don. El rubio, al tenerlo en sus manos, ingirió aquel cabello, arrugando el rostro, asqueado.
—Qué desagradable... —Inhaló y exhaló profundo—. Te deseo suerte, y espero que puedas redimirte. —Dio media vuelta y se dirigió a la salida—. Tal vez entonces, logres recuperar lo que has perdido, joven Midoriya.
All Might pasó de la puerta corrediza, dejando solo al sujeto sonriente con él. El hombre empezó a reírse, conteniendo las carcajadas que luchaban por burlarse de la situación.
—Pensé que nunca se iría —bufó el guardia, parecía emocionado por estar a solas con Izuku.
—¿Qué me pasará ahora? —interrogó el peliverde.
—Jo, ¿Curiosidad por tu sentencia? Bueno, es bastante simple. —El sujeto empezó a dar vueltas por la habitación—. Primero que nada, estás en Tártaros, una de las prisiones de máxima seguridad y mejor equipadas contra los Quirks, pero eso ya lo sabías. —Su tono de voz, era burlón—. Mataste al símbolo del mal, ¿no? Esos idiotas han considerado tu edad, y estarás en el bloque F, por suerte para ti.
—«B-bloque F» ¿Qué quiere decir eso?
—Eres muy lento, Tártaros categoriza a los reos según su nivel de riesgo, letalidad o peligro, llámalo como quieras. Con alguien con Quirks de tu talla es lógico que tendrías que ir al bloque G... —El sujeto sonrió de lado—. Lástima que ahora, eres un Quirkless.
Izuku bajó la mirada, esto solo hizo sonreír aún más al hombre, quien observaba sus gestos con total atención.
—Esa mirada, te queda muy bien; esa mirada sin emoción, esos ojos tan vacíos que me podría perder en ellos.
El sujeto se movía de forma extravagante, extasiado por ser expectante de la caída del joven peli verde. Al volver en sí, fingió tos y corrigió su postura.
—Bueno, el punto es. —Sacó unos papeles que llevaba consigo—. Tenemos pruebas, testigos, huellas, bla bla bla. Son varios crímenes, dignos de ti, oh gran héroe, pero... ya sabes, debes confesar ahora.
—¡Yo no hice nada de eso! —El chico se puso de pie con violencia. En cambio, el hombre, sonreía aún más.
—Sí, eso dicen todos, un mago lo hizo, otra persona debió ser, te han inculpado, etc. No lo tomes a mal, no sabes que somos expertos en eso. —A paso lento se acercó al chico—. Todos dicen que eres culpable. Héroes, villanos, civiles, ¡Tus amigos! —Con cuidado se aproximó a su oído, para susurrarle algo en secreto—. Pero la verdad es, que yo te creo... Deku-Kun.
Al escuchar esa forma de hablar, sintió que ya conocía a esta persona, incluso le daba una sensación de peligro, haciendo que tratará de alejarse del uniformado.
»¡Así que al fin lo notaste! —"Él" le sujetó de la cabeza, evitando que tomase distancia—. No sabes lo feliz que me hace, que no te hayas olvidado de mí. —Su rostro empezó a derretirse comenzando por la barbilla.
Retenido ni con toda su voluntad habría logrado librarse. Con sus manos aseguradas y su cabeza contra la mesa, el sujeto tuvo pase para lamerle el rostro sin que pudiera poner resistencia, algo asqueroso.
Al dejarle ir, Izuku le veía con odio por tal repugnante acción. Esa expresión de éxtasis y forma de hablar, lo confirmaba, frente a él no estaba un hombre, si no, que nada más y nada menos que Toga Himiko haciendo uso de su quirk.
—Deku-kun, no te preocupes, justo ahora los que están tratando de ver nuestro reencuentro, solo observan un vídeo que grabé antes de esto, ya sabes, algo casero que nadie creería. En tu caso, a estas alturas se tragarían cualquier cosa, ¡No nos molestarán!
—¡Tú! ¡Ustedes están detrás de todo esto! —exclamó el chico, forcejeando con sus esposas, para poder arremeter sin éxito a la joven disfrazada.
—¡Ding ding ding! ¡correcto! —Ella movía sus manos en celebración.
—¡¿Cómo puedes hablarme de esa forma!? ¡¿Sabes por lo que me han hecho pasar!? ¡¿Lo que he sufrido por ustedes!? —Gritó mientras seguía forzando las esposas, a tal punto, que sus muñecas empezaban a sangrar.
—Pobre cosita fea. —Ella terminó por desactivar su Quirk, solo en la parte de la cabeza, para luego tomarle de la barbilla con la punta de sus dedos—. El mundo no es tan feliz como creías, ¿Eh?
Estando frente a frente con Izuku, le cortó con un cuchillo que llevaba en su uniforme, y volvió a lamer su mejilla, limpiando la sangre que escurrió de la herida.
—¿Po-porque hacer esto? ¿Por qué enviarme a prisión? —cuestionó Izuku viéndole a los ojos. Respiraba con pesadez—. All for One murió, y Shigaraki aún no puede usar su poder a toda su capacidad, si no soy yo, otro los detendrá... —declaró profético.
—Qué chistoso eres, no tengo nada que explicarte. Y bueno, ahora que confirmé que All Might te quitó el one for All, es hora cerrar el acto. —Ella caminó por el lugar, mientras le veía con detenimiento, hasta pararse a su lado—. ¿Sabes? En el vídeo que les puse, te golpeaba varias veces, así que sería raro si no sales con al menos un ojo morado.
Le tomó del cabello, y le hizo impactar el rostro en la mesa. Izuku aturdido, se quejó por el dolor que esto le causó. «Sí, gruñe» decía dirigiendo el puño a su mandíbula, haciendo que escupiera sangre. «Eso, ¡Grita!» empezó a propinarle golpe tras golpe, Izuku no podía reaccionar al respecto, limitado a dejar que los ataques llegaran, y soportar las constantes arremetidas.
—Ayuda... —habló en un tono casi inaudible.
—Vamos, dilo más fuerte, ¡Pide auxilio a tus héroes! ¡Grita y tal vez te salven! —Ella no cesaba sus ataques—. ¡Nadie vendrá ayudarte! ¡Nadie escuchará tu dolor! —Le sujetó el rostro y la acercó al suyo—. Nadie... Te extenderá la mano de nuevo, este mundo no necesita héroes, mucho menos a un «villano». —Le palmeó la mejilla de forma irritante, dando final al «interrogatorio».
Toga sacó un frasco con un líquido rojo, era sangre ajena, lo abrió y sin dudarlo lo ingirió, expresándose excitada.
—Fue bueno volver a verte, Deku-kun. —El rostro del hombre mayor comenzó a formarse por su Quirk, Antes de algo más, extrajo una muestra de su sangre—. Informaré de esto al jefe, tal vez te visitemos luego. ¡Ah! Y no le cuentes a nadie de lo que sucedió, o las cosas podrían ponerse peor, Tártaros es nuestro ahora...
III
«Que suene: Ruelle – Madness»
Desplomado sobre la mesa, rememoró lo que sintió hace tiempo en el enfrentamiento con el asesino de Héroes. Recordaba la impotencia que era no poder moverse como quería, y ser atacado, incansable, insano. Su piel se acostumbró al frío del metal mientras esperaba su llamado, no era como si pudiese hacer algo más. Esposado e inmóvil, recostó la cabeza intentando ignorar el dolor naciente.
Con los minutos, tres guardias acudieron a la sala de interrogatorios. Uno que consideró enorme, no más que All Might en su forma original, pero era de las personas más altas que haya visto. Corpulento y con un amargado semblante. El segundo era mucho más bajo que el primero, podría decir que solo era unos centímetros más alto que el propio Izuku, a diferencia del primer sujeto, este era flacucho y de ojos afilados.
Detrás de ellos venía el último, que, contrastante a los otros, es de lo más normal, incluso consideró peculiar ese aspecto. Ni alto, ni bajo, cuerpo robusto como el de un soldado; semblante serio y de mirada ausente. Su cabello canoso se daba a relucir entre el otro 60% de melena que era de un ónix agraciado. Pasó como una brisa silenciosa, y se quedó en la puerta a la espera de indicaciones.
—¡Vamos, huésped F-4587! Es un hermoso día para mudarse, ¡Te llevaremos a tu habitación! —exclamó el de los ojos afilados.
Fueron a él y le dieron la suficiente libertad con lo que, según ellos, caminara a su celda. Medio paso más allá de la silla, e Izuku cayó de bruces al suelo. Sus quejidos reemplazaron las palabras.
—¿Qué pasa amiguito? ¿El villano te quitó las piernas? Date prisa, mueve el culo. —Lo suspendió en el aire sujetándolo del brazo, una pérdida de tiempo, ya que regresó a su posición anterior al soltarlo. Cruzó miradas con su compañero, sonrieron bufando, sus labios no se despegaron, pero ambos se comunicaron que se divertirían muy pronto.
Se paró imponente a un lado del reo. Su cuerpo tapaba por completo la luz que le llegaba. De reojo y jadeando con pesadez, observó con poca conciencia al enorme guardia; su rostro era rígido, pero de sonrisa asquerosa, le faltaba uno o dos dientes, y mientras le daba leves patadas para «animarlo» a ponerse de pie: ojeo una cicatriz en su cuello.
—Por un demonio. —El otro se desesperó. Lo sujetó con rudeza del brazo e hizo señas al de la puerta—. Es inútil, ayúdame a llevarlo, novato, o nunca terminaremos —le dice a su compañero, el cual dio un suspiró amargo, esperaba mantenerse a la distancia de lo que hicieran esos dos.
»Siéntete privilegiado niño, mi familia no tuvo tanto apoyo en ese ataque.
—Ya, Hiroto, solo tendremos que hacerlo por esta vez. —El silencioso decidió hablar.
Lo llevaron por el bloque A, donde se establecía la sala de interrogatorios, allí también se encontraban los reos de cargos menores y Quirks fáciles de controlar El techo estaba muy por encima de ellos, en el sentido literal, las paredes son grandes, grises y frías. Cada cierta distancia, podrías ver diferentes pasillos, sin duda pensó que si alguien intentase escapar: se encontraría con un laberinto.
Tártaros es de las diez estructuras más costosas en Japón, y quizás también incluida en la lista de Asia en general. Todo ese espacio vacío creaba un ambiente desolador que a más de alguno debe de haber llevado a la locura; los pasos de los cuatro resonaron en todo el pasillo, atrayendo miradas tanto de guardias como de reos.
De esta forma, existen desde el bloque A hasta el G, sin contar las secciones que no corresponde al encarcelamiento de prisioneros o las especiales. Para llegar a cualquiera de estos pisos existe una sola forma de ir y venir: «el ascensor de Virgilio» como les gustaba llamarle.
Para acceder a él se necesita pasar por varios protocolos de autenticidad que solo portaban los guardias, como registro de retina, huellas, reconocimiento por voz y una tarjeta de identificación, esos siendo los protocolos básicos.
El ascensor es ruidoso y lento, Izuku pensó que lo llevaban al infierno (exagerando por su imaginación). Para cuando las puertas se abrieron, llegaron al Bloque F. esperaba algo más futurista, pero no es muy alejado a una cárcel promedio. Pasaron por una enfermería para darle los tratamientos de rutina, luego fueron por el ala de celdas; los reos le lanzaron provocaciones a las que no tenía tiempo de dirigirles la atención que no se merecían.
Antes de dar con su nuevo hogar, notó que cada reo llevaba el mismo collar que él, sin embargo, había uno que resultaba sobre el resto; quizás habrá sido por un efecto residual del sensor de peligro, pero un reo le observaba en silencio, sonriente, si los otros no le intimidaban con sus provocaciones, este lo logró con tan poco.
Otro guardia esperaba fuera de la celda, ahí, es arrojado sin cuidado, aun con los ojos de aquel sujeto aun puestos en él. Es su vecino de al frente.
—Ahí está tu uniforme, aprécialo, porque será tu nueva piel.
La puerta se cerró a sus espaldas, una de algún mineral especial con centro de cristal blindado, que apenas tenía unos cuantos orificios para dejar pasar el aire, sobre todo, las palabras de las otras celdas.
—Chicos miren lo que nos arrojó el mar. —La carcajada de un hombre provino de una celda cercana—. Entonces era cierto el rumor, ¡Por dios! ¡No visita un héroe!
—Lástima que lo dejaron con Kei. —Otro desagradable sujeto se unió—. Si estuvieras cerca, te haría sentir muy bien, rogarás que te haga mi puta, bueno, si es que el jefe no tuviera otros planes para ti, ¿Qué opina jefe? —habló quien Izuku supuso que es el vecino de en frente.
—Digo que... —Se lamió los labios—. Tenemos carne fresca, muchachos, y de muy buena calidad.
Izuku retrocedió asustado. Era mentira que no se considerara un miedoso, pero por lo menos portaba el one for all que le proporcionó valentía para momentos como estos. No obstante, era poco más que un Quirkless, quedaba solamente las brasas de un pequeño porcentaje que llegó a dominar, y que, con el tiempo, también perdería.
Cayó de espaldas al suelo, sintiendo que no se alejó lo suficiente, se arrastró hasta el fondo de su celda.
—No le prestes atención. —Un sujeto de voz suave, le sacó de su paranoia.
—¡¿Quién anda ahí?!
Mientras entraba, sus cinco sentidos estaban en lo que le rodeaba y más ocupado en intentar caminar sin caer, que no se dio cuenta de que la celda era para dos personas. La evidencia es una litera a su derecha, de la que al parecer la voz provino de la cama superior.
—Mientras estés en esta celda y la puerta cerrada, no podrán hacerte daño —aclaró desde arriba.
—Quien eres...
Izuku apretó los puños previniendo cualquier acción de parte del misterioso reo. La respuesta tardó un momento en darse.
—Kei, prisionero F-4239, compañera de celda.
Su mente no era la más serena entre los residentes de la prisión, pero pudo dar sus prioridades ante otra persona que mantenía un potencial de peligro como el suyo.
—¿Qué hiciste para llegar aquí?
—¿Acaso importa? No te he preguntado lo mismo, aunque ya me he dado una idea por los rumores.
—Eso no responde nada, debes saber que no seré tan fácil como «carne fresca». —Dejó fluir todo su conocimiento sobre prisiones, adquirido por las películas que había visto.
—¿Sin tu Medium? Eres solo un mocoso, hay inhibidores para la autoridad base, no podrás usar tu Quirk, peor sin un Medium decente.
—Hmp, no necesito uno —Arriesgándose a reducir las veces que podría utilizarlo, dejó salir las brasas. Si llegara a pegar los parpados, no dormiría sabiendo que le pueden rebanar la garganta en cualquier momento—. Estoy aquí por un malentendido, pero pronto saldré, espero que nos llevemos bien en ese tiempo.
Le respondió riendo bajo, le daba gracia esa actitud temeraria, a pesar de que hasta allí percibía ese olor a miedo. El corazón de Izuku se detuvo al sentir, que el one for all perdía fuerza con cada segundo. Despojado del derecho a ese poder, y esto era lo que le quedaba.
—Eres chistoso, así que ¿Un marcado? Ni siquiera puedo imaginar cuanto tiempo vivirás.
—No es ese tipo de poder, estaré bien.
—Alguien tiene pelotas.
En este mundo, hay factores que influyen en las habilidades de las personas, comenzando por la autoridad, término tomado de algunas religiones que creen, es la fuente de donde se sacan los Quirks.
Todos tienen Autoridad y como base, pueden manifestar en menor medida los Quirks, pero la práctica adoptada de civilizaciones ya perdidas, se utilizan el médium: Artefactos que canalizan la autoridad y da el potencial de usar los Quirks con mejor eficiencia (Según lo que soporte el portador).
Con entrenamiento, las personas pueden llegar a desarrollar la capacidad de Autoridad.
Sin embargo, se tiene que ofrecer un objeto que tenga un valor equivalen a la autoridad que se puede generar, cualquier cosa como: guantes, collares, báculos, diamantes, e incluso fotografías, si su valor material no es lo suficiente, el valor que dicho objeto tiene para con su portador podría equipararlo.
En este momento, las palabras de All Might lo llevaron a un momento diferente, uno donde todo apenas empezaba:
«Imagina que llevas un lápiz de un lugar a otro, fácil ¿No? sigue con una caja grande en una mano y necesitarás un poco más de esfuerzo».
«Que sean dos y tendrás que utilizar las ambas manos».
«Hasta ahora, lo lograste, pero, entonces imagina que llevas 15 cajas, ¿Qué haces? Lo más seguro es que no puedas por ti mismo y de intentarlo termines cayendo al suelo, así que buscas una herramienta que te ayude a llevarlo sin problemas. Eso es el médium».
El proceso de creación de un Medium deja una marca en el objeto, y es un Tabú que las personas (aunque rara vez se logra) pueden marcarse a sí mismas como si fueran el propio Medium, sin embargo, mientras más se utiliza el Quirk, más se desgasta el Medium, y si se sobrepasa el nivel de autoridad que admite su valor, este puede volverse polvo.
Por ello, si alguien se marca sí mismo, estaría entregando su tiempo de vida a la autoridad. El one for all, que ni siquiera All Might supo la razón, marcaba al usuario, pero no consumía su vida, siempre y cuando no llegara a sobrepasar los límites de lo que el portador pudiera soportar.
E Izuku sabiendo todo eso, al ver que el sujeto en la cama tenía un tatuaje en el cuello, no evitó teorizar que no era un simple tatuaje, sino, una marca de Medium.
—También eres un marcado —dijo bajando la guardia. Se quedó ahí, reposando contra la pared con la intención de no disminuir su presencia; la verdad era que lo que más deseaba es caer al suelo y dormir por mil años. La amenaza frente a él, nunca hizo un primer movimiento, apenas y se notaba cuando respiraba.
—Será mejor que duermas —dijo—. Necesitarás un poco de energía si quieres sobrevivir a mañana. Los sedantes de Akane no duran para siempre.
IV
Los guardias hacían alboroto en los pasillos. Izuku al final fue vencido por el sueño; echado en el suelo, en un rincón de la celda, estuvo atento hasta el último segundo que mantuvo la conciencia.
El metal resonaba, los guardias gritaban para despertar a los reos.
—¡Todos arriba! ¡Es una linda mañana y los pájaros cantan!
Lo que pasaba afuera le despertó, pero lo que realmente llamó su atención, fue la difuminada figura en la puerta de la celda; sus ojos decidieron tomarse todo el tiempo del mundo para reponerse.
Un guardia, eso lo supo por el uniforme, y... ¿Una mujer? No tenía idea de que había otra persona en esta celda, de todas formas, solo hay dos camas, a menos que ya planearan que durmiese en el suelo como ayer.
Ella esperó frente a la puerta, hasta que hizo un ruido y una luz sobre ella pasó de rojo a verde. A este punto ya estaba medio despierto, pero prefirió pasar como si no fuera así.
—Kei, la correspondencia de hoy... no sé si deba. —El guardia, uno de los tres que lo escoltaron un día antes. Su rostro no se mostraba indiferente como en ese momento, pero tampoco comunicaba malicia.
—Ken, para este momento, puedo soportar cualquier cosa ¿Embargaron la casa? ¿Arrestaron a uno de ellos? La verdad, no me sorprendería. —Su voz suave se le hizo conocida al peliverde.
—No tengo palabras, más que... mi más sentido pésame. —Mientras hablaba, su rostro se oscureció a la vez que su mano entraba en su uniforme; sacó un sobre blanco—. Debes ser fuerte, como hasta ahora, no falta mucho para que seas libre.
La mujer escuchó sin aliento, esas frases son las que nadie querría escuchar en toda su vida. «Sé fuerte» le habían dicho, pero ella ya era muy débil. Se preguntó si soportaría ver el contenido de aquel sobre.
Desde el rincón, Izuku notó como tiritaban sus manos, como cuando él mismo: recordaba amargos momentos. Su voz se volvió nerviosa. Arrugó un poco el sobre al tomarlo.
—Te lo agradezco, Ken, eres alguien considerado —dijo, pero carecía de toda valentía para ver el sobre. El guardia cerró los ojos tragando saliva.
—No verás el contenido...
—No me siento lista, sea lo que sea, aun no estoy lista.
—Comprendo. —Asintió dándole paso—. Ve, toma un baño, no te preocupes, hoy tendré que hacer de vigía, nadie podrá tocarte ni un pelo.
Dudó por un segundo, temerosa dio un paso fuera de la celda y fue con un leve «Gracias...» perdiéndose del rango de visión del peliverde. El guardia se quedó ahí parado, le dirigió la mirada, obligándolo a fingir que permanecía dormido.
—Se van a las duchas, uno por celda, tu irás en el siguiente grupo. —Luego se marchó y poco luego se cerró la puerta.
Izuku mantuvo su máscara de inconsciente, esperó allí, ese rincón de la celda se sentía mucho mas seguro que estar con los guardias, en realidad, quizás así es. Un tiempo pasó, el silencioso sujeto quien ahora Izuku reconocía como «Ken», volvió, la puerta hizo el mismo ruido y cambio de luces.
—¡Andando, andando, la mitad ya terminó, pero el resto de ustedes siguen apestando a mierda! —gritaban los guardias por los pasillos. Ken vio con desaprobación la actitud del resto. Suspiró rascándose la barba.
—Izuku —le llamó—, será mejor que vallas, por lo menos hoy estaré ahí para ver que no hagan de las suyas. —Esperó, era alguien paciente, pero no tiene el humor suficiente en ese momento—. Niño, ¡Sé que estás fingiendo!
«Si no te mueves, no te obligaran, si no te mueves, no te obligaran a nada» Se repetía Izuku a sí mismo.
Reacio a acatar las instrucciones, ignoró por completo a Ken. Los guardias se paseaban por las celdas viendo que los que faltaban salieron a esperar su turno como dicta el protocolo. Uno de los uniformados bulliciosos, se sintió llamado a la escena, apartando a Ken de improviso.
—Otro que no quiere seguir las órdenes. —Lo vio con atención—. Y para colmo tenia que ser el doble cara. ¡¿Qué pasa Ken?! —habló en un tono complaciente—. Dejamos que seas suave con Kei porque, bueno, da lástima, pero ¿Por qué cuidas de esta basura?
Antes de recibir una respuesta innecesaria, se adentró a la celda y arrastró a Izuku como muñeco de trapo hasta fuera de ella. Izuku se resistió humanamente, gritó para que lo dejara ir, pero no tiene el derecho a exigir nada, considerado un reo de peligro latente, a pesar de ser un Quirkless.
—¡Por favor! ¡Todo esto es por un malentendido!
—¡Basta de esta mierda! —En un movimiento veloz, desenfundó su arma con fiereza e hizo dos disparos al aire. El arma ahora le apunta de entre ceja y ceja—. No estás en tu escuelita de niños ricos, aquí somos la ley —habló sardónico—. Espera donde te digan, te bañas, y no quiero sabe nada de ese comportamiento de puta, ¿Está claro?
—Entendido...
Sintió rabia, ¿Gracias a quien estaba en este lugar? Rastrilló los dientes con la imagen mental de varias personas. Fue a la puerta de su celda. El dolor empezaba a calar de nuevo desde los huesos.
—Niño... —habló ken—, no te fuerces a pensar que esto se resolverá de la noche a la mañana. —Izuku bajó los ojos.
—Y eso debe animarme. No sabe por lo que he pasado, señor.
—No, no quiero animarte, y tampoco sé tu historia por completo. —Sacó un cigarrillo y empezó a fumar—. Pero créeme que hay personas que la pasan igual o peor que tú.
—No creo que eso sea posible, me exigí a sobre pasar mis limites, luché contra fuerzas incontrolables y al final, esto fue lo que me trajo. —Su mirada careció de emociones. Ken empezó a reír.
—No sabes nada, Izuku.
Ken dirigió la vista al otro extremo del pasillo, dando la vuelta venia Kei, detrás de ella, un sujeto enorme y corpulento, impresionante de cierta forma, el sujeto tenía músculos en los músculos; es de piel morena y calvo, sus ojos son de un blanco total. Pera empeorar su apariencia: esa sonrisa mataría a cualquiera del susto. Si de la imagen de un reo intimidante se habla, este puede ser un gran ejemplo.
—¿Descánsate, Kei? —El hombre fue al lado de la chica—. Esperaba que pudiéramos divertirnos hoy, es raro que vayas a las duchas, aunque no soy bienvenido en las duchas de mujeres.
—...
La chica permaneció en un silencio perpetuo, deseando aparentar un completo desinterés hacia el asqueroso hombre que le hostigaba. Si bien, esa era su intención, su lenguaje corporal denotaba su nerviosismo, estaba ansiosa por llegar a la seguridad de su celda.
—Oh, no me hagas esto, cariño. —Puso su pesada mano sobre el hombro de la chica; se inclinó para bajar su cabeza hasta su oído—. No siempre estará ese imbécil matando el ambiente, hoy no me esforcé porque la diversión: puede venir de otras fuentes.
La chica se estremeció ante su tacto, sus ojos se abrieron a mas no poder a tal punto que parecía que se saldrían de sus cuencas oculares. En un acto de valentía, o quizás, debido a la presión del momento, se sacudió soltándose de él.
Recorrió a paso ligero aquel extenso pasillo gris. Su respiración y corazón se habían acelerado, el mundo se cayó encima de ella. No estaría segura hasta pasar de esa puerta. Todo volvió a sentirse con normalidad cuando Ken la recibió en brazos. Izuku no la conocía, tampoco era consciente de lo que sucedió o las circunstancias por las que pasaba, pero de alguna forma, se sentía mal por ella.
—Ya está, no sé cómo se escabulló hasta los baños, pero no te hizo nada. —Ken le palmeaba la espalda—. Entra, tu compañero ni siquiera ha visto tu rostro.
Tenía razón, no conocía la apariencia de esa persona, tampoco de la del sujeto marcado, bueno, él aun pensaba que eran dos personas distintas; no fue, sino hasta que vio en su cuello la marca de Medium.
—Vamos, Midoriya, necesitas un baño con urgencia, hueles a basura y al consultorio de Akane.
Aún era renuente en fiarse de cualquiera en este lugar, en el fondo tampoco en alguien de afuera; pero ya estaba un poco menos a la defensiva. La chica se puso frente a él, se inclinó por cortesía para presentarse.
—Soy Kei Sasaki, espero llevarnos bien, Midoriya.
Sus ojos violetas le distrajeron un por un segundo, más que eso, detrás de las ojeras, el cabello desordenado del mismo color que sus ojos y esa piel pálida: era una mujer delicada y hermosa. Sus ojos parecían tristes a tal punto que él se ponía del mismo humor. Sus labios de un carmín pálido resultaban por su piel. Ella volvió para verle, ya que la respuesta a su saludo tardó y eso le causó el miedo de no caerle bien.
—Lo- lo siento, hablamos un poco anoche, pero creo que fui grosera —habló nerviosa.
—¡Oh! No, lo siento, me perdí un poco en mis pensamientos. También espero lo mismo.
Ella asintió avergonzada, sin otra palabra se adentró a la celda en busca de su preciada cama.
—Mas vale que seas bueno con ella —dijo Ken—, Es una buena chica, y tienes suerte de que sea tu compañera y no cualquier otro de este sitio.
Fue dirigido por los pasillos junto al resto de los reos faltantes. Lo que lo mantuvo incomodo, fue el hecho de que aquel hombre moreno también venia con ellos.
«Esto no es como imaginaba» pensó al cruzar una puerta, no era lo que esperaba, es más, fue lo contrario a la imagen mental que tenía, llegando a comprarlo con los baños de la academia.
El baño tenía un diseño refinado, los pisos blancos que incluso veía su reflejo en él. Fue empujado por otro reo al chocar hombros. Le dirigieron miradas e insinuaciones de asesinato. Por más que deseara huir, se obligó a entrometerse en una de las duchas.
Estas eran simples. Cortinas y unos muros evitaban que hubiera contacto entre los reos, claro, aquellos que eran más altos que los muros, podrían verse entre ellos o ver al chico asustadizo intentando ducharse.
El peliverde gruñó de dolor, sus heridas ardieron, no era el Quirk del peligro (el cual no lo atormentaría de nuevo), sino que el daño recibido desde el día de ayer, le estaba pasando factura.
En un movimiento torpe, en medio de esos golpes de dolencia, su jabón resbaló de sus manos, este se deslizó por el suelo quedando en medio del baño; no lo quisieron dar a conocer, pero lo reos se percataron de ello.
—L-Lo tengo. —Apunto de dar el primer paso fuera de la ducha, Izuku se detuvo, le pareció conocida esta escena.
Prisión, reos, baño... un jabón que cae al suelo, no debes ser muy listo para entender la referencia ¿No?
Por asares de la mismísima suerte, volteo hacia Masao, quien le observaba sonriente. Así que el chico dio un paso atrás y se limitó a bañar su cuerpo con solo el agua.
En cambio, los reos se rieron por esa acción, pues fue tan de película que se olvidaron del rencor mutuo que se tenían todos.
—Buena elección, niño, buena elección. —Masao se carcajeaba a más no poder.
Con esas palabras que le hicieron recorrer un escalofrío por su espalda, siguieron con su baño; Realmente, esto era lo que esperaba.
Volvió a la celda. Estaba en su cama, impaciente por ver esa puerta cerrarse, a diferencia de Kei que se resguardaba arriba de él, debajo de las sabanas.
—Ken, el señor Sakai está llamando un grupo para la transferencia de otro reo en el A. —Aquel guardia de ojos afilados volvió.
—Dame un segundo, Hiroto, tengo que cerrar las puertas y comprobar los baños.
—Novato, quieres que te despidan ¿No? es una orden directa de Sakai.
Ken arrugó el rostro, esta situación le es muy inusual, pero tenía razón. Al final suspiró derrotado y se marchó.
—¡Oye, Ganju! —Fuera de la vista de Ken, Hiroto cambio su ánimo de la nada—. ¡Ven aquí! —El otro guardia acudió a su llamado, entendiendo lo que sucedía. Hiroto le sonrió y señaló la pared—. ¿No crees que está pared fue pintada hace poco?
—Déjame ver... no lo sé, tal vez sí, o quizás no, tendré que verla por un rato. —Ambos sujetos les daban la espalda a los reos.
Entre todos los reos miraron a una sola persona, Masao, este les hizo una señal y alguno pocos se movieron con él hacia la celda de Izuku. Absorto en lo que estaba pasando, abría y cerraba la mano esperando que algo sucediera, sus labios se movieron levemente para decir las palabras «One for all» Pero nada.
«Supongo que ya no responde por mi» Pensó. «Serán unos días muy largos. Tú puedes Izuku. Nezu, Mirio o incluso mamá, deben de estar buscando la forma de sacarme de aquí...»
Escuchó los murmullos provenientes de afuera, algo andaba mal, no necesitó de su Quirk para deducirlo. La puerta lleva rato de estar abierta, sin rastros de Ken, su mal presentimiento se concretaba con los segundos. Tragó saliva tomando coraje para moverse a la puerta; asomó el rostro para averiguar algo, cuya respuesta fue violenta.
Una enorme mano le tomó del rostro y lo devolvió a la celda. Los murmullos dejaron de serlo para hacerse mucho más claros, hacían comentarios mordaces.
—¡Hola compañero! —Masao le sonrió alegre—. ¡¿Cómo estuvo el baño?! Nos enorgullece nuestro servicio de baños públicos en este maravillo hotel.
—Gua- ¡Guardias! ¡Guardias! ¡Ayuda! —Pedía auxilio a quienes hacen permanecer la ley en este lugar, pero apenas y pudo darse cuenta, que estos no eran más que cómplices en todo esto.
—No se preocupe, los guardias nos tienen bien protegidos contra amenazas externas.
Desesperado, es la única razón por la que lo hizo; si fueran otras circunstancias, nunca habría pensado en atacar a alguien con el one for all. Instintivamente dirigió su puño al pecho de Masao.
Impensable el hecho de que un simple hombre, detuviera su puño con una sola mano, sin Quirks ni nada parecido, solo su mano desnuda. Rápidamente, sujetó la muñeca de Izuku tomó asiento en el suelo, otro hombre tomó al chico del hombro y lo obligó a hacer lo mismo.
—Veo que está interesado en nuestros tratamientos de spa VIP. —Sacó un cortaúñas. Con un rostro pasible, estiró el dedo índice de Izuku—. Me agradas, detesto las uñas largas, cuando veo que no están bien cortadas, siento el deseo de arrancarlas con mis propias manos.
Lentamente, colocó las afiladas hojas del cortaúñas. Izuku empezó a retorcerse con la intención de liberarse, Masao solo dio el aviso y dos de los suyos lo sujetaron, aunque ya de por sí: la ridículamente enorme mano mantenía firme la del chico.
—Pero eso es de barbaros, nosotros somos personas civilizadas, tenemos cortaúñas para eso.
Ejerció fuerza, no la suficiente, lo hizo para disfrutar el momento. Su víctima siguió quejándose, pidiendo auxilio e implorando por piedad. Sintió como aumentaba la presión del cortaúñas, la dobló haciéndole sentir que se la arrancaría de un tirón. En su mente se generaba el crujido de esta partiéndose.
Al final, Masao realizó el corte. El sonido fue audible e Izuku soltó un grito desesperado al liberarse de ese momento. La uña cayó al suelo. Su respiración es rápida y agitada.
—De-detente, por favor, vete...
—Veamos, vienes a mi casa, te ofrecemos techo, ropa, aseo y posiblemente comida, ¿Pero me echas como a un criminal? Mala esa, héroe Deku, no tienes modales para nada. —Siguió cortando la uña hasta que la acercó a su boca para soplarla y pasó al siguiente dedo—. ¡Esto es tártaros! imagino que no es lo que esperabas, pero aquí tenemos reglas. —Siguió con el dedo medio.
»Primero, nadie habla de lo que sucede en tártaros. —Los cortes fueron toscos, con cada trozo se acercaba a la carne debajo de la uña.
»Segundo, Lo que pace en tártaros, es un secreto, agradeceríamos tu confidencialidad. —Un corte bastó para que sus cuerdas vocales se desgarraran, Kei se cubrió con su almohada para ignorar los gritos, pero incluso en todo el pasillo fue audible.
Siguió con el anular de la misma forma y terminó con el meñique. La sangre salpicó el suelo con el pasar de los segundos y las palabras.
»Tercero... bueno, esto es solo lo básico, estoy seguro que ya te explicaran el resto. —Acercó el rostro a los dedos una vez más, sopló suavemente para concluir la sesión—. Es más una sugerencia, pero, disfruta el bloque F y agradece a dios que no te mandaron al bloque G; un bastardo como tú, no sobreviviría ni una ronda del teatro.
Lo soltaron. Cuando cayó al suelo se contorsionaba y tomaba la muñeca liberando un grito ahogado. Masao seguía con su acto de gerente mientras que su sequito se reía a carcajadas.
»Este tratamiento solo se lo ofrecemos a personas como tú, ahora, ¿Qué tal un masaje de torso? —Lo sujetó del brazo para suspenderlo en el aire—. Oh no, mira esto, tus uñas me dan asco. —Ahí mismo, le propinó un golpe en la boca del estómago.
La fuerza fue tal, que al instante le hizo vomitar un líquido incoloro, pues no había tenido ni un bocado de comida desde la cena en el campamento.
—¿O quizás prefiera un masaje de cuello? —Pasó a sujetarlo del cuello con una sola mano, asfixiándolo.
—P-Por... Que —decía débilmente—. No les he... hecho nada...
Izuku Cayó al suelo, se tomaba el estómago con dolor, quiso gritar por auxilio una vez más, pero no tenía aire para hacerlo. Formulaba las palabras, pero ellas solo no lograban generarse. Nuevamente le golpeó el rostro; ya tenía un ojo morado que no podía abrir del todo y la sangre escurría de su nariz y boca.
—Chicos, él dice que no deberíamos hacer esto, pero ¿Porque estamos aquí? —Interrogó con gracia a los otros reos.
«Endeavor» dijo uno de ellos. «Ryukyu» dijo otro. «Best Jeanist» agregó el de al lado. Y así siguieron con los nombres de Hawks, Mirko y Kamui Woods. Cada uno de ellos mencionó a un héroe, incluso su líder.
—¿Por qué estoy aquí? —cuestionó Masao de forma desinteresada—. All Might me metió en este infierno, y ya que eres el gran héroe que nos acompaña, deberías pagar por vivir en nuestro infierno. —El sujeto le tomó del cabello, ahora, el rostro de Izuku era irreconocible por sus heridas—. ¿Ya dije, que nadie habla de lo que sucede en tártaros? Bueno, solo te lo recuerdo.
Le sonrió amigablemente y soltó su cabello, haciendo que el chico impactara con el metálico suelo.
»Bien, hora de darle la bienvenida al nuevo.
Todos sonrieron con malicia al escuchar esas palabras. Izuku, forzó su voz a salir, mientras se afianzaba sobre su antebrazo para ver al rostro del desgraciado.
—¿C-como... te lla- llamas? —Interrogó.
—¿Crees que mereces saber mi nombre? —El hombre hablaba de forma altanera—. Te lo diré para que no olvides quien es tu benefactor, ¿De acuerdo? Masao, grábatelo en la piel.
Le dio unas palmadas en la mejilla y le vio de pies a cabeza. Logrando ponerlo hambriento. Miró a su gente, y les dijo tranquilo.
—Pueden comenzar, que quede vivo para que esa bruja pueda recuperarlo o nosotros seremos comida de tiburón.
Al decir eso, los reos restantes en la celda, se dispusieron a darle una paliza al peliverde. Cada puño, cada patada, cada ataque que recibía le daba la sensación de un dolor infernal.
¿Cuántas veces lo habían atacado en tan estos días? Los civiles, Hanafusa, el sujeto del parque, sus compañeros, profesores, los guardias de tártaros, toga, y ahora... esto, ¿Qué más debería sufrir para poder vivir en paz? ¿Acaso dios se divertía viéndolo sufrir de esa manera?
Luego de lo que pareció una eternidad, uno de los reos, dio un último golpe que lo hizo llegar al fondo de la celda, en la oscuridad de esta, solo pudo ver como los criminales se alejaban con una sonrisa socarrona en sus rostros.
—¡Bienvenido a nuestro hogar, mocoso! Nos divertiremos juntos muy pronto, hasta entonces, que te mejores, bye —Fue detrás de los otros, con lo que pareció el resultado de una terapia de estrés satisfactoria, cuando su víctima yacía tirado en el rincón.
«Veo doble, siento que mi conciencia me abandona poco a poco. No puedo mover siquiera un musculo de mi cuerpo... todo el que me rodea, está en mi contra... incluso esos guardias corruptos que se acercan a mí, después de haber ignorado mis gritos».
«Apenas puedo reconocer sus figuras, pero sé muy bien que no se arrepienten de haber hecho esto».
«Sin embargo... ¿Quién es ese otro sujeto, que me observa sin hacer nada?»
«Solo observándome con esos ojos negros y una sonrisa...»
V
«Izuku»
Parpadeo unas cuantas veces, tratando de averiguar dónde estoy... no puedo mover mi cuerpo, pero a diferencia de antes, no siento dolor alguno, es más, puedo asegurar que me siento como si todo lo que me ocurrió nunca hubiera pasado.
Aun así, mis sentidos fallan, haciendo que apenas logre escuchar una distante voz, así que dirijo la mirada a la que creo es la fuente.
—Mal por ti querido, dos veces en un solo día, no te preocupes, esta señorita te ayudara...
Creo que es algún tipo de doctora, su piel es tan pálida como si no hubiera visto la luz del sol en un buen tiempo, sus ojos son grises y el color de su cabello es de un tono grisáceo de puntas blancas, si esto fuera una película, ella sería un personaje que está a punto de convertirse en un zombi.
»¿Uhm? ¿Pero que tenemos aquí? ¡Eres un héroe! —Ella revisaba unos documentos, pude notar que en ellos tenía mi fotografía—. O bueno, un aspirante, pero para mí es lo mismo, creo que todos piensan de esa manera.
Traté de hablar, pero mi voz no salía.
»Valla, parece que despertaste antes de lo que esperaba, pero sería desafortunado si empiezas a tener conciencia ahora. —Ella inyectó un líquido con una enorme aguja en mi brazo—. ¿Cómo llegaste aquí? No salgo muy seguido de este lugar... —Ella me vio con una sonrisa, como esperando algún tipo de reacción, obviamente por lo que sea que me haya inyectado, no sentía ni los músculos de mi cara.
—Bueno, da igual, pero que mal que eres del F, aunque no creo que el viejo tarde en encontrar una excusa para mandarte al G, de todas formas, un héroe haría que los ingresos mejoren. —ella volvió a su asiento—. Izuku Midoriya, estoy ansiosa por que te manden al G, así tendríamos más tiempo de calidad juntos. —Tomó un bisturí cubierto de sangre, la cual creo que me pertenece.
»Cuando pase, podré divertirme contigo más activamente... no todos los días puedo abrir el cuerpo de un héroe, quizás y pueda diseccionarte. —Con una mirada lasciva y un sonrojo evidente en sus mejillas, lamio la sangre del bisturí.
Sin previo aviso, vuelvo a sentir que mi conciencia se desvanece de nuevo, mis ojos luchan por cerrarse y esto es notado por la mujer que me observa de pies a cabeza.
»Veo que ya termino el tiempo de charlar, ¡No importa! me gusta cuando son más callados.
Lo último que escuche fue a ella riendo, para que luego, todo empezara a tornarse oscuro.
Izuku Yacía tirado en el helado suelo con la mirada perdida; se la pasaba en las sombras de aquella acogedora esquina, que le reconfortaba de su solitaria estadía en la prisión. Sus ojos no tenían brillo alguno, como si no tuvieran vida, su estética era descuidada, pues se había negado a salir de su celda con temor a ser agredido con más frecuencia.
Aunque eso no evitó que lo visitarían unas tres veces más desde la «bienvenida» que recibió para «divertirse», varias partes de su cuerpo estaban vendadas y aún tenía algunos moretones visibles.
Tam tam tam, el sonido de ese golpeteo llego a sus oídos, captando levemente su atención.
—Es hora de comer. —habló Ken.
Kei, sin con prisa ni tardada, bajó de la litera para recoger su comida. Sentía culpa al no haber hecho nada para evitar la bienvenida de Izuku. Sin embargo, esos eran pensamientos de su yo de otrora, ya que es consciente que estas cosas pasan si quieres sobrevivir.
Viendo la bandeja que no fue recogida, suspiró con pesar. Ken no pasaba mucho tiempo en el bloque, usualmente es asignado en diferentes puestos, le fue suficiente con lo poco que escuchó de los chismes, para ya tener una idea de lo que pasaba con aquellos dos cuando lo llamaron tan insistentes para dejar su lugar.
—Niño, si no comes algo, no durarás lo suficiente para que «ellos» te saquen de aquí como dijiste.
Al no recibir respuesta, el hombre suspiró derrotado, se agachó para poder abrir un compartimiento de la puerta, dentro, se encontraba otra bandeja con comida. Él la vio detenidamente, de entre toda esa asquerosa comida que servían en tártaros, solo a un trozo de pan viejo le había dado una o dos mordidas.
—En serio, ¿Puedes comer por lo menos esta vez? Si estás débil quien sabe lo que pueda pasarte. —Tomó la bandeja con la comida vieja, y la reemplazo con la que traía—. A este paso, de verdad morirás... regresaré luego, trata de comer ese pan por lo menos.
El hombre se fue, y al estar seguro de que se había ido: Izuku se arrastró por el suelo hacia la bandeja. De entre todo eso que se supone es comida, solo tomó un trozo de pan, este luce más comestible que el resto.
Le dio un bocado, no le sabía a nada, pero le provocó un profundo asco, que le hizo escupirlo al instante.
A pesar de todo, sabía que ese sujeto tenía razón, no podría vivir sin comer; Así que arrugó la cara, para darle otra mordida al pan, esta vez se forzó a masticarlo para ablandarlo y pasarlo con un poco de agua.
Luego devolvió lo que quedaba a la bandeja, y se arrastró como pudo de vuelta a su esquina. Buscó debajo de la litera: un trapo viejo. Ahí estaba el pedazo de un espejo roto, al tomarlo se cortó, haciéndole brotar un poco de sangre de la palma de su mano, pero no era a lo que iba, por suerte.
Con ese cristal en su mano, afianzó el filo del cristal con la pared, al lado, había cinco marcas, esto era el típico conteo de los días con líneas en la pared.
Hasta ahora, había pasado seis días en prisión, sin señal de llegar a ser liberado pronto, y este tiempo fue suficiente para que se sintiera arto de su actual vida.
Trazó lentamente la sexta línea, a medida lo hizo, ejercía más fuerza, haciendo que se cortase aún más la mano, la sangre se deslizó por su piel, hasta llegar a su codo, y de él desprenderse para agrandar una mancha de sangre en el suelo.
Dejó caer el espejo, mientras empezaba a temblar y algunas lágrimas emergieron de sus cuencas oculares, no era enojo, no era tristeza: era frustración. Pensar en el hecho de haber caído en los juegos de un hombre con mente retorcida y de su discípulo aún más trastornado, le hace perder toda esperanza.
—¿Cómo?... ¿Cómo puedo recuperar mi vida?
—Me llevo preguntando eso desde que llegué —respondió Kei. No habían intercambiado palabra alguna desde el incidente—. Sé que eres un héroe, te admiro. Pero no te mentiré, los que están aquí aguantan lo suficiente o mueren, aclaro que no he oído de alguien que haya estado en los bloques intermedios y salido bajo fianza.
Izuku Guardó silencio.
»Así como tú, llevó un tiempo aquí, esperando que mis amigos limpien mi nombre... todos los días considero... —hizo una pausa, además de Ken, nunca se había sentido segura de hablar tan confiada con alguien en Tártaros—. Que suicidarme podría ser lo mejor. Lo siento, tal vez no deba hablar de esto, o siquiera hablarte, pero deseo decirte que... lo siento, por no haber ayudado, tal vez en otro momento hubiera dado todo de mi para salvarte, pero ahora...
Sus ojos se humedecieron; soltó un pequeño llanto contenido. Se sentía fatal.
»Soy solo una persona cualquiera. No un héroe.
—No —negó Izuku—, está bien, me sentiría peor si hubieras salido herida por ayudarme, no lo valgo. Gracias por preocuparte, Kei,
Pestañeó, estaba somnoliento por no dormir debido al miedo de ser atacado, creyendo de que, si llegase a cerrar los ojos por lo menos un segundo, significaría su muerte.
»Ahora te entiendo un poco, y tal vez pienses igual que yo... Lo quiero todo... quiero de vuelta todo lo que tenía. —pestañeó de nuevo.
Tratando de conciliar el sueño, a su mente llegaron las palabras que le dieron las personas en sus últimos días en libertad, como si el subconsciente de Izuku le dijera que se rindiese de una vez.
«Es por tu bien, tú estuviste en el ojo del huracán».
«Creo que estás sobrestimándote, héroe Deku».
«Solo los tengo a ustedes».
«¡Muchas gracias Deku!»
«¡Eres un peligro para todos!»
«Cuando sientas que te estás ahogando, será cuando luches por respirar»
«Tú... Eres un asesino».
«Es hora de buscar a un décimo portador, uno, que lleve el ideal del héroe consigo, y no se deje corromper».
«Te di mi apoyo, mi confianza, mi poder... Mi honor ¿Y qué hiciste? Me escupiste en la cara, a mí, y todos los que creyeron en ti».
«Dije: Que me devuelvas el one for all».
«Nadie... Te extenderá la mano de nuevo, este mundo no necesita héroes, mucho menos un "villano".
Las palabras resonaban en su cabeza, grabándose en su mente como cicatrices que nunca le dejaran libre, su tormento, su propio infierno, uno del que quería salir con desesperación. Fue al lavamanos junto al retrete para lavarse la cara con un poco de agua, pensando que así lograría callarlos.
«Todo estará bien, Izu... todo estará bien...»
Arrugando la cara, pronuncio unas palabras que no pensó decir alguna vez en su vida.
—¿A quién... le debo vender mi alma, para obtener venganza?
Pestañeó una vez más, desplomándose al suelo debido a la fatiga. Pero... detuvo su caída con su antebrazo, resistiéndose a descansar, pues eso solo lo haría cuando estuviera en su tumba.
Sin previo aviso, todo sonido en tártaros se desvaneció, tuberías, tecnología, guardias y reos, todo fue silenciado. Una brisa helada golpeó su rostro, un escalofrío recorrió su espalda, su cuerpo fue dominado por una sensación de frio hasta los huesos... y una voz... le habló desde afuera de su celda.
—Oh, mi querido amigo, que desafortunado ha sido tu destino. —Una extraña voz le hablaba, esta actuaba familiar hacia él, a la vez, de que el chico sentía que ya lo conocía—. Tu vida ha dado todo un vuelco ¿Verdad?
«Pov Izuku»
Unos pocos, pero resonantes pasos provienen de afuera de la celda; no alcanzo a verlo, solo su sombra que se detuvo antes de llegar a mi campo de visión. La pared a mi izquierda, la de los días contados, empieza a temblar, una grieta aparece y luego de ella comienza a cuartearse.
El espejo temblaba; cuando me acerqué dejó de hacerlo, pero mi reflejo, era una entidad ajena a mí. Mi cabello es de un total negro azabache, mis ojos son negros tanto escleróticas como el iris. La piel es pálida y algunas venas se resaltaban en un color morado.
—Lo recuerdas como si fuese ayer, ¿No? El nacimiento de un héroe cuyos ideales harían honor a sus predecesores. —El reflejo habló por sí mismo, donde mis labios nunca se movieron.
Un rayo de luz vino de la celda de en frente, el ruido de estática salía de un televisor viejo, hasta que dio imagen de una escena que conozco muy bien.
—¡Estoy aquí!
All Might se había atravesado en mi camino ese día, justo cuando tomé la decisión de sentar cabeza, y ser realista respecto a mi deseo de ser un héroe. La pantalla se apagó y volvió a encenderse con distorsión.
—Todos los grandes héroes tienen historias sobre sus días de escuela, la mayoría tienen una cosa en común... Sus cuerpos se movían antes de que tuvieran oportunidad de pensar.
Aparté la mirada de aquel video, no quiero ver el rostro de esa persona mientras dice esas crueles palabras.
—Tú, puedes convertirte en un héroe.
Chasqueé la lengua, pues quien me dijo que podría ser un héroe comparable a aquellos a quienes admiraba de siempre, me llamó: asesino y villano, antes de arrojarme a este lugar.
El televisor se apagó, cortando la música épica que le daba un ambiente de esperanza a la escena, ahora es reemplazada por el silencio y las fuertes brisas que se arremolinan en el lugar. Conveniente, pues esta, no creo que sea una historia de esperanzas y sueños cumplidos.
Esto disparó todas mis alarmas. Rápidamente busqué a Kei en su cama para despertarla e intentar escapar de lo que sea que estuviera pasando.
—¡Oye, Kei, debemos salir de aquí! —La movía, pero no reaccionaba—. ¡No importa lo que pasó! ¡Tenemos que hacer algo!
Le arrebaté las sabanas y caí de la litera por el susto. Ella no estaba ahí, solo un maniquí que compartía un parecido. Del susto perdí el equilibrio, cayéndome choqué con la pared, el espejo cayó al suelo, y este, desprendía una luz de su interior.
De todas formas, no hay salida de este pequeño cuarto, así que me dejé pasar de curioso y me acerqué para verlo. Mi reflejo seguía ahí, pero lo que estaba detrás de él no era la celda.
—¿No te parece irónico? —decía—. Las cosas se salen de control, y las personas buscaran un culpable para sentirse a gusto, pero.... ¿Por qué tuviste que ser tú?
Levanté mi mano, él hizo lo mismo, actuando como debería, imitándome, o quizás yo lo imitaba a él, no estoy seguro. Pero nuestros dedos se acercaron, al estar a punto de tocarse: la mano de mi reflejo salé de él y me jala a su interior. El espejo me tragó por completo.
Caía en picada, en un torbellino violento que me dirigía a un mar negro embravecido. De la nada, como si un proyector reflejara una imagen en sus aguas, una entrevista inició.
—Díganos, All Might, ¿Cómo pudo recuperar las fuerzas del héroe número uno? teníamos entendido que estaba retirado por su estado de salud. —Preguntó una mujer de cabello azabache. El sonido venia de todas direcciones.
—Es algo bastante complicado, ni siquiera yo logro comprenderlo, pero sabiendo lo que ha sucedido, me di cuenta que el mundo sigue necesitando al símbolo de la paz, por eso encomendé mi vida a mi buen amigo, David Shield —dijo, dando entrada al antes mencionado.
Pero aquella persona que le devolvió la esperanza a muchos, no estaba en el lugar, sino que estaba presente por medio de un monitor.
—Hola, señorita Makoto, realmente es un placer estar en su programa. —El científico se veía claramente en la pantalla.
—No señor Shield, el placer es nuestro, después de todo, usted es el responsable de traer de regreso al símbolo de la paz. —La mujer sonreía con honestidad—. Pero por favor, ¿Cómo pudo hacer esto realidad?
—Verá, su quirk es de acumulación de energía, si logramos que esta anergia pueda servir como una especie de... ¿Fuente de la juventud? Bueno, eso no importa, el caso es que gracias a unos procedimientos que Toshinori ha probado, hemos hecho que su quirk se rehabilite por lo menos un tiempo más.
Tal vez por la buena noticia, no se daban cuenta, de que David: solo daba una explicación vaga para evitar el tema.
—Las personas creen lo que quieren. —Habló una voz diferente—. ¿Dónde está ahora el sucesor de ese gran héroe? A nadie le importa... ¿Qué le sucedió al noveno portador? —Su voz se escuchaba en un eco, no podía identificar de donde venía.
—Ya veo, su cerebro es el que está detrás de este milagro, América sí que tenía un talento excepcional entre sus ciudadanos.
—Se equivoca —David negó con la cabeza—. La teoría es de mi parte, pero el resto, es todo gracias a mi hija...
El reflejo desapareció cuando al fin aterricé en aquellas aguas. Me hundí en la oscuridad, me ahogaba, me quedé sin aire y mis pulmones me obligan a buscar más.
—Pronto, nadie recordará el nombre de Izuku Midoriya, ¿Eso en que te convierte? No serás nadie que pueda ser reconocido por el bien que hizo, en cambio, eres el héroe que a la vez fue un villano de sangre fría... ¿Estás satisfecho por como resultaron las cosas?
La voz lanzaba preguntas que me son imposibles de responder por obvias razones. Al final cedí ante mis necesidades, abrí mi boca buscando aires, al contrario, mis pulmones se llenaron de agua.
De repente, cerré los ojos y al segundo siguiente, aparecí en la celda dios sabe cómo, la prueba de que no he alucinado con todo aquello, fue que mis ropas seguían húmedas, el espejo estaba en el suelo y la pared permanecía agrietada.
Estoy confundido, ¿Qué ocurre? A estas alturas es evidente que hace mucho abandoné Tártaros. No hay reos, tampoco guardias, ni siquiera ruido, pero, sobre todo, dudo que por lo que pasé, sea algo posible, al menos no tan de repente.
—¡¿Quién eres?! ¡¿Qué quieres de mí?! —Lancé preguntas al aire, todo esto está pasando a ser algo más salido de una película de terror.
Su respuesta inmediata, fue el silencio. Eso fue lo que obtuve por unos segundos, empezaba a desesperarme, hasta que su voz llegó a mi oído desde mi espalda.
—Ven a buscarme...
Al voltear hacia aquella voz, di un paso atrás por la impactante y bizarra escena que no puedo explicar, ni en mis sueños más creativos y locos, podría haber concebido tal paisaje.
—¿Q-qué ha pasado aquí?
Solo eso pude preguntar, frente a mí, al fondo donde debería estar una pared, del otro lado no sé qué debería haber, tal vez ¿Otra celda? ¿O quizás el agua que rodea a Tártaros? Pero aquí, hay nada, absolutamente, nada. Un fondo grisáceo y algunas formaciones que podría llamar islas flotantes; casas, autos, ¿Ballenas? Todo eso y mucho más, flota en este vacío infinito.
Tragué hondo, y me armé de valor por ver que había ahí afuera, al llegar a la orilla de mi celda, un camino de rocas flotantes se formó, como si dijera «sigue adelante». A medida avanzaba, pude apreciar representaciones estáticas de mi vida, como si de hologramas fluctuantes se tratara.
Me impresiona, pero estoy ocupado sintiéndome observado, asechado por un depredador. Aun con mis preocupaciones, aquella voz me habla de nuevo.
—Un niño con el deseo de ser como su héroe, no tiene el poder necesario, lo normal sería desistir, y así lo hiciste ¿No?
Me habla cuando me cruzo con un recuerdo lejano, era yo de niño recibiendo la noticia de que era un Quirkless. Luego cambia a cuando All Might me entrega el one for all.
—No tener un Quirk, definió tu futuro a un camino común y corriente, al final tu vida hubiese sido efímera, pero te negaste a aceptarlo —me dice.
—O tienes una singularidad que te haga único, o eres el único sin una singularidad, eso concluí cuando decidí abandonar mi sueño. —Seguí avanzando, por el momento tomaría parte del juego de esa persona, queriendo saber a dónde me lleva.
—Decidiste llevar una gran responsabilidad en tus hombros, ¿Por qué? Tal vez hubiera sido más fácil y seguro, ser una persona común.
Ahora, veo a mi yo de hace un año: entrenando en la playa; en la invasión de la liga a USJ, el asesino de héroes... mientras más avanzaba, más me echaba en cara las veces en la me jugué el cuello por llevar el one for all.
Cuando quise responder a su pregunta, dudé, no recordaba porque acepté tal riesgo en primer lugar, quiero decir, pude haber muerto en cualquier momento, y all Might sabía que me pondría en peligro.
—Lo acepté, para cumplir un sueño. —Respondí vacilante, ahora que me muestra todo esto, me pregunto...
—¿Valió la pena? —Me robó las palabras, ¿Acaso puede leer mi mente? A su pregunta, negué con la cabeza.
—Lo que hice mientras fui el noveno portador, no lo cambiaría por nada... a pesar de ser un sueño infantil, era mi deseo ayudar a las personas.
—¿Estás seguro? No pareces convencido de tus propias palabras.
Me veo, cuando tomé la iniciativa en terminar de una vez por todas con All For One, y lo intercepté en el aire. Debo decir que ya había sido una lucha de vida o muerte, dejarlo ir después de todo el daño que causó, no sería lo correcto.
—El símbolo del mal está muerto, y todos creen que has sido tú, el único responsable acabar con su vida, Pero nosotros sabemos lo que pasó ¿Verdad?
Ahora me veo caminando con angustia, y a mis espaldas, las personas que conozco me ven con desprecio, confabulando contra mí. Cambió a cuando me arrestaron en el campamento y el interrogatorio, todo lo que me ha llevado a este preciso momento.
—No piensas que podrás salir siquiera de tu celda, ¿O me equivoco? La oportunidad de redimirte se ve tan lejana, y obtener tu redención es fantasioso.
—¡Yo saldré, ellos me ayudarán a salir! —Fruncí el ceño con molestia, el único que puede ser negativo por mi situación, soy yo.
—He ahí, al ingenuo chico que dejó que otros le arrebataran su futuro, cabe mencionar que eres tú contra el mundo, y aun si salieras, ¿Qué podrías hacer luego? No tienes el poder para hacer tu deseada justicia...
—Algo se me ocurrirá —declaré—. La justicia tiene muchas formas y movimientos, solo debo esperar.
Sentí como si estuviera hablando con un estafador, te dice lo que no tienes, lo que quieres y al final, juega con tu cabeza.
—Claro, sin embargo, podemos: hacerlo mejor...
Una brisa se cruzó en mi camino, tan fría que me erizó la piel al instante, quedé aturdido un segundo, hasta que sentí el toque de una mano en mi hombro y al voltear, lo vi: aquel que me ha observado desde hace tiempo. El hombre de los ojos negros.
—El más débil, también el más fuerte. Un héroe, que es un villano. El bondadoso se vuelve el asesino. Pero a final de cuentas, terminaste siendo el deshonrado. —Detrás de él, había escenas estáticas que me representaban en cada uno de esos títulos, el extraño, se cruzó de brazos mientras hablaba—. Por todo ello, te he elegido, bienvenido al vacío...
—¿Vacío? ¿Quién...? No... ¿Qué eres? —interrogué, sudé frio con solo la presencia de este extraño hombre, me hace sentir nervioso por esa aura tan ominosa que desborda.
—Fuerzas que se guían por ideas negativas conspiran contra el mundo, así fue como llegaste hasta aquí y no creo que te dejen conseguir tu justicia fácilmente, ¿Qué puede hacer un simple mortal? —Él caminaba alrededor mío, observando cada leve acción de mi parte—. Pero antes de responder a tu pregunta, contéstame esto, Izuku Midoriya... ¿Quieres poder? —la Comisuras de su boca se movieron levemente, como si supiese ya cual sería mi respuesta.
Si bien, no sé quién es o cuál es su intención con todo esto, incluso me hace recordar a esos viejos cuentos: dónde demonios ofrecen conceder los deseos a las personas a cambio de algo, aun así, es tentador ¿Qué es peor que estar varado en el tártaro?
—Yo...
Antes de siquiera dar mi respuesta, él desapareció. Seguí los rastros de una niebla oscura y de entre penumbras, la figura del hombre se formó delante de mí.
—Todo en la existencia tiene un precio, necesitarás mucho más que poder, afrontarás grandes peligros y te verás envuelto en grandes tribulaciones, con sacrificios podrías superar los límites de la razón que rige el mundo. —Alzó su mano en mi dirección, como quien está exigiendo algo—. La cuestión es: ¿Qué estás dispuesto a ofrecer?
Con esto, me doy cuenta de algo, ya pasé por una situación similar. En lugar de darme palabras bonitas, este extraño me advierte, dándome la opción de declinar a su oferta, no, incitándome a que la rechace, sin embargo ¿Qué más puedo perder?
—Acepto... Quiero poder... —En voz baja, vacilante respondí a su pregunta. Él sonrió a mi respuesta, y me extendió la mano.
—Yo, soy el forastero, y esta: es mi marca.
Gruñí de dolor por un ardor proveniente desde el interior de mi mano, una marca extraña de color negro se quemó en ella, haciéndome cerrar el puño con fuerza para calmar mi dolor.
Esta marca, me recuerda a la generada en los Medium, incluso la del one for all en mi pecho reaccionó violentamente y luego se apagó. En ese momento pensé: «¿Acaso le he vendido mi alma al diablo?»
Cuando apreté mi puño, este brilló por alguna razón, fue al momento que quise activar el one for all como solía hacerlo, en cambio, esta extraña marca brillaba en su lugar.
—Arde, pero... también siento: una extraña energía recorrer mi cuerpo —expliqué para mí mismo, no era necesario decir que tenía dudas sobre esto, y él lo sabía muy bien.
—Hay fuerzas en el mundo, y más allá de él. Grandes fuerzas que los hombres denominan de muchas maneras, unas de ellas, magia, maná y de incontables nombres. Ahora, estas fuerzas cumplen tu voluntad, usa tu recién adquirido poder, mi regalo, para ti... —El forastero, movió su mano con elegancia, para darme pase libre a usar mi nuevo poder.
—¿C-como se usa esto? ¿Aprieto las nalgas o algo? —cuestioné.
—Mi marca te otorgará poderes fuera del alcance de otros hombres, poderes más allá de la imaginación y la realidad misma, pero para sacar su máximo provecho, deberás entrenarlo, por ahora, intenta que mi marca escuche tu voluntad, y tú escucha la voluntad del vacío.
No logré entender mucho de lo que dijo, pero, seguí con solo mis instintos... como si fuera guiado por algo. Cerré los ojos, un brillo y un sonido fino provino de la marca, como un distorsionado susurro, escuché las palabras, «Vitae» acompañado de un impacto mental.
Abrí los ojos, y empecé a correr. Pasé el sendero de rocas flotantes a gran velocidad, mi cuerpo se sentía rebosante de energía, me siento fuerte, veloz y ágil a un nivel inexplicable.
Pronto divisé que no había más suelo por recorrer, pero si una isla flotante a la distancia... estaba seguro, nada me detendría, tengo el poder para seguir ahora.
La energía fluyó de la marca extendiéndose por todo mi cuerpo, no sé cómo explicarlo, pero esa sensación fría, pero cálida a la vez, era embriagante, siento que si el mundo está en mi contra... se llevará un mal final.
«Marcha fúnebre» me susurra al oído.
Al llegar al borde del sendero, salté sin miedo, observé el abismo sin temor y levanté la mirada a mi objetivo. Mi cuerpo se volvió un destello por milésimas de segundos, en un parpadeo estaba en la orilla de aquella isla flotante.
Vaya sorpresa me llevé, ahí estaban tres estatuas, eran All For One, Shigaraki Tomura, y de All Might, a pesar de ser simples estatuas de roca, sentí un enorme odio emerger desde mi corazón.
Esta vez como salía hacer antes, apreté las nalgas y grité desde mi alma. Dirigí mi puño con toda mi fuerza hacia una de las estatuas. Mi puño hizo pedazos la estatua del símbolo del mal, sin perder tiempo, de una patada hice lo mismo con la de Shigaraki, los trozos de roca cayeron al vacío.
Me reí a carcajadas, pues me di cuenta que no fue necesario usar el one for All, para destruir las estatuas con mis manos desnudas, algo que no podría hacer un simple Quirkless.
Devolví la mirada hacia All Might, esa pose heroica y esa sonrisa. Me hizo arrugar el rostro. Si, lo golpeé, no, fue más como si solo chocara mi puño contra él.
—Pronto... te superaré. —Respiré hondo, y observé a las islas flotantes—. No seré el más débil.
Y así corrí y corrí, sin rumbo, solo a donde me permitiera este basto lugar, no lo había notado hasta que me topé con espejo en una de las islas, mi rostro, reflejaba una expresión que no tenía desde hace mucho tiempo: estaba feliz.
Pronto, mi cuerpo rebosante de energía, sufrió una especia de apagón, como ese momento en el que llegaste al límite físicamente y ni siquiera podrías levantar los brazos. Caí en picada, me golpeé con muchas de las cosas que se encontraron en mi camino. Para mí fortuna, impacté contra una isla evitando la infinita caída.
Al reponerme, me di cuenta de lo cansado que estaba, me faltaba aire y la marca no respondía, solamente sacaba un tenue brillo palpitante.
—La marca, te ofrece acceso a las fuerzas del vacío, pero para un simple humano es como beber el mar. —El forastero apareció de nuevo de entre las penumbras—. Tampoco es como si te pertenecían.
—¿Q-que debo hacer para ser más fuerte? —Cuestioné con pesadez.
—Te lo dije —Él caminó a paso lento hacia mí—. Tendrás que entrenar tu marca y aprovechar lo que está al alcance; nada es gratis, normalmente deberías hacer uso de Runas especiales, pero en tu tiempo son casi inexistentes, y su método de creación se ha perdido. —El forastero alzó la mano hacia el vacío detrás de él.
»Por eso... deberás mediarte al vacío con tu alma, por un año, así podrás mejorar hasta cierto punto, además de eso...
La marca brilló, empecé a desprender un poco de una extraña bruma en tonalidades oscuras, y unos rayos de colores violeta y negro emergieron, dándome una sensación familiar.
—¡Es el one for all! —Exclamé con asombro.
—No —Rectificó en seco—. La marca que te he brindado, el Vacío, con la marca, muchas puertas se te han abierto....
—No sé cómo pagarte esto. —De rodillas, agradecí al forastero—. No te conozco, pero has hecho tanto por mí.
—Te equivocas —El Hombre sonrió con ironía—. Soy un ser longevo, mi existencia va más allá de lo que puedes imaginar, ¿Acaso crees que eres el único con mi marca? Se la he concedido a muchos otros a través de la historia. —Dio media vuelta—. Incluso hoy, usuarios de mi marca viven entre los hombres. Portadores que la han utilizado para bien o para mal, así que no te confundas... —desapareció, para reaparecer a mi lado.
»Tú, no eres especial, simplemente has captado mi atención. —La neblina volvió a reemplazarlo, ahora estaba flotando en el aire. Solo pude aceptar sus declaraciones, limitándome a conseguir información sobre sus intenciones.
—Entonces... ¿Qué quieres dándome esto? —le pregunté dejando en alto la marca.
—Entiendes rápido. El uso que des a lo que te ofrezco, depende de ti, como ya dependió de quienes te precedieron. —Se cruzó de brazos, con semblante serio siguió hablando—. Primero, sufrirás un dolor agonizante. Tu alma no se adecua a la autoridad del vacío.
La oscura bruma empezó a rodearme, pronto fui devorado por ella. Caí al suelo con dolor indescriptible, mis gritos nos oirían en la infinita nada. Pasé horas, días, la verdad no tengo ni idea de cuánto tiempo he pasé de esa forma. Tengo una impresión del vacío que nunca olvidaré, aunque, ahora me pregunto.
«¿Esto es real, o solo es otro de mis sueños?»
Llegó el momento en el que, al fin perdería la conciencia. Antes de que todo se volviera negro, la voz del forastero llegó a mi oído por última vez.
—Y ahora, te devuelvo a tu mundo, pero debes saber que te observaré con sumo interés. Entretenme, Izuku Midoriya.
VI
El ruido de la ventilación, el de los guardias discutiendo a gritos con los reos, y la incomodidad de la camilla en la que estoy acostado: me hicieron despertar después de pardear unas cuantas veces. Me senté aturdido mientras me masajeaba la cabeza.
—¿Q-que pasó? —me preguntaba, el entorno me era familiar, sin embargo, es muy lejano de ser una celda. Tengo gazas en mi rostro, cosas conectadas a mí y mis manos están vendadas.
—¡Oh! ¡Al fin despertó! —exclamó un hombre de bata blanca.
Comenzó a soltar palabras las cuales ignoré viendo a mí alrededor. He estado aquí antes, las maquinas lo hacen evidente, es la enfermería donde he sido tratado. También, este es la persona que la doctora (de la que todos hablan), siempre envía.
—¿Qué sucedió? —le pregunté interrumpiéndolo. Él suspiró molesto, supongo que ya me estaba explicando eso mismo.
—Tu compañera de celda empezó a gritar porque no respondías. Te trajimos y has estado en estado de coma durante poco más de una semana. No mostrabas alguna señal de despertar pronto, así que has estado aquí desde entonces.
—Una semana —repetí para mí mismo—. Ken tenía razón, Sigh... de seguir así quien sabe canto aguante.
—Eso no me incumbe. —El doctor se puso de pie—. Ya cumplí con darte los tratamientos correspondientes, lego vendrá alguien a hacerte unos exámenes, mientras tanto, descansa.
Me dio la espalda para a ir a registrar el estado de otros reos que también atendían. Recuesto la cabeza para reflexionar, por hoy, he olvidado cualquier otro problema que me haya agobiado, en su lugar, no dejo de darle vueltas a ese loco sueño. Pude ver mi rostro, expresaba zozobra, y al darme cuenta de ello, solté una carcajada.
—Idiota, tantas cosas y te preocupa un sueño causado por los sedantes. Bakugo me hubiera hecho explotar el rostro si me viera así.
Sin previo aviso, como si la realidad me jugara una mala broma, siento ese familiar ardor en mi mano, y ese embriagante sentimiento me invade. Gruñí intentando no llamar la atención. Me negaba a creerlo, a caer en una idea tan descabellada, mi propio sentido de la aventura me obligo a retirar las vendas de mi mano.
Vuelta tras vuelta, esperando que fuera una o la otra, deseando que los sueños por unas ves en la vida, fuesen reales. Se quemaba en mi piel, dejó ennegrecida las vendas, pero las quité a tiempo para verla marcarse a fuego vivo. Cuando la última parte se apagó, una gota de sangre se desprendió de ella.
—Seguro debo seguir dormido, esto es imposible...
«La marca del forastero», se grabó en mi piel ardiendo como el fuego, marcándome de por vida, como así lo hizo en su momento el one for all.
-.-.-.-.-"Entran los créditos con "Traitor's Requiem, JJBA Golden Wind OP 2"-.-.-.-.-.-.-
https://youtu.be/UG-XoCoFdrA
Uragirimono No Requiem
kami no sadame ni sae
hanki wo hirugaesu gangstar
osore to iu kanjou kakikesu rage
akuma ni somuku to chikatta hi kara
houfuku to wa shuumatsu ka mirai wo kou
ikikata wo sutete idomu mono stay gold
sou sa me ni wa me wo
uragirimono ni wa rekuiemu owo!
zetsubou ga temaneku sekai ni tachimukau
Don't care jihi nado iranai
saa karada horobiru toki inori mo kiehateru
Hell no hajimari no golden wind
Réquiem Del Traidor
Incluso contra la voluntad de un Dios
Alza la bandera en rebelión, gangstar
Esos sentimientos de miedo, desaparecieron, los ahogué con rabia
Desde el día en que juré, darle la espalda al diablo
¿Acaso esta venganza, significa el final? Pregúntale al futuro
Aquellos que pueden dejar atrás, su forma de vida como oro permanecerán
Así es, ojo por ojo
Por los traidores que cantan, su réquiem
Gritando por desesperación, de pie con el mundo en contra
¡Da igual! Nunca muestres misericordia
Incluso si tu cuerpo muerto está, ¿tus plegarias desaparecerán?
¡Ni hablar! Un viento dorado surgirá
Fin del capítulo.
Dishonored.
15,732 palabras.
Nota:
La profesión de héroes va mas allá de lo normal, por ello, cuando una persona puede tomar la importante decisión de arriesgar su vida por otros, volverse un héroe, al cumplir los 18 años. Luego de demostrar ser apto para serlo, tomará cinco años para estar preparado a una vida diferente.
Tres años es suficiente para obtener la licencia de héroe, sin embargo, para evitar el caso en que un héroe no se de abasto como héroe, puede llevar una doble vida, una como héroe y la otra parte con la profesión que escoja. Doctor, abogado, empresario, lo que quisieran. En el transcurso de esos cinco años (También depende de la carrera) tendrá los estudios correspondientes.
Notas de anterior versión:
Vamos bien, vamos bien... Para el que no conozca el lore de Dishonored, El forastero es casi una deidad, él le ofrece poderes a personas a quienes considera interesantes, mayormente son personas que pasan por cosas difíciles, así que no, el que le diera la marca a Izuku no es forzado según la lógica de la historia.
Pero aquí, la marca no siempre significará algo bueno....
-.-.-.-.-.-Mike dice, lento pero seguro-.-.-.-.-.-
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