19/¿Uno o Dos Dedos? (Parte 1)


I

Izuku.

          Pestañeé unas veces antes de volver a mis sentidos, mareado, y con la percepción de la realidad distorsionada. Imágenes difusas se sobreponen unas tras otras antes de poder descifrar donde me encuentro.

          Bostecé al toparme con el cristal de la ventana, el cual tuve que limpiar con el dorso de la mano, ya que estaba empañado. Me sequé la frente perlada, tenía calor, a pesar de que el invierno tiene sus días de estar presente.

          Una canción se reproducía con bajo volumen en bucle, ¿La conocía? Juraba haberla escuchado en algún lado, pero a su vez la desconocía, en especial la letra, que decía algo...

«La litera que rodea mi cuerpo, aplastando cada pedacito de hueso

The berth surrounding my body, crushing every bit of bone»

          Abrí un poco la ventana, lo suficiente para dejar entrar la brisa.

          La temporada se cernió sobre todo el país con festejos, comidas y decoraciones propias de estas fechas. No resultaba extraño encontrarse con alguien con barba postiza y ropas rojas simulando ser el bonachón de los regalos. Las personas se desplazaban de un lado a otro, ya fuera por compras frenéticas o compromisos, el mundo estaba vivo, el bullicio lo evidenciaba con creces.

«La sal, se cuela por los poros de mi piel abierta
The salt, it seeps in through the pores of my open skin
»

          De manera personal, me cautivaba observar los pormenores navideños impregnados en cada rincón de la ciudad. Aportaban un toque artístico y colorista que evocaba el devenir del tiempo.

          La temperatura no se quedaba atrás. Desperté esta misma mañana con los dedos crispados, si planeaba salir por la puerta de mi hogar, casi obligado por mamá, tendría que utilizar ropa abrigada para la ocasión. Froté mis manos, una de ellas al descubierto y la otra protegida por uno de los guantes que mi madre se empeñó en tejer como obsequio adelantado.

«Te espero dentro del fondo del mar azul profundo
I wait on you inside the bottom of the deep blue sea
»

          Luego di un leve respingo al sentir algo jugueteando en la punta de mi nariz. Faltó poco para vencerme y hacer que estornudara, pero hice una mueca graciosa con la intención de soportarlo.

          Aun sintiendo el roce de la tela con la piel, desvié los ojos hacia la dueña del cabello que revoloteaba debido a la brisa que se filtró, mi culpa; opté por ignorar el cosquilleo en la nariz con tal de recibir un cálido palpitar del corazón.

«Te espero dentro del fondo del azul profundo
I wait on you inside the bottom of the deep blue
»

          Cerré los ojos expresando una sonrisa, seguido a ello le di un cariñoso beso en su cabeza. Luego noté la insistente mirada, con una sensación de picardía, que se asomaba por el respaldo del asiento delante de nosotros.

          —Oh, perdóname, no era mi intención interrumpirlos —confesó mamá— Pueden seguir con lo que estaban haciendo, es bueno ser joven.

          Ella se encontraba ahí a falta de espacio, ya que cada fila constaba de dos asientos. Pareció feliz de estar contemplando la pequeña escena protagonizada por su hijo. Esa imagen la llenaba de orgullo, supongo que para muchos transmití la impresión de no llegar nunca a este punto... bueno, ni yo mismo lo creía.

«Bienvenido a mi jaula, pequeño amante
Welcome to my cage, little lover
»

          Las vacaciones llegaron, siento que ha sido una extensa, longeva y todo sinónimo para decir que el tiempo pareció una eternidad. Persiste la sensación de pesadez al despertar de un sueño, pareciera que fue ayer cuando maté a All For One, y henos aquí, preparando la fiesta de navidad organizada por mamá y...

«Intento de reorganizar contigo, bebé
Attempt to rearrange with you, baby
»

          —Tiene el sueño pesado, viéndolo de ese modo, tendrás que preparar los desayunos una vez vivan juntos. —Soltó una pequeña risita, manteniendo la picardía en su tono.

          —Quizás te has adelantado un poco... admito que me gustaría, aunque la última vez que cociné le prendí fuego a la cocina.

          —La cena estuvo deliciosa.

          —Comida china, a domicilio, mamá. Ni siquiera pudimos ir al restaurante debido a que nos la pasamos limpiando el desastre por dos horas.

          —Sigue siendo una buena cena.

          Hablando de comida, sentí que la respiración de su sueño cambió de la nada. Se movió un poco, arrugó entre cejas, dando un pequeño quejido al resistirse en volver a la realidad. Pudo levantarse sobre sus piernas a mi lado, le faltó el equilibrio en dado momento en el que el autobús pasó un bache, fue tan natural la forma en que cayó sobre mí.

          Careció de vergüenza al dejarse acomodar por la física, solo reposó su mejilla en mi hombro, entreabriendo los ojos se dio cuenta de que ha despertado.

          —¿Ya llegamos? —cuestionó Ochako, en palabras lentas, cansada—. ¿Qué hay para cenar?

          —Falta poco, querida, me habría sentido culpable de arruinar su momento juntos. —Mamá le guiñó un ojo.

          Le dirigí una cara en aras de detenerla, algo tarde, ya que Ochako se ha ruborizado de forma masiva al escucharla. Intentando reparar su error (No lo era) se separó de mí para sentarse de rodillas en el asiento.

          —¿Ves lo que has hecho? ¡Harás que explote de la vergüenza! —Rodeé su cabeza con los brazos como quien protege a un niño.

          —Cuida tus palabras jovencito —advirtió mamá, al tiempo que Ochako me da un golpecito en el pecho. Nos carcajeamos un poco. Sofocadas las risas, ella cambió de tema a una disculpa—. Lamento que deban venir conmigo, al final tuve que pedírselos o no rendiría el tiempo hasta la noche.

          —No se preocupe, señora Midoriya —Le reconfortó con una sonrisa alegre—. ¡Es divertido pasar tiempo juntos!

          —Izuku Midoriya, esta niña es la indicada, que ni se te ocurra hacerle daño.

          —Creo que este tipo conversación debo tenerla con otra persona, ni sus padres me han amenazado de esa forma. —Alcé una ceja irónica.

          —Bueno, tómalo como una precaución. —Hizo una pausa—. Al menos me habría gustado llevarlos en auto, es una lástima que los frenos estén dañados. Ni hablar de lo costoso que es encontrar un buen mecánico hoy en día.

          Un rato luego, a poco de llegar a nuestra parada, las miradas pasan a ser algo curiosas, centradas en mí. Dicen que el ojo de una madre es especialmente meticuloso con su primogénito, y que una amante es capaz de percatarse de pequeños detalles en su pareja.

          —Te noto un poco raro, como si no fueras tu yo usual —dijo Ochako, recostada en mis muslos—. Pareces más... asertivo.

          —Pensé que era cosa mía —continuó mamá—. ¿Te sientes mal? ¿Fiebre?

          —¿Qué? No, estoy perfectamente bien, seguro que solo se lo está imaginando. —El autobús se detuvo meciéndonos un poco—. De acuerdo, esta es nuestra parada, ¿Vamos?

«Todavía no sé tu nombre, señorita cariño
Still don't know your name, miss honey»

«Vamos a subir en llamas, bella dama
Let's go up in flames, pretty lady»

          Bajamos sin demoras, una capa blanca envolvía las calles de la ciudad. Nos quedamos en la parada de autobús por un rato, pues esto era un plan de último minuto, y mamá quiso repartir las encomiendas para cubrir terreno. Dejé se hiciera en manos capaces, ellas dos son mejor que yo tomando decisiones al fin de cuentas.

          Me separé viendo a mi alrededor. Todo iba con normalidad, hasta que alguien se cruza conmigo, chocamos hombros, lo único que pude percibir de su persona era nada más que sus mechones sondeando al espacio, mi nariz cosquilleó a la intrusión de un aroma dulce proveniente de ella.

          Pensé que era imposible que mi mano se moviera por sí misma, casi con conciencia propia, pues me faltaba alguna razón lógica para lo que hice: detuve a esa persona.

          Mi mano se aferró a la suya, fui expectante de un eterno instante del cual fui presa, esperando a que ella voltease, pero...

          —¿Disculpa? Llamaré a la policía —amenazó la mujer, una desconocida.

          «Yo...» Fue todo lo que expresé en un inicio. Tardé en excusarme. Por el rabillo del ojo, noté que mis acompañantes eran testigos de lo que hacía, extrañadas. Un agudo sonido sacudió mis sentidos por un instante.

          —Lo siento mucho, te he confundido con otra persona.

          —¿Lo sientes? No puedes ir por ahí sujetando a la gente —La mujer se zafó de mi agarre y se dio la vuelta—. Eres más grosero que Ken —dijo, apenas fui capaz de escucharla. Mientras su espalda se alejaba de nosotros, pude ver su rostro sonriente viéndome por sobre su hombro.

          Antes de cualquier otra acción, se ha marchado dando chance a ambas mujeres a tomar cartas en el asunto. Ochako me sacudió de manera infantil, temerosa de haberme perdido ante una extraña que pasaba.

          Preguntó por lo que acababa de ver. Dadas las correspondientes interrogantes y excusas, tuve la fortuna de estar con el reloj apretado, en solo esto se había perdido un tiempo valioso, en consecuencias: procedimos con los planes.

          Mamá dejó que nos encargáramos de ir al supermercado, su favorito a unas calles de la parada de autobús. Desconocía la tarea a la que ella debía ir sola, por otro lado, tenía la vaga teoría de que hizo esto con tal de dejarnos a nuestras anchas; privacidad de pareja, tal vez.

          Ochako persistió en dedicarme ese puchero, las mejillas rosadas le dieron un toque especial a su pequeña rabieta. Mantuve la terquedad en mostrarme serio, al contrario, por dentro me decía que era lo más lindo que vería en todo el día.

          Siguió así mientras intentaba sacar un condenado carrito de supermercado de su puesto.

          —¡Lo logré! —Me brillaron los ojos con tal hazaña—. Soy genial, ¿No lo crees?

          —Ni idea, puedes preguntarle qué le parece a tu chica misteriosa —Se negó a dirigirme la mirada, cruzada de brazos—. Quizás te interesa más que la opinión de tu novia.

          Sabiendo que esto era nada más que un juego de su parte, la he dejado hablando ahí mismo. Abrió un poco el ojo para darse cuenta de que empujaba el carrito mientras leía la lista de compras. Se apresuró a alcanzarme.

          —¡Eres increíble, Izuku Midoriya! —Me empujó intentando adueñarse de mi atención—. Se supone que en estas situaciones debes disculparte y llenarme de cariñitos.

          —Simplemente pensé que la conocía de algún lado, no la llevé a la cama Ochako, además, ya te pedí perdón como por siete minutos.

          Ella inclinó la cabeza, reflexiva, buscando su argumento en el reflejo del piso recién pulido.

          —Pero tú no eres así, sueles ser más... Izuku Midoriya... —dudó, su rostro estaba de la misma forma que sus palabras.

          —Bueno, supongo que he madurado.

          —Eso no lo haces de un día para el otro, ¡Busca una explicación lógica!

          —Creo que la respuesta es simple, Ochako —Le vi a los ojos—. Hoy particularmente... me siento feliz.

          Me detuve, la verdad es que caminábamos sin buscar nada debido a la conversación. Me rasqué la mejilla reflexionando al respecto; bien mirado, me empieza a convencer de ello, soy autoconsciente en algo: me percibo distinto a lo que recuerdo... Pero, ¿Qué es lo que recuerdo?

          Una idea cruzó por mi mente.

          —Entonces, podemos discutir que tan viejo me he vuelto desde ayer, o... —En un movimiento brusco, me subí al carrito—. Puedes empujar y terminar esto rápido.

          Ella me vio con los ojos como platos.

          —¡¿Te has vuelto loco?!

          —Oye, planeaba cederte el puesto una vez encontráramos la sección de lácteos.

          Ella expresaba un «Eres un sinvergüenza» en su cara, al fin y al cabo, la tentación le ganó, empujó el carrito y empezamos a vagar por los pasillos, aunque podríamos encontrar hasta tres productos unos cerca del otro, optábamos por ir en búsqueda del que estuviera más lejos, mamá nos podrá perdonar luego viendo que es su culpa habernos dejado solos.

          Fue difícil sacarla de un área de muestras gratis, y admito que fui cómplice en esa deliciosa pérdida de tiempo. Su sonrisa me iluminó mientras comíamos unos dulces que coloraban los labios, ella se rio del verde que me dejaron y yo fui más allá al tomarle una fotografía teniendo los labios azules. Al final, nos decidimos a que fuera una fotografía juntos, reflejando una inmensa sonrisa colorida...

          Lo intentamos cuatro veces y ninguna fue de nuestro agrado, Ochako incluso trató de peinarme de alguna forma pensando que eso arreglaría algo; entonces, me di cuenta de que sería más fácil si un tercero tomaba el rol de fotógrafo. Le pedí el favor a varios desconocidos que pasaban, y pareciendo algo repetitivo, respondían igual: un rotundo no.

          «¿Desde cuándo las personas son así? Lo esperaría de dos o tres, pero ¿Todos?» Pensaba, a poco de resignarme a que no tendría ayuda.

          Entonces vi a una chica con uniforme revisando los estantes, si es una empleada del supermercado, puede que acepte. «Espera aquí, tengo una idea» le dije a Ochako yendo hacia la tendera, cuando me acerqué a ella volvió ese sonido agudo.

          Me llevé una mano a la cabeza, intentando mitigar el dolor, este pasó a uno más leve que pude ignorar habiendo llegado hasta ella.

          —Quisiera pedirle un favor si no es mucha molestia. —Tan rápido tren bala, la tendera mata mis ánimos por una linda fotografía.

          Se dio la vuelta sin prisas, sentí que la conocía de algún lado, no, ya la había visto en aquel momento en la parada de autobús.

          De ojos violetas, los cuales me distrajeron por un segundo, más que eso, detrás de las ojeras, el cabello desordenado del mismo color que sus orbes y esa piel pálida: era una mujer delicada y hermosa.

          Unos ojos parecían tristes a tal punto que me contagió de ese sentimiento opresivo. Y esos labios de un carmín pálido resaltaban por su piel. Ella volvió para verme, solo entonces me he percatado, una de sus comisuras se estiraba en una disimulada y pequeña sonrisa.

          Estoy confundido.

          —¿Sí? —respondió ella, me quedé anonadado otro segundo—. ¿El cuervo te cortó la lengua?

          —Hmp, solo los ojos... —bufé con normalidad y chisté entre risas, hasta darme cuenta de que lo que ambos acabamos de decir: no tiene ningún sentido—. ¿Qué? Perdona, ni quisiera sé que he dicho. Olvídalo, necesito un favor, mi amiga y yo nos preguntábamos si podrías ayudarnos a tomar una foto.

          Ella se inclinó hacia un lado para ver a quién me refería, por inercia también volteé a ver, Ochako me fulminaba con una sonrisa, eso da más miedo que una película de terror. La tendera se compadeció de mí y asintió diciendo «Claro». Entonces sacamos unos gorritos de navidad del pasillo de juguetería e hicimos la señal de paz con los dedos mientras conversábamos.

          —¿Con cuántas desconocidas coquetearás hoy? —interrogaba Ochako sin deshacer la sonrisa, ya que la tendera seguía cerca.

          —Una, al parecer, es la misma de la mañana —contesté de igual forma.

          —Intenta engañarme si quieres, pero no soy tan ingenua, dos mujeres en un día, ¿Desde cuándo el club de fans de Deku es tan grande?

          —Auch, para compensarlo, ¿Qué te parece unas manzanas acarameladas en el techo mientras vemos el cielo nocturno?

          —¡Trato!

          Uno, dos y tres, el flash me puso ansioso y casi salí corriendo hacia la tendera con la intención de arrebatarle el teléfono. ¡Era perfecta! Me encantaba esa fotografía, pareció haber salido de un sueño. Entre bromas con Ochako, siento una mano que me palmea la espalda. En una reacción inconsciente, doy un salto atrás en una posición defensiva. Recibí dos tipos de miradas, una extrañada, que más allá de su confusión, denotaba un miedo inmiscuido en lo profundo de sus retinas, esta palideció.

          La otra, era una mirada desafiante, unos ojos decaídos que pertenecían a un depredador que ha llevado a su presa por donde quería, por todo eso, espera al momento indicado para desgarrar el cuello de su víctima. Empecé a sudar, algo que considero imposible tomando en cuenta la temperatura y que el movimiento recién no es lo suficiente para estar exhausto.

          —Vaya número teatral por la palmada de una chica indefensa. —Mantuvo su expresión—. ¿Haces esto con todos? Estás loco, ¿Lo sabías?

          —Ejercicios para no volverme uno, indicaciones del doctor... Creo. —Bajé la guardia. De la nada me sentí sofocado.

          Así, siento una avalancha sobre mi cabeza, algo estaba ocurriendo con mis pensamientos. Como antes, las imágenes se distorsionaban. Luces parpadeantes que iluminaban los pasillos llenos de productos comenzaron a intensificarse como un sinfín de faroles en medio del tráfico de la noche. Me tambaleé a pasos resonantes con solemnidad, hasta reposarme en una pared, ante la vista de transeúntes que se convirtieron en testigos mudos de lo que parecía un colapso.

          La normalidad aparente del supermercado se distorsiona con la realidad, una oscura y cutre realidad. Cada estante, los cortes de mi percepción eran reflejos de mis fracturados pensamientos.

          La iluminación parpadeante adquiere una calidad onírica y las sombras se retuercen por todo el lugar, ya no distingo nada, ¿Qué es todo esto? La música de supermercado y los murmullos distantes de los otros clientes se desvanecen, dejando un silencio que parece gritar que abra los ojos, los reales.

          Las ideas se me empiezan a entrelazar con los destellos... All for One, la Guerra, los caídos, mi detención en el campamento... la marca del Forastero, todo viene a mí en un espiral que me sofoca con intensidad y presión sobre mi nuca.

           «¡Izuku!» Una voz, me llama, sintiéndose tan lejos.

           «¡Dios mío!» Decía aquella voz, cada vez más cerca. «¡Reacciona! ¡No me hagas esto!

          Fue entonces que con una bocanada de aire regreso con Ochako, que me tiene en sus brazos, llorando a mares. El ruido que percibía tan distante, ahora se recomponía conforme se reparaban mis sentidos.

          Viendo a Ochako llorando, presionando su mejilla contra mi pecho, me trae muchos sentimientos encontrados, la masajeé reflexionando. Desvié la mirada hacia la supuesta tendera.

          «Si... Esto era muy bueno para ser real» pensé. «Tu quirk me aterra, Kei Sasaki».



II

Kei.

          Con años utilizando la autoridad de mi quirk para entrar en los sueños de los demás, llegué a creer que ya lo había visto todo, pero, rara vez, soy testigo de uno de estos. Un día común, sin extravagancias o cosas imposibles, ¿Ir en autobús con tu madre y novia al supermercado? Es tan inocente que llega a ser... purificador.

          «Bajo mis pies el suelo parecía estremecerse... no, soy yo».

         Allí, en medio del lugar, atrayendo los chismes de los espectros que pasaban, estaba él, dueño y forja de este dulce, pero delirante sueño. Su novia, aun en un estado de shock, sollozaba en sus brazos mientras intentaba comprender el desmoronamiento de Izuku.

          Midoriya se esforzaba por recomponerse, pero sus ojos revelaban el rastro de decepción que se apoderó al entregarlo a la verdad. Por mi parte, aquí estoy, una espectadora atrapada a voluntad al otro lado del pasillo. 

          En realidad, tengo prisa, ya sea cual fuera la razón real, las palabras y acciones nunca se concretaban apresurar las cosas, como si mi propia autoridad se hubiese encaprichado en impedirme terminar con la escena.

          Muda y petrificada, esperé.

          Al fin, Izuku se aparta de la chica de mejillas infladas. Su mirada, ahora fija en mí, transmitía una pregunta silenciosa. Era como si dudara incluso de mi existencia.

          —Solo será un momento, prometo que no es nada, ya estoy bien, lo juro, Ochako. —Vino hacia mí seguido de la mencionada. A unos tres pasos de distancia, se paró a verme con detenimiento—. ¿Kei? Eres la Kei real, ¿No es cierto?

          —Siento un déjà vu en esto. Por esta vez no te gritaré, este es un sueño muuuy raro, ¿No?

          —Hay algo a lo que le llaman, privacidad, ¿Conoces el término? —Dando poco ejemplo de su queja, levantó su mano descaradamente para tocar mi mejilla con su dedo índice, sintió el tacto con mi piel, mi calor, pareciéndolo poca evidencia de mi persona, deja de usar su dedo para utilizar la mano completa, frotándola con cuidado.

          —Claro, algo que al parecer no te importa —dije con una risita— en lo personal, me da igual. —Desvié la mirada hacia la chica a quien le falta poco para estallar en rabia—. En cuanto a tu amiguita...

          —¡¿Qué está sucediendo?! —interroga ella, colorada al punto de parecer un tomate.

          Fuimos separados por la novia que no pudo soportar los celos ante un chico tan descarado, capaz de acariciar a una persona que acaban de conocer, hasta donde ella sabe. Me pregunto cómo será en la vida real, si de algo puedo estar segura, es que la chica lo aprecia bastante, así como el, o al menos su subconsciente así lo cree.

          Necesitábamos hablar cómodamente, un espectro de este tipo es difícil de manejar, ya que, si descubre que no es real, complicará las cosas si se vuelve agresivo. Se envolvió en torno al brazo de Izuku, aferrada a él, pareciendo un cachorro dependiente de su madre.

          —No es nada, Ochako, ¿Podrías dejarnos a solas por un rato? Será rápido —solicitó zafándose de su abrazo.

          «Auch, eso es un golpe duro» pensé «Creí que eran cercanos, pero... parece tener deje de rencor en sus palabras, es distinto a lo que vi en el autobús, la calle o aquí».

          —¡No! ¡Te has desplomado en un ataque de nervios! —Volvió a abrazarlo, esta vez por la espalda—. ¡Y te levantaste como si nada ocurriera!

          —Uraraka, deja de actuar tan infantil, no tenemos tiempo para esto —chistó Izuku con ojos secos.

          «Segundo golpe, hasta lástima me da la pobre» dije para mis adentros.

          De seguir de esta manera, nunca tendremos una conversación apropiada, hasta incluso ella podría enterarse de todo complicando las cosas. Manipulé el sueño ahora que se me ha dado la capacidad. Unas cuantas chicas de secundaria, dos que tres hombres con cámaras y quizás una reportera baste para quitarnos a esta tipa de encima.

          El supermercado, si bien tenía un tráfico de clientes normal, pronto se escuchó un bullicio de otros pasillos. El suelo vibró ante el avance de un grupo de fanáticos que he atraído. Antes de su llegada se lograron escuchar algunos gritos: «¡Debe estar por aquí!», «El tweet decía que era este supermercado» y, por último, un gordo con una almohada gigante con la imagen de esta chica gritó «¡La he encontrado! ¡La grandiosa Uravity de verdad estaba aquí!»

          Uraraka quedó en blanco, viendo algo que quizás no haya visto nunca, un numeroso grupo de fanáticos con barras luminosas, figuras, pancartas y todo lo que se me ocurrió, estaban buscándola.

          —¡Hola, es increíble que tenga admiradores! —Saludó nerviosa— Sin embargo, tendré que ser grosera, tengo algo que atender...

          Intentó ser amable, agradeciendo a sus admiradores por tal gesto. De cualquier forma, solo se hicieron más insistentes, pidiendo fotos y autógrafos, tanto que la arrastraron lejos de nosotros tal y como esperaba.

          —¡Esto no ha terminado! —gritó poniendo resistencia— ¡Aún debemos ver a un doctor, Izuku!

          Y su caballero de brillante armadura, se mantuvo inmóvil a mi lado, procesando la extraña situación, sus ojos prácticamente estaban en blanco. Entonces, le di un pequeño empujón chocando hombro con hombro para sacarlo de su shock.

          —¿Se te antoja un café? Sé dónde está la sala de descanso de este lugar. —Señalé con mi pulgar detrás de mí.

          Se giró hacia mí, cayendo en cuenta de que soy la responsable de lo sucedido.

          —Y lo dices tan calmada, bueno, supongo que es tu estilo. —Se masajeó la nuca dando un suspiro cansado—. Claro, no me vendría mal.

https://youtu.be/LsKYthror8E

          Avanzamos por el pasillo hasta llegar a una puerta, la cual no estaba ahí antes, Izuku lo notó, pero decidió ahorrarse la pregunta. Al cruzar, la realidad se distorsionó ante nosotros, algo que ya le fue familiar a él luego de su colapso. En lugar de la simple sala de descanso que podríamos llegar a encontrar, dimos con un escenario digno de reyes, un refugio exquisito y lujoso del que me encargué de crear solo para nosotros.

          La iluminación suave realzaba los detalles intrincados de la decoración, y un aroma embriagador flotaba en el aire. Para moldear este espacio, me he inspirado en mi visita a un hotel de cinco estrellas con temática victoriana, algo que nunca olvidaré, ya que fue el día que fui arrestada y separada de mi familia.

          Pasamos por la extensa sala, Midoriya dijo en un tono sardónico.

          —El techo me impresiona casi como el del Hoyo, no esperas ver cosas así en estos lugares.

          —Así que Sakai te ganó en darme una primera impresión abrumadora —respondí negando con la cabeza y encogiéndome de hombros, pues soy consciente de esa experiencia, lo difícil que es superarla.

          Fuimos a los lujosos sillones en tonos carmín y de madera fina, junto a una gran chimenea que chisporroteaba con la leña ardiendo dentro suyo.

          Un mayordomo de impecable porte, ataviado con un traje negro elegantemente cortado, avanzó hacia nosotros guardando una distancia respetuosa. Sostenía una bandeja con delicadas tazas de café y exquisitos bocadillos. Su rostro imperturbable transmitía una calma que parecía fuera de lugar.

          Estábamos en un sillón para dos personas, y en frente una mesa con tallados de artesano.

          —Bienvenidos a la sala de descanso de sus sueños. ¿En qué puedo servirles hoy, distinguidos huéspedes? —anunció el mayordomo con una inclinación respetuosa, jugueteaba con su largo bigote.

          El asombro se reflejaba en los ojos de Izuku, mientras observaba con gracia y una sonrisa complacida. Soy consciente de las pocas oportunidades de manipular los sueños de otros y hacerles ver mis caprichos, así que me he dado el lujo de forjar todo esto.

          —Gracias a mi egoísmo podemos disfrutar de la extravagancia que no podremos experimentar muy a menudo.

          —Este lugar es... increíble —murmuró Izuku—. Pero, aun así, te ha ganado Sakai. El Punto 50 es casi igual a esta sala de descanso.

          —¡Vaya! —exclamé alzando las cejas—. Debiste actuar de maravilla si Sakai te llevó allí.

          —Pensaba que era común que los iniciados tuvieran una charla con Sakai, fue tan irritante tenerlo cara a cara. —Tomó la taza de café, una de porcelana con detalles en oro. Me carcajeé viéndolo levantar el meñique.

          —¡Todo lo contrario! Eso es exclusivo para los que pueden ser la Elite de los Deadman. —Inflé el pecho imitando al mayordomo—. Lamento mi falta de cortesía, señor Parca Deku, ¿Gusta un poco de caviar con su café?

          El muy descarado se aprovechó de mi chiste, sin darme cuenta ha reemplazado mi uniforme del supermercado con un elegante traje y guantes blancos. Le di un empujón con la mano, haciendo que derramara un poco del café sobre sí mismo.

          —Ahora si aceptaré ese caviar —dijo divertido.

          Pude notar que, aunque sorprendido por la opulencia y la conversación, se mantenía alerta.

          —Entonces, ¿Es mi sueño o el tuyo? —preguntó, su mirada alternando conmigo y el mayordomo.

          Con una sonrisa, asentí.

          —Todo lo que ves es fruto de tu cabeza vacía, tuve suficiente espacio para hacer mi magia. Me has sorprendido, ni siquiera estamos cerca de la navidad, cuando entré y vi las decoraciones fue de película. 

          —Ha sido agradable, ni siquiera me sorprende que todo esto sea un simple sueño... —Su rostro se tornó serio—. Ya ha pasado antes, ¿Cierto? Darme un sueño... perfecto. —El ambiente se torna sombrío.

          —Sí, disculpa por sobrepasar los límites. —dije tomando la taza restante—. Te veías tan mal cada vez que cerrabas los ojos, quise darte uno de estos una o dos veces.

          Mentí. Él suspiró, pues hay cosas más importantes de que hablar.

          —¿Ocurrió algo? ¿Por qué ahora? Todos estos problemas, cuando simplemente pudiste despertarme o mínimo ahorrarme la ilusión.

          —Para empezar, no puedo despertarte, tampoco interferir de forma directa sin antes hacerte consciente del sueño. Así que, aquí estamos, hay problemas.

          Se tomó la barbilla, pensativo, rememorando cualquier acontecimiento previo al autobús. Lo común es tener una sensación de normalidad respecto a la situación, así que recordar lo ocurrido antes de cerrar los ojos es difícil, hasta confuso.

          —Lo último que recuerdo es que salí de «El rincón de Nared» y todo se vuelve distante luego de eso.

          Convertí el café en el alcohol más fuerte que pude pensar, y me induje la sensación de ebriedad con tal de continuar con esta conversación lo mejor posible. Tragué saliva y bajé la mirada, pensativa.

          —De acuerdo, ¿Por dónde empezar? —Cerré los ojos, antes de dirigir mi arrepentimiento—. Quizás por el principio sea lo apropiado. Es bueno verte de nuevo cuando pensaba que no pasaría... lamento no despedirme como debía en lugar de dejarte una estúpida carta. —Izuku asintió, diciendo que ya no importaba aquello. Proseguí con la conversación.

          »Todo ha sido difícil desde que me llevaron ese día, lo único bueno es que pude dar contigo antes de que pasara lo peor.

          —Dime que no despertaré sin piernas en una silla de ruedas. —Su expresión denotaba angustia.

          —No, claro que no, por ahora. Te han secuestrado, Izuku. —En el instante en el que las palabras se desprendieron de mi boca, dio un salto para ponerse de pie, al parecer la realidad ha sobrepasado lo que imaginaba—. Resumiendo: por lo que entiendo has llamado demasiado la atención en el teatro, y te han llevado a la primera oportunidad.

          Se masajeó el rostro, dejé que lo procesara.

          —¿Y cómo sabes todo esto? —cuestionó finalmente. Aparté la mirada con una sonrisa ansiosa.

          —Bueno, a diferencia de ti que te llevaron al G con la intención de hacerte un actor en el teatro, me han traído para hacer otros tipos de trabajo. —Moví la cabeza de lado a lado como una balanza, pesando la cualidad de mi respuesta—. Trabajo para ellos, siendo sincera, es algo bueno ya que, si no fuese así, no podría ayudarte ahora.

          La conversación tuvo otra pausa reflexiva. Izuku continuó luego.

          —Si estamos aquí, significa que me ayudarás a salir de esta, ¿Verdad?

          —Aún me debes dos almuerzos que te gané legalmente en un juego de cartas, no puedo dejarte a manos de otros hasta que me pagues.

          »Me tienen contigo bajo el control de mi Quirk, mi jefe piensa que de esta forma te mantendrás «fresco», de mejor calidad a que constantemente estuvieras bajo drogas o encadenado.

          »Si eso fuera poco, siempre hay alguien vigilándome. Ha sido complicado, pero ya estoy buscando la forma de sacarte. La cosa es, que necesitaba que estuvieras consciente del sueño, de lo contrario, al despertar bajo los efectos de mi quirk, estarías fuera de lugar por lo menos una media hora y necesito que estés en tus cinco sentidos para entonces.

          —¿Hay algo que deba hacer mientras tanto?

          —Dormir como un bebé es suficiente por ahora. Cuando llegue el momento, abriré una salida para ti, entre tanto, puedes disfrutar de este sueño un poco más.

          Mientras hablaba se me atoraron las palabras en la garganta, algo se siente incómodo. Solté unos quejidos, mareada, lo hubiera creído algo normal, si no fuese por mi súbito derribo, prácticamente besé el suelo, con solo el tiempo suficiente para gritar.

          —¡Me están despertando!


III

Kei.

          La sala de descanso se fragmentó ante mis ojos, como si una mano invisible la hubiese arrancado de una hoja de papel y llevado lejos. Con una presión en mi brazo, todo se volvió oscuro.

          Detesto la experiencia que conlleva ser traída de regreso a la realidad, puede llegar a ser como ser arrastrada desde la superficie de un inmenso mar hasta las abisales profundidades de esta, asfixiada.

          Luego, como si acabase de ser resucitada, me levanto de la silla en la que estaba. Pasé de estar en la incómoda posición en la que me recostaba hacia atrás en el respaldo, a casi caerme, me sujeté la cabeza ante el dolor que infundían las imágenes reflejadas en mis retinas, los ruidos apaleando mis oídos y la pesadez de un camión de carga sobre mi cuerpo.

          Lleve una mano a mi boca al sentir que casi vomitaba, algo inútil, al ceder un segundo luego y arrojar una bilis hasta saciar el impulso de mí estómago por expulsarlo todo.

          —Qué asco, tendrás que limpiar eso luego. —Aun jadeando, vi por el rabillo del ojo al hijo de perra que me ha causado esto. Su calva y rostro están cubiertos por, ¿Arañazos? ¿Otro gato se coló en la casa roja?

          —Se supone que estoy en mi descanso y que volverías en unas horas. —Me costaba hablar, ahora siento que anoche me he tomado toda la reserva de alcohol de la prisión.

          La idea de extrañar mi antigua celda y los días aburridos es preocupante; siendo obligada a utilizar mi quirk de esta forma, no me faltan los momentos en los que termino asqueada con lo que debo ver.

          Trabajo para un viejo desgraciado al que se le cruzó una idea millonaria al leer mi expediente, y ahora soy parte del personal en «La casa roja» donde además de putas para los gustos exigentes de tártaros (Clientes repugnantes), con mi «contratación» ahora también ofrece un servicio de sueños, hacerlos experimentar burdas, grotescas e inhumanas fantasías.

          La mayoría de las veces puedo evitar ser arrastrada a esas ilusiones, sin embargo, debo entrar a sus retorcidas mentes para hacer arreglos, cuyo costo es aparte, y por consecuencia me exigen cumplirlo, si el cliente está dispuesto a pagar.

          —Me prometieron tener una hora de descanso, fue de las únicas condiciones que aceptó Morgan al contratarme —dije limpiándome la boca con el dorso de mi mano. «Solo así puedo purificarme después de tanto desgraciado» pensé.

          —Luego puedes poner una queja con recursos humanos.

          Hizo a un lado una cortina que daba al área de sueños, un lugar con quince camillas de hospital, unas menos oxidadas que otras, dando un contraste con la vista de la casa roja, dado que esta área fue establecida de forma improvisada. Cada una suele estar ocupada sin falta, acompañado por máquinas para monitorear a los clientes.

          —La camilla cuatro despertó de golpe —dijo Donald, quejoso— Gritó cosas de que era una empresaria con no sé cuántas empresas, tuve que dormirla y enviarla lejos antes de que despertara al resto.

          —Ya comprendo, aunque pidamos que dejen sus armas afuera, es difícil convencerlos de quitarse las uñas —dije yendo a traer un trapeador.

          —El trece también ha despertado hace diez minutos. —Era un hombre enorme y corpulento, la bitácora en donde estaba el registro de los clientes luce como un juguete para niños con él. Sus pequeños anteojos era otro aspecto que desde el primer día me ha parecido ridículo.

          —¿Solo eso? Si no hay clientes no veo la necesidad de haberme despertado. —Vi al reloj en la pared—. Oh, la camilla trece terminó con su sesión.

          —El problema es que el maldito entró en crisis y exigía otros cinco minutos en el cielo, no se trataba de un espectro de conciencia, estaba en sus cabales y amenazó con matar a una de las chicas utilizando un bolígrafo que encontró en el suelo.

          Y fue hasta que lo mencionó, solo así pude avistar algo que estaba clavado en hombro. «Ya veo» parloteé, sin avisarle del paradero del arma que le causó problemas.

          —Ese anciano mentiroso —gruñí comenzando a limpiar el vómito— dijo que no había desarrollado una adicción, trajo hasta el permiso de la enfermería para que lo dejáramos pasar.

          —Aunque Sakai nos prohibió llegar al punto de generar adicción, los permisos pueden ser comprados si no te toca Akane como examinadora. —Cerró el ilusorio pequeño libro—. Ponte a trabajar, en diez minutos vendrá la cita de las cuatro, no me obligues a recordarte quién está a cargo.

          Asentí con la cabeza agachada, Donald se dio la vuelta y volvió a ver cómo iban las cosas del otro lado de la cortina dorada. Conté cada segundo marchaba sobre el vaivén del trapeador, diez, fue ahí que decidí relajarme. Esta sala de descanso me hizo extrañar el momento... normal, que tuve con Midoriya en el sueño.

          Las paredes están forradas con papel tapiz rojo con detalles en dorado. Morgan dice que son los colores que atraía dinero a su bolsillo, pero es nada más que un enano supersticioso. En cualquier caso, aquí estaba lejos de los despojos humanos de ahí afuera, y si movía esta estatuilla un poco, ocurría un truco de magia.

          Una puerta falsa reaccionó para darme acceso a otra sala, una donde la luz era escasa, tenue, en un color cian. Aquí yacían cinco personas como dios los trajo al mundo, a diferencia de los de afuera, estos no son clientes. Producto de calidad, así los llama Morgan, y al fondo, un chico de cabello verde y pecas estaba disfrutando de un sueño puro.

          Lo único que se coló por la habitación ha sido mi sombra generada a partir de la luz de mi lado. Cerré los ojos con un agotamiento de los mil demonios, tenía trabajo por hacer, si quería que todo saliera bien, me debo esmerar por esta ocasión.

          «Que duermas bien, Izuku»

          «Y feliz navidad...»  

          La puerta se cerró. 


-.-.- Entran créditos con: MISSIO - Bottom of the Deep Blue Sea-.-.-

https://youtu.be/BfLVA9-0ou4

La litera que rodea mi cuerpo, aplastando cada pedacito de hueso
The berth surrounding my body, crushing every bit of bone

La sal, se cuela por los poros de mi piel abierta
The salt, it seeps in through the pores of my open skin

Te espero dentro del fondo del mar azul profundo
I wait on you inside the bottom of the deep blue sea

Te espero dentro del fondo del azul profundo
I wait on you inside the bottom of the deep blue

Bienvenido a mi jaula, pequeño amante
Welcome to my cage, little lover

Intento de reorganizar contigo, bebé
Attempt to rearrange with you, baby

Todavía no sé tu nombre, señorita cariño
Still don't know your name, miss honey

Vamos a subir en llamas, bella dama
Let's go up in flames, pretty lady

La dulce entrega del silencio me obliga a vivir solo
The sweet surrender of silence forces me to live alone

Cerrado y cargado, ¿dónde diablos está la paz mental?
Locked and loaded, where the hell is peace of mind?

Te espero dentro del fondo del mar azul profundo
I wait on you inside the bottom of the deep blue sea

Te espero dentro del fondo del azul profundo
I wait on you inside the bottom of the deep blue

Bienvenido a mi jaula, pequeño amante
Welcome to my cage, little lover

Intento de reorganizar contigo, bebé
Attempt to rearrange with you, baby

Todavía no sé tu nombre, señorita cariño
Still don't know your name, miss honey

Vamos a subir en llamas, bella dama
Let's go up in flames, pretty lady

Bienvenido a mi jaula, pequeño amante
Welcome to my cage, little lover

Intento de reorganizar contigo, bebé
Attempt to rearrange with you, baby

Todavía no sé tu nombre, señorita cariño
Still don't know your name, miss honey

Vamos a subir en llamas, bella dama
Let's go up in flames, pretty lady

El fondo del mar azul profundo
The bottom of the deep blue sea

El fondo del mar azul profundo
The bottom of the deep blue sea

Bienvenido a mi jaula, pequeño amante
Welcome to my cage, little lover

Intento de reorganizar contigo, bebé
Attempt to rearrange with you, baby

Todavía no sé tu nombre, señorita cariño
Still don't know your name, miss honey

Vamos a subir en llamas, bella dama
Let's go up in flames, pretty lady

Bienvenido a mi jaula, pequeño amante
Welcome to my cage, little lover

Intento de reorganizar contigo, bebé
Attempt to rearrange with you, baby

Todavía no sé tu nombre, señorita cariño
Still don't know your name, miss honey

Vamos a subir en llamas, bella dama
Let's go up in flames, pretty lady



Fin del capítulo.

¿Uno o Dos Dedos?

6100 palabras.

¿Cuánto ha pasado desde que publiqué el ultimo capitulo? Viendo lo que dice Wattpad, mas o menos a mediados de marzo... Waos.

De acuerdo, como dije, iba a actualizar en este mes, aunque me engañé a mi mismo creyendo que escribiría un capítulo por semana hasta llegar a lo que planeaba originalmente como especial navideño. Al menos dio la casualidad de que lo publicado hoy calzaba como especial navideño, mas o menos, ya que sigue en el cap 20 que estaré publicando en el transcurso de la semana.

Tomaré este capitulo para hablar de dos puntos.

El primero.

Como dije, me suele extender mas allá de lo que planeo en los guiones, es te capítulo ya iba por las 12K palabras y aun me faltaba un buen tramo por escribir, así que decidí dividirlo para que no se sintiera pesado.

Ya que los borradores que tenia de Dishonored quedarán descartados y remplazados por el nuevo guion (Era el desarrollo de cárcel típico y cliché de los Izuku traicionado) y haré un mini arco para desarrollar el tiempo de prisión... distinto, quiero creer que será algo distinto a lo que siempre se lee en historias de este tipo. Quizás a algunos les guste y a otros no, pero da igual.

En segunda.

¿Qué sigue? Pues planeo publicar varios borradores, en cuanto a historias que tengo.

Dado que me he centrado en escribir una historia propia (Original, la cual ya anda por las 60k palabras, si les interesa ya la ando publicando en otro perfil) he dejado de lado este perfil, pero como todo en exceso suele ser malo, ahora me tomaré mi tiempo para este perfil y descasaré de dicha historia.

Como adicional.

También había mencionado de utilizar una sección de portadas (Incluye Banner o separador), tipo, por joda aceptar peticiones de portadas, robándole la idea a mi compa el Shiro. Utilizaré la historia "historias del multiverso oscuro" para eso, aunque probablemente le cambie el nombre.

Aunque empezaría la sección publicando portadas propias para tener algo mientras tanto.

La condición es, decirme "Oe Mike, me puedes hacer una portad?", darme la idea, argumento de la historia, dejarme libertad creativa y si me gusta o creo tener alguna idea para hacerla, pos me pongo a chambear de gratis, na mas me dan créditos y mención. Obvio que, si no me viene a la mente nada, me parece innecesario o algo parecido, pasaré de ella, quiero evitar comprometerme con algo que probablemente no me salga bien por eso mismo.

Eso es todo.

Felices fiestas y que tengan un próspero año nuevo.

-.-.-Mike chambeando en año nuevo-.-.-

BLESS

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