Prólogo kallen
PV Lucas Frosthigh*
Supongo que aquí fue donde todo empezó. Mi vida era buena, todos quisieran una vida en donde hacen todo por ti.. pero yo no; más allá de todo eso, solo eran discusiones y pocas pláticas cortantes con mi familia, ellos tenían una vida planeada para mi, con instrucciones y demás, yo quería ser felíz. Aunque me lo daban todo y nunca me faltó nada, me faltaba una relación real..sin máscaras y sin mentir.
Algo que me hacía mantenerme cuerdo eran dos cosas: Por un lado la música electrónica, me ayudaba a pasar los malos ratos, y por el otro... un amigo, con un nombre peculiar... Pedro, tal cual, él pronunciaba su nombre de una manera hilarante y no podía resistir una carcajada con él.
En ese pequeño momento de la vida.. conocí la felicidad. Era amigable, extrovertido y fantasioso, con un manejo del habla parecido al mío y eso era algo interesante. Soñaba con un mundo con aventuras y maravillas por doquier, yo no dejaba de creer que era absurdo..pero me gustaría un mundo así.
En la última etapa de mi vida, siendo aún muy joven, me situaba en un apartamento, por fin alejado de la familia y comenzando un nuevo rumbo. Iba a calentar un sándwich que recién había preparado, pero el microondas no estaba funcionando; me dirigí a ver que ocurría en el enchufe, pero no había nada fuera de lo común. Desconecte el cable y lo volví a poner en funcionamiento, pero una corriente pasó por mi brazo asustándome y haciendo que retrocediera, me tropecé con una silla a la cual por instinto antes de caer le di un punta pie el cual provocó que este me cayera en la pierna derecha, el impacto contra el suelo hizo que callera inconsciente.
Todo estaba oscuro, me sentía tranquilo.. pero de repente una sensación me recorrió el cuerpo, calor. Al mismo tiempo una voz parecía llamarme, era energética y firme, pero no dejaba de sonar preocupada. Volví a duras penas de la inconsciencia después de casi 4 minutos de haber escuchado el primer llamado y al ver mi alrededor me provocó pánico, observé las llamas que se acercaron a mi. Intenté correr, pero mi pierna estaba dañada y por ello tardé en llegar a la puerta en la que vería un rostro familiar.
- Pedro...
Después de casi caer al suelo por un paso en falso, recibí ayuda de mi amigo, quien agarró mi brazo y lo pasó por su cuello para así mantenerme estable mientras bajábamos por las escaleras, pero la estructura comenzó a desplomarse con nosotros adentro, llegamos a una altura en la que era fácil caer y ser recibidos por un trampolín, pero de repente.. la sensación a candela era más fuerte y el humo estaba yendo a fondo a mis pulmones, me separé de Pedro por un momento para caer sobre mis rodillas y a comenzar a tocer. Cuando volví a abrir los ojos vi una viga que estaba por caer encima de nosotros y de repente... nada, abrí ambos ojos nuevamente y estaba alado de una persona mirando a un ser repleto de luz e inmenso, pestañe y todo volvió a comenzar..
*PV Kallen*
"Un mañana comienza y se ve igual que el ayer"
Son momentos en la vida en los que creí que no se repetiría más de una vez. Ahogándome entre gritos en un anochecer me encontré en una sala blanca y una presión se adueñaba de mi espalda siendo esta más pequeña de lo que recordaba, todo era muy grande y yo insignificante, digo, más que de costumbre. En ello observe a una mujer que me destrozaría en llanto: Volví al punto 0 de mi vida.
Time skip:4 años
*P.O.V Kallen Kurokiba*
Un pasillo oscuro se abría enfrente de mi, caminé de a poco mientras observaba cada detalle del lugar, encontré muy interesante las personas que habían al pasar ya que me traían recuerdos que creía sepultados. Dos columnas se materializaron enfrente de mi y en cada instante que pasaba se creaban figuras que sembraba tensión en mi cuerpo, pero de repente esto se convirtió en rigidez.
Mis padres anteriores se levantaron ante mi, unos ojos que transmitían decepción se me clavaron y atrajo el temor que antes había dejado. Ellos empezaron a discutir nombrando mis problemas anteriores, cosas por las que creyeron que no podría tomar mis propias desiciones; mientras ellos continuaban, yo bajaba la mirada y me comía las palabras, lo único que podía era apretar mi puño creando grietas en mi mano.
En cuanto sentí que mi mano se quebraba, bajé mi mirada hasta esta y vi que mi brazo se estaba desmoronando, pocos segundos después mi cuerpo se esfumo. De repente abrí los ojos y subí mi torso quedándome sentado en la cama, mi mirada estaba aterrada y el sudor corría por mi sien, con una de mis manos restrege mis ojos para poder aclarar mis ideas.
Me di la vuelta en la cama y coloqué mis pies en el suelo para ponerme mis pantuflas con temática de nieve, continué a desconectar el despertador y partí hacia la puerta de la cocina en donde estaba mi madre.
-Hola, Copito de Nieve- Comentó con un tono dulce, era común en ella.
-Hola.. Mamá- Me temblaron los labios al pronunciar esa palabra, pero me cuesta creer que haya tenido a otra madre.
La miré a los ojos y ella se había entristecido porque yo era distante lo cual transformó mi mirada en una afligida. Apreté mis manos para luego aventarme contra ella y abrazarla cerrando fuertemente mis ojos quebrando el miedo. En ese momento me sentí relajado, por el lado de mi madre.. ella se había sorprendido aunque no dudó en corresponder al abrazo.
Pocos segundos después me aleje, mis ojos estaba cegados por mi cabello lo que ocultaba unas pequeñas lágrimas en mis ojos, pero para evitar que esto se notara me dirigí a la isla central de dicha cocina. Aunque había tanto dolor en mis memorias, la señora Elena Kurokiba no tenía la culpa de nada.. lo mínimo que puedo hacer es mostrar un poco de humanidad y cariño..
Una persona se adentró en la sala, era alto con pelo azul oscuro, un bigote algo corto, pero era algo que me recordaba mucho a mi padre anterior. Pasó por enfrente de mi y preguntó:
- ¿Listo para salir?- Su tono era serio, no he manejado una relación sana con él, por lo que no les he causado problemas y me dediqué a vivir.
-Si.. digo, no he desayunado aún -
- Está bien, estaré abajo, tomate tu tiempo-
No lo conozco del todo bien, pero quizás sea bueno convivir algún día, hoy no...o este año.. necesito tiempo, Walter Grace.. algún día te conoceré.
Continué a comer mi tostada sin poner atención en alguna otra cosa, para cuando recobre la conciencia había una mano moviéndose de arriba y para abajo buscando mi atención, al voltear mi mirada hacia la persona torne mi sonrisa a una más calmada. Una joven alta de pelo blanco con mechones azules se sentó junto a mi colocando su mano sobre mi cabellera para sacudirla, Liz Grace Kurokiba, mi hermana mayor, la razón por la que decidí darle una oportunidad al cariño, ha sido una gran hermana..fue complicado que me dejara en paz, pero nunca lo hizo y me alegro de ello.
- Y...¿Ya estás preparado para salir?- Comentó con un tono alegre y competitivo, quería alentarme a sonreír de manera sincera.
-Supongo que... si, vamos- Devore el último pedazo de tostada, limpié mi boca con una servilleta proveniente de dicha isla y sonreí de manera determinada, algo que nadie fuera de mi familia ha visto, y luego bajé al auto no sin antes abrazar a mi madre rápidamente, aún no me acostumbraba.
Desde entonces en día fue normal, ya que me dirigía a la escuela, a Liz le encantaba verme ir hacia la puerta de dicho edificio, anhela ver que me convierta en... creo que se decía "Héroe" sea lo que signifique eso en este mundo.
Al paso del tiempo me fui acostumbrando; mi pelo blanco hacía fácil evitar el contacto visual con la gente, específicamente, mi familia. Temía que todo se repitiera, como un juego en un Ps2 sin cartucho de guardado, pero esto no es un juego, a menos que la vida así lo quiera con mis sentimientos. Afortunadamente había un rayo de luz entre la oscuridad, una persona que por más que la alejara no cedía, Liz quién es mi hermana mayor, por lo general hacía el rato menos insoportable y lograba sacarme una sonrisa, esos momentos eran únicos. Movido por el ideal de vivir una película repetida, no me esforcé en socializar y hacer amigos por momentos. Los niños corrían, reían y se ensuciaban; era razonable ya que eran niños. Quizás debí divertirme, pero siempre me paralizaba al tratarse de diversión.
Aquellos quienes intentaron acercarse a mi fueron paralizados al contacto con mis ojos de color azul oscuro, intimidados desaparecían de mi vista, hacía más sencillas las cosas. Pero había algo que fue difícil de ignorar, no por desearlo sino porque era inevitable: Un chico entusiasta, ciertamente activo y con aires de optimismo, pero solo era una lectura.. ¿O ya lo sabía desde antes?
Recuerdos fugaces chocaban contra mi consciencia evitando que pudiera enfocarme por lo que asumí un escape que me ayudaría con mis problemas "La música ". Me coloqué tan sólo un audífono, pero al evaluar mis acciones lo desconecté ya que este había traído a mi una especie de javu.
Perdí el equilibrio provocando que mi hombro derecho impactara contra el duro concreto de la pared. Con el otro brazo intenté recuperarme afincandolo a la superficie con la que impacte. Me fui dirigiendo al suelo mientras un sentimiento muy familiar pasaba por mi cuerpo a una gran velocidad, dicho sentimiento tenía relación con el calor.
Tiempo después en la enfermería, pues como caí inconsciente al ahogar mi mente con pensamientos unos niños tropezaron conmigo ocasionando que me cayeran encima provocando varios raspones. Salí de esta y me quedé mirando al exterior, todo tenía un entorno más diferente que de costumbre, era más. . . Aburrido, no aguantaba más de lo mismo, es como escuchar tu canción favorita incontable veces o decir Wakanda por siempre... por siempre.
Comencé a caminar,sin intenciones de parar en algún lado, simplemente quería mantener mi mente aislada de cualquier pensamiento perjudicial, pero siempre había una chispa interés por el tema.
De repente llegué a cruzarme con el peli castaño de antes, pero esta vez me detuve a analizarlo. Antes de decir palabra alguna bajé mi mirada llevandola hacia mi bolsillo derecho donde se estaba asomando unos audífonos, cerré la mano fuerte apretando los mismos e inmediatamente subí la mirada notando esta un poco seria.
-Si no fuera porque estoy loco, diría que ya te había visto- Comentó con una voz aguda, con un tono infantil al que se acostumbró con el tiempo, pero sin dejar de ir al grano.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top